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lunes, 23 de diciembre de 2013

Otro domingo volador...

Con la moral por las nubes después de mejorar mi marca en media maratón, ya empiezo a pensar en los 10K del 31 de diciembre y en intentarlo también... Esta época del año es, sin ninguna duda, cuando mejor corro. Y no sólo compitiendo en 10K y media maratón, donde mis 3 mejores marcas en ambas distancia las hice entre noviembre y diciembre. También lo noto en los entrenamientos, y en especial, estos 3 últimos domingos estoy un poco sorprendido con los ritmos que me están saliendo...

Hace un par de domingos, hice 26K a 4:41. A un ritmo de Peak Week. El domingo pasado, bajé mi marca en media maratón, que ya cumplía dos años. La media desgasta, obviamente... Así que la semana pasada fue más bien tranquila.

El martes, 9 kilómetros por la hierba del Besós a 5:36, dando un descanso a rodillas y tendones.

El miércoles, ya que estamos en época de 10K, recuperé un viejo entrenamiento, el de los cambios de ritmo de 1 minuto. 3 kilómetros calentando, muy suave, y luego, 5 kilómetros combinando 1 minuto a ritmo de 5K y 1 minuto de jogger-cochinero. Me hice un pequeño lío con el Forerunner, y tuve que calcular esos minutos a mano... :( Salieron mejor de lo que pensaba, el más rápido, a 3:38 min/km, el más lento, algo por encima de 4:00 min/km, y la gran mayoría, alrededor de 3:55 min/km. Un poco estresante intentando medir esos minutos a mano, a ver si el próximo lo programo bien y lo hago más relajado... :) Contando enfriamiento, 9,44 km más a la buchaca.

El jueves, vuelta al cochinero. Las agujetas del lunes, que seguían el martes y que aumentaron el miércoles con el entrenamiento de cambios de ritmo, me invitaron a rodar suave 9,46 km a 5:40 min/km.

El sábado, los 14 kilómetros de rigor, ya recuperado de las agujetas. 14,11 km a 5:16, bastante constante de ritmo, guardando algo para el domingo.

Y el domingo... Flipando... Dormí bien, desayuné mejor, y salí a correr bien despierto. A las 10:28am ya iba en dirección al río, haciendo el primer kilómetro en 4:48, mensaje claro de las piernas, "hoy hay ganas de correr"... Ya en el río, viento a favor, y parciales de 4:28, 4:29, 4:29 y 4:26. El plan era hacer 26 kilómetros, pero a estos ritmos, como que no... Bueno, el viento a favor influye, seguramente cuando sople de frente cambiará la cosa...

Salida del río, baja el ritmo con las rampas y los puentes a 4:34, pero sigo después a 4:28 y 4:27... Ya voy por el litoral, y de repente, veo una cara conocida que viene en sentido contrario... ¡Rosa, la segunda maratoniana más joven en haber corrido las 5 Majors!

Nos saludamos, la acompañé unos metros en dirección al Fórum diciéndole por donde podía ir ya que era la primera vez que corría por esa zona, paré el Forerunner pero el RunKeeper luego me chivó que íbamos más o menos a 4:50, y unos 500 metros después nos despedimos y seguí en dirección al Hotel W, tras zamparme un gel. Volvieron los ritmos intensos, entre a 4:20 y 4:30, y di la vuelta como siempre, en el hotel W. De vuelta ya tenía el viento en contra y el ritmo se estabilizó más o menos a 4:35, nos volvimos a cruzar de nuevo llegando al Fórum, después de mi segundo gel, y ya llegando al río, con mucho viento en contra, salieron ritmos de entre 4:37 y 4:41. Un último esfuerzo llegando ya a casa, y el último kilómetro lo hice a 4:34, que fue precisamente la media a la que me salieron los 26 de ayer, 4:34 min/km.


Si me lo dicen antes de salir a correr contesto que ni loco voy a correr 26 kilómetros en menos de 2 horas, a 4:34 min/km... Pero parece que las piernas responden bien, y lo mejor, la sensación de esfuerzo no era de ir asfixiado o a tope.

Entre las buenas sensaciones y que las Fastwitch 5 ya tiene más de 2 años y el talón bastante desgastado, si voy a intentar correr el 31 de diciembre necesitaré voladoras nuevas, así que Papa Wiggle ya ha recibido la carta y probaré las Asics Gel Hyperspeed 5, estoy muy contento con las últimas Asics que compré y voy a ver si éstas también vuelan... :)

lunes, 16 de diciembre de 2013

Crónica de la media maratón de Vilanova

Había buenas vibraciones, se respiraba en el ambiente, no estaba tan claro como hace dos años, pero algunos indicios hacían presagiar que existía la posibilidad de que, en un día bueno y sin complicaciones inesperadas, en un circuito que conozco tras haber participado en las 4 ediciones anteriores, podía salir una media maratón buena y quizá bajar mi marca, conseguida también en Vilanova en diciembre de 2011...

Y, empezando por el final, esta vez sí que los presagios fueron buenos, fue un día de ésos en los que todo sale bien, y corrí los 21 kilómetros y 97 metros en 1 hora, 29 minutos y 5 segundos, MMP por 28 segundos, que visto así es apenas un segundo por kilómetro más rápido que la anterior, pero como todos seguramente sabéis ese segundillo extra cuesta horrores ganarlo... :)

Día perfecto para correr, mucho frío pero sol, llegamos a Vilanova Manu, David y yo sobre las 9:10, aparcamos en un lugar estratégicamente situado muy cerca de una zona donde discretamente se puede cumplir el punto 8, y en pocos minutos ya estábamos con los dorsales de vuelta en el coche, para ponernos el traje de faena y calentar.



Pero antes de calentar... Otra gran noticia, empezar la carrera habiendo hecho los deberes casi a pie de pista... Obviamente, de eso no hay foto. Comencé al calentamiento, ligero como nunca, pude saludar a Diego, que iba a correr con su esposa su primera media maratón, y sin mucho agobio me pude colocar en una buena posición de salida.

Lo dije claro en el post anterior; si veía que la cosa empezaba bien, iría a buscar marca. Y a los pocos metros de la salida me di cuenta de que, al menos mentalmente, estaba a tope. Sirva de ejemplo que, como siempre, llevo el Forerunner y el RunKeeper. Puse en marcha el Forerunner al cruzar la alfombra de salida, y cuando iba a poner el RunKeeper, resulta que se había bloqueado el iPhone y me pedía el PIN. Otras veces, bajaba el ritmo, ponía el PIN y el RunKeeper en marcha, pero esta vez no, decidí seguir al ritmo que tocaba, y correr con el iPhone en el brazo y ningún software grabando mi carrera... :)

El recorrido lo recordaba, pero con esta carrera pasa como con el Paralelo... Cuando la estás corriendo, te das cuenta de que hay rampas un poco jodidas, que siempre acaban afectando al ritmo... Unos días después, se te olvida, cuando vuelves al año siguiente, piensas, "bah, no era para tanto, si en el perfil no se ve tan duro", pero luego vuelves a correr y te das cuenta de que sí, de que el desnivel se nota y bastante...

Primeros kilómetros de sube-baja, a 4:07 el que sube, 3:59 el que baja, 4:07 otro que sube, 3:59 otro que baja, 4:14 otro que sube... Ya llevamos 5, se acerca el tramo llano por el puerto, que recordaba que se me hizo muy largo en años anteriores, pero esta vez se me hizo incluso corto. Quizá porque mientras llegábamos al puerto, me di cuenta de que sí, de que todo iba bien y de que podía hacer marca. El detalle revelador fue la reacción que tuve después de ese km 5. Tenía por delante de mí un grupo bastante numeroso, más o menos a 20 metros. Hasta llegar al puerto, tenía por delante primero un kilómetro con una ligera bajada y luego otro totalmente llano, y era el momento de ver si podía mantener el ritmo adecuado regulando las fuerzas. Tenía que ir algo por debajo de 4:10, ya había ganado algunos segundos gracias al perfil algo descendiente, ya que en la primera mitad siempre voy más fresco, pero si no guardaba algunos segundos en el banco, el tramo asesino del km 14 al 18 podía llevarse la marca a freír espárragos... El grupo que comentaba iba a muy buen ritmo y se veía muy concentrado en la labor, y en ese momento pensé que si enlazaba con ellos antes de llegar al puerto tendría mucha parte del trabajo ya hecho. No me impacienté, puse el punto de mira en ellos, y tardé dos kilómetros, pero justo en el 7, cuando llevábamos un tercio de carrera, adelanté a uno que se descolgó, y justo girando hacia el puerto, ya estaba al final del grupillo.

Y sí, esas cosas levantan la moral... Vi que llevaban un ritmo bueno, pero de cerca no se veía tan bueno... :) Tenía por delante un tramo de transición, otro tercio de carrera, 6 kilómetros prácticamente llanos, y el inicio de la zona asesina en el 13. Cogí velocidad de crucero, y salieron a ritmos de entre 4:08 y 4:13, dejando atrás el grupo entero y adelantando a bastante gente más. Fue en ese tramo cuando vi la bicicleta de la primera clasificada, y la tuve al lado durante lo que quedó de carrera...

Llegaba la parte durilla, la afrontaba con buenas sensaciones y algunos segundos de margen. En el 14 pierdo algo, sale a 4:18 con un desnivel de 12 metros... El 15 cuesta, en subida, 4:29. No quiero apretar más de la cuenta y quemarme, no me obsesiona perder más de 15 segundos del ritmo medio que quería llevar. El 16 en 4:20, también con pendiente ascendente. Pero lo peor ya ha pasado. El 17 baja, lo hago en 4:14, intentando recuperar un poco. El 18 vuelve a subir y sale a 4:17. El 19 es un regalo, con pendiente negativa, en 4:09. Ya empiezo a echar cuentas... El 1:29 está a tiro... El 20 es llano, y lo clavo en 4:13, que es el ritmo de carrera para hacer 1:29. Misión cumplida. Ya sólo queda apretar un poco los dientes en el 21, que sube, y con los otros 20 que llevo en las piernas se hace un poco duro, sale en 4:23... Y ya está el estadio a la vista, una última bajada, otra subida, y 250 metros (el Forerunner nos dio a todos algo más de distancia) echando el resto, a 4:01, para parar el reloj en 1:29:05, mejor marca personal en media maratón, bajando en 28 segundos la que hice hace dos años.



La cara de MMP, que ya se me estaba olvidando... :)


Y ahora... Sí que me voy a tapar un poco... Próximo objetivo, Nassos el 31 de diciembre, la 10K donde tengo también mi mejor marca personal, también desde hace dos años. Ahora sí que toca ser objetivo, y es un hecho que una 10K es un esfuerzo anaeróbico considerable, y que la capacidad anaeróbica, si no se entrena (y aunque se entrene!), baja con la edad, al contrario que la aeróbica, que es más fácil de mantener e incluso mejorar con entrenamiento maratoniano...

Lo intentaré, no lo voy a negar. Pero si hace un par de días me mojaba y decía que en media maratón podía hacer marca, ahora me mojo menos, y creo que en 10K puedo intentar bajar de 40 minutos si tengo un día bueno, pero no creo que me acerque a los 39:30... Eso sí, intentarlo, lo intentaré.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Media peak week, medio taper, media maratón...

Cuando encadeno dos maratones en menos de 4 meses, puede darse el caso de que no empiece un plan desde cero, según cómo haya acabado la primera maratón. Como explicaba en la teoría del post pasado, puede ocurrir de que el cuerpo responda más o menos bien y que ese estado de forma se mantenga en vez de caer en picado para volver a empezar desde el principio...

La vuelta de Nueva York ha sido mucho mejor de lo que esperaba, quizá como consecuencia de que la carrera no fue tan bien cómo esperaba. Los entrenamientos han salido bien, me siento ligero, incluso en la última 10K que corrí acabé con muy buenas sensaciones. Así que el plan que tengo para diciembre es intentar mantener el estado de forma, y ver si sale algo interesante en alguna media o 10K. La primera 10K, fue un buen punto de partida. Y mañana, probaremos con la primera media.

Estas últimas dos semanas los entrenamientos han ido un poco en esa dirección, mantener y afinar pensando en la media. Resumen de hace dos semanas:

Martes 3 => 9,45 km a 5:11 de media, los últimos 3,5 km apretando un poquillo, por debajo de 5:00 a esas horas que entreno yo...
Miércoles 4 => Mi 3x2000 clásico. 2,5 km a 5:39, y 3 intervalos de 2 km a 4:12 con viento a favor y 4:28 y 4:27 con un huracán desbocado en contra.
Jueves 5 => 9,5 km a 5:27, cochino merecido
Sábado 7 => 14,09 km a una media de 5:04, media que no refleja fielmente la calidad del entrenamiento... :) El primer kilómetro salió raro, el GPS se volvió loco y me lo marcó a 6:25. Después, casi todos por debajo de 5:00. Ah, muerto de frío, 0 grados dice Garmin Connect...

El sábado me di cuenta de que las piernas tenían ganas de marcha. 14 kilómetros en ayunas a un ritmo un poco exigente, y con ese frío, desgastan un poco. Pero el domingo me levanté, desayuné, y a las 10:35am, también con un frío terrible, empecé a trotar hacia el río... Y vi que había ganas...

Así que empecé a correr, sin frenarme pero sin pretender apretar, y vi que los ritmos salían cómodamente alrededor de 4:45 por el río y saliendo por el puente, después, ¡por debajo de 4:40 en el litoral!, como me veía fino seguí corriendo hasta el hotel W, donde di media vuelta con 13 km en las piernas y ritmos de Peak Week, seguí por debajo de 4:40 hasta el 18, tuve un par de km a 4:43 y luego vuelta a 4:37, ultimo tramo por el río con viento en contra pero las piernas iban solas y salieron de nuevo alrededor de 4:40, segundo arriba segundo abajo, y me traje a casa 26 kilómetros a 4:41 de media, así sin quererlo ni haberlo pensado...


26 kilómetros a 4:41 suele ser uno de los entrenamientos estrella de la Peak Week, la semana en la que, tras más de 3 meses de entrenamiento, estoy rozando el pico de forma y toca afinar antes de empezar el taper. Pero el domingo pasado salió casi sin querer. También ayuda obviamente correr con 5 kilos menos encima... Fitbit sigue haciendo de las suyas, sin pasar hambre, simplemente, siendo un poco más consciente de lo que como...

Y después de la sorpresa del domingo, que pudo ser casi media Peak Week, esta última semana me la he tomado de medio taper, volumen no muy alto, intentando mantener la intensidad pensando en la media maratón de mañana.

Martes 10 => 9,56 km a 5:44, cochinerus maximus...
Miércoles 11 => Series en cuesta. 2,25 km calentando, y 5 intervalos de 500 metros en subida con su consiguiente bajada, que hice en 2:30 (empezando fuerte), 2:25, 2:27 (me dormí un poco), 2:22 (volvemos a ponernos las pilas) y 2:15 (¡igualando mi mejor cuesta personal!). Eso sí, tras la última, tuve que parar a recuperar el aliento al borde del vómito....... 2,14 km enfriando, y a casita.
Jueves 12 => 9,53 a 5:10, rápido para mis ritmos habituales a esas horas...
Y hoy sábado 14 => 7,00 km a 5:05 de media, mañana corro pero me apetecía salir a estirar las piernas en ayunas por la hierba del Besós...

Mañana, Media Maratón de Vilanova. Donde hice 3 veces MMP en 4 participaciones. Será la quinta que corra, la primera carrera que corra 5 años seguidos. No sé si estaré para MMP, pero si veo que empiezo bien, lo intentaré. Tenía otra opción en Sitges, el 12 de enero, pero al final se me va a complicar un poco, o quién sabe, quizá no. Algún año pasamos un frío extremo en la Media Maratón de Sitges... Y voy a llegar a ese día, en teoría, bastante adaptado al frío... Ya contaré en qué lío me he metido... :)

lunes, 2 de diciembre de 2013

Ni 10K ni maratón

Ni 10K ni maratón, sino todo lo contrario. Ya estamos en época de medias maratones. La prueba en la que creo que me puede quedar algo de margen de mejora... En 10K no creo que vuelva a los tiempos de hace dos años, en maratón sí que me gustaría rascar un par de minutillos a mi marca cuando corra en Sevilla, pero con la media maratón sí que creo que tengo una deuda pendiente que me gustaría cobrarme en las próximas semanas...

Hace un año no pensaba así, por esta misma época, corrí en Vilanova en unas condiciones poco propicias para la práctica del deporte, y poco después, en Sitges, problemas intestinales me dejaron con las ganas de intentar hacer una buena carrera. Después corrí la de Barcelona bastante griposo y tampoco me salió una carrera para recordar... En esos meses, las 10K tampoco salieron muy bien y los entrenamientos eran bastante cochineros... La maldición de Berlín, lo llamé... :)

Y pensando en eso, he gestado una extraña teoría que parece que en mi caso está funcionando. A veces he hablado del fenómeno de la supercompensación, un aumento importante en el rendimiento en carreras más cortas después de haber preparado y corrido una maratón. Pero con ciertas condiciones... Haciendo un poco de memoria...

Otoño de 2010, maratón del Mediterrani, la primera, acabé sufriendo mucho a partir del 30. Dos meses después, zasca, MMP en 10K.

Otoño de 2011, maratón de Bilbao, mal, muy mal, sin sufrir tanto pero viendo que las piernas no tiraban... Peor marca que un año atrás... Dos meses después, toma, MMP en media maratón y MMP en 10K.

Febrero de 2012, maratón de Sevilla, MMP, sufriendo muy poco, sin sentir la hostia del muro, un par de meses después, no hay manera de bajar de 41 minutos en 10K y todas las carreras me salen de mal en peor...

Otoño de 2012, maratón de Berlín, la carrera soñada, MMP, sin muro, sin sufrir, disfrutando cada kilómetro... Llegan las medias y las 10K pocas semanas después, y todo son problemas, estomacales, gripes, las piernas no tiran...

¿Será que cuando sale una maratón redonda, de ésas que llegas hasta el final sin sufrir, haciendo marca, dosificando, exprimiendo hasta la última gota de glucógeno, luego el cuerpo necesita recuperarse al menos un par de meses? ¿Y será que cuando sale una maratón mala, cuando en el 30 estamos muertos, el cuerpo reacciona de otra manera y entonces es cuando se produce la supercompensación y volamos en una 10K o en una media?

Pues si miro estas 4 maratones, a ver si va a ser verdad... La última, New York, fue inolvidable pero acabé fundido a partir del 25... En la última 10K me sentí muy ligero y entrenando voy mucho mejor que hace unos meses... Así que... Habrá que comprobar si es verdad esta teoría mía tan rara... :)

Primer asalto, Mitja de Vilanova, 15 de diciembre. Segundo asalto, 10K Nassos, 31 de diciembre. Y tercer asalto, Mitja de Sitges, 12 de enero. A ver qué sale...

Por el lado de los entrenamientos, el fin de semana no salieron mal, las sensaciones fueron muy buenas... El sábado, corrí en ayunas, un poco más tarde, a las 7:27am, empecé cochinero, 7 kilómetros empezando en 6:13 y acabando en 4:55, y luego, otros 6 algo más exigentes, 4:49, 4:40, 4:36, 4:39, 4:43 y 4:39, que con el viento en contra que hacía aún saben mejor...

El domingo, tirada larga, el sábado me esforcé un poco así que salí quería ir muy tranquilo, aunque los ritmos salían solos y sin proponérmelo los kilómetros iban cayendo en el río por debajo de 5:00... Salí al litoral y el ritmo mejoró por debajo de 4:50, media vuelta, viento en contra y otra vez entre 4:50 y 4:55, y de vuelta al río, otra vez por debajo de 4:50, acabando con 21,25 kilómetros a un ritmo medio de 4:51, con esfuerzo de cochinero...

Voy a intentar trabajar las series largas, pensando en la media de Vilanova, y a ver si el domingo 15 me siento bien e intento buscar un ritmo de 4:10... Al menos, es lo que pienso ahora, en otra ocasión ni me lo habría planteado, pero esta vez, ¿por qué no?

jueves, 28 de noviembre de 2013

Crónica de la Jean Bouin 2013

Cinco años hace que Manu me propuso apuntarme a una carrera de 10K... La Jean Bouin de 2008. Un 30 de noviembre de 2008, para ser más exactos. Y en qué lío me metí... :)

Jejeje, 51 minutos y 24 segundos me marcó el chip. Creo recordar que casi un kilómetro lo hicimos prácticamente andando, un jogger aficionado que salía de la parte de atrás del pelotón no podía aspirar a mucho más en una carrera tan multitudinaria. Ese día conocí el Paralelo y lo duro que puede ser correr una carrera sin haber respetado escrupulosamente el punto 8.

En 2009 ya me había soltado un poco el pelo y la corrí en 43:25, sufriendo en el Paralelo a más de 4:30, y petando en último kilómetro casi a 5:00. El 2010 no corrí porque opté por La Sagrera, y ahí viví uno de mis momentos más emocionantes como runner, cuando paré el cronómetro por debajo de los 40 minutos en una 10K... Un año después, también falté, esta vez fue la Media Maratón de Ripoll lo que me dejó sin Jean Bouin en 2011... Pero en 2012 reincidí, subí el Paralelo por debajo de 4:30 y en el último kilómetro volví a hundirme, acabando en 43:06, ya había pasado la época de correr las 10K por debajo de 4:00 el kilómetro... :)

Este año de nuevo el fantasma del Paralelo rondaba mi cabeza, y visto que últimamente no ando muy suelto con las 10K, me temía un pequeño desastre... Hice unas series en cuesta la semana de la carrera que no salieron mal, pero las series clásicas en llano no me salen ni mucho menos como hace un par de años, entiendo que mi velocidad punta se ha sacrificado a cambio de la resistencia que necesita un maratoniano. Aún así, el domingo me levanté a las 5:30am con ganas de intentar correr un poco...

Quedé con Manu, el otro reincidente, en el mismo guardarropa. Llegamos con tiempo de estirar y calentar bien, Manu iba muy motivado, ha hecho mucha montaña y eso luego te hace volar en el asfalto, yo no tenía muy claro cómo me iba a sentir, calentamos, y nos dirigimos a la salida. Nos fuimos al tercer cajón, y la vergüenza ajena que produce ver a tanta gente colándose donde no le corresponde fue casi insoportable... Señales bien claras con los puntos de entrada de cada cajón, que para los que no han ido al colegio, coincide con el color del dorsal para evitar errores. Y a ambos lados de la puerta de entrada, vallas de menos de un metro de altura. Así que muchos bípedos implumes decidieron que era mejor saltar la valla y colarse en el cajón que no les correspondía, para qué iban a irse al suyo... Era tanta la desvergüenza que alguno quiso entrar por la puerta, haciéndose el tonto (no le costó mucho porque la cara ya la tenía), la voluntaria que había en la puerta le dijo que no podía entrar a ese cajón, y acto seguido, el idiota se dio la vuelta, y delante de la mujer, saltó la valla y se metió dentro. Con lo sencillo que sería electrificar las vallas o contratar francotiradores... O mejor aún, detectar quiénes salieron de un cajón que no les correspondía, y teniendo su código de chip, expulsarlos de cualquier carrera o competición y no dejarles participar en los próximos 6 meses.

En fin, gracias a tantos energúmenos, muy ágiles para saltar vallas pero muy patosos cuando se trata de correr, la salida fue muy accidentada y lenta... Hasta el segundo kilómetro no se pudo correr bien, fui con Manu sorteando corredores hasta ese punto, me sentí bastante suelto y decidí probarme un poco e hice el segundo por debajo de 4:00, sin tener la sensación de que iba a ese ritmo. De todas maneras el GPS estaba medio tonto, quizá no iba a 3:45 como decía el Forerunner, que al final me marcó 280 metros de más... Seguí tirando, aprovechando el perfil ligeramente descendente, 3 kilómetros más por debajo de 4:00, según el reloj, y luego, cuando el perfil ya no fue tan favorable, un par de kilómetros entre 4:00 y 4:10...

Y sí, el Paralelo, ahí lo tenía... El paralelo siempre me destroza en las Jean Bouins, y se convierte en mi infierno particular en la maratón de Barcelona. Había ido un poco fuerte, aunque sin estrujarme, y temía pagarlo en la subida...

Pero esta vez no fue para tanto, quizá también influyó un cambio en el trazado, en vez de subir el Paralelo de un tirón, se hace en dos partes. La subida, combinada con algún tramo llano y el tramo final que también es una subida bastante pronunciada, me salió con parciales de 4:15, 4:10 y 4:26, y los metros demás, en bajada, a 3:38. Obviamente los ritmos no fueron esos, por todo lo que recorrí de más con tanto zigzag o por los problemas con el GPS por el centro de Barcelona... Oficialmente, fueron 10 kilómetros a 4:11 de media, completados en 41:52, si llegar a estrujarme, a 169bpm de media. Normalmente, en una 10K si voy a tope me sale por encima de 172bpm...


Manu llegó muy poco después, nada más y nada menos que con una MMP bajo el brazo, casi bajando de los 43:00. En Nassos me va a hacer sufrir... :)

Al final, sin exprimirme, me salió una carrera con un perfil con tramos complicados a 4:11, y con la sensación de que quedaba combustible... No para correr una 10K en 40 minutos... Pero quizá sí para buscar algo intermedio, como intentar ver si mi marca en media maratón podría estar en peligro... Veremos, correré Vilanova y Sitges, si sale un buen día, ¿por qué no intentarlo?

Al día siguiente, salí a cochinear un poco de madrugada, 7 kilómetros suave y los últimos 2,5 apretando un poco, por debajo de 5:00.

El miércoles, pensando en las medias maratones, intenté atreverme con series de 2000, pero salieron fatal. Entre el viento infernal, el frío y que no andaba fino, los dosmiles salieron a 4:24 con viento favorable, y a 4:30 y 4:33 con un huracán en contra...

Y hoy, con un frío de tres pares, un Easy Run que salió alegre, media de 5:18, lastrada por el primer kilómetro a 6:05, pero rodando entre 4:59 y 5:15 los demás. Se trataba de correr un poco más rápido o simplemente morirse de frío... :)

viernes, 22 de noviembre de 2013

Fitbit

Había prometido contar mi experiencia con el Fitbit, y aprovechando que los entrenamientos a esta altura del plan no dan para mucho, no se me ocurre mejor momento que hacerlo ahora... :)

Los entrenamientos, bien gracias. En vez de descansar totalmente dos o más semanas, ha sido sólo una semana la que he estado parado y va vuelvo a la carga, con la idea de no empezar desde cero e intentar mantener el nivel de forma, incluso no obsesionarme en que baje un poco, para luego empezar a apretar cuando falten 8 semanas. Con esto en mente, descansé el martes después de 3 días seguidos, con tirada larga incluida, y el miércoles corrí cochineramente 6,5 kilómetros, pero se me hacía tarde y decidí dar un pequeño hachazo de 2,5 kilómetros que salieron entre 4:30 y 4:35, para acabar con 500 metros enfriando. Y ayer jueves, pensando que el domingo tengo una 10K, mi entrenamiento talismán para estos casos, las series asesinas en cuesta subiendo al hospital del Espíritu Santo. 3 kilómetros muy suaves, incluyendo un desvío hacia el puente del Molinet que quedó en falsa alarma, y luego 4 intervalos de 500 metros en cuesta, con otros tantos al trote bajando. Normalmente los primeros intervalos los hago en 2:40, cuando me voy animando empiezan a salir en 2:30, apretando cerca de 2:20, y mi Mejor Cuesta Personal está en 2:15. Esta vez empecé enchufado, primer intervalo en 2:27, segundo en 2:23, tercero en 2:21 y cuarto en 2:17. Lo dejé en 4, acabé el último bastante fastidiado, pero aquí huela a que el 2:15 pende de un hilo... :) Casi 3 kilómetros más de vuelta, a desayunar, y a currar.

Y ahora, lo divertido, el Fitbit. Ya llevaba un par de maratones pensando que perder algún kilo sería muy provechoso para mis marcas, y en especial, para mis rodillas. Pero no lo conseguía... Obviamente, esas fotos de filetes, postres y vino que van saliendo en el blog tienen algo de culpa... Pero no es sólo eso. En hecho de perder peso no es dejar de comerse un entrecot un día que apetezca, sino que se trata de quemar más calorías de las que se ingieren durante un periodo de tiempo continuado, con cuanto menos altibajos, mejor. Dicho así suena muy fácil, pero lo complicado que es tener una referencia de ese balance calórico hace que muchas veces pensemos que no funciona, que no merece la pena o que a lo mejor ya lo estamos haciendo bien cuando no es así y acabamos tirando la toalla.

¿Y qué hace Fitbit? Pues Fitbit obviamente no adelgaza... :) Pero sí que es una herramienta que nos permite controlar mejor lo que estamos haciendo para conseguir el objetivo de perder peso. ¿Y por qué digo eso? Porque un sábado estaba buscando no sé qué en internet, y vi una cosa muy rara, una báscula con WiFi y una pulsera que mide el ejercicio que hacemos... Y como el dedo es débil, ese mismo sábado le di al botón de comprar y el lunes por la mañana ya lo tenía en la oficina y por la tarde en casa.

¿En qué consiste Fitbit? Básicamente en tres cosas...

Una báscula con conexión WiFi

Una pulsera de actividad, que mide las calorías aproximadas consumidas, controla el tiempo que duermo y la calidad del sueño y además sirve de despertador...




Y una web y una App de iPhone donde se recopila toda la información...



¿Qué información? Vayamos por partes... Rutina diaria... Estoy profundamente dormido, y de repente, la pulsera de actividad empieza a vibrar. Son las 4:40am, la hora que he programado en la alarma silenciosa. Con la App de iPhone puedo definir a qué hora quiero que me despierte cada día la pulsera, y por Bluetooth se sincroniza la hora elegida con la pulsera y se programa la alarma silenciosa para que la pulsera vibre a esa hora. Mola, ¿no? :)

Con la vibración en la muñeca me despierto, doy dos toques con el dedo a la pulsera y la alarma se para, luego doy 5 toques seguidos para indicar que estoy despierto, me levanto y ya no hace falta ni que suene la alarma del iHome. Recién levantado, me subo en la báscula, ésta me reconoce, y me dice el peso y el índice de masa corporal. Y por el mismo precio, por WiFi, lo envía al servidor y ese dato queda inmediatamente disponible en la web. Después de pesarme, galletas con chocolate, ropa de running, punto 8, y a entrenar. Mientras entreno, siempre de manera aproximada, la pulsera de actividad empieza a calcular las calorías que estoy quemando, y con un margen de error inevitable, calcula los kilómetros que he corrido. El dato de kilómetros y calorías siempre es orientativo, pero está claro que si al final del día dice que he consumido 2300 calorías, habré consumido entre 2100 y 2400, pero no habrán sido 1000 ni 3000, el valor real andará siempre cerca del que dice la pulsera. El día que hago una tirada larga me marca mucho más que cuando hago 10 kilómetros Easy, y ese día a su vez me marca bastante más que si no corro.

Vuelvo de correr, me ducho y me vuelvo a pesar. El dato queda registrado sin necesidad de hacer nada más que subirse a la báscula. Desayuno, y a currar. Mientras voy en metro, camino por la oficina o voy a comer, la pulsera sigue registrando actividad y haciendo un cálculo aproximado de calorías consumidas...

Llego a casa, abro la app de iPhone para que la pulsera envíe los datos que ha ido recopilando, me conecto a la web del Fitbit, e introduzco lo que he comido ese día, si no lo he hecho antes con el iPhone. Como soy un animal de costumbres, el desayuno y la cena son siempre los mismos... Galletas con chocolate y café antes de correr, muesli con cereales, yogur y zumo de naranja después de correr, y ensalada con medio vaso de vino por la noche. Así que, aprovechando las opciones de la web, me he definido esas comidas en mi lista de favoritos, y en sólo 2 clicks ya las tengo registradas. Para el resto de comidas del día, es tan sencillo como escribir las primeras letras de lo que he comido, seleccionar el plato de una lista desplegable, poner la cantidad que he comido, y aceptar. Aquí el programa podría mejorar, no siempre encuentras todos los alimentos o las unidades de medida que te gustaría, pero se puede añadir un alimento nuevo manualmente. He visto otros programas que permiten escanear el código de barras del envase y ya da de alta automáticamente la comida, pero por desgracia Fitbit no lo hace. Pero bueno, buscando alimentos parecidos con algo de imaginación o dándolos de alta, se puede registrar todo.

Con todos los datos ya actualizados, y con la pulsera sincronizada gracias al iPhone (la pulsera manda los datos al iPhone por Bluetooth, y el iPhone a la web por internet), puedo repasar cuántas horas he dormido, cuántas veces me he despertado, cuántas calorías he ingerido y consumido, cuánto pesaba recién levantado y después de entrenar, y si me apetece, ver gráficas de todo eso... :)

Todo esto se puede hacer con papel y lápiz... Pero lo bueno que tiene Fitbit es que con un esfuerzo mínimo, que consiste en llevar una pulsera puesta, subirse a la báscula y dedicar 5 minutos a introducir lo que has comido, es posible tener una visión muy precisa de si realmente estamos ingiriendo muchas o pocas calorías, y si esto realmente se nota en el peso a lo largo del tiempo analizando las gráficas. Y con esto pasa como con los planes de entrenamiento... Que cuando llevas un tiempo haciéndolo ves que funciona... :)

¿Por qué he empezado a perder peso ahora y no antes de comprar el Fitbit? Porque soy consciente de lo que hago... :) Las galletas con chocolate me las como igual... Pero ahora sé que son 160 calorías, según cómo, casi el 10% de las calorías totales que consumo en un día. Así que... Me las como antes de entrenar, por su efecto catalizador del punto 8... Pero los días que no entreno, castigado sin galletas (antes me las comía igual). Las primeras veces que empecé a escribir "patatas fritas" y salieron las calorías que salieron... Decidí que mejor al horno que fritas, si un día voy a comer al McDonalds. Y de esto me habría cansado pronto si no hubiera visto, una semana después de empezar con esta rutina, que sí que había bajado algo de peso, y que esa bajada además se veía en la gráfica que era más o menos constante, ligera cada día, pero constante. E igual que cuando vemos que después de entrenar una semana en serio, la siguiente tirada larga sale unos segundos más rápida y a menos pulsaciones, cuando cuidamos un poco detalles como las galletas o los fritos y vemos que el resultado se nota, nos animamos a seguir haciéndolo.

Ver las horas que realmente duermo también me ha hecho irme a la cama un poco antes cada día... Y si veo que un día que no he entrenado, tampoco he estado muy activo, me doy más paseos de lo habitual en la oficina...

Tampoco es tan cara, podéis ver los precios en Amazon... Y mis rodillas seguro que me están muy agradecidas por la compra... :)

En resumen... Un conjunto de elementos tecnológicos... Que hacen muy sencillo llevar un control del balance calórico y el sueño, factores más que importantes en el entrenamiento y especialmente si se quiere adelgazar... Porque como leí una vez... El jogger corre para adelgazar... Y el runner adelgaza para corre más... :) En mi caso, no quiero que sea una obsesión y no lo es... Porque además añado de mi cosecha, que el runner adelgaza para que sus articulaciones sufran menos... :)

lunes, 18 de noviembre de 2013

¡Muchas novedades!

Ya hace dos semanas que corrí la maratón de Nueva York, y como suele pasar en estos casos, me parece que haya pasado casi un año y mi cabeza ya está, entre otras muchas cosas, pensando en la siguiente.

Pero antes de contar todo lo que tengo entre manos, primero quiero dar las gracias a todos los que habéis leído la crónica y me habéis dejado palabras tan emotivas en los comentarios de la misma. Merece la pena pasarse volando unos cuántos estados norteamericanos escribiéndola si la lectura ha sido del agrado de tanta gente. Ojalá la próxima salga bien y de paso sea una maratón corrida con la cabeza, pero es que en Nueva York... Cuesta mucho no correr con todas y cada una de las vísceras que tenemos... :)

Y sí, novedades, muchas. Tantas que no voy a poder explicarlas todas bien. Pero como los entrenamientos no dan para mucha prosa estos días, intentaré ir desgranándolas post a post.

La primera novedad, por supuesto, maratoniana. Ya tiene fecha. 23 de febrero de 2014, en Sevilla. En Sevilla hice MMP hace un par de años, logré bajar la marca de mi primera maratón en la cuarta que corría, desde Sevilla 2012 he corrido 5 más, y ahora, con el cambio de recorrido no se me ocurre mejor sitio en el que intentar atacar el 3:15. Ya tengo vuelos y dorsal, así que sólo queda empezar a entrenar... :)

Y empecé a entrenar justo el día después de la maratón, aunque a eso no se le puede llamar entrenamiento, sino que es el producto de esa afición desmesurada de coleccionar rutas en el RunKeeper y el Garmin Connect por ahí donde pase... Sí que me tomé unos días de descanso, los que pasé en Méjico con la otra familia que tengo ahí. Es una zona en la que hay una falla y por tanto peligro de terremotos, erathquakes en inglés...




Fue esos días cuando me di cuenta de lo mucho que soy capaz de comer si me ponen alimento delante... :) Fueron unos días geniales, visitas a viñedos, comida, visitas al puerto, comida, visita de la familia, comida... Visité La bufadora de Ensenada, un fenómeno de la naturaleza que consiste en la salida a presión de agua de mar que previamente se ha introducido de manera natural entre los recovecos de las rocas de la costa...





Y comí, mucho... Atención el Rib Eye, y el postrecito que le siguió en la comida en los viñedos... Y hubieron entrantes y dos botellas de vino. Botellas que no compramos en el restaurante, eso sí que no lo he visto en ningún sitio, el restaurante en el que comimos ese día estaba en una zona de viñedos, y si habías comprado alguna botella en uno de esos viñedos, podías bebértela tranquilamente con la comida.





Seguí comiendo, comiendo y comiendo... En el viaje de vuelta, que incluyó una evacuación de la terminal del aeropuerto de San Diego por fuego, seguí comiendo, y en Heathrow, antes de la última escala, seguía teniendo hambre y me pedí un platito de noodles... Atención al tamaño del bol, que más parecía para lavarse los pies, y ojo al tamaño de la cervecita, de 590ml...




Ya en el último avión, aprovechando que mi cachorro más pequeño estaba dormido, me comí su cena...

Pero lo mejor de todo esto es...

Que la báscula sigue marcando entre 69.5 y 71.5, en función de si he desayunado, he entrenado o ha habido punto 8... Vamos, que sin desayunar, después de correr y habiendo hecho los deberes, estoy por debajo de 70 kilos (en mi vida había pesado menos de 73), y los días que no corro, si no salen los deberes, después de desayunar sigo por debajo de 72. No, no es ninguna paranoia con el peso, es simplemente la rutina del fitbit, todavía debo un post explicando las bondades del cacharro que ha obrado parte del milagro...

Después de volver del viaje, vuelta a los entrenamientos. 8 kilómetros a 5:36 el lunes pasado, 2,5 calentando y 5 miles a 4:15, 4:20, 4:24, 4:21 y 4:16 el miércoles, 9,62 kilómetros a 5:43 el jueves, 9,55 kilómetros a 5:18 el sábado, con algo de lluvia, y el domingo, después tanto cochinear, me decidí a correr un poco más y me salieron, así como si nada, 18,32 kilómetros a 4:47 de media por el litoral, en un día precioso, frío y lluvioso, de ésos que tanto nos gustan a los runners.

Y hoy lunes, pese a haber salido sábado y domingo, he vuelto a rodar, bajo un diluvio universal y un viento huracanado, 9,52 kilómetros a 5:35 de media, yendo a ratos parado por el viento en contra. Y no exagero, alguno seguramente habrá visto en algún telediario nacional que en Barcelona hay alerta por posible desbordamiento del ínclito río Besós... :)

¿Y por qué he corrido hoy? Pues, porque una de las cosas que me gustan de mi nuevo trabajo, es que algunas tareas importantes se hacen a las 8:00am, hora más que adecuada para un madrugador. Y como mañana martes tengo una, y la oficina me pilla un poco más lejos que la anterior, no me da tiempo a entrenar los días que tengo cosas que hacer a las 8:00am. Pues eso, como decía, que he cambiado de trabajo, ahora soy Producer en Ubisoft. Y entreno para correr maratones antes de ir trabajar... :) Ya lo contaré con más calma...

martes, 5 de noviembre de 2013

Crónica de la ING NYC Marathon 2013

Suena a tópico, pero no se me ocurre mejor manera de empezar este post que diciendo que en un evento como la maratón de Nueva York, el tiempo final es lo menos importante. Mucho mejor es todo lo que la rodea, el viaje, la estancia, la ciudad, la manera de los neoyorquinos de vivir su maratón... O las anécdotas, que fueron muchas. Pero como al final el tiempo es lo que sale en las clasificaciones, y con el paso del tiempo, se nos olvidarán algunas anécdotas, se nos olvidará las penurias que tuvimos que pasar, pero la marca normalmente no se olvida, vamos a empezar con un breve resumen de la carrera...

La puedo resumir muy fácilmente. No habrá ritmos por kilómetro, ni parciales al segundo, ni nada de eso. Sólo estaban indicadas las millas, y los pasos por el kilómetro 5 y sus múltiplos. Además, en los puentes, el GPS hacía muchas tonterías. Resumiré la carrera con un paso por la media en poco más de 1:36:00. La primera media es muy favorable, incluso los primeros kilómetros de bajada por el puente de Verrazzano salieron alguno por debajo de 4:00. Llegué a la media con un parcial para bajar de 3:15 aún perdiendo tiempo en la segunda, pero la segunda mitad era más dura, quedaban todavía muchos puentes y el viento decidió fastidiarnos un poco la carrera... Hasta el kilómetro 25 iba bien, aguantando el ritmo, pero el Queensboro Bridge me dejó totalmente quebrado, una subida muy pronunciada, un viento infernal en contra, y mis piernas sufrieron mucho para intentar mantener un ritmo más cerca de 6:00 que de 5:00...

Ese infierno duró casi dos kilómetros, que me parecieron 10... Ya no volví a recuperar un ritmo de 4:40, iba sobre 4:45... 4:47... 4:50... Llegaron los 5:00... Y por encima de 5:00 al final... Las cuenta del 3:15, de mi MMP, de bajar de 3:20, fueron quedando obsoletas con el paso de los kilómetros. Al final, 3:22:28, la marca que suelo hacer con las Kinvara 3, habrá que cambiar de zapatillas si quiero mejorar mis tiempos... :) 3:21 en Barcelona, 3:22 en Madrid, y ahora 3:22 en Nueva York. Tres maratones muy distintas, corridas de manera muy distinta, acabando casi en el mismo tiempo. Para hacérselo mirar...



Pero como decía, el tiempo y los ritmos son lo de menos. Lo más emocionante es todo lo que rodea al evento. Intentaré ser breve, pero pasaron tantas cosas...

La semana anterior al viaje estuve un poco resfriado. Me dio una alegría inmensa haber pillado un pequeño trancazo antes de la carrera, así llegaría inmunizado al gran día. Y menos mal que fue así, porque en el vuelo a Nueva York, me tocó de compañero de asiento a uno de los colegas de Jesse Pinkman, que se pasó todo el vuelo moqueando y tosiendo. Si no llego a haberlo pasado antes, seguro que llego a Nueva York hecho un resfriado andante gracias a mi compañero de viaje...

El vuelo se hizo corto, la verdad, pese a que estuve un par de horas más en el aeropuerto por el retraso de dos horas que traía. Un poco de lectura, una especie de siesta, y casi sin darme cuenta ya estaba en Nueva York. Se hacía tarde, me fui a la cola de los taxis, y ahí vi la primera sorpresa del viaje. No me habría imaginado tanta impunidad y morro por parte de los taxistas "piratas", que casi te abordaban para que no cogieras un taxi oficial. Si la licencia de taxi oficial de NYC cuesta lo que dijo esta mañana el guía del autobús, no entiendo cómo se puede permitir esa competencia tan desleal...

Quería coger el dorsal el mismo viernes, y aunque ya era bastante tarde, llegué a tiempo a la parada para pillar el último shuttle a la feria del corredor. El viernes hizo un día casi veraniego, no era yo el único que iba con bermudas por la ciudad. Y segunda anécdota... Se me acerca una señora, de más de 50 pero con pinta de deportista, y me pregunta si ahí se cogía el shuttle. Le dije que sí, que último pasaba a las 7:00pm, y me dijo algo que se podría traducir como "ah, ya me lo imaginaba, con esas pintas que llevas seguro que vas a la feria del corredor"... :) Supongo que a los maratonianos se nos reconocía a la legua. Tipos flacos, con ropa cómoda y zapatillas de runner, invadiendo la ciudad... Por cierto, el shuttle de ida y de vuelta... ¡Gratis!

La feria del corredor no es tan impresionante como la de Berlín. Recogida de dorsal sin colas, y luego visita a la zona donde venden ropa y merchandising de la carrera... Que es la tentación convertida en feria... :) Me contuve, pero no pude resistirme a una mochila, una camiseta de manga larga y la chaqueta que llevaré cada día en invierno... Vuelta al hotel, no me apeteció salir a cenar y me pedí un poco de arroz y pollo del room service, y antes de las 9:00pm, ya estaba durmiendo como un bebé.

El sábado decidí darme unos garbeos en el bus turístico, después de desayunar en el hotel. Ya estuve en Nueva York de joven, así que no tenía predilección por visitar ningún sitio en concreto. En el bus ya pude comprobar cómo vive la ciudad su maratón. La guía preguntó si alguien la iba a correr, salté al momento, y todos mis compañeros de viaje me desearon mucha suerte y aplaudieron. Increíble, eso no creo que pase en ninguna otra ciudad del mundo... Después del garbeo en bus por el uptown, comí ligero y me di otro garbeo en barco por la tarde. El muelle de donde salía el barco estaba un poco alejado del hotel y no había metro cerca, tuve que darme un buen paseo de 20 minutos y llegué casi cuando estaba saliendo... De nuevo, misma escena. El guía preguntó si alguno íbamos a correr la maratón, éramos tres, y de nuevo gestos de admiración y los mejores deseos de nuestros compañeros de travesía. El guía estuvo enseñándonos por qué puentes íbamos a pasar, dándonos cifras de la carrera, deseándonos suerte al acabar la ruta. De nuevo, impagable. El hombre se ganó la propina... :)

Y después la suerte se me puso de cara. Ya estaba pensando en el largo paseo de 20 minutos, cuando vi que había un bus de la misma empresa en frente del barco y que nos invitaban a subir a él. Además empezaba a llover un poco, así que nos dieron unos chubasqueros de plástico. Genial, me iría muy bien para la espera en la villa del corredor. Y mi suerte seguía de cara, pues el bus, que iba en dirección downtown, pasó justo enfrente de mi hotel, hice una señal a la guía, y me dijo que bajara ahí si me iba bien. Me planté en el hotel en apenas 5 minutos y sin tener que caminar, así que iba a llegar a tiempo al Marathon Eve Dinner!

Primera sorpresa, ¡WiFi gratis en el recinto! No tuve que hacer apenas cola para entrar, llegué de los primeros, a las 5:15pm. Como el desayuno fue muy copioso, pero la comida no tanto, el plato de macarrones, lasaña y pollo y la cervecita me sentaron de fábula. Recuerdo el cutre-plato de macarrones con tomate que pusieron en la pasta party de la maratón de Sevilla y el hambre con el que me quedé... En cambio el sábado, la dosis era simplemente perfecta. Compartí mesa con unos maratonianos de Florida, nos deseamos suerte, y ahora sí, el gran día ya estaba a la vuelta de la esquina.



Pillé el sueño increíblemente bien. A las 8:00pm ya estaba frito. Contando el cambio de hora, me levanté a las 4:00am habiendo dormido 9 horas, casi del tirón. Primer desayuno rápido, galletas con muesli y café, pensando en conseguir un punto 8 que llegó sin problemas. Incluso hubo un segundo punto 8 justo antes de salir al autocar.




Salimos sobre las 5:45, siempre tiene que haber gente que se retrasa... :( Muchos coches y autobuses en dirección a Staten Island, normal, 45.000 almas iban hacia ahí. Una de las ventajas de ir con el viaje organizado es que te llevan directamente a las villas de salida, cruzando el puente, sin tener que coger el Ferry... ;) Sobre las 6:45 ya estaba en mi zona de salida, me cobijé en una zona algo cubierta, e hice el desayuno de verdad. Más galletas con muesli, un plátano, una manzana y un zumo, con algo de café frío. Salí a estirar las piernas y vi que daban bagles y café caliente, así que me animé con uno de cada... :) Todavía quedaba esperar hasta las 8:20, hora a la que abría el corral. Pasé un poco de frío, como todos, intenté reposar al lado de una valla, con la sudadera que llevaba y las piernas envueltas en el chubasquero, y por fin se abrió la puerta al corral...



Otro detallazo de la organización, había baños de sobra para todos. Eso no tiene precio. Incluso en el mismo corral, cinco minutos antes de ir a la zona de salida, pude hacer el último pis. Me desprendí de la sudadera, y me encaminé concentrado hacia la salida...

Ahí al fondo se veía la salida... Las liebres de 3:15, 3:10, 3:00... Noto que alguien me dice "anda, un español". ¿Y cómo lo sabía? Pues poque corriendo la maratón de Madrid decidí que cuando saliera a correr fuera de España, llevaría una camiseta de España. Me dieron mucha envidia los noruegos, franceses, italianos y demás que eran animados por sus compatriotas en Madrid. Así que corrí con mi camiseta roja y amarilla, con la palabra ESPAÑA escrita en la parte de atrás. Lo que también me ayudó a tener compañero de carrera durante 10 kilómetros... :) Charlamos un rato, me contó que era la tercera maratón de Nueva York que corría, estuvimos hablando de carreras y marcas, mientras se cumplía al clásico ritual de los minutos previos al inicio de una maratón...

La típica charla del speaker antes de comenzar. Se sombró al alcalde de la ciudad... Y la gente aplaudió... Qué envidia... En Madrid o Barcelona, cuando se nombra al alcalde la gente siempre silba. El himno nacional, respetado por todos, un poco más de envidia... Y para acabar... El "New York, New York", pelos de punta, llevaba dos días tarareando la canción y ahora sonaba a todo volumen y retumbaba en el pecho de cada corredor que iba a participar en el evento deportivo probablemente más grande del mundo...

La carrera ya la conté antes... Fui con mi compi hasta el kilómetro 10, ahí él siguió, le dije que tirara que yo prefería ir un poco más despacio. Curiosamente, me lo volví a encontrar mucho más adelante, ahora cuando bajemos del avión (¿comorl?) le preguntaré... Me volvió a pasar y ya no supe de él hasta.......

El ambiente durante la carrera no se puede describir con palabras... Recuerdo que en Berlín la gente animaba con palmas, sirenas de bomberos, campanas de iglesia... Y me impresionó... Pero lo de Nueva York es otra historia... Nada más cruzar el puente de Verrazzano, había miles de personas a ambos lados de la carrera, gritando como nunca había escuchado gritar a nadie. Se te pone la piel de gallina cuando los oyes la primera vez. No dejé de escuchar gritos de ánimo excepto en los puentes, y en el barrio judío. En esa zona no había casi gente en la calle, apenas grupos de 2 ó 3 personas cada 500 metros que gritaban todo lo que podían, mientras les miraban raro los trenzados habitantes habituales de la zona... Al salir de ese barrio, todo volvió a la normalidad, en los puentes, daba la sensación de entrar en una zona de silencio absoluto, se oía respirar a los que estaban al lado, los golpes de las zapatillas en el asfalto, el viento haciendo vibrar los dorsales. Pero al aproximarse a la salida de cada puente, se empezaba a escuchar el griterío animando a todo pulmón, y al pasar por delante de los primeros espectadores de nuevo nos llegaba un subidón de ánimos y adrenalina. Gritos y toda clase de ánimos, "Come on!", "Go, go, go!", "You're champions", de todo... El público te miraba a la cara y esperaba tu sonrisa o gesto de agradecimiento.

Los avituallamientos, excepcionales. Agua y bebido isotónica cada milla a partir de la tercera. Los voluntarios, excelentes. Fijabas la mirada en uno de ellos, y te decía "I've got you!", y te daba el vaso prácticamente en la mano, con cuidado de que no se cayera. Todos los avituallamientos eran a ambos lados de la carrera, y no hubo el más mínimo problema en ninguna.

Y sí, lo de la camiseta fue una buena decisión. No puedo recordar cuántos, pero conté por decenas los grupos de gente que me dieron ánimos al grito de "Vamos España", "Venga España", "Ahí ahí España"... Giraba la cabeza buscándolos, y veía rasgos conocidos que podían ser de cualquiera de mis vecinos, sonriendo y animando con total sinceridad. A todos les respondí con una sonrisa y el pulgar en alto, mientras un pequeño chute de adrenalina me daba más fuerzas... Ya al final, eran los propios corredores, cuando yo ya iba más tocado, los que me daban una palmadita al adelantarme y me transmitían ánimos, igual, "venga, España", "ya lo tenemos, España"...

El último tramo, cuando ya vamos todos destrozados, pues el domingo el viento y los puentes hicieron estragos en muchos corredores, fue apoteósico. Era imposible no dar hasta el último aliento y dejarse la piel en la carrera con tantos ánimos del púlico. El griterío ensrodecedor de toda la carrera, en Central Park subió aún más de intensidad... Las piernas dolían, la respiración era costosa, pero las fuerzas salían para agradecer con el esfuerzo a los miles de almas que, pasando frío, estaban ahí llevándonos en volandas... No hubo fuerzas para esprintar, pero sí para llegar con la cabeza alta y feliz...

Al acabar la carrera, con las piernas destruidas, doloridas, como rocas, se me hizo interminable el paseo hasta la salida de Central Park... Nos dieron primero una manta de papel, y luego un poncho espectacular. Los Walking Dead seguíamos avanzando por Central Park West, recibiendo cientos de "congratulations" y sonrisas de los voluntarios, que te levantaban un poco más la moral y animaban a dar el siguiente paso. Los voluntarios se desvivían por los corredores, sonrisas, felicitaciones, te ponían bien el poncho si lo llevabas mal cerrado, te preguntaban cómo estabas...

Por fin llegué al final de Central Park, el hotel estaba a 100 metros... Pero... Oh, oh... No se podía cruzar, la maratón pasaba justo por ahí... Había que dar un rodeo de apenas 500 metros, que me llevó una hora hacerlo. Pero fue una de las horas más emocionantes que he vivido... Los corredores íbamos en contra del sentido de las agujas del reloj, y el resto de transeúntes en sentido contrario al nuestro. Y uno detrás de otro, negros, blancos, hispanos, hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, trajeados, policías, casuals... Me veían con el poncho y la medalla... Sonreían y decían "Congratulations!"... Las piernas casi no podían moverse, pero yo me sentía flotar... :) Eran felicitaciones sinceras, agradecidas... La gente de Nueva York ama su maratón, y sabe que los que vienen a correrla vienen a dejarse hasta la última gota de sudor, y por eso nos felicitan y se desviven durante la carrera para dar ánimos...

Conseguí llegar al hotel, y siguiendo mi ritual, me di un baño de agua caliente mientras me tomaba un Gatorade y unos trozos de pretzel. El cuerpo no pedía comida aún, descansé un poco, hablé con la familia por Skype, y entonces empezó a abrirse el apetito... Me fui a una página de reservas de restaurantes online, busqué un Steak House cerca del hotel, y reservé para ponerme como un cochino con una cena temprana...

El sistema de reservas, genial. Te decían la dirección del restaurante, el precio aproximado y el menú. Di un paseo, llegué antes de tiempo, pero me dijeron que no había problema, que pasara. Había cuatro personas del restaurante en la entrada, me preguntaron si había corrido la maratón (la chaqueta que llevaba era una buena pista para pensarlo) y entonces uno de ellos se ganó mis simpatías preguntándome qué tiempo había hecho... :) Creo que es lo mejor que se le puede preguntar a alguien que acaba de correr una maratón, seguro que el tío también las corría, además dijo que era muy buena marca... ;) Recuperé fuerzas con una sopita de langosta y un filet mignon, y volví al hotel mientras aún había gente corriendo la maratón.




Por el camino vi a algunos que la habían acabado y que llevaban la medalla puesto... Y vi cómo les seguía felicitando por la calle... Así que subí al hotel... Y como aún era pronto... Me puse le medalla y bajé a dar una vuelta y de paso comprar unos recuerdos para la familia... :)

Fue el éxtasis... El "Congratulations Night Parade"... :) De nuevo sonrisas y felicitaciones, que se veían tan sinceras, la gente se alegraba de ver a los maratonianos paseando por su ciudad después del gran esfuerzo hecho. Los momentazos sublimes se producían cuando nos cruzábamos dos maratonianos con la medalla... "Congratulations!" "Congratulations to you too!"... Hasta un policía me dijo "Congrats man"... Habría dado dos vueltas a la manzanda, pero ya tenía las compras hechas y el cuerpo pedía descanso, otra vez estaba durmiendo antes de las 9:00pm... ;)

El día después de la carrera quería levantarme pronto, pero el cuerpo dijo que no, que tocaba dormir un poco. Miré el Twitter y Manuel y Juan Antonio estaban comentando la posibilidad de vernos a la entrada del Marathon Monday, así que me animé y quedamos los 3... Un mini desayuno de zumo y restos de lo que fui recolectando en la feria del corredor y tras la carrera, y a las 9:15 nos dimos cita en la entrada de Columbus de Central Park. Abrazos y saludos, anécdotas, felicitaciones, y un paseo rememorando las últimas 400 yardas de la carrera con más fotos.



Llegamos a la zona del Finisher Shop, pero la cola era exageradamente larga. Así que nos despedimos, y yo me fui a acabar de amortizar el pase del bus turístico e hice la ruta downtown. Vuelta al hotel, y, pese a haber corrido el día anterior una maratón que me dejó seco... No podía irme de Nueva York sin correr por Central Park... Y si corro por Central Park, corro por Central Park... :) Así que le di la cuelta entera, algo más de 10 kilómetros, a un ritmo de más o menos 5:20... Y ahora sí, se acabó la aventura neoyorkina...



Vuelta al hotel, maletas, chekout, y taxi al aeropuerto. Calculaba que iba con tiempo de sobra para llegar el aeropuerto y comer algo antes de subir al avión, desde el desayuno no había comido apenas una barrita de proteínas y más pretzels... Pero... El tráfico, insufrible... Atascos en Manhattan, carreteras colapsadas hacia el aeropuerto. Como el taxi al eropuerto tiene un coste fijo, al taxista le interesa llegar cuanto antes, así que empezó a buscar atajos, dar rodeos y meterse sin miramientos entre el tráfico casi parado. Total, que tardé más de una hora y cuarto en llegar al aeropuerto. Ahí, una cola enorme en la zona de seguridad... Aún tenía que facturar la maleta... Poca gente atendiendo y muy lentos... Pasajeros problemáticos... Empleados preguntando a qué hora volaba la gente y llevándoselos aparte para que no perdieran el vuelo... El tiempo que seguía pasando y yo ya me estaba poniendo nervioso... Más de media hora para facturar... Luego una cola inmensa en el control de seguridad... Pasé el control cuando hacía 5 minutos que había empezado el embarque para mi vuelo. Que por supuesto, estaba en la otra punta del terminal... Recordando mi odisea en Berlín... Esta vez no hizo falta correr tanto... Pero llegué el último al vuelo...

Y entonces... No sé cuál es la probabilidad de encontrarte con un compatriota en la maratón de Nueva York justo en el momento de la salida... Debe ser reducida pero apreciable... ¿Pero cuál debe la probabilidad de encontrarte a un compatriota en la salida de la maratón de Nueva York, y después encontrártelo en un vuelo de 6 horas que sale al día siguiente, en dirección opuesta a España? Pues ya os podéis imaginar las caras... ¿Pero qué haces aquí? ¡El mundo es un pañuelo! ¡No jodas que vas a San Diego! Además, por poco no nos toca sentarnos juntos... :) Estoy acabando de escribir el post en al avión, luego le preguntaré cómo acabó la carrera, como decía unos párrafos más arriba... ;)

Después de esta experiencia... Sólo puedo decir... Hacedlo. Es un esfuerzo importante, seguro que en mayor o menos medida, todo el mundo debe renunciar a algo para correr la maratón de Nueva York. Pero merece la pena. Para un corredor, es una experiencia casi mística. Todos los madrugones, tiradas largas interminables, el sufrimiento, las agujetas, todo lo mucho que luchamos y nos sacrificamos para ponernos a punto para una maratón... En Nueva York la ciudad y su gente te lo recompensa con un cariño y una manera de animar y agradecerte que hayas ido a correr a su ciudad que no se puede comparar con nada... Cuando fui a Nueva York de joven, hace ya muchos años, noté que en esa ciudad la gente se respeta sea cual sea su origen o posición. El yuppi pide un bagel y un café al vendedor ambulante con respeto. Y éste se lo sirve y prepara con el mismo respeto. En los restaurantes, tiendas y hoteles los empleados realmente se interesan por ti. Y en la maratón, ves que los neoyorkinos te animan y dan fuerzas porque respetan mucho el sacrificio que estás haciendo y se alegran de que hayas venido a su casa a hacerlo. Nunca me he sentido tan animado y apoyado en una carrera. Volveré, seguro. Dentro de algunos años, quizá muchos. Porque la carrera y todo lo que la rodea lo merece.


viernes, 1 de noviembre de 2013

Ready to fly!



Sí, me toca volar, primero con American Airlines, y después espero hacerlo metafóricamente por Nueva York... Hoy, día oficial de la tecnología, escribiré el último post antes de la carrera en el aeropuerto, desde el portátil conectado a internet con el iPhone. Digo día oficial de la tecnología, porque he pedido y pagado el taxi con una App de iPhone, me ha llamado un robot de American Airlines mientras me estaba duchando, avisando de que el vuelo salía con retraso, y he pedido el desayuno en una máquina automática ahorrándome una buena cola en la zona en la que atienden humanos... :)

Ya se han acabado los entrenamientos, el sábado pasado 6 kilómetros Easy y otros 6 a ritmo maratón que salieron a 4:37. Ojalá sea ritmo M de verdad...

El domingo, ayuno runner, uno de los pocos domingos del año en el que no corro, se pueden contar con los dedos de los pies...

Lunes, 3 Easy y 6 kilómetros a ritmo M menos 10 segundos. En ayunas y de madrugada, los ritmos no salen fácilmente, pero se notó el descanso del domingo y salieron a 4:22, sin la más mínima sensación de ir apurado.

Y miércoles, the last morning cochino, un rodaje recuperador a ritmos cómodos de 8 kilómetros que salió a 4:57 casi sin querer...

Ahora a Nueva York, quiero coger el dorsal hoy mismo y el sábado vegetar tranquilamente, máximo un paseo por Central Park, porque el domingo toca salir a las 5:15am.

Y después de la carrera, sí que espero hacer algo de turismo el domingo por la tarde, si el cuerpo aguanta. Duermo en la gran manzana y el lunes vuelo a reunirme con mi familia, que ya ha cruzado el charco, a pasar unos días por los states. Y habrá que ir empezando a pensar en la próxima. Pero antes, toca correr ésta, que seguro que salga como salga, no olvidaré nunca.

jueves, 24 de octubre de 2013

Peak Off, Taper On

Pues como dice el título del post, se acabó la Peak Week y ya estamos de taper. Me quedan dos entrenamientos antes de mi novena maratón. Se me ha pasado rápido el plan, muy rápido. Los resultados son buenos, quiero pensar que llego mejor que a Berlín y a Barcelona. Pero eso lo sabremos el lunes 4 de noviembre...

La Peak Week acabó el sábado con 2 kilómetros a ritmo Easy, 12 a ritmo maratón y 2 Easy. Me levanté pronto para desayunar antes del entrenamiento, a las 5:00am, y a las 8:00am ya estaba en marcha. 2 kilómetros entrando en calor, y listo para correr 12 a ritmo maratón, con las piernas un poco pesadas del tute de los días anteriores, pero pensando que era uno de los entrenamientos importantes del plan, de los que ayudan a memorizar el ritmo maratón en las piernas. Objetivo: correr a un nivel de esfuerzo razonable, que sienta que no me desgasta y que pueda mantener durante muchos kilómetros con una sensación de cansancio casi nula. Y salieron a 4:35, segundo abajo con el viento a favor y segundo arriba con el viento en contra... Dos kilómetros más cochineando, y Peak Week en el bolsillo, lo más duro ya pasó. Las cifras están muy cerca del ritmo de 4:40 al que aspiro, incluso algún segundo por debajo... Comparando mis dos anteriores planes, en los que calqué la Peak Week, salen estas cifras:

BerlínBarcelonaNYC
26M4:564:444:39
19M4:404:404:41
Series4:18-4:184:28-4:314:16-4:24
12M4:434:414:35

Me quedo con que la tirada más larga a ritmo maratón salió este año mejor que nunca, y que el último entrenamiento, ya con cansancio acumulado, salió mucho mejor aún...

Después del entrenamiento de sábado, me regalé un cochinero el domingo, a ritmo suave, recuperando, 18 kilómetros a 5:27 por el litoral, sin presión.

Y esta semana, a trabajar tempo runs, el martes, 3 kilómetros calentando y 3 series de 2 kilómetros a ritmo maratón menos 10 segundos con 2 minutos de recuperación, a 4:27 y 4:17 con viento a favor, y 4:29 con un huracán en contra...

Y hoy jueves, antepenúltima salida, 1,5 kilómetros calentando, y dos series de 5 kilómetros a ritmo maratón más 1 kilómetro a ritmo Easy. Los 5 con viento a favor, a 4:34, y los 5 con viento en contra, a 4:41. Siendo en ayunas, no tengo queja... :)

Y esto ya se acaba... 6 Easy más 6 Maratón el sábado, otras series a ritmo tempo el martes, y el jueves, si el cuerpo lo pide un cochinero. El viernes, a cruzar el charco, y el lunes... A contarlo... :)

jueves, 17 de octubre de 2013

Blue Wave #1 Corral #8


Blue Wave #1 Corral #8, desde ahí saldré el 3 de noviembre para correr mi novena maratón. Será la primera oleada, así que tocará madrugar, algo que no dejo de hacer cada día... :)

Aunque esta semana uno de los entrenamientos no fue de madrugada, la Peak Week sigue su curso y el martes, después de la paliza del domingo, tocaba correr 19 kilómetros a ritmo maratón, algo impensable antes de ir a trabajar... Así que me llevé los trastos en la mochila, y me volví a casa corriendo, dando un pequeño rodeo hasta el Hotel W para completar 19 kilómetros.

Los primeros, complicados, las piernas notaban en cansancio, viento en contra, muchos transeúntes, semáforos... No iba tan suelto como el domingo, el viento no me dejaba correr cómodo, y no salía el ritmo buscado de 4:40... Esta semana se trata de dar el último apretón de calidad, empujar nuestros límites y acostumbrar a las piernas al ritmo deseado. Ya vendrá el taper, pero mientras éste llega, toca sufrir...

Me planté en el Hotel W con algo más de 5 kilómetros en las piernas, entre 4:41 y 4:44. Sufriendo lo insufrible con el olorcillo a paella que salía de los chiringuitos del litoral... Y al girar hacia Santa Coloma, el viento dejó de soplar de cara y empecé a notarme mucho más cómodo. Dos kilómetros a 4:45 y 4:43, y empezaron a llegar los ritmos interesantes, del kilómetro 8 al 13 salieron todos por debajo de 4:40, entre 4:33 y 4:39. Las piernas seguían cargadas pero la moral mucho mejor, esos ritmos son los que me gustaría poder llevar durante 42 kilómetros y 195 metros........

Vuelta al río, y viento de nuevo en contra, pese a todo, aguantando el tipo entre 4:41 y 4:46, con las piernas quejándose un poco, pero muy satisfecho tras parar el crono 1 hora, 28 minutos y 59 segundos después de salir, completando 19,01 kilómetros a un ritmo medio de 4:41, que con el viento fastidiando tanto, lo doy por bueno.




Llegué a casa muerto de hambre, por suerte no acabé tan deshidratado como el domingo... Cambié la ensalada de la cena por un bocata de jamón y una cerveza, y me fui a dormir con la satisfacción del deber cumplido... :)

El miércoles descanso total, y hoy, tercera etapa de la Peak Week. Calentamiento, y dos series de 15 minutos a ritmo de media maratón. Que no suena tan grave, pero después del tute de domingo y martes me lo tomé con mucho respeto... Poco más de un kilómetro y medio calentando, parada obligatoria por punto 8, y a por la primera serie. 15 minutos se hacen largos... Aunque con el viento favorable se hacen más llevaderos. Salieron a una media de 4:16, que es por poco el ritmo de mi mejor marca en media maratón. 3 minutos recuperando, y 15 infernales minutos de vuelta, ahora sí, con un huracán de frente... :( Se hicieron largos, muy largos, y salieron a 4:24, lo que haría una media de 4:20, contando que el viento siempre te quita mucho más de lo que te da, los doy también por muy buenos.

El sábado será el último día duro del plan. 16 kilómetros, 12 de ellos a ritmo de maratón. Habemus Peak Week. Habemus maratón.

domingo, 13 de octubre de 2013

Peak Week mode on

Ya estamos en la parte más divertida del plan. Cuando se empieza a correr mucho y muy deprisa... :) Cuando te duelen las rodillas, los cuádriceps, tienes agujetas y eres la persona más feliz del mundo. ¡Aquí está, la Peak Week, la semana asesina!

