Este pasado fin de semana y su posterior puente de la Mercè estuve con la familiy en Disneyland París. Por cierto, que esa Mercè es Merced en español, no Mercedes, y si veis a alguien escribir Merçe o Merçé o Merçè por favor cortadle los cataplines de mi parte por cateto... :) ¿Suena borde? Pues si os parece borde, os invito a leer a mi alter ego en mi alter blog, que cuenta muchas cosas que pasaron durante ese viaje... ;)
Llegué a París el viernes por la noche y volví a casa el martes a media mañana, así que tenía cuatro madrugadas para poder entrenar. Como ya me imaginaba que iba a estar mucho tiempo de pie haciendo cola y caminando de atracción en atracción, decidí entrenar los primeros tres días y descansar el último, para compensar el cansancio acumulado por las tareas parqueriles...
Y también pensando en eso, opté por hacer un rodaje más intenso el sábado, un cochinero más largo el domingo, y algo de series el lunes.
Dicho y hecho. El primer día, despertador a las 5:00am, punto 8 muy discreto por la falta de café, y a las 6:00am ya estaba empezando a dar vueltas alrededor del lago que hay en la zona donde están los hoteles de al lado del parque... Cada vuelta es de unos 1150 metros, así que calculé que dando 8 saldrían unos 9 kilómetros. La primera suave, pero ya se veía que las piernas estaban frescas... A la mitad de la segunda, ocurrió algo que hizo que el entrenamiento fuera especial... Acababa de salir una pareja de guiris de uno de los hoteles, ataviados de runner, con botellita de agua incluida, a un ritmo no muy rápido, corriendo en el mismo sentido yo, que ya iba a poco más de 5:00 y les adelanté sin problema...
Y como uno no se pica, pues pensé... Circuito de poco más de un kilómetro... Si los guiris van a 5:30 y a mí me quedan unas 7 vueltas y media, sin calculadora, creo que si aprieto un poco... Podría doblarlos... No sé, a lo mejor no hay tiempo, qué cosas se me ocurren...
Total, que seguí corriendo, segundo kilómetro a 5:01, tercero a 4:54, cuarto a 4:48... Cada vuelta los veía al otro lado del lago un poco más cerca de mí, pero parecía que habían aumentado el ritmo y no iba a ser posible cazarles...
Pero bueno, yo a lo mío, el 5 al 8 cogí un buen ritmo de crucero y esos cuatro kilómetros cayeron a entre 4:42 y 4:44 y cada vez iba teniendo a los guiris más a tiro... Pero cuando acababa la penúltima vuelta no alcancé a verles en el punto del otro lado del lago en el que calculaba que estarían...
Vaya, habrán hecho 6 kilómetros y se habrán vuelto al hotel, de todas maneras, no los habría alcanzado... Último paso por delante de mi hotel, mini subida, empiezo a pensar en bajar un poco el ritmo y tomarme el último kilómetro con más calma... Salgo de la curva, enfilo la penúltima recta larga...
¡Y ahí están! ¡A unos 200 metros, siguen a su ritmo semicochinero, he ido recortando metros y los tengo a tiro! Había empezado a aflojar un poco, iba a 4:50, pero claro, eso de doblar a dos runners en un circuito de un kilómetro durante un rodaje de 9 tienta... Así que apreté un poco, vi que cada vez los tenía más a tiro, y llegado el momento relajé la zancada, erguí la espalda, miré hacia al infinito y los adelanté limpiamente, con una sonrisilla tonta que sólo los runners podemos entender... :) El cambio de ritmo hizo que el último kilómetro cayera a 4:30, y que la mañana acabara con 9 kilómetros a 4:52 antes de un largo día de parque...
El segundo día las piernas ya estaban más tocadas después de colas, colas y más colas... Comidas a horarios distintos, cenas opulentas... Sin café en la habitación... No estaba para correr muy rápido, así que aposté por homenajear a Los Tres Cerditos de Disney y marcarme un rodaje cochinero antológico. Quería hacer unos 14 ó 15 kilómetros, dudaba entre dar vueltas y más vueltas al lago o intentar alejarme de la zona con el riesgo de perderme o acabar en una zona intransitable para un runner... Afortunadamente, opté por quedarme en el lago... Y digo afortunadamente porque, tras casi 10 kilómetros in crescendo, empezando a 6:19 y bajando progresivamente a 5:59, 5:54, 5:43, 5:39, 5:22, 5:20, 5:17, 5:09 y 5:08, mis tripas empezaron repentinamente a quejarse. Fue tan inmediato que simplemente tuve que parar de correr y seguir andando cuando estaba a unos 400 metros del hotel. Si intentaba volver a trotar, literalmente, me cagaba encima... :( Entrenamiento abortado y no me dio tiempo ni a subir a la habitación, tuve que meterme en el primer baño que encontré en el vestíbulo del hotel... :(
Más colas, más comida... Y último día de entrenamiento en Disney. La noche anterior me pasé con los postres, me propuse no hacerlo, pero es que había tantos y tenían tan buena pinta... Una de las cosas buenas de correr es que si un día se te antoja, después de una buena cena, tomarte de postre una una Ille Flotante (un iceberg de merengue flotando en crema inglesa, para el que no lo conozca), un brownie, un donut y un pastelito riquísimo, pues simplemente, NO PASA NADA... :)
Eso sí, a la mañana siguiente, me dije que había que quemarlo con unas buenas series de 2000. Por suerte me llevé un sobre de café soluble y el punto 8 no fue problema... Fueron 2,5 kilómetros de calentamiento, y 3 series de 2000 con 2 minutos de recuperación. Lo bueno de hacerlas en un circuito circular es que el viento no influye tanto como cuando las hago en el Besós, y pude hacerlas bien, de menos a más. Teniendo también en cuenta que el circuito no es plano, hay un par de desniveles importantes, y que llevaba ya dos días enteros en el parque, sin parar de caminar y de hacer colas, no me quejo de los ritmos que salieron, 4:30 la primera, 4:22 la segunda y 4:19 la tercera. Unos metros más hacia el hotel, y listo, a guardar el Forerunner hasta la vuelta... :)
Volví a casa el martes, y el miércoles ya estaba entrenando en el Besós con un not-so-cochinero de 9,5 kilómetros a 4:58, calentamiento incluido. El jueves, cochinerus clasicus, alargando un poco la distancia, 11,35 kilómetros a 5:16, y el viernes, por la hierba del Besós, cochinerus maximus, de 9,57 a 5:59. Hoy descanso... Y mañana...
Media Maratón de montaña saliendo de Santa Coloma y pasando por el Turó del Pollo, La Conrería y otras zonas rompepiernas de la Serralada de Marina, 851 metros de subida y naturalmente los mismos de bajada, al lado de casa... ¿Se puede pedir más? :)
MAÑANA TIENES QUE BAJAR DE LAS DOS HORAS, QUE DAN BUENAS PREVISIONES PARA CORRER, LA LASTIMA ES QUE NO TENDRAS DE LIEBRE AL ABUELO JI JI JI.
ResponderEliminarQue pasa Isidro, te dio envidia Gonzalo???, jajaja fíjate si eres picao que te has ido hasta eurodisney como él y encima has hecho hasta series jajaja.
ResponderEliminarJajaja, no, yo ya tenía la reserva hecha cuando me enteré que él también iba a ir, además estuvimos en el mismo hotel, si hubieran sido los mismos días ya habría sido apoteósico... :)
EliminarMe consta que fue una casualidad, je, je. Con Isidro no hay rivalidad salvo cuando va a NY.
ResponderEliminarEs complicado entrenar ahí, los horarios y el ambiente no ayudan, pero lo has hecho como un campeón. Ahora vuelta a la normalidad que Robaina no espera, digo que Nueva york no espera.
¡Hay que sacar tiempo de donde sea!,me imagino que debe ser complicado entrenar por alli,siempre hay mucha gente, no?.Los deberes hechos y ahora vuelta a la normalidad.Seguro que habrá un buen resultado en la Madia,ya nos contarás.Suerte y un abrazo.
ResponderEliminarVaya prueba de persecución jeje. Y vaya semanita que te pegaste!!
ResponderEliminarVaya prueba de persecución jeje. Y vaya semanita que te pegaste!!
ResponderEliminarJajaja, pero como se puede zampar tanto?, normal que luego pase lo que pasa.
ResponderEliminarUn abrazo te veo genial, y en tu línea.
Creo que deberías hacer más fines de semana como este, verás lo relajado que llegas a NY.
ResponderEliminarA ver como te montas el punto 8 allí con el rato larguísimo que va a pasar entre la hora de levantarse y la carrera.