Se acaba el año, y es costumbre runner hacerlo corriendo una San Silvestre, de las múltiples que abundan por la geografía española... En Barcelona a la San Silvestre se le conoce también como la carrera "Nassos", traducido "Narices". Alguno corría con nariz postiza, pero creo que tiene más que ver con la nariz perruna...
Hoy corríamos Manu, David y yo, entre otras 9500 personas... :) Mònica fue baja de última hora, así que la representación cobarde fue de tres personas, pero al final acabé encontrándome con muchas más, todo a su tiempo...
La carrera empezaba a las 17:30, la organización prometía bastante, había cajones de salida por tiempos, incluso tres salidas distintas para evitar aglomeraciones. La marca de este año me permitió salir en el primer cajón, así que era una oportunidad interesante de intentar correr rápido.
Llegué en transporte público, todo un lujo ir a correr en metro y tranvía, y poco después aparecieron Manu y Davi en la moto. El día había transcurrido con lluvia y algo de frío, pero la temperatura iba mejorando y cuando faltaba poco menos de una hora para empezar ya nos quedamos en paños menores para ir calentando y haciendo la última visita al urinario. Otro tanto para la organización, habían instalado unos meódromos muy prácticos, para mear de pie, cuatro personas en un espacio de apenas un metro cuadrado pero con la intimidad suficiente, formando una especie de X. No entiendo por qué no los ponen en todas las carreras, son prácticos y evitan aglomeraciones...
Calentamiento y buenas sensaciones. Sin más prolegómenos, nos separamos para ir a nuestros respectivos cajones, y listos para empezar.
Sabía que Pere Pasamonte, amigo blogger, andaría por mi cajón, pero éramos unos cuántos en él y no pude verle. Unos saltitos para no enfriarme, un abucheo al alcalde, ¡y a correr!
Pese a los cajones de salida, se formó un pequeño tapón, el camino no era muy estrecho pero había mucha gente que no parecía tener intención de correr mucho, pese a que salió desde el cajón más rápido... Algún zigzag, algún frenazo, pero pude llevar un buen ritmo en los dos primeros kilómetros, 3:57 y 3:56. Fue entonces cuando enlacé con la liebre de los 40:00, que salió algo delante de mí. Intenté adelantarle, para no ir muy agobiado con el enjambre de runners que le seguía, lo hice un kilómetro después, que corrí a 3:52, y me mantuve algo por delante al acabar el kilómetro 4, que corrí a 3:51.
El ritmo estaba siendo bueno en los primeros cuatro kilómetros, no hice el primero a lo loco, sobre todo porque no me dejaron, pero en el quinto empezó a picar la subida... No era un desnivel muy grande, pero me costó 4:13 completarlo. Coincidió también con el lío del avituallamiento, me pasó la liebre y el enjambre, y me quedé algo por detrás de ellos.
El sexto, séptimo y octavo tenían pequeñas subidas y bajadas, me salieron a 4:05, 4:06 y 4:08. No iba tan ligero, las subidas y bajadas hacían más complicado mantener un buen ritmo... Pero no me notaba muy cansado aún, quedaban fuerzas para el final.
Faltaban dos kilómetros, sabía por el año anterior que tenían un perfil ligeramente descendente, a esas alturas la carrera ya iba muy estirada, y si apretaba un poco podía intentar bajar por segunda vez de los 40:00... El noveno, el que más bajada tenía, lo hice a 3:48, no estaba tan cansado, pude apretar un poco y empezar a pasar bastante gente. Llegué al 9 y el Forerunner me dijo que si conseguía bajar los 4:00 en ese último kilómetro podía intentar mejorar un poco mi marca.
Así que intenté aguantar el ritmo, ya no contaba con la gravedad como aliada, el recorrido subía y bajaba un poco, pero la perspectiva de bajar unos segundos la marca que hice en mi carrera talismán de La Sagrera me empujó lo suficiente y acabé el último kilómetro en 3:56, para completar los 10 kilómetros en...
¡39:54!
Uf, cómo cuesta arañar unos segundos cuando uno se ha exprimido al máximo... Por pocos segundos, pero lo conseguí. Y el día parecía hecho para mejorar marcas... Porque Manu también hizo la suya, ya es un sub 45 con todas las de la ley, bajando su tiempo anterior en más de un minuto, y David también consiguió rascar unos segundos a la suya.
Una vez cruzada la meta y cuando había empezado a recuperar el aliento, me reconoció Pere y tuve el placer de conocerle en persona, aunque con menos pelo que en la foto de su blog, como le dije... :) Una vez más, fue muy fácil conectar con alguien a quien ya conocía por nuestros respectivos blogs, comentamos la carrera, el ritmo que habíamos llevado, algunas coincidencias de viajes, trabajo y amigos comunes, estuvimos un rato charlando muy amistosamente.