La semana pasada acabó con sensaciones interesantes... El miércoles contaba que hice un rodaje muy cochinero, el cuerpo lo pedía. Y el cuerpo es muy listo cuando pide esas cosas... Porque tras cochinear por el Besós a mitad de semana, el jueves noté que el mensaje era muy distinto, que las piernas querían guerra, y por qué no dársela. Empecé a correr a las 6:09, con mis clásicas galletas de chocolate y café en el cuerpo. Empecé con ganas, hacer el primer kilómetro a 5:28 en esas circunstancias no es normal. Y los siguientes fueron saliendo casi sin dificultad a unos ritmos que no veía a esas horas desde que sólo participaba en carreras de 10K... 4:37, 4:39, 4:29, dando la media vuelta otro más a 4:39, con viento en contra pero con muchas ganas 4:35, 4:33, 4:31, y 4:34, y ya callejeando hacia casa 500 metros más a 4:39. Sale una media de 4:41, si mentalmente borro el primer kilómetro de calentamiento me sale una media por debajo de 4:35, suena bien...

El viernes tocaba descansar, y el sábado, el último día antes de la Peak Week, opté por mis clásicos 14 kilómetros a ritmo suave, que salieron a 5:09, aflojando bastante al final para no desgastarme innecesariamente con el viento en contra.

Y hoy tocaba ver si lo del jueves fue un espejismo o si las patuchas se sienten cómodas a ritmos de 4:40... Madrugón, desayuno con muesli y zumo de naranja, bien de punto 8, un rato viendo la Fórmula 1, y a las 10:11am ya estaba yendo hacia el río a ritmo vivo. El primer kilómetro que hago suele ser raro, giros, algún cruce, viento cambiante, rampa de bajada al río... Pita el Forerunner, y los primeros 1000 metros caen en 4:45. Ya estoy en el río, y me siento increíblemente cómodo, noto que las piernas van solas y que los ritmos que me marca el reloj no parecen los ritmos a los que estoy corriendo... Más tarde comprendí que el viento tenía mucho que ver con eso, cuando me lo encontré de cara a la vuelta, claro... 4 kilómetros con viento a favor y muy cómodo a 4:23, 4:29, 4:16 y 4:28, pequeña parada en la fuente, y ritmo al litoral.

8 kilómetros más hasta el hotel W, con viento lateral, que van saliendo muy bien, entre 4:30 y 4:39. Segundo gel al dar la vuelta en el hotel, y viento lateral pero medio de frente, lo que noté inmediatamente en los ritmos. Aún así, seguían saliendo bien, entre 4:36 y 4:45. Última parada en la fuente antes de volver al río, y ahí sí, el viento me frenó bastante y además empezó a apretar un poco el sol. Sí, estamos a mediados de octubre y aquí uno sufriendo con la temperatura... Últimos 5 kilómetros con viento infernal entre 4:48 y 4:54, ya no iba cómodo ni suelto, pero tampoco muerto...

Al final, entre pitos y flautas, 26 kilómetros a 4:39. Los compro.


Me sonaba haber hecho ya algún rodaje en una Peak Week a ritmos parecidos... Pero repasando mis entrenamientos acabo de ver que fue en un rodaje de 12 kilómetros a ritmo maratón, no en uno de 26. El pasado plan, ese mismo entrenamiento lo hice a 4:44. Y repasando también mis entrenamientos de entre 20 y 30 kilómetros, he comprobado con sorpresa que sólo he corrido más de 20 kilómetros a ese ritmo compitiendo en una media maratón, que he corrido más de una media a un ritmo más lento de 4:39, y que de lejos la de hoy ha sido la tirada larga más rápido que he hecho en mi vida...

Así que nada me va a impedir empezar a soñar... Si esta semana acaba bien y las piernas memorizan el ritmo... Con un par de semanas de tapering... Con unas Kinvara 4 en vez de unas Nimbus 15... Y a unos 10 grados en vez de 20... Con una ciudad entregada a su maratón... ¿Por qué no me puede salir una buena carrera? :)

miércoles, 9 de octubre de 2013

Se acerca la semana clave

Mi plan actual de entrenamiento mezcla tiradas largas, sesiones tempo y series a ritmos más intensos, aunque es impredecible saber qué voy a hacer cada semana, pues una de las características de este no-plan es que se adapta semanalmente a cómo responde el cuerpo... Esta vez estoy siendo un poco más reservón que en Berlín o Barcelona, es lo que me pide el cuerpo y quiero comprobar si lo hace con razón o no. Los ritmos no son tan altos y el kilometraje también se queda algo atrás. Aunque por otro lado estoy entrenando con unas zapatillas con mucha más amortiguación, lo cual innegablemente se nota en unos cuantos segundos por kilómetro, y el verano no se decide a abandonarnos, el calor no me ha dejado entrenar en especial los fines de semana como me habría gustado. Pero por la parte positiva, llego más ligero de peso que nunca, incluso el domingo pude ver, probablemente desde que acabé la mili, un 6 en el primer dígito de la balanza.

Aunque varíe el kilometraje, los ritmos, zapatillas y peso, algo sí que he tomado como hábito y lo voy a respetar escrupulosamente. La Peak Week, la semana asesina, una de las de mayor kilometraje y la que correré a ritmos más cercanos al objetivo de carrera. Aún no he definido el reto, seguramente alguno de los días saldré a correr por la tarde para poder hacer una tirada más larga, tampoco tengo claro si correré con las Nimbus o si sacaré a rodar las Kinvara, pero que intentaré buscar ritmos cerca de 4:40 en tiradas de casi 20 kilómetros, lo tengo bastante claro.

Antes de llegar a la Peak Week, acabé la semana pasada con un cochinero de 9,55 kilómetros a 5:47 el jueves, descanso el viernes, y pensando que el domingo tocaba meterse en el cuerpo muchos kilómetros, el sábado salí un poco reservón a hacer 14,22 kilómetros a 5:12, la ruta clásica de ida y vuelta al puente del Fórum. Sólo hubo un pequeño incidente, el el río adelanté a un runner a un ritmo tranquilo de 5:07, pero seguía escuchando sus pasos bastante cerca a medida que poco a poco iba yendo más rápido. Hasta que noté que aceleró claramente, escuchaba los pasitos casi pegados a mí, y yo a lo mío, bueno, 5:03, 5:00... Los pasos seguían, 4:55, 4:50... Será posible... Que sigue el tío... Al final salió un kilómetro raro a 4:44, mientras los pasitos de repente se pararon en una de las rampas de salida del río y me quedé sin perseguidor... :)

Y el domingo, mis queridos amigos de eltiempo.es pronosticaban un día nublado y la práctica seguridad de que llovería. Ideal para salir a hacer una buena kilometrada. Además, como tengo fuentes estratégicamente situadas, opté por salir con sólo dos botellines de isotónica y un par de geles a hacer una tirada larga de verdad. El plan era ir hasta el hotel W, así que al menos tendría que hacer 26 kilómetros de ida y vuelta. Y si me veía con ganas, añadir algún one more antes de volver a casa. Me levanté pronto, desayuné, vi la Fórmula 1, y a correr. El día estaba medio nublado, pintaba bien...

Pero de eso nada. No empezó mal la cosa, por el río y la zona del Fórum pillé velocidad de crucero y los primeros 8 kilómetros salieron a muy pocos segundos por encima de 5:00. Por el litoral empezaron los problemas... Salió el sol... Ni gota de agua... Temperatura por encima de 20 grados... Y resulta que se estaba haciendo un triatlón, y por la zona del litoral había un atasco tremendo de público y triatletas... Total, que tuve que bajar el ritmo, parar varias veces y la temperatura que seguía subiendo... Un gel, sigo hasta el hotel, el ritmo se estabiliza alrededor de 5:10, y media vuelta. Sigo sobre 5:10, pero de vuelta el atasco del triatlón ya es exagerado... Un kilómetro a 5:48, parando, adelantando, mosqueado... El sol ya apretando mucho. Me animé un poco y salieron un par de kilómetros por debajo de 5:10, pero el calor me empezó a derrotar y pese a parar 4 veces a beber agua, empecé a notar los efectos de la temperatura y algo de deshidratación... Total, al volver al río, sumándole además el viento en contra, los ritmos ya eran de más de 5:20 y costaba mantenerlos... Salí por la rampa habitual, durante unos segundos dudé entre volver a casa o seguir, ya no iba a mejorar el ritmo y hacía calor y tenía sed, así que lo decidí, giré hacia casa, di dos pasos, pero cambié de idea y seguí corriendo en dirección a Montcada, a hacer un two more y acabar con 30 kilómetros pase lo que pase... Necesité dos paradas más en una fuente y correr casi a una media de 5:30, pero conseguí llegar a casa de una pieza y hacer 30 kilómetros a 5:13, no es mi mejor tirada larga pero dadas las circunstancias la compro... :)




Me bebí 4 fuentes enteras, un Powerade y más de medio litro de Aquarius... Pero había sudado mucho más que todo eso. Así que opté por subirme a mi báscula WiFi, ya contaré en un post las maravillas del fitbit, y aunque ya sé que es un poco de trampa pesarse justo después de una tirada larga, por primer vez en muuuuuuuchos años vi 69.9 en vez de setenta y pico... :) Quería llegar a Nueva York pesando 72 kilos, pero con ayuda del fitbit y un poco de disciplina con las comidas, empiezo a plantearme que podría estar más cerca de los 70. Eso pueden ser algunos segundos por kilómetro interesantes...

El lunes bien, pero el martes me levanté con agujetas... Y ésos son los días en los que hay que sacar el entrenamiento como sea, nos acercamos a la semana clave, y no se puede bajar la guardia. Me levanté con la idea de hacer 3 series de 2000 y lo conseguí no sin esfuerzo, a 4:26, 4:24 y 4:18, tras el preceptivo calentamiento de 15 minutos y posterior enfriamiento.

Y hoy, no podía negar a mis piernas el merecido cochinero que tocaba. 9,53 a 5:47. Cochino, cochino. Mañana más. Y la semana que viene, a pasarlo bien...

miércoles, 2 de octubre de 2013

Crónica de la Media Maratón de Montaña Serralada de Marina

El último dorsal que me puse fue en Lanzarote, en un trail que me dejó seco y donde coseché una de mis peores actuaciones en montaña...  Y en casa, no me ponía un dorsal desde junio. Así que este domingo me hice un buen lío con los imperdibles y el chip, pero al final conseguí poner cada cosa en su sitio y encomendarme a una mañana de sol, cuestas asesinas y mucho sufrimiento. No creo que nadie recomiende meterse 20 kilómetros de montaña con casi 900 metros de desnivel a 35 días de una maratón, pero es lo que decidí y es lo que hice este fin de semana.

Pocas horas de sueño, diana a las 5:00am, bocata de jamón york, zumo de naranja, café y galletas, y sucesivas instancia de punto 8 que me permitieron salir de casa con un problema menos encima. A las 8:20 ya estaba en la salida, al lado de casa, todo un lujo. Manu y Toni ya estaban por ahí y dejamos las cosas en el guardarropa antes de empezar a calentar un poco. Me encontré con varias caras conocidas de runners colomenses, compañeros del instituto, compañeros del río Besós... Mucho ambientillo runner en Santa Coloma, entre esta carrera de montaña, la Pujada a Les Dues Pedres, el Cross Antonio Amorós, la recién estrenada Media Maratón de Santa Coloma, una San Silvestre a fin de año y varias pruebas más, al final se va a hablar de Santa Coloma también por esto del correr, ojalá así sea...

Durante el suave calentamiento, vimos unos arbustos bastante secos y pensamos que era mejor humectarlos un poco en vez de hacer cola en los baños... Últimos tragos de Powerade, últimas palabras de ánimo, y nos dirigimos a la salida con el sol empezando ya a picar un poco. Resulta que estamos en otoño, pero hoy el termómetro marcaba 30 grados y a la hora de la carrera estábamos ya bastante por encima de los 20.

En 35 días correré una maratón urbana, mis entrenamientos están siendo en llano, con frío y bajos de pulsaciones, así que no era el momento de intentar una cafrada. Manu venía un poco tocado de agujetas del pádel, y Toni sencillamente había acabado de trabajar a las 6:00am, y después de desayunar, se vino a la carrera sin dormir. Así que medio en serio medio en broma comenté con Toni que si no estaba bien de fuerzas a lo mejor yo podría seguir su ritmo... :)

Salida, sin hacer el burro, los primeros 3,5 kilómetros eran una subida constante, primero por asfalto y luego por pista. Fui ganando posiciones pero ni de lejos apretando, salían unos ritmos de entre 5:00 y 5:30. Fui con Toni desde el principio, íbamos muy tranquilos. Una pequeña bajada... Y ya antes de la salida nos habían avisado que en el kilómetro 4 se esperaban retenciones...

Pero no me podía imaginar algo tan exagerado... Había una subida importante por un sendero en el que no cabían dos personas. Y se montó la madre de todos los tapones... Una serpiente multicolor subía pasito a pasito por el camino en zig zag ante la desesperación de la mayoría de corredores... Supongo que echándole algo más de ganas los de delante habríamos subido más rápido... Pero más difícil de entender se me hacen los que intentaban adelantar cuando íbamos en fila de a uno. A ver si con un poco de suerte reconozco a alguno (y alguna) cuando salgan las fotos y les mando un saludo y os los presento... :(

El mal trago duró hasta el kilómetro 5, el 4 lo hice en 6:25 y el 5 fue una caminata en 9:56... Primer avituallamiento, y ahora empezaba prácticamente la carrera. Volví a cazar a Toni, y empezamos a correr un poco más sueltos y adelantar gente.

Hasta el 9 venían casi 3 kilómetros de toboganes y luego una bajada a morir. Pasamos al lado del Turó del Pollo, bajamos hasta el monasterio de San Jerónimo y luego nos plantamos en el inicio de la abominable subida del camino de la Carrerada... Antes de llegar a la parte más dura, una de las anécdotas del día, íbamos Toni y yo bastante sueltos, adelantando gente, cuando llegamos a la altura de un runner más joven que nosotros, con pinta de galgo... No recuerdo cómo pero empezamos a hablar y Toni preguntó dónde se habían separado los de la carrera de 10K, y el chaval nos dijo que aún no, que al final del camino, en una explanada, se separaba la carrera y los de la media seguían hacia la pedrera de la Vallençana... Entonces yo dije, "eso es, ahí es cuando empieza lo divertido, la que nos espera"... Y entonces el chaval nos dice, "ah, yo pensaba que corríais la de 10K"... Animados con el comentario, apretamos un poco más y llegamos a la explanada dejando atrás al muchacho de la de 10K, que seguramente estará ahora contando en casa "no veas, me adelantaron dos abueletes que hacían la media y no veas cómo iban los tíos"... :)

Kilómetro 9, y empieza lo divertido. 200 metros de desnivel en apenas dos kilómetro y medio, eso a ojo es una pendiente criminal del 8%... 6:45, 7:05 y 7:17, una subida que parecía que no se acababa nunca, la tentación de poner los dos pies a tierra, pero de eso nada, aguanté sin dejar de correr, se montó un grupillo que hicimos juntos casi toda la subida y ya llevábamos tiempo antes jugando al gato y al ratón, y después de mucho sufrimiento y con el sol empezando a apretar en serio llegamos al punto más alto de la carrera, pasada la cantera. Toni se paró un par de veces a esperarme y ya en lo más alto volvimos a juntarnos e intenté tirar yo un poco...

Una pequeña bajada por trialeras, otra bajada a todo trapo hacia Can Ruti, en la que dejamos atrás a bastantes compañeros de subida, y casi sin darnos cuenta ya estábamos en el kilómetro 15. Último avituallamiento, antesala de una muy ligera subida, pero que con todo lo que llevábamos ya encima, nos pareció otro subidón... Subidas y bajadas hasta el 18, y ahora sí, todo cuesta abajo hasta volver al punto de partida. Seguimos pasando corredores, con las fuerzas que quedaban y sin apretar nada pudimos bajar a 4:32 y 4:21, ya de nuevo en el asfalto, vimos como una chica nos pasaba con una facilidad asombrosa, mantuvimos la posición con los demás runners y ya casi en la llegada Toni tuvo un incidente con los cordones de las zapatillas, seguí corriendo despacio, esperé a que me alcanzara, y al final acabamos entrando cogidos de la mano, felicitándonos mutuamente de la buena y tranquila carrera que salió... :)






Fueron algo más de 20 kilómetros a 5:40, tiempo oficial, 1:54:36. Manu llegó poco después y pudimos hacer la foto triunfal...



Y ahora sí, se acabaron los dorsales hasta Nueva York. Últimos 35 días, 3 semanas más 2 de taper, vuelta al asfalto, a las tiradas largas y a los ritmos tempo. No he querido dejarme la piel en la montaña porque lo importante es dentro de un mes, pero creo que no ha sido mal entrenamiento de cara a la maratón. A ver qué dicen los entrenamientos de estos próximos días... Por lo pronto, ayer un cochinero suave, 9,53 kilómetros a 5:28, y esta mañana un kilómetro y medio calentando y dos tresmiles guapos, el primero con el viento favorable a 4:19, y el segundo, sufriendo con el viento de cara a 4:28. Imagino que sin viento equivaldrían a dos tresmiles a 4:23, que a esas horas me dejan muy satisfecho.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Disney runner

Este pasado fin de semana y su posterior puente de la Mercè estuve con la familiy en Disneyland París. Por cierto, que esa Mercè es Merced en español, no Mercedes, y si veis a alguien escribir Merçe o Merçé o Merçè por favor cortadle los cataplines de mi parte por cateto... :) ¿Suena borde? Pues si os parece borde, os invito a leer a mi alter ego en mi alter blog, que cuenta muchas cosas que pasaron durante ese viaje... ;)

Llegué a París el viernes por la noche y volví a casa el martes a media mañana, así que tenía cuatro madrugadas para poder entrenar. Como ya me imaginaba que iba a estar mucho tiempo de pie haciendo cola y caminando de atracción en atracción, decidí entrenar los primeros tres días y descansar el último, para compensar el cansancio acumulado por las tareas parqueriles...

Y también pensando en eso, opté por hacer un rodaje más intenso el sábado, un cochinero más largo el domingo, y algo de series el lunes.

Dicho y hecho. El primer día, despertador a las 5:00am, punto 8 muy discreto por la falta de café, y a las 6:00am ya estaba empezando a dar vueltas alrededor del lago que hay en la zona donde están los hoteles de al lado del parque... Cada vuelta es de unos 1150 metros, así que calculé que dando 8 saldrían unos 9 kilómetros. La primera suave, pero ya se veía que las piernas estaban frescas... A la mitad de la segunda, ocurrió algo que hizo que el entrenamiento fuera especial... Acababa de salir una pareja de guiris de uno de los hoteles, ataviados de runner, con botellita de agua incluida, a un ritmo no muy rápido, corriendo en el mismo sentido yo, que ya iba a poco más de 5:00 y les adelanté sin problema...

Y como uno no se pica, pues pensé... Circuito de poco más de un kilómetro... Si los guiris van a 5:30 y a mí me quedan unas 7 vueltas y media, sin calculadora, creo que si aprieto un poco... Podría doblarlos... No sé, a lo mejor no hay tiempo, qué cosas se me ocurren...

Total, que seguí corriendo, segundo kilómetro a 5:01, tercero a 4:54, cuarto a 4:48... Cada vuelta los veía al otro lado del lago un poco más cerca de mí, pero parecía que habían aumentado el ritmo y no iba a ser posible cazarles...

Pero bueno, yo a lo mío, el 5 al 8 cogí un buen ritmo de crucero y esos cuatro kilómetros cayeron a entre 4:42 y 4:44 y cada vez iba teniendo a los guiris más a tiro... Pero cuando acababa la penúltima vuelta no alcancé a verles en el punto del otro lado del lago en el que calculaba que estarían...

Vaya, habrán hecho 6 kilómetros y se habrán vuelto al hotel, de todas maneras, no los habría alcanzado... Último paso por delante de mi hotel, mini subida, empiezo a pensar en bajar un poco el ritmo y tomarme el último kilómetro con más calma... Salgo de la curva, enfilo la penúltima recta larga...

¡Y ahí están! ¡A unos 200 metros, siguen a su ritmo semicochinero, he ido recortando metros y los tengo a tiro! Había empezado a aflojar un poco, iba a 4:50, pero claro, eso de doblar a dos runners en un circuito de un kilómetro durante un rodaje de 9 tienta... Así que apreté un poco, vi que cada vez los tenía más a tiro, y llegado el momento relajé la zancada, erguí la espalda, miré hacia al infinito y los adelanté limpiamente, con una sonrisilla tonta que sólo los runners podemos entender... :) El cambio de ritmo hizo que el último kilómetro cayera a 4:30, y que la mañana acabara con 9 kilómetros a 4:52 antes de un largo día de parque...

El segundo día las piernas ya estaban más tocadas después de colas, colas y más colas... Comidas a horarios distintos, cenas opulentas... Sin café en la habitación... No estaba para correr muy rápido, así que aposté por homenajear a Los Tres Cerditos de Disney y marcarme un rodaje cochinero antológico. Quería hacer unos 14 ó 15 kilómetros, dudaba entre dar vueltas y más vueltas al lago o intentar alejarme de la zona con el riesgo de perderme o acabar en una zona intransitable para un runner... Afortunadamente, opté por quedarme en el lago... Y digo afortunadamente porque, tras casi 10 kilómetros in crescendo, empezando a 6:19 y bajando progresivamente a 5:59, 5:54, 5:43, 5:39, 5:22, 5:20, 5:17, 5:09 y 5:08, mis tripas empezaron repentinamente a quejarse. Fue tan inmediato que simplemente tuve que parar de correr y seguir andando cuando estaba a unos 400 metros del hotel. Si intentaba volver a trotar, literalmente, me cagaba encima... :( Entrenamiento abortado y no me dio tiempo ni a subir a la habitación, tuve que meterme en el primer baño que encontré en el vestíbulo del hotel... :(

Más colas, más comida... Y último día de entrenamiento en Disney. La noche anterior me pasé con los postres, me propuse no hacerlo, pero es que había tantos y tenían tan buena pinta... Una de las cosas buenas de correr es que si un día se te antoja, después de una buena cena, tomarte de postre una una Ille Flotante (un iceberg de merengue flotando en crema inglesa, para el que no lo conozca), un brownie, un donut y un pastelito riquísimo, pues simplemente, NO PASA NADA... :)




Eso sí, a la mañana siguiente, me dije que había que quemarlo con unas buenas series de 2000. Por suerte me llevé un sobre de café soluble y el punto 8 no fue problema... Fueron 2,5 kilómetros de calentamiento, y 3 series de 2000 con 2 minutos de recuperación. Lo bueno de hacerlas en un circuito circular es que el viento no influye tanto como cuando las hago en el Besós, y pude hacerlas bien, de menos a más. Teniendo también en cuenta que el circuito no es plano, hay un par de desniveles importantes, y que llevaba ya dos días enteros en el parque, sin parar de caminar y de hacer colas, no me quejo de los ritmos que salieron, 4:30 la primera, 4:22 la segunda y 4:19 la tercera. Unos metros más hacia el hotel, y listo, a guardar el Forerunner hasta la vuelta... :)

Volví a casa el martes, y el miércoles ya estaba entrenando en el Besós con un not-so-cochinero de 9,5 kilómetros a 4:58, calentamiento incluido. El jueves, cochinerus clasicus, alargando un poco la distancia, 11,35 kilómetros a 5:16, y el viernes, por la hierba del Besós, cochinerus maximus, de 9,57 a 5:59. Hoy descanso... Y mañana...

Media Maratón de montaña saliendo de Santa Coloma y pasando por el Turó del Pollo, La Conrería y otras zonas rompepiernas de la Serralada de Marina, 851 metros de subida y naturalmente los mismos de bajada, al lado de casa... ¿Se puede pedir más? :)