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domingo, 31 de julio de 2011

31 de julio, 12 del mediodía...

En el noreste hemos tenido un mes de julio con temperaturas algo más suaves de lo habitual. Pero pese a eso, salir a correr un 31 de julio a las 12 del mediodía es todo un acto de temeridad...

Aunque la historia del entrenamiento de hoy empezó unas horas antes, ayer por la tarde en concreto. Después del rodaje del viernes, me di cuenta de que mis zapatillas ya habían cumplido 950 kilómetros. Viendo el plan de entrenamiento que estoy siguiendo para Bilbao, me quedan algo más de 700 kilómetros para mi tercera maratón. Así que el momento para cambiar de zapatillas me pareció ideal.

Aprovechando que ayer por la tarde iba a por las zapatillas, quise aprovechar para comprar un regalo sorpresa para mis cachorros, un Scalextric, así que me llevé al mayor y cogimos el metro después de comer, la tarde estaba un poco nublada, ideal para caminar por la ciudad y desplazarse en tranvía. Llegamos a Runnersworld, me llevé unas Saucony Triumph 8, nuevo modelo, unos calcetines de regalo, y saliendo de la tienda comentaba con el que me las vendió que se estaba preparando una buena tormenta... Como el plan era volver a casa con un Scalextric bajo el brazo, dejé las zapatillas viejas en la tienda, ellos luego las llevan a sitios donde les dan una segunda vida, y me fui con las nuevas puestas, así les iba haciendo un poco de rodaje.

Cuando salimos de la tienda, la amenaza de lluvia empezaba a ser importante. Y se me ocurrió sacar esta foto:


Y tres minutos después... Supongo que lo visteis ayer por la noche y hoy en las noticias. Cayó un pedazo de tormenta bestial en Barcelona. Me pilló con mi cachorro grande a cuatro manzanas de la estación del tranvía... Llovía fortísimo, y con las rachas de viento simplemente el paraguas no servía para nada, parecía que llovía desde todas direcciones... Nos refugiamos en una esquina durante unos minutos, y cuando al menos el viento amainó un poco, cogimos un taxi y volvimos a casa, con mis zapatillas y mi hijo totalmente empapados...

Tendí las zapatillas, y como una promesa es una promesa, cuando paró de llover salí a buscar el Scalextric... :) Hoy los enanos se han levantado pronto, y el estreno ha sido espectacular. Se lo han pasado muy bien, yo también, cómo voy a negarlo... Y después de la sesión de deportes de motor, me puse las mallas, camiseta sin mangas, Forerunner, iPhone, cinturón de hidratación, un gel, las Saucony casi secas, y a las 12 del mediodía salí a hacer mi tirada larga de la semana, 20 kilómetros a ritmo E.

Rumbo a la desembocadura del Besós, empecé por el río, viento en contra que suavizaba la sensación térmica, y ritmo de crucero a partir del segundo kilómetro entre 5:03 y 5:14. Empecé a 145bpm, pero creo que por efecto del calor, a un ritmo constante, las pulsaciones iban subiendo muy poco a poco pero inexorablmente...

Iba corriendo muy cómodo, sorprendentemente cómodo. El viento de cara hacía que el calor no se notara tanto. El sábado había descansado, excepto por el paseo bajo la lluvia e iba hidratándome bien. Llegué al kilómetro 8 a un ritmo E de libro. Pero ya al lado de la playa, empezó a hacerse más complicado correr, esquivando gente que impedía ir en línea recta, con los consiguientes cambios de ritmo, frenazos y acelerones para encontrar un hueco... El noveno y décimo kilómetro los hice a 5:17, viento en contra, mucho tráfico, y primeros síntomas de que el calor iba haciendo mella. Me tomé el gel, di media vuelta, y con el viento a favor volví sobre mis pasos, las pulsaciones ya iban demasiado cerca de los 160bpm, y volví fácilmente al ritmo de crucero de entre 4:58 y 5:07 durante los siguientes cinco kilómetros.

Me planté así en el 15, y las 160 pulsaciones del kilómetro 10 ya eran casi 170 en el 15... Ahora sí, eché de menos el viento de cara refrescando la sensación térmica... Empecé a sentir el calor que realmente hacía, a beber mucho más y a notar como el cansancio iba atacando... Fue muy curioso, veía casi las 170 pulsaciones en el Forerunner pero no tenía la sensación de ir tan forzado, la respiración seguía siendo la misma, el ritmo muy parecido, pero el cambio de verdad era el calor que sentía, me ardía la cabeza y los brazos, tenía mucha sed, y el ritmo empezó a flojear, 5:11 y 5:12, después 5:24, 5:29, y cuando me quedaba un kilómetro, pensando en los 60 kilómetros que todavía me quedan por delante esta semana, me di una tregua, y con las pulsaciones todavía muy altas, hice el kilómetro 20 a 5:47.


La media no sale tan mal, 20,06 kilómetros a un ritmo de 5:14 y pulsaciones de 157bpm. Muy buenas sensaciones excepto al final, pero bueno, no esperaba llegar a casa como una rosa un 31 de julio a las 12 del mediodía... :)

Eso sí, la recompensa me dejó creo que más derrotado que el entrenamiento. Un entrecot de 630 gramos al roquefort, y un par de cervezas para pasarlo... Y una buena sesión de sofá para asimilar todo...

Y lo más curioso, llevo varios días que no me acuerdo de ponerme vaselina en los pezones, pero llego sin sangrar y sin dolor... Será que de tanto leer a Gonzalo y a RA me estoy volviendo más duro... ;)

sábado, 30 de julio de 2011

¿Será el cochinero?

El viernes se está convirtiendo en mi día de entrenamiento favorito. Con el pequeñajo ya acostado y el grande dando los últimos coletazos, me dejo la cena hecha, y salgo, todavía con mucha luz y algo de calor, a hacer el último entrenamiento de la semana (las semanas las cuento de domingo a sábado, al estilo Jack Daniels), a ritmo Easy, que a esa hora suele salir un poco mejor que de madrugada. A la vuelta, ceno mi ensalada con Isostar, y sabiendo que el sábado no he de madrugar, me adueño del mando de Digital+ y veo uno o dos capítulos de The Big Bang Theory y uno de Falling Skies, y me voy a dormir con todo el fin de semana por delante...

Ah, antes de que se me olvide, sé que Jack Daniels (no Johnny Walker, como decía un amiguete) es un viejo conocido de muchos bloggers, pero para los que todavía no los conocéis, os cuento cómo lo conocí, fue a través de Gonzalo, el Sosaku Runner, vi cuál era la esencia de su plan de entrenamiento, y no dudé en comprar el libro. Que yo sepa sólo está en inglés, no sé si se puede encontrar en España fácilmente, pero pedirlo a Amazon es coser y cantar, o como en mi caso, si preferís los libros electrónicos, en HumanKinetics se puede comprar al instante y empezar a leerlo al momento.

Si os interesa no dudéis en preguntarme o intercambiar opiniones sobre el libro, ¡lo haré encantado!

Jack Daniels me pedía hacer ayer poco más de 11 kilómetros para acabar la semana, a ritmo E. Mi objetivo era correr por pulsaciones. Creo que es un factor al que le estoy dando mucha menos importancia del que tiene. Ponerse a más de 160bpm nada más empezar a correr significa llevar al cuerpo a un umbral para el que no se ha ido preparando gradualmente. Podemos correr una 10K así y acabar rendidos, pero para distancias largas, dosificar el ritmo cardíaco es una táctica útil y necesaria. Hoy quería comprobar qué ritmo puedo mantener yendo a unas pulsaciones más bien cómodas...

Salí a las 19:46 en dirección al mar. Objetivo, correr alrededor de 150bpm. Empecé bastante enchufado, es muy poco habitual en mí hacer los primeros kilómetros por debajo de 5:00, pero esta vez hice los primeros a 4:49, 4:48, 4:51, 4:55 y 4:59, sin pasar de esas 150 pulsaciones objetivas. Subieron un poco al salir del río por una rampa, es fácil acelerarse cuando se corre al relentí, pero al momento estuve de nuevo en las pulsaciones que quería llevar.

Salí del río en dirección al Forum, pero ni llegué a cruzar el puente, justo en medio del puente el Forerunner me cantó el kilómetro 5,7, y decidí dar media vuelta. La subida y bajada del puente, los giros, las rampas, el GPS, ese kilómetro salió un poco raruno, a 5:10, con algún altibajo de pulsaciones, y vuelta al río.

El calor ya iba notándose un poco, pero como me llevé un poco de Åquarius fue más llevadero. Seguí con las pulsaciones alrededor de 150bpm, mas bien entre 150 y 155bpm en esa segunda mitad, y a ritmos bastante clavados, 5:03, 4:59, 5:04, 5:05, 5:10 y 5:04.


El objetivo era correr a 150bpm y ver qué ritmo podía mantener. Y los 11,33 kilómetros acabaron a una media de 148bpm. El ritmo medio, mágicamente de 5:00, y la sensación de haber corrido muy cómodo y tener cuerda para más.

Pero eso será la semana que viene, que tengo que hacer la primera semana de 80 kilómetros, el máximo semanal que me he propuesto.

¿Será efecto de los cochineros de estos días? La verdad, hacía mucho tiempo que no corría a 5:00 y a menos de 150bpm.

jueves, 28 de julio de 2011

Empezando cochinero, acabando animado

Sigue la primera semana de descarga del plan. Que consta en correr menos distancia y seguir respetando los ritmos...

Hoy sólo me tocaba hacer algo más de 10 kilómetros para dar tregua al cuerpo y prepararme para empezar la semana que viene con energías, ya que tendré que hacer 80 kilómetros, y el domingo 20 para empezar con ganas.

Así que sin variar mi horario, salí de casa un día nuevamente nublado y con viento, como la mayoría de los que llevamos este extraño mes de junio. Empecé despacio, quizá demasiado, o el Forerunner se ha vuelto loco o estuve demasiado cochinero, corriendo el primer kilómetro a 6:24. Seguí hacia el mar, con viento a favor, 5:25, 5:22, 5:26, 5:20 y 5:28 después de dar media vuelta y tener el viento en contra, pulsaciones entre 140 y 145bpm.

Como si me hubiera despertado de repente y pese a tener el viento en contra, me animé un poco, aumenté la cadencia de la zancada, y acabé los últimos kilómetros a 5:10, 5:07, 5:08, 5:15 y 5:13. El cochino se fue a descansar y leves atisbos del isidro lobo aparecieron en el último tramo...

Con esas dos carreras en una, todo queda en 10,29 kilómetros, a una media engañosa de 5:24 y pulsaciones medias de 142bpm.


Creo que sin darme cuenta estoy descubriendo algo que me han contado muchas veces pero que inconscientemente cuesta aceptar o poner en práctica. Que es el hecho de empezar muy suave e ir aumentando el ritmo para que a menos pulsaciones acabemos yendo más rápido. ¿Será la táctica buena para la maratón? ¿Seré capaz de correr con la cabeza fría e intentar dejar atrás los errores de las otras dos? Ya empiezo a ver cerca Bilbao...

miércoles, 27 de julio de 2011

Se acabaron los I y los J, ahora todo E, M y T

Seguir el plan de entrenamiento de Jack Daniels requiere familiarizarse con una serie de ritmos que el entrenador representa con letras. No son tantas, y tienen su equivalencia en inglés bastante clara. Muy resumidamente, de menos a más, los ritmos serían J (jogging), E (easy), M (maratón), T (threshold - umbral) e I (intense - series).

Yo añadiría alguna más... De más lentas a más superlentas, C (cochinero), EC (extremely cochinero), ECABCP (extremely cochinero after a barbeque cochino party) y ECABCPP8A (extremely cochinero after a barbeque cochino party and punto 8 alert), que son variantes del ritmo E dependiendo de circunstancias ajenas al rodaje en sí...

El plan lo divide Jack Daniels en cuatro partes, la primera, una especie de adaptación para los que no se han atrevido aún con la distancia o vienen de un momento más bien bajo de forma. La segunda fase es la que voy a acabar esta semana. En esa fase hay muchas tiradas E y algunas sesiones de calidad que combinan las series (ritmo I) con descanso o trote (ritmo J). Esos dos ritmos sólo los usa en este periodo del plan, a partir de ahora, todo va a ser Easy, Threshold y Marathon. Aprender a regular ritmos, exprimir el limón y seguir corriendo, tiradas largas, algunas a ritmo objetivo de maratón, y kilómetros, muchos kilómetros.

Hoy me despedía de correr por debajo de 4:15 para una buena temporada. La Q2 de la semana constaba en calentar un poco y correr 5 series de 1 kilómetro a ritmo intenso y 4 minutos a ritmo de jogging. Y volver a casa, claro, no era plan de quedarse en el río una vez acabado con la de trabajo que tengo estos días...

13 minutillos de calentamiento cochinero a 5:52 con viento en contra, y tres tramos a ritmo intenso con viento a favor, que hice a una media de 4:18, 4:10 y 4:05. La recuperación a ritmo de jogging permitió que las pulsaciones bajaran a 130bpm, y la tercera serie la acabé rozando los 170bpm, aumentando mis pulsaciones máximas en cada una de las series a medida que iba despertando.

Media vuelta, y con viento en contra, la cuarta me sale a 4:15. Y a por la última, que acabo a 4:19, llegando en ambos tramos a las 170 pulsaciones. Me supo mal perder unos segundos en la última, quizá en la penúltima me exprimí algo más de la cuenta, por el miedo a que siempre en esa penúltima sufro un pequeño bajón. Pero el balance es bueno, me despido de las series con buenas sensaciones, y ahora a empezar a pensar en ritmos más maratonianos. 7 minutos enfriando de vuelta a casa, y qué bien sabe el desayuno después de unas series.


Me quedan dos tiradas para esta semana, sendos cochineros de 11 y 10 kilómetros, para sumar los 56 de esta semana de descarga. Y la que viene, empieza la fase 3, tiradas más largas y exprime limones asesinos, promete ser divertida.

lunes, 25 de julio de 2011

Extremely cochinero morning run

Los excesos del domingo no podían quedar impunes... Comí tanto cochino, tanto cordero, tanto all-i-oli, tanto chorizo y bebí tanta cerveza que por la noche estuve castigado sin cenar. Todavía no puedo borrar de mi mente la imagen de Hannibal Lecter cuando recuerdo la jeta porcina extendida en la bandeja, segundos antes de pasar por la parrilla... Creo que es la escena más impactante que he visto nunca, pese a que no llegó a verse nada, lo que da de sí la imaginación...

Al menos me queda el consuelo de que las grasas son buenas para las conexiones neuronales. Supongo que andaré super conectado estos días... :)

Hasta mis biorritmos acabaron afectados por la comilona. Hoy las galletas de chocolate y el café cargado en ayunas no hicieron efecto y salí a correr sin haber hecho los deberes. Pero afortunadamente, todo fue bien.

Eso sí, el ritmo fue EC, Extremely Cochinero. Con las tripas no del todo aposentadas, con la boca aún seca y con más sueño que de costumbre, pues estos excesos suelen ser malos compañeros del sueño reparador, salí a la calle y a las 5:45am ya estaba trotando. 10 kilómetros me encajaban muy bien en el plan, así que salí hacia el mar, para no quedarme corto si optaba por la ruta de Montcada. Trote cochinero cochinero, 7 kilómetros sin pasar de 140bpm, a ritmos de entre 5:43 y 5:57. Regenerando fibras, dando tregua a los tendones, relajando la musculatura. Sólo me animé un poco al final, si por animarse se puede entender ir por debajo de 5:40.

10,32 kilómetros finalmente, ritmo medio cochineramente lento, 5:47, pulsaciones a 136bpm de media, con unas máximas de 149 cuando en el último kilómetro ya tenía ganas de llegar a casa y seguir comiendo.


domingo, 24 de julio de 2011

Ni series ni fartlek, sino todo lo contrario

Hoy tocaba sesión de calidad. Después de unos días muy cochineros, aunque el viernes hice un not-so-cochinero por la tarde, esta mañana me tocaba correr un poco más.

Y siguiendo con esta bendición de mes de julio que estamos teniendo, hoy salí a correr a las 11:13am, un suicidio en esta época del año, que esta vez fue casi una bendición gracias el buen tiempo que tenemos. Llevo varios días durmiendo tapado y todo, durante el día estamos alrededor de 25 grados, por la noche se está de fábula, y de madrugada se entrena con algo de fresco, pero eso sí, el viento no deja de acompañarme vaya donde vaya.

Ya imaginaba que no iba a ser un día de calor agobiante, pero teniendo que pasarme más de una hora corriendo la mayoría del tiempo a ritmo de umbral aeróbico, no podía quedarme corto de hidratación. Y me llevé mi cinturón con dos botellitas, el de siempre, después del fiasco del bidón que me compré en el Decathlon. No me sentí nada cómodo con él, pensaba que iría más cómodo pero la verdad es que o no supe colocarlo bien, o yo no estoy diseñado para llevar bidones. Por la ruta que voy no hay fuentes, bueno sí, hay una al lado de casa, pero la verdad, viendo la clase de cuadrúpedos y bípedos que la utilizan normalmente, prefiero llevarme lo que vaya a beber desde casa...

Hoy tenía la Q1 con la que inicio la semana. Una especie de series o fartlek, ni lo uno ni lo otro, no había que ir a tope, tocaba correr 6 tramos de 6 minutos a ritmo de umbral aeróbico con 1 minuto de descanso, con su consiguiente calentamiento y enfriamiento.

Calentamiento hacia Montacada y media vuelta, para plantarme en el inicio de la zona asfaltada del río, 2,44 kilómetros a 5:12, y empezamos a correr. Tres series hacia el mar, de 6 minutos a ritmo T. Ritmos de 4:17, 4:20 y 4:17. La tercera acabando casi a 170bpm, creo que me estaba exprimiendo un poco más de la cuenta.

Media vuelta y apuntamos en dirección a casa. Ya se notaban las tres series... 4:20 la cuarta. La quinta, la penúltima, suele ser la que nos dice si vamos bien o si quizá nos hemos pasado un pelo. Y en este caso, me pasé un pelo. Me sobraron 5 pulsaciones por minuto y quizá 10 segundos por kilómetro. La quinta se me atragantó un poco, la hice a ritmo de 4:28, luchando y sufriendo, acabando a 171bpm. La sexta y última, más por ser la última que por ser la sexta, un poco mejor, a 4:23, eso sí, poniéndome a 175bpm, más de lo que debería para ir a ritmo de umbral aeróbico.

Algo más de 15 minutos al trote para enfriar, a 5:37, y a casa a descansar.


Las sensaciones fueron buenas, corrí sabiendo que no iba a tope, aunque quizá algo más forzado de lo que debería, de manera que llegué muy justo a las últimas. Ahora con la cabeza fría pienso que el viernes tuve que haber regulado un poco más el ritmo, y quizá hoy salir buscando más los 4:30 que los 4:20. Tomo nota y andaré con ojo en los próximos entrenamientos. Quiero aprender a regular al principio y llegar fuerte al final, pero no es fácil... :)

Y después del entrenamiento, lo que me dejó totalmente derrotado fue la comida familiar... Barbacoa en casa de mi hermano, lo que implica mucha carne, mucha grasa, mucha cerveza, mucho vino, mucho tabaco, café y brandy. Mención especial a la jeta de cerdo a la brasa, al autorretrato que llamábamos, a las costillas, al chorizo y al cordero. Ah, y más deporte, pero con el mando de la PS3... ;) Una tarde espectacular, comiendo desbocadamente, con los primos jugando en una piscinita y pasando un buen rato en familia. Hoy castigado sin cenar, y mañana, un buen cochinero para recuperarme de todo.








viernes, 22 de julio de 2011

Not-so-cochinero evening run

Sigo con mis nuevos hábitos, cochineros muy cochineros en los días de acumular kilómetros, un poco más de esfuerzo en los días de calidad, mi leche con avena y plátano a media mañana, y el rodaje vespertino del viernes para acabar la semana. La adaptación va bien, lo único que se resiste todavía un poco es el punto 8... Los viernes aprovecho para dormir un par de horas más, para así llegar más despejado al rodaje nocturno, pero eso hace que el ritual matutino del punto 8 antes de ir a correr y sus réplicas al volver se rompa bruscamente el viernes...

El viernes pasado ya corrí bastante incómodo por ello, y hoy, no las tenía todas conmigo pero al final todo fue bien y pude correr a gusto. Me tomé una barrita energética antes de salir, preparé mis cacharros, y a 19:54 empecé correr.

Tocaba cochinero, 15 kilómetros para completar los 72 de esta semana, y opté por seguir el curso del río hacia el mar, girar hacia el litoral, rodear el Fórum y volver sobre mis pasos.

Decidí estrenar mi nuevo botellín de medio litro ajustable a la cintura, pero no me ha convencido nada. No sé si he hecho algo mal, pero si me coloco el cinturón de manera que el botellín me quede en la espalda, se va moviendo mucho y me molesta. Al final acabé con el botellín en el costado y el cinturón rozándome un poco, y moviéndose cada dos por tres de manera que tenía que ponérmelo en el costado cada poco rato... :(

Pero bueno, pese al botellín oscilante, corrí un poco más suelto que de costumbre, el clima era perfecto, el viento habitual que ha dejado de ser noticia, una temperatura muy suave, algo de sol que no molestaba (sí, estamos en julio, no dejo de repetirlo para acabar de creerlo) y muy buena visibilidad.

Primer kilómetro a 5:46, calentando, y luego me salieron todos bastante regulares, un poco por encima de 5:00 en el tramo de ida, con viento en contra, y todos por debajo de 5:00 durante la segunda mitad, con el viento esta vez de mi parte. Algo más animadas las pulsaciones, gracias al calor y al hecho de estar bien despierto a esas horas, 153bpm de media, sobre todo porque al final me animé un poco y me dejé llevar, los últimos 5 kilómetros los hice entre 160 y 170bpm, corriendo muy cómodo. El ritmo medio se quedó en 5:04, sin contar ese primer kilómetro tan cochinero habría acabado rozando los 5:00 de media, que de todas maneras tampoco era mi objetivo.


La semana que viene toca descargar. Serán sólo 56 kilómetros, para prepararme para la siguiente, la primera de 80. El domingo tengo series a ritmo umbral y la Q2 será otro fartlek. Y mucho cochinero entre medio...

jueves, 21 de julio de 2011

Cansado, desorientado, herido y con el culo al aire

Bueno, a lo mejor me he pasado con el título del post... Pero dejadme que os cuente...

Cuando era muy pequeño, quizá con la edad de mi hijo mayor, unos 7 años, mi concepto del mundo era muy distinto al que tiene ahora mi cachorro. Nunca había salido de viaje, ni de vacaciones ni a ver a algún pariente lejano. Mis padres no tenían coche e íbamos a todos los sitios andando o en autobús y metro. Cuando salía a la calle, a mi derecha estaba el Turó de Montcada. Como había leído que la montaña más alta del mundo era el Everest, yo pensaba que el Turó de Montcada era el Everest. Se veía tan lejano, que pensaba que sólo se podía llegar hasta ahí tras un viaje de varios días.

Y enfrente de casa estaba el río Besós. Muy distinto a lo que es ahora. Ahora el río está muy cuidado, hay una depuradora antes de Montcada, se ven unos patos raros y una especie de gaviotas, la ribera está muy cuidada y con la hierba siempre bien cortada en el lado de Santa Coloma. Al lado del río hay una zona espectacular para pasear, y en el Paseo Alameda, donde yo vivía de pequeñajo, jardines por doquier.

Pero cuando yo era un enano, el paseo Alameda era un camino de tierra, la delicia de los niños cuando llovía, la ribera del río algo parecido al Mato Grosso, y el río bajaba pestilente y sin el más mínimo atisbo de vida a su alrededor, excepto ratas.

El Everest me pillaba un poco lejos, pero el río, y todo lo que había al otro lado, era para mí algo muy cercano e inquietante.

Durante un año fui a un colegio que estaba al otro lado del río. Íbamos varios niños del mismo edificio, así que las madres se iban turnando y nos llevaban y traían a todos en manada. Cruzábamos a pie el puente de Santa Coloma... Y, sin llegar a ser algo traumático para mí, sí que lo hacía con cierta inquietud, sobre todo durante los instantes en los que estaba justo encima del cauce del Besós. Imaginaba los horribles monstruos que habitaban en su fondo, que me atraparían y devorarían si el puente se rompiese justo cuando yo estaba pasando, y lo horrible que sería acabar engullido por alguno de esos seres horribles con tentáculos, ojos totalmente negros, colmillos y un hambre insaciable de niños que van al cole.

Y más me inquietaba pensar en todo lo que había al otro lado del río. Había oído hablar de Montcada. Muchas veces pensaba que si un día me perdía y acababa en Montcada, los soldados de Montcada me capturarían y seguramente pedirían un rescate al rey de Santa Coloma. Y el castigo que me iba a caer en casa por eso sería terrible... Seguramente en Montaca la gente sería distinta, de otro color, muy probablemente hablarían otro idioma, quizá los coches de Montcada fueran por el aire en vez de por la tierra, incluso los habitantes de Montcada comerían frutas que nosotros los de Santa Coloma no conocíamos.

Me fui haciendo mayor y todo eso fue pasando... :)

Y hoy decidí acabar con esos fantasmas de mi niñez de una vez por todas.

A las 4:50am sonó el despertador, y tras completar mi ritual matutino, a las 5:48 ya estaba corriendo en dirección a Montcada, sin llegar a Montcada, por la orilla del río, sin cruzar el río...

Llevaba mis mallas finas compradas ayer en el Decathlon. Muy cómodas. Me sentía más ligero, creo que definitivamente me vienen mucho mejor para evitar problemas con el punto 8.

Ritmo suave, muy suave, con el viento habitual estos días.

Llego a la altura del Turó de Montcada y lo paso de largo...

Paso de largo también el primer puente por el que se cruza el río. Hago un ademán de girar... Pero no puedo... Sigo...

Llego al lugar donde doy la vuelta habitualmente, otro puente que cruza el río hacia Montcada... Calculo que dando la vuelta aún me faltarán unos metros para completar el kilometraje de hoy. Así que sin tiempo a arrepentirme, no lo pienso dos veces, y cruzo el río hacia Montcada...

No hay monstruos... No sufro ningún tipo de taquicardia... No paso miedo... Definitivamente, me he hecho mayor. Estoy en Montcada... Los coches estás aparcados en el suelo, y funcionan como los nuestros. No parece haber un ejército buscando colomenses. Oigo hablar a alguien, hablan como yo. Vaya... No pasa nada... Qué bien...

Decido seguir el curso del Besós por el lado de Montcada en dirección del mar. A los pocos metros, el camino se estrecha, se podría correr bien por la acera si no fuera por los inoportunos arbolitos que han plantado cada 5 metros. Voy haciendo eses y agachando la cabeza por culpa de alguna rama... Grrrrr...

Vaya, el camino que va paralelo al río se desvía y he de pasar por debajo de un puente, de manera que la vía del tren queda entre el río y yo. Me temo que no va a ser fácil volver al río. Pero sigo...

El camino se estrecha aún más y pasa al lado de lo que parece ser una especie de riachuelo. Sigo y me encuentro algo parecido a una puerta metálica medio rota que da a un parque desolado. Sigo por ahí... Piedras, tierra, una torcedura de tobillo... Grrrrr...

Voy un poco cansado, las series de ayer contra el viento me dejaron tibio, el madrugón hoy me ha costado un poco más que de costumbre...

Acaba el parque desolado, y veo una especie de carretera de un solo carril con quitamiedos a los lados. Pero la carretera se aleja aún más del río y de la vía del tren. Por detrás del quitamiedos continua el asfalto, así que decido correr por ahí en vez de meterme en la carretera. Ya voy un poco cansado, cabreado, empiezo a sentirme desorientado y no tengo claro si va a ser fácil volver al río o si tendré que volver sobre mis pasos.

La zona de asfalto por detrás del quitamiedos se estrecha. Cada vez voy más justo. Y de repente... Paso muy cerca de uno de los soportes, y ras, me rozo con él, se me raja el pantalón de arriba a abajo y me quedo con medio culo al aire y una pequeña herida... :(

La carretera se aleja hacia la montaña, así que la abandono y me desvío hacia el río, y me veo atrapado entre el río y un campo de fútbol de tierra sin poder seguir. Y entonces sí, cansado, desorientado, herido y con el culo al aire, me doy media vuelta...

Vuelvo sobre mis pasos, y comprendo que desde pequeñito ya sabía que no me tenía que meter en esos líos... :) Respiro aliviado al volver a cruzar el puente y pisar mi tierra, Santa Coloma. Completo el entrenamiento, y acabo mi rodaje aventurero a un ritmo cochinero de 5:44, 13,12 kilómetros de relax, a unas pulsaciones medias de 134bpm, sin superar siquiera las 144.


miércoles, 20 de julio de 2011

Verano ventoso, en el sentido eólico de la palabra

Pues sí, estamos en verano, como quien dice ya casi en agosto, nos hemos quejado como siempre de unos días de bastante calor, pero últimamente parece más que estemos en primavera, tanto por la temperatura como por lo cambiante del clima. Supongo que por eso los calentólogos están bastante callados, imagino que no van a dejar de defender sus ideas, pero es tan tentador hacer algún chiste sobre calentamiento global que entiendo que prefieran esperar un momento más cálido para seguir concienciándonos de sus doctrinas.

Al menos en Barcelona, la previsión de temperatura máxima para esta semana es de 26º, lo nunca visto en julio. A la hora a la que salgo a correr, estamos más o menos a 17 o 18 grados, pero con el viento que también se ha quedado con nosotros desde hace varios días, incluso paso un poco de frío al principio. Y hoy ha sido así, un poco de fresquillo al empezar a correr, pero sobre todo, un viento exageradamente fuerte que ha dejado mis series/fartlek un poco trastocadas.

El plan era levantarse a las 4:50 y hacer una especie de fartlek made in Jack. Calentamiento, 6 bloques de 5 minutos a ritmo intenso y 4 a ritmo de jogging, y vuelta para casa.

Calentando hacia Montcada ya vi que hoy iba a hacer viento de verdad. 13 minutos a 6:15, peleando contra el aire que soplaba en dirección al mar y volviendo sobre mis pasos, para colocarme justo al inicio de la parte asfaltada del cauce del río, y empezar ahí el fartlek en dirección al mar.

El primer tramo, como suele pasar a esas horas, sirve para acabar de despertarse. 5 minutos a 4:30, y las pulsaciones apenas subieron de 150bpm justo al final. Un poco de jogging, y a por otra.

El segundo tramos de 5 minutos a 4:15, un poco más suelto, 161bpm acabando. Más jogging...

Y la tercera, la última con viento a favor, la hago a 4:01, rozando pero sin llegar a ponerme a 170bpm.

Media vuelta, y entonces me doy cuenta de que hacía mucho más viento del que pensaba. Tramo de 5 minutos a ritmo intenso, tan intenso como 4:28... Jogging... Quinto tramo a 4:32... Maldiciendo el aire que hacía... Hasta me costaba ir a paso de jogger... Sexto a 4:31, intentando apretar pero viendo que no avanzo con soltura. Las pulsaciones alrededor de 165bpm al acabar, y la sensación de cansancio terrible.


El hecho de no parar entre serie y serie, sino seguir corriendo, hizo que en las recuperaciones bajara sólo hasta alrededor de los 130bpm. Pero de eso se trata este entrenamiento, de enseñar al cuerpo a apurar las fuerzas con un desgaste ya acumulado. Acabé muy cansado, resignado con el viento que no me dejó hacer una buena progresión, pero satisfecho con la Q2 de la semana.

Y como premio, esta tarde aproveché para hacer unas compras que tenía pendientes. Una gorra blanca, para tener de quita y pon, y ver si me da menos calor que la negra, un bidón de 500ml con cinturón para llevar en las tiradas largas, una tira reflectante para el brazo, pensando en los entrenamientos nocturnos, una mallas más finas y elásticas, pues empiezo a sospechar que las que uso habitualmente son catalizadoras del punto 8 debido quizá a un exceso de presión en la zona intestinal, y un surtido de barritas energéticas, geles, y dedicado al Abuelo Runner, la tarta de chocolate del Decathlon para desayunar el día de la tirada larga... :)

lunes, 18 de julio de 2011

¿Pero no estábamos en verano?

Esta mañana me costaba aceptar que estamos en pleno verano. Salir a correr antes de las 6:00am es garantía de no pasar mucho calor, pero de ahí a pasar incluso frío a mediados de julio hay un buen trecho... Guardé el corta vientos en mayo, pues en el río tengo viento todo el año y eso refresca bastante la temperatura, ya no creo que lo saque hasta octubre, pero hoy reconozco que no me habría sobrado. Cielo nublado, aire fuerte y frío, amenaza de lluvia... Nada que no impidiera salir a hacer un rodaje cochinero, recuperador de la aventura del domingo, que me deje listo para la Q2 del miércoles.

Ritual habitual, el punto 8 ha dejado de ser noticia por fin, todo ha salido bien, y a mi hora habitual estaba estirando y pensando en el frío que hacía. Tenía unos 12 kilómetros por delante, así que a correr. Dirección a Montcada, viento muy fuerte, que hizo que el primer kilómetro transcurriera a un ritmo de piara despistada, 6:27, creo que andando voy más rápido... Poco a poco fui despertando y mejorando el trote, pero intentando fijar el objetivo cochinero por excelencia, que no es una velocidad en concreto, sino un grado de esfuerzo, el hecho de correr relajado, cómodo, intentando mantener las pulsaciones alrededor de los 140bpm, y así fue.

Ya con el viento a favor fui a velocidad de crucero de 5:15 durante 4 kilómetros, y al volver del nuevo el viento en contra me plantó cara. Pero la idea estaba clara, pulsaciones controladas, recuperar fibras, articulaciones y tendones, cochinear por el río y volver a casa a ducharme, comerme un inmerecido desayuno e irme a trabajar. Después de correr 11,88 kilómetros, a un ritmo cochinero de 5:36.


Mañana descanso, y el miércoles las series más largas del plan. Plan, por cierto que ya he actualizado en la pestaña Mi Plan, por si alguien tiene curiosidad en ver cómo va progresando... :)

domingo, 17 de julio de 2011

Machacada dominical con tiempo variable

Nadie dijo que fuera fácil. Me quedo con ese comentario que me hacía Juanma en el post anterior. Nadie dijo que correr una maratón fuera fácil, y que prepararla fuera coser y cantar. El viernes lo pasé mal, mucho, pero el momento de llegar a casa con el entrenamiento cumplido fue enorme... El sábado no corrí, y hoy tocaba empezar una nueva semana del plan. Estas semanas de domingo a sábado me gustan porque empiezan fuertes, el primer día ya tenemos la mitad de las sesiones de calidad hechas y buena parte del kilometraje cumplido. Además, esa Q1 que hacemos el domingo es una buena referencia para ver cómo hemos asimilado el entrenamiento de la semana anterior.

Hoy tocaba empezar la semana con un combo made in Jack Daniels, un exprime limón, como dice Gonzalo. El entrenador nos pide que calentemos un poco, 15 minutos en mi caso, y luego corramos 12 minutos a ritmo T (umbral aeróbico), descansemos 2 minutos, otros 12 T, 2 minutos más de reposo, y entonces, para acabar la faena, pues nada, una hora corriendo a ritmo E (cochinero). Es una manera de recrear a escala el efecto muro, en esos casi 45 minutos nos exprimimos un poco, y después, tenemos que seguir corriendo una hora como si aquí no hubiera pasado nada. Y esto es sólo el principio. Más delante vienen otros exprime limón que a lo de hoy le añaden otros 20 minutos a ritmo umbral al final, pero para eso aun faltan muchos kilómetros...

Siguiendo esa táctica suicida de variar las horas de entrenamiento, hoy he salido de nuevo al mediodía. La mañana ha sido rara, poco antes de salir el día estaba nublado e incluso algo fresco. Gran noticia a priori. Pero nada más lejos de lo que al final me encontré... Cuando ya estaba preparado para salir, las nubes habían desaparecido y el calor era simplemente espectacular. Esta vez sí que salí prevenido, tres botellines de Aquarius, con dos cubitos de hielo cada uno, y un gel. Estiramientos, preparación de GPS, ¡y a correr!

Había pensado hacer los dos tramos rápidos en dirección al mar, con viento en contra que me ralentizaría el ritmo, pero que a cambio refrescaría un poco el ambiente. Así que empecé calentando en dirección a Montcada, notando el calor que me esperaba, y a los 15 minutos media vuelta y a correr. Un tramo de 12 minutos a 4:42, muy condicionado por el viento, 2 minutos de descanso que me supieron a gloria, otros 12 minutos a 4:39, luchando con el viento una vez más, otros 2 minutos para recuperar el aliento, y ahora a correr una horita suave.

Para hacerlo más entretenido, salí del río en dirección al litoral. El calor empezaba a pegar bien fuerte. Ritmo inicial de 5:25 a 5:30, intentando dosificar fuerzas, hidratándome antes de empezar a tener sed, y calculando mentalmente cuándo tenía que dar la vuelta para llegar a casa una hora después de empezar, mientras el calor seguía dando fuerte. Justo antes de cruzar la ronda para llegar a la playa, di media vuelta, un poco antes de lo que tocaba, para evitar cruzar el semáforo. Así que pensé que era una buena oportunidad de explorar una ruta alternativa, pasando por detrás del Fórum, más pegado a la costa, y no por la Diagonal, que es por donde voy siempre, y así hacer esos metros extra que me faltarían para completar el total.

Poco después de tomar esa decisión recordé que una de las mayores quejas de los visitantes del Fórum era que apenas había lugares con sombra. Confirmado. Ni uno. Ya llevaba 12 kilómetros bajo el sol y me metí en una especie de desierto de cemento, que para darle más emoción al asunto, tenía varias cuestas para subir. Me gustó el recorrido, pese a que me equivoqué un par de veces y di más vueltas de las necesarias, tuve que cruzar dos puentes, seguí al lado del mar muchos metros, incluso creo que puedo llegar al río directamente, la próxima vez lo intentaré. Pero el calor, la falta de sombras y las cuestas que no esperaba me dejaron doblado...


Y entonces el tiempo cambió de repente. Ya estaba saliendo del Forum y cruzando el Besós por el puente que lleva a la estación de San Adrián, cuando de repente el cielo se encapotó, la temperatura bajó varios grados y empezó a soplar un viento fortísimo. En cuestión de 5 minutos. Y cuando pensaba que ya lo había visto todo, después de haber corrido con calor extremo, con temperaturas bajo cero, en plena nevada, lloviendo a cántaros, con viento fuerte, por la costa, por la montaña, en una isla, en otro continente, cuando pensaba que ya casi lo había visto todo... ¡Me encuentro con una tormenta de arena! No me lo creía, estaba acabando de cruzar el puente y tenía un ciclista al lado que tenía la misma cara de flipado que yo... En una especie de parque de tierra que hay justo en el lugar en el que acaba el puente y se baja al río, se había levantado una especie de tormenta de arena, tuve que girar la cabeza y casi cerrar los ojos, la arena se me metía en los ojos, en la boca, era horrible, se me secó la garganta, se me irritaron los ojos, y mientras, las nubes ya cubrían todo el cielo y en cualquier momento se podía poner a llover a cántaros...

Pasé la operación tormenta del desierto, volví al río, con tanto calor y cuestas el Forerunner me estaba marcando una media de 5:40. Ya me quedaban los últimos 3 kilómetros, y la temperatura y el viento a favor me salvaron la vida, tanto que ese tramo lo hice a ritmos no tan cochineros, de unos 5:15, que dejaron la media de esa hora a ritmo E a 5:33. La hora se acabó cuando aún estaba en el río, así que paré el Forerunner y seguí andando, no era cuestión de machacarse más de lo que tocaba. Las pulsaciones acabaron más bien altas, favorecidas por el calor, a una media de 160bpm, con máximos de 175 al acabar los tramos rápidos.



Llegué exprimido, me bebí casi un litro y medio de Aquarius y una cerveza con la comida, las rodillas pedían clemencia, y no sé lo que habría dado por una siesta, pero hoy no podrá ser... Mañana un cochinero recuperador, y una semana menos para la maratón.

sábado, 16 de julio de 2011

Cochinero vespertino

Ayer volví a repetir entrenamiento vespertino, en este caso, casi nocturno, al menos los últimos kilómetros los hice totalmente a oscuras. Más que por la temperatura, quiero acostumbrarme un poco a correr a esas horas porque las sensaciones son muy distintas. Normalmente las carreras son por la mañana, voy a correrlas después de desayunar y reposar unas tres horas, pero en cambio en Bilbao, habré desayunado, comido y seguramente merendado, llevaré todo el día despierto y activo, como suelo ir a dormirme pronto, mi cerebro ya irá cuesta abajo, pensando en lo cerca que debe estar la hora de irse a dormir...

Y ayer ya noté cómo pueden influir esas cosas. Ahora que estoy de jornada intensiva, de 8:00 a 15:00, se me han trastocado un poco los horarios de las comidas. Sigo levantándome a las 5:00 para ir a correr con dos galletas de chocolate y un café en el cuerpo. Cuando llego desayuno un bocata con un zumo de naranja, dos pastillas de Condrosan y un café. El tentempié de media mañana, mi tazón de leche con avena y un plátano a rodajas, ahora me lo como a las 12:00 en vez de a las 11:00. Y cuando llegan las 15:15 como con hambre, pues mi cuerpo estaba acostumbrado a hacerlo a las 13:30. A la hora de cenar, más o menos a las 20:15, ahora llego con menos hambre, y a veces me acabo la ensalada casi sin ganas y el yogur me lo tomo medio a regañadientes...

Y en pleno proceso de adaptación al nuevo horario de comidas, ayer me levanté algo más tarde, y tuve un día de trabajo especialmente estresante, de esos que no te dejan tiempo casi ni de ir al baño... Así que el punto 8 fue algo fugaz y poco abundante... Entre eso y el ligero malestar estomacal producto de los nuevos horarios de comida, llegó la hora de salir a correr, casi a las 21:00, sin haber cenado, después de comer a las 15:00 y volver corriendo al trabajo (sí, el horario de verano es así, ahora trabajo más horas que antes)... No me encontraba del todo fino, me sentia hinchado, con un poco de dolor de tripa. Pero tocaba rodar...

Todavía con mucha luz de sol, enfilé la ruta del río hacia la playa, con la idea de recorrer el litoral y darme media vuelta en el kilómetro 9, para completar los 18 previstos. Primer problema, ya me pasó el viernes pasado, no sé por qué, pero parece que al Forerunner le cuesta más encontrar satélites a esa hora. No había manera de que se pusiera en modo carrera, seguía buscando señales del espacio exterior, pero como ya era tarde empecé a correr... Más o menos 400 metros tardó en ponerse en marcha, ya cuando casi estaba en el río.

Empecé bien, con ganas de correr, pero antes de salir del río y girar hacia el litoral, empecé a sentirme muy incómodo... La amenza de punto 8, maldita sea. La tripa hinchada, me aflojé el cinturón con el Aquarius, me lo bajé casi hasta los glúteos, pero seguía incomodísimo. Tenía dos opciones, dar media vuelta y dejarlo para otro día, o seguir pero a un ritmo extremadamente cochinero. La opción 3, con tanta luz y tanta gente, quedó inmediatamente descartada.

Y esa es toda la historia del entrenamiento de ayer. Pese a que iba fresco y con muchas ganas, tuve que buscar una velocidad de crucero de 5:25 a 5:30, sin forzar lo más mínimo, corría algo encorvado, protegiendo mis intestinos, algo cabreado por las circunstancias. Y eso que el paisaje era espectacular, una luna llena roja enorme apareciendo sobre el mar, mucha gente en la calle, patinadores, corredores, ciclistas, chiringuitos en la playa que empezaban a convertirse en discotecas, pero yo iba concentrado en mantener un ritmo suave y no forzar la situación más de la cuenta para evitar problemas...

Di la vuelta en el kilómetro 9, pero claro, como el Forerunner se puso en marcha unos 400 metros lejos de casa, acabé haciendo 18,37 kilómetros, a un ritmo medio de 5:27, cochinero, cochinero, con las pulsaciones, eso sí, muy bajas para mí, 142bpm de media, pasándolo muy mal sobre todo al final, ya de noche cerrada, haciendo algunos kilómetros a 5:45, con las tripas deshechas y algo cansado y deshidratado, me faltó otro botellín de agua, no vuelvo a salir a correr 18 kilómetros sin al menos medio litro de líquido...



Los que decís que no sois capaces de rodar a 5:30... Probad una cosa... Tomad una cucharada de Evacuol antes de salir... Y luego me contáis... ;)

jueves, 14 de julio de 2011

Soneto al rodaje cochinero

Oh, rodaje cochinero, que recuperas mis fibras,
relajas mis pies cansados, das descanso a mis tendones,
sumas a mi plan de entreno, aún rozando mis pezones,
y cuando acabo contigo de la fatiga me libras.

Que sería de mí, runner, oh rodaje cochinero,
si no estuvieras conmigo tres días a la semana,
asimilando la carga bien pronto por la mañana,
sea verano o invierno, sea septiembre o enero.

Por eso yo te agradezco, mi cochinero del alma,
que siempre me des las fuerzas que mi cuerpo necesita,
para los cambios de ritmo, para una carrera intensa,

para una tirada larga, para rodajes en calma,
la maratón ya me espera, no faltaré a esa cita,
y el rodaje cochinero, me ayuda y me recompensa.

Homenaje al rodaje cochinero
Por Isidro Gilabert

Y el cochinero de hoy ha consistido en 14,17 kilómetros, a un ritmo medio de 5:33 y unas pulsaciones extremadamente cochineras, media de 137bpm.


miércoles, 13 de julio de 2011

Series cochineras

Esto de los rodajes cochineros se nos está yendo de las manos... :) Pero es que es tan descriptivo que me cuesta dejar de usar esa palabra... He querido hacer una prueba, y resulta que buscando en Google "rodaje cochinero", este blog que estáis leyendo copa los primeros resultados de la búsqueda... :D Mirando todos los resultados, también se lee a Gonzalo, en sus posts o comentarios, como la última entrada ilustrada genialmente con fotos que no dejan a nadie impasible... Y remontándonos aún más en el tiempo, en agosto de 2009 a Manuel Binoy ya le aconsejaban usar ese término para referirse a esos rodajes basura, de relleno, recuperadores, a ritmo suave, bajos de pulsaciones, vamos, a los rodajes cochineros.

El último rodaje cochinero fue el lunes, ayer tocó descanso total, y hoy tenía la Q2 de esta semana, que ha constado, resumidamente, de unas series cochineras... El plan Jack Daniels, recordando brevemente, consta de 2 sesiones de calidad semanales (Q1 y Q2) y 3 cochineros a ritmo E. El míster nos permite repartir esos días como mejor nos venga, tampoco se moja sobre si es mejor descansar antes o después de las sesiones de calidad, o si los cochineros han de ser alternos, posteriores a un día de calidad, por la mañana o por la tarde. Los entrenamientos que nos marca no están basados en ritmo, velocidad o pulsaciones, sino en grados de esfuerzo, por llamarlos de alguna manera, que son éstos:

J => Jogging, asqueroso y repugnante ritmo pocilguero que sólo puede justificarse si sirve para descansar cuando hacemos series.

E => Easy, cochinero en español. El ritmo al que podríamos correr sin cansarnos durante más de una hora y hasta dos. Es un ritmo al que sería posible correr mientras hablamos cómodamente con un amigo imaginario.

M => Marathon, el ritmo objetivo al que queremos correr una maratón. A ese ritmo deberíamos poder correr 42 kilómetros, pero no más de 2 ó 3 veces al año... :)

T => Threshold, o umbral aeróbico. Es un ritmo "confortablemente duro", el ritmo al que en menos de una hora empezaríamos a cansarnos, sin ir a tope, sí que vamos casi en el límite del máximo aprovechamiento del oxígeno que respiramos. Podría ser un ritmo para correr una media maratón a tope, quizá algo menor. Los tramos a ese ritmo hacen que mejore nuestra capacidad aeróbica, que es la que marcará la diferencia en una prueba como la maratón. Ir más rápido de ese ritmo ya significa que nuestro rendimiento baja a medida que pasa el tiempo.

I => Interval, o ritmo de series. El ritmo al que podemos correr a tope un kilómetro antes de explotar en mil pedazos.

Y hoy tocaba el primero y el último. En estas primeras semanas se empieza suave, estamos unas tres semanas haciendo el mismo kilometraje, 72 en mi caso, metiendo unas pequeñas series en la Q2. Las de hoy eran 4 repeticiones de 1 kilómetro a ritmo I y 4 minutos de jogging. He calentado un poco menos de 2 kilómetros, y las series me han salido a 4:19, 4:20, 4:19 y 4:06. Ni mucho menos para tirar cohetes, pero es que tampoco se puede ir al ritmo de unas series cortas convencionales en las que recuperamos totalmente las pulsaciones entre serie y serie, en este caso, al acabar una, hay que seguir trotando, estamos preparando una maratón, no una 10K...

Un kilómetro y medio más, y para casa.



Mientras volvía veía como amanecía y se iban retirando los nubarrones del pedazo de tormenta que cayó a las 5:00am. Me levanté a esa hora, y justo cuando empezaba a salir el café, un estruendo me asustó, a mí y a mi señora, que se levantó y mirándome como si estuviera loco me preguntó si pensaba salir con esos truenos y esa lluvia. Sin inmutarme, le dije que seguro que pararía, y si no, pues me mojaría, qué remedio, mientras me tomaba el café y las galletas... :) Poco antes de salir paró de llover, el suelo estaba mojado, eso tampoco ayuda a ir rápido, pero pude correr bien.

Y mañana... Cómo no...

¡Rodaje cochinero!

lunes, 11 de julio de 2011

Hace un año

Ayer estaba tendiendo la ropa por la noche, es uno de los momentos más duros que me toca pasar durante la semana, ya que mis adorables vecinos suelen poner Tele 5 a todo volumen, con el audio desincronizado de manera que los cacareos y exabruptos que suelen emitir los personajes que pululan por ese canal que nunca pongo en casa suenan con eco, a puro grito, mientras yo pacientemente voy ordenando la ropa tratando de evadirme de las estupideces que oigo salir por las ventanas de mis queridos cohabitantes del edificio...

Pero ayer me sorprendió no escuchar gritar e insultar a los ilustres colaboradores de esa magna casa, sino escuchar como España ganaba un mundial de fútbol contra Holanda en el minuto 116 de partido... Después vi en el facebook que un amigo se emocionaba con el gol de Iniesta, y fue entonces cuando recordé que hoy se iba a celebrar el primer aniversario de ese día y que estaban haciendo un programa especial para rememorarlo. ¿Y por qué me acuerdo tan bien? Porque al día siguiente salí a entrenar, después de haberme acostado tarde, haber comido mucha pizza, bebido mucha cerveza y fumado muchos cigarrillos... Y superé la prueba, completé 10 kilómetros sufriendo, me di cuenta de que el entrenamiento para la maratón iba en serio, y sin saberlo, hice el primer rodaje verdaderamente cochinero de mi vida. Fueron 10,20 kilómetros, a un ritmo de 5:34 y con las pulsaciones medias a 137bpm. Nunca había ido tan despacio, venía acostumbrado a entrenamientos cortos y rápidos orientados a los 10K y la media maratón, y me pareció que nunca volvería a ir tan despacio como ese día.

Pero un año después, estoy aprendiendo a hacer esos rodajes cochineros sin necesidad de ganar un mundial, fumar como un carretero, beber como un cosaco y comer como un gorrino... Es difícil vencer a la tentación, no escuchar al diablillo que en el hombro derecho te dice que vayas más rápido, que te acaba de adelantar un caracol, que para eso mejor ir andando... Las piernas piden más, el orgullo te dice que puedes ir más rápido, menos mal que entreno muy pronto y no hay casi gente, así que nadie me adelanta con el alto riesgo de pique que eso implica. Empiezo a disfrutar los cochineros sabiendo que el día de calidad estaré mejor si llego descansado, a ser humilde, a valorar el descanso, y como muestra un botón.

Hoy, celebrando el primer aniversario del mundial y de mi primer cochinero, he hecho un cochinero espectacular, lento, cutre, parsimonioso, ni siquiera adaggio, más bien larghissimo, pensando en recuperar fibras y fuerzas después del castigo del domingo, y llegando a casa satisfecho después de casi calcar el cochinero del mundial, 12,14 kilómetros, un par más que hace un año, a 5:34 de media (¡clavado!) y 139bpm.

Mañana un pequeño descanso, me ha gustado esta semana de Q1 el domingo, cochinero el lunes, descanso el martes, calidad el miércoles, cochinero el jueves, y cochinero vespertino el viernes. Creo que ya tengo plan.

domingo, 10 de julio de 2011

Día de playa

Mi punto débil es, de largo, el calor. A todos nos afecta, es uno de nuestros peores enemigos, nos ayuda al principio, nos da confianza después, parece que quiere ser nuestro amigo, y cuando uno menos se lo espera, nos da el zarpazo, nos deja secos, vacíos, con las pulsaciones desbocadas, sin ritmo, deshidratados, cansados y desmoralizados... A mí me ha dejado así varias veces, sobre todo en la maratón de Barcelona, y en el entrenamiento que hice por el Llobregat con los héroes de Belchite y otros compañeros. Fue la única vez que paré antes de acabar un entrenamiento. Al final recuperé un poco las fuerzas y pude acabar corriendo los 30 kilómetros que nos metimos entre pecho y espalda, pero muy jodido, con perdón.

Quizá el calor me ha causado tantos disgustos por mi horario de entrenamiento. Levantarse a las 5:00am y empezar a correr antes de las 6:00am es garantía de una buena temperatura, además de unos amaneceres espectaculares o la extraña sensación de volver a casa cuando aún es de noche, según la época del año. Pero no de pasar calor.

En lo que también he fallado muchas veces es en la mala dosificación que hago de mis fuerzas. Inconscientemente muchas veces me he dejado llevar por la sensación de ir bien al principio, y cuando me he dado cuenta mi rendimiento ya había bajado mucho y no era capaz de recuperarme. En las dos maratones acabé muy fastidiado, seguramente mucho peor que si hubiera salido más conservador.

Así que habrá que hacer algo... Y el plan era intentar salir a correr a otras horas, siempre que me sea posible, para acostumbrar al cuerpo al calor y para aprender a dosificar las fuerzas. Relaciono calor con dosificación porque, con calor, es cuando hay que ser más conservador y cuando más hay que saber guardar las fuerzas. El viernes salí por la tarde a hacer un cochinero de 14 kilómetros, suave, con algo de calor. Salió de fábula, después del primer kilómetro calentando, todos por debajo de 5:00, aguantando el tipo y manteniendo el ritmo bien. Lástima que se me olvidó ponerme el pulsímetro, pero creo que de pulsaciones iba también bien.

Hoy tocaba el segundo asalto. Empezar la segunda semana del plan con una Q1 que consistía simplemente en correr 18 kilómetros a ritmo E, Easy. Y elevé la apuesta. Saldría a mediodía, a sufrir, a dármelas de morros con un sol de justicia...

Como eran 18 kilómetros, salí con medio litro de Aquarius, un gel de los que me dieron en la Cursa de La Maquinista (que caducaban este mes, ahora sé por qué los regalaban), y como eran las 11:53am, camiseta sin mangas y gorra. Además recuperé unos de los circuitos clásicos cuando preparo una maratón, mi querido Besós - Litoral. Repasando mis entrenamientos, gracias a esa maravilla que se llama rubiTrack, recordé que ya hice ese recorrido en verano 3 veces el año pasado, aunque de madrugada. Otras 11 veces más lo he completado con mayor o menor kilometraje, pero en todos los casos, de madrugada o en invierno. Hoy lo iba a hacer a mediodía, hoy, que era, simplemente, como dice el título del post, un día de playa perfecto.

Salí buscando un ritmo cercano a 5:05 - 5:10, sabiendo que con este calor no era buena idea intentar ir más rápido. Entre la cantidad de gente que había en el río y el viento cambiante, el ritmo no fue muy constante pero sí que estuvo en los límites que quería. Giro en San Adrián, empiezo a correr hacia el Fórum, giro hacia el mar, cruzo la ronda, el ritmo sigue bien, entre 4:58 y 5:14, y entonces es cuando sufro el primer ataque directo a la moral... La playa no estaba llena, no... Como decía el dúo Sacapuntas, ¡estaba abarrotá! El aparcamiento que hay antes del polideportivo de la Mar Bella, que siempre está vacío de madrugada, estaba hasta los topes. Los lateralas de la Avenida Litoral eran un continuo ir y venir de gente que, o se iba a comer después de pasar la mañana en la playa, o se había levantado a las tantas e iba a tomar el sol cuando más fuerte pega, a la misma hora que algunos locos salen a correr........

Pese a todo, el ritmo seguía siendo bueno, el Aquarius ya era una sopa caliente pero hidrataba, y seguí en busca del kilómetro 9 para tomarme el gel y dar la vuelta. Las pulsaciones iban subiendo, cuando di media vuelta ya había pasado los 165bpm. Seguí con el ritmo objetivo de entre 5:00 y 5:10, volví a ver la playa que estaba cada vez más abarrotá, 5 kilómetros más en los que notaba que las pulsaciones seguían subiendo y el ritmo se resentía... El punto de no retorno... No sé qué es lo mejor en estos casos. Es lo más parecido a lo que me pasó en las dos maratones, noto que las pulsaciones están muy altas, ya marcan 170bpm, y que el ritmo cae y cada vez me siento más cansado. La pájara, el bajón, el tío del mazo, cualquiera de las acepciones de eso que seguro todos conocéis...

Ya estaba en el río cuando peor me empecé a sentir, al empezar en el kilómetro 15. El calor había ido haciendo mella, iba bien de piernas pero no tan bien de respiración. Intenté bajar el ritmo para ver si bajaban las pulsaciones, estuve rondando las 165-170, me estabilicé alrededor de las 169, y el ritmo descendió mientras la temperatura probablemente alcanzaba el máximo, hice los últimos kilómetros entre 5:19 y 5:33, el Aquarius estaba caliente, la cabeza hirviendo, la camiseta empapada completamente, un poco tocado, pero llegué entero a casa, tras completar 18,20 kilómetros en 1:34:49, a un ritmo medio de 5:10.


Seguiré con estos entrenamientos. Creo que son la mejor manera de aprender a regular. El ritmo medio ha sido bueno, pero al igual que en las maratones, creo que podría haber hecho una mejor media y no sufrir tanto al final si hubiera dosificado mejor. Ya veremos el viernes y el domingo que viene...

viernes, 8 de julio de 2011

Cochinero vespertino

Después de leer que muchos me recomendabais salir a correr algún día por la tarde-noche, para habituarme al horario de la maratón nocturna de Bilbao, he ido dando vueltas a la idea, y pese a que las pocas veces que he corrido por la tarde me ha costado bastante dormir después, al final me he decidido a volver a probar.

Como sólo me faltaba un cochinero para acabar la semana (recordemos que Jack Daniels cuenta las semanas al estilo americano, de domingo a sábado), tenía la opción de hacerlo mañana por la mañana o adelantarlo a esta tarde. Y como estos días llego tan cansado de trabajar, pensé que por mucho que corriera hoy por la tarde, esta noche iba a caer redondo... :)

Así que después de un día muy intenso, con los niños ya casi dormidos, me puse la ropa de runner y salí a probar un rodaje vespertino. Antes merendé una barrita de cereal y gelatina, dejé la cena hecha para devorarla nada más llegar y salí de casa listo para el entrenamiento. Se me hizo tan raro bajar a la calle vestido de corto y encontrarla totalmente iluminada por la luz del sol, llena de gente, y con coches por todos sitios... :) Había dos señoras en el banco en el que hago estiramientos, y un montón de gente que miraba cómo me peleaba con el RunKeeper y el Forerunner antes de empezar a correr...

Nada más empezara a correr, a las 8 y cuarto de la tarde, me di cuenta que Barcelona no es Bilbao y que julio no es octubre. Tocaría pasar algo de calor y sed, pues bajé sin agua. Quería hacer 14 kilómetros, daba por hecho que no la iba a necesitar, pero me habría sentado de maravilla un trago.

Salí bastante enchufado, es lo que tiene llevar muchas horas despierto, y no unos pocos minutos como cuando salgo por la mañana. El primer kilómetro lo hice a 5:16. Hay cochineros en los que no hago un solo kilómetro por debajo de ese ritmo... En el segundo el ritmo ya estaba por debajo de 5:00, pero iba muy suave y cómodo. Quise mirar las pulsaciones, me extrañaba ir a menos de 5:00 en el segundo kilómetro. Y el Forerunner, que lo llevo en el modo de cambio de pantalla automático, de manera que se van alternando las pulsaciones con los datos de velocidad, no me mostraba las pulsaciones. Qué raro, a veces da la sensación de que se queda más rato del que toca en una pantalla, pero esta vez es demasiado. A ver si he quitado esa opción, no recuerdo haberlo hecho, pero en fin... Doy un toque al bisel para que cambie, pero nada, que no cambia y no me enseña las pulsaciones. ¿Qué estaba pasando? Muy sencilo... Que la tecnología ha avanzado mucho, pero no tanto como para que un reloj sea capaz de medir el ritmo cardíaco si no nos ponemos por lo menos un sensor en el pecho. Lo que tiene al cambio de hábitos... Menos mal que sí que me acordé de las zapatillas, pero el pulsímetro hoy se quedó en casa.

Sin la referencia de las pulsaciones, seguí a ritmo muy suave, cuidando la pisada, fijándome en el paisaje esta vez iluminado por la luz del sol vespertino, observando corredores, patinadores, ciclistas, futbolistas, todo tipo de personas practicando deporte o paseando a la orilla del río, fui sumando un kilómetro tras otro haciéndolos todos por debajo de 5:00 y corriendo muy cómodo. El viento soplaba al contrario que por la mañana, pero creo que con menos fuerza. Con el viento en contra la temperatura era muy agradable, el aire suavizaba la sensación térmica, pero cuando el viento dejaba de soplar de frente la sensación de calor se multiplicaba por momentos...

Pero pese al viento y a los cambios de sensación térmica, me salieron 14 kilómetros y poco a un ritmo increíblemente estable, todos, excepto el primero, entre 4:50 y 5:00. Bastante más rápido que los cochineros de madrugada, pero ratifico que no podía ir más despacio, habría sido incluso antinatural... Respiraba muy cómodo, corría sin esfuerzo, espalda recta, pisada con la planta, algo de sed y un poco de calor, pero por lo demás, un rodaje especialmente gratificante y reparador. Incluso en los últimos metros llegando a casa aceleré el ritmo e hice el último parcial a 4:18.


Llegué muerto de hambre, una ducha rápida, Aquarius a discreción, mi ensalada con una cerveza helada y un yogur Bio cereales, y pese a que esperaba lo contrario, ahora mismo los ojos se me caen de sueño... A lo mejor no va a ser tan mala idea de los rodaje del viernes por la tarde... Me noto bien muscularmente, quizá las rodillas se quejan un poco, normal por el aumento de kilometraje. Esta primera semana acaba con 66,74 kilómetros. El plan pedía 72, pero como venía de hacer bastantes menos, me conformo con estos casi 67. Primera semana completa con Jack. ¡Sólo quedan 15!

jueves, 7 de julio de 2011

El primer cochinero de Jack

El plan A de entrenamiento de Jack Daniels para preparar una maratón consta de muuuuuchos kilómetros a ritmo E, de Easy, ritmo cochinero para los amigos, y dos sesiones semanales de calidad mucho más exigentes. El año pasado, cuando comencé el plan por primera vez, hice esos rodajes a ritmo E quizá algo más rápido de lo que debería. Estos entrenamientos son peligrosos, a uno le apetece correr más, a mí me pasa y muchos contáis que también os pasa. En mi caso, quizá llegué un poco cansado a las últimas semanas del plan probablemente por haber ido un poco más forzado de la cuenta en esos entrenamientos, y fue entonces cuando empecé a hacer esos rodajes a un ritmo cochinero de verdad... Y creo que lo pagué...

Pero este año llevo la lección aprendida y quiero dosificar bien las fuerzas en estas largas 16 semanas que me quedan. Las tiradas a ritmo E van a ser cochineras de verdad, y los días de calidad quiero llegar bien entero. Así que hoy he salido dispuesto a seguir aumentando el kilometraje semanal, poco a poco, sin dejarme llevar por las ganas de correr, y hacer el primer entrenamiento a ritmo E. La idea era hacer entre 12 y 14 kilómetros, según cómo me encontrara.

Y me encontré bien... :) He adelantado también la hora a la que suena el despertador, esos 10 minutos de diferencia parece que afectan algo a mis biorritmos, salgo más dormido y el punto 8 se resiste. Pero pronto las 4:50am será la hora a la que cada día me despierte bien preparado para honrar a Jack y su plan.

A las 5:44am ya estaba corriendo. Ruta hacia Montcada con mucho viento en contra, media vuelta, hacia el mar con el viento a favor, y cuando el cuerpo diga "ya está bien", a casa. Empecé muy suave, hasta llegar a Montcada todos los parciales por encima de 5:30. Cochinero, cochinero. Pulsaciones por debajo de 140bpm. Un regalo para el cuerpo...

Media vuelta, sigo corriendo con el mismo esfuerzo, las pulsaciones aumentan sólo un poco, el viento ayuda, voy entre 5:02 y 5:16, ni me acerco a las 150bpm, qué a gusto se va así.

Cuando llevo 11 kilómetros decido dar la vuelta, calculo que me quedan unos 3 para llegar a casa, el viento en contra se nota, ritmos entre 5:21 y 5:35, pulsaciones igual que antes, no paso de 150bpm, y paro el Forerunner 1 hora y 16 minutos después de haber empezado, relajado, con 14,14 kilómetros para la cuenta del plan de entrenamiento a un ritmo E de 5:25 y unas pulsaciones medias de 142bpm.



Todavía me queda mucho, muchísimo. Pero conozco el camino y quiero hacerlo bien, llegar fuerte al final y disfrutar de mi tercera maratón y llevarme un buen recuerdo de Bilbao.

miércoles, 6 de julio de 2011

Vuelve Jack Daniels

Ya no me acordaba de estos entrenamientos del Plan A de Jack Daniels... Aún no he llegado al primer exprime limón, pero sí he hecho el primer combinado asesino de ritmo umbral aeróbico más tirada E. Te deja jodido, pero contento... :)

Esta semana la Q1 era un combo de 3 kilómetros a ritmo cochinero más 5 series de 5 minutos a ritmo T, con 1 minuto de descanso, para después correr una hora a ritmo E. Y la Q2 constaba de 3 series de 1 kilómetro con 4 minutos de jogging entre serie y serie.

Como el domingo corrí una 10K, descarté la Q2, y la Q1 del domingo la hice hoy, aunque la acorté un poco para no meterme demasiados kilómetros de golpe esta semana y porque la 10K con la que sustituí la Q2 ya se pasaba del kilometraje de la Q2... De manera que lo dejé en 2,7 kilómetros calentando, y 4 series de 4 minutos a ritmo T más 1 de descanso, además de la hora corriendo que se quedó en 51 minutos... El calentamiento muy suave, a 6:04, las cuatro series a 4:26, 4:28, 4:22 y 4:19, despertando poco a poco con cada una y corriendo hacia el mar, con viento a favor, y los 51 minutos a ritmo E, cochinero en toda la regla, a 5:19, bastante condicionado porque las hice con viento en contra.


Me costó correr un poco más de la cuenta... Me levanté antes y salí también antes, para tener tiempo de desayunar, y me temo que igual que me pasó hace casi un año, cuando adelanté 30 minutos la hora del entrenamiento, me costará unos días habituarme. Entre eso y un punto 8 poco efectivo antes de salir, corrí un poco tenso y medio dormido. Pero cumpliendo los objetivos que me planteé para hoy.

He leído muy atentamente lo que me habéis comentado sobre los entrenamientos nocturnos para preparar Bilbao... Igual que si me tomo un café o una Coca Cola después de las 4 de la tarde no duermo, si hago deporte a partir de las 6 ó 7 de la tarde tampoco puedo conciliar el sueño bien... Cuando jugaba a fútbol sala los lunes me costaba horrores coger el sueño después del partido. Y la única vez que he salido a correr por la tarde-noche, más de lo mismo, ese día me costó dormir y no descansé bien. Quizá lo intente un día en vacaciones, pero me temo que me pasará lo mismo...

¡Ah! Y saludos del loco que entrena un montón de kilometros cerca del rio y muy temprano a mi nuevo follower... :) Me ha gustado mucho la frase... ;)

lunes, 4 de julio de 2011

Modo Maratón On

Ya he cambiado el chip. Me pongo en modo maratón. 22 de octubre, Bilbao, maratón nocturna, próximo objetivo.

Estas últimas semanas he estado entrenando menos kilometraje y algo más de intensidad. Voy a ir transicionando al kilometraje adecuado poco a poco, subiendo como máximo un 10% de kilometraje semanal, hasta ponerme al día y poder seguir el Plan A de Jack Daniels.

La experiencia de la última maratón me dice que los rodajes a ritmo E, cochinero o Adagio, los debo hacer más suaves. Mi objetivo para esos rodajes es no pasarme mucho de las 150bpm y no ir a menos de 5:00. En cambio, los días de calidad, al menos el del domingo, los haré a la luz del día acostumbrándome al calor, que tan malos tragos me hace pasar en las carreras.

Y hoy, primera tirada E de las más de 45 que haré estas próximas 16 semanas. Cumpliendo objetivos. 12,14 kilómetros, en vez de los 9,2 que hacía habitualmente. Ritmo medio de 5:23, algunos kilómetros cerca del 5:00, y bajando el ritmo en los dos últimos. Y las pulsaciones a 145bpm de media.

Estoy acabando de pensar cómo distribuiré los días de la semana. El domingo Q1, no falla. Me están gustando los rodajes de recuperación después de los días de calidad, así que el lunes un cochinero E. Quizá el martes sea un buen momento para descansar. Miércoles y jueves, Q2 y cochinero. Descanso el viernes. Y el sábado cochinero. Me queda la duda de si cochinero, Q1 y cochinero son muchos kilómetros seguidos. Pero si no, tendría que hacer cochinero, Q2 y cochinero o cochinero, cochinero y Q2. Casi veo mejor la opción 1...

domingo, 3 de julio de 2011

Crónica de los 10K de La Maquinista

Segunda carrera en dos semanas, y la última de la temporada. Ya no habrá dorsales hasta septiembre, no sé si iré a Poblenou y La Mercé, dos carreras de 10K llanas que se celebran en Barcelona, antes de ponerme el dorsal de la maratón de Bilbao.

Mañana empieza el plan para prepararla, quedan 16 semanas, se acabaron las carreras de 10K, adiós a las series de 600, vuelven los exprime limón, las tiradas a ritmo umbral, los tres cochineros semanales, las semanas de 60 a 80 kilómetros... Vuelve la maratón. ¡Vamos a por la tercera!

Pero antes una última crónica de una última 10K. La crónica de una muerte por calor anunciada... :) Lo hablaba con Pere en la comida post carrera, el año pasado él pensaba qué demonios hacía corriendo esa carrera con tanto calor y tanto sufrimiento, lo mismo que pensaba yo hace un año... Lo mismo que hemos pensado hoy. Y lo que pensaré el año que viene cuando vuelva a correrla... :)

Esta carrera es especial por varias razones. El recorrido es llano, la zona de salida es muy amplia, tenemos los lavabos de todo un centro comercial para echar el último pis sin agobios, hay una butifarrada al final y todo el recorrido, y en especial la salida, transcurre por calles anchas. Lástima de los distintos giros en los que los recortadores se ponen las botas. Allá ellos con sus recortes, qué feo es engañarse a uno mismo, pero lo imperdonable es casi llevarse por delante a alguien que va por el camino correcto para intentar meterse en diagonal por una gasolinera... Además, al ser el primer festivo de rebajas, las tiendas del centro comercial están abiertas, todo un detalle cuando hay que vestir a dos niños que comen como cosacos y crecen en proporción a lo que comen...

Tras los trámites habituales, quedé con Manu en La Maquinista, mi señora y mis cachorros llegarían antes de acabar la carrera, y también había quedado con Pere para vernos a la llegada y después comer juntos. El día estaba nublado, incluso soplaba algo de viento. Pero todo era engañoso... El calor estaba ahí, con la sensación de bochorno que provocan las nubes... Calentando lo noté enseguida, después de trotar unos metros ya estaba sudando como un pollo. Pero no había excusas, había venido a correr, no iba a hacer marca ni de lejos, pero quería despedir la temporada con buen sabor de boca. Así que me coloqué en la línea de salida y...

¡A correr! Empiezo cómodo, las nubes y el aire hicieron pensar por unos momentos que no hacía tanto calor, e hice el primer kilómetro a 3:55, imagino que empujado por el ritmo de los que me rodeaban, que iban fuertes a por los 10K o estaban exprimiéndose en la de 5K. Ese primer kilómetro lo hice muy cómodo, pensaba que iba más despacio. El calor se iba notando, las pulsaciones subían, el ritmo bajó un poco pero se mantuvo en los tres siguientes kilómetros a 4:09, 4:11 y 4:12. En el quinto se resintió el ritmo, 4:18, pasé por debajo de los aspersores antes de cruzar la meta y bebí agua, pero el calor asesino y traicionero ya me había dejado tocado, y ni con esas volví a sentirme con fuerzas en la segunda mitad de la carrera.

Ya iba a 175bpm, no quería hundirme, así que intenté controlar el ritmo para no acabar medio muerto. Sexto a 4:19, séptimo a 4:24, octavo a 4:28, acercándome al ritmo psicológicamente peligroso de 4:30... Pero en el noveno recupero algo, lo hago a 4:22, y en el décimo me crezco un poco, llego a ponerme a 188bpm pero consigo hacerlo a 4:06, adelantando bastantes corredores.

Al final corrí los 10 kilómetros a 42:55, a una media de pulsaciones de 174bpm.



El año pasado la corrí en 42:50, con unos ritmos y pulsaciones muy parecidos, acabando igual de doblado que hoy. Pero repetiré, lo tengo claro. La marca no fue la mejor que recuerdo, aunque probablemente no habría podido hacerla mucho más rápido. Pero viendo las clasificaciones, en posición absoluta estoy dentro del 9% de corredores más rápidos, que es una de las mejores posiciones que he hecho. Por ejemplo, el año pasado con la misma marca quedé en grupo del 13% más rápido.

Hoy todos sufrimos bastante y acabamos por detrás de nuestras pretensiones. Yo pensaba que bajar de 42:00 sería un gran éxito, y acabé en 42:55. Pere también quedó más o menos un minuto por detrás de lo que buscaba. Y Manu confesó que acabó destrozado por el calor, sufriendo para no hacer más de 50:00...

Pero no fue nada que no se arregle con una butifarra, algo desproporcionada negativamente respecto al pan... :) O dos butifarras por pan, o dos bocadillos con cada panecillo, porque la verdad, tanto pan y tan poco butifarra es un poco feo... :) Fui a por la bolsa, me fumé el cigarrillo de rigor con Manu, una ducha reparadora, y quedé con Pere para comer en el Forter's después. Un rato de compras, un helado con los niños, y a las 13:00 recuperamos fuerzas con unos buenos entrantes, tres vasos de Pepsi aprovechando la tarifa plana de bebida que dan, y una hamburguesa para corredores... :) Vuelta a casa, rodilla en hielo... Y a empezar a pensar en Bilbao...

viernes, 1 de julio de 2011

Aquí llega Torrente, ¡el alma de la fiesta!

Hoy ha sido un día importante en el trabajo... Aquello gordo que tenía entre manos, gordo, calvo y del Atleti, ya ha visto la luz, aunque todavía poca luz. El videojuego de Torrente Online 2 hoy ha dado un gran salto y ya está disponible para un selecto grupo de voluntarios que nos están ayudando con las pruebas previas al lanzamiento definitivo. Se puede ver toda la información del juego en VT Arena, incluso descargarlo e instalarlo, aunque todavía no está abierto al público en general. Si alguien quiere probarlo, decídmelo que a lo mejor puedo hacer algo... ;)


Esto lo que me he tenido liado tanto tiempo. Llevo muchos meses con esto, más de un año, y este proyecto tan gordo, tan calvo y tan del Atleti es el que en parte me ha obligado a entrenar a las 6:00am, ya que la hora de salida cuando se está con algo así no es fácil de prever en muchas ocasiones.

Hoy se ha iniciado el parto, el juego ya asoma la cabeza, aún queda empujar un poco y solucionar algunas cosas, ya hemos echado las primeras partidas con distinta gente, cada uno en su casa, y los primeros resultados son muy interesantes.

Pero esto es un blog también de running, y como cada día, dejaré constancia del entrenamiento de hoy, unas series un poco frustradas... Es el último entrenamiento antes de correr el domingo la última carrera de la temporada, tampoco estoy buscando marca ni nada parecido, y si a eso le sumamos el cansancio acumulado que llevo estos días y el desvelo de ayer, y una alerta de nivel 4, en una escala de 5, de ataque agudo de punto 8, las series más que series han sido unos cambios de ritmo sin llegar a hacer ritmos buenos ni de lejos...



Repetí las de la semana pasada, estaba tan cansado que ni quise volver a programar el Forerunner ayer por la noche... :) 18 minutos calentando, y 4 con viendo a favor y otras 4 en contra. Las que hice hacia el mar a 4:25, 4:18, 4:08 y 4:12. A años luz de los ritmos a los que las había hecho en otros momentos...

Y con el viento en contra y la amenaza muy creíble de punto 8, 4 más a 4:19, 4:23, 4:19 y 4:06...

No iba cómodo, mis tripas no me lo permitían, no he descansado mucho estos días, pero no quería perderme el entrenamiento aunque hayan sido unas series un poco light. Mañana descanso, intentaré dormir un poco, y el domingo a correr en La Maquinista. ¡Y a jugar al Torrente Online 2!