Manu llegó un poco después, él no se daba cuenta, pero tenía una cara de felicidad que no le había visto antes en una carrera. Había bajado de los psicológicos 45:00, lleva unas cinco semanas entrenando 4 días por semana, y eso, como todos sabemos, sólo puede conducir a mejorar los tiempos, correr más cómodo y disfrutar aún más de esta sana afición.
También me encontré con Albert en la llegada, con él y Oscarjet corrí mi primera maratón, y entre 9500 personas, nos cruzamos y reconocimos rápidamente.
Pero los encuentros aún no habían acabado...
De repente veo una cara conocida, me fijo, y me sale un grito sin darme cuenta, ¡Edu, tío! Edu, un amigo de la infancia, que también jugó a fútbol conmigo y Manu, apareció delante de nosotros. Me dio una alegría inmensa, estuvimos hablando un rato, él también acostumbra a participar en carreras populares, Manu ya lo vio en una, pero yo no había tenido la oportunidad. Estuvimos charlando también un rato, y seguro que nos veremos en más carreras.
Satisfechos con nuestras respectivas mejores marcas en 10K, fuimos a por los trastos, pues ya empezaba a refrescar, e inmortalizamos el momento...
Vuelta a casa con MMP en el bolsillo y... ¡Feliz año a todos!
viernes, 31 de diciembre de 2010
jueves, 30 de diciembre de 2010
Resumen deportivo de 2010
Se acaba el año, mi primer año completo como runner, y es un buen momento para hacer balance de los últimos doce meses, y por qué no, de plantear nuevas metas para 2011.
Como bien se puede ver en la gráfica, el año ha tenido dos claras mitades, de enero a junio y de julio a diciembre.
En los primeros 7 meses del año corrí cuatro medias maratones y 9 carreras de 10K. Enero fue un mes raro, entrené poco pero competí mucho. Venía de correr mi primera media maratón en diciembre de 2009, en Vilanova, y el primer mes del año corrí dos medias y una 10K, las tres bastante desastrosas... En las dos medias, Sitges y Terrassa, no bajé de 1:42:00, cuando había hecho 1:36:44 hacía pocas semanas. Y en la 10K, la de Sant Antoni, acabé con 44:26, cuando había hecho 42:13 hacía poco en Sagrera.
Ese mes me sirvió para darme cuenta de que si quería mejorar tocaba entrenar en serio, esos vaivenes en los resultados no me gustaban, y no disfrutaba corriendo sin cumplir unos objetivos...
A partir de febrero casi doblé el kilometraje mensual, y llegaron los primeros resultados. Sólo corrí una media, la de Gavá, y mejoré mi marca. Seguí entrenando, tiradas más largas, y en marzo también corrí sólo una media, la de Pineda, y pude rebajar unos segundos a mi marca de apenas un mes antes.
Fueron 4 medias maratones en tres meses, y la sensación de que el entrenamiento daba resultados, y además, disfrutaba de él. Me había puesto una pequeña disciplina diaria, controlaba los tiempos y ritmos con el RunKeeper, hacía mis primeras series, empecé a escribir este blog, a leer otros, y a disfrutar más del running...
Llegó el buen tiempo, ya no había tantas medias maratones y empezaban a abundar las 10K. Seguía entrenando a menudo, añadí algunas variantes, sobre todo cuestas, y en abril llegaron las primeras alegrías en los 10K. Bajé mi marca en la Nike Bombers, 42:05, y sólo una semana después le rascaba otros 32 segundos en La Llagosta.
Me estaban gustando las 10K, en mayo había tres, Sant Quirze, que ya la conocía, un recorrido duro que hice en 6 minutos menos que el año anterior. No hice marca, era una carrera con muchas subidas, pero me notaba fuerte, y una semana después, en el circuito de Montmeló, en una carrera que os recomiendo a todos los que estéis por aquí, volví a superar mi marca con 40:44. Dos semanas después una clásica, la Cursa de El Corte Inglés, un recorrido con un tramo durísimo, la subida al Estadio Olímpico, y muy masificada. Me salió una carrera muy buena, de las mejores que recuerdo, bajé en más de 7 minutos el tiempo del año anterior.
Seguía entrenando con cierta regularidad, aunque sin un plan específico, hacía más cuestas cuando venía una carrera con cuestas, hacía series de vez en cuando, había notado una mejora en tiempos y en sensaciones y mi marca iba mejorando. Parecía que arañar unos segundillos al tiempo de los 10K era una motivación importante...
En junio cambiaron las cosas... Corrí los 10K de Delta Prat, un recorrido bastante llano, y acabé muy cansado, sin fuerzas, con un tiempo malo en comparación con los que había hecho hacía poco, la acabé en 43:00 con un recorrido casi plano. La carrera era por la tarde, e hizo algo de calor. No corrí cómodo, y no disfruté nada. Unos días después corrí los 10K de Premià, un recorrido demoledor que ya hice el año anterior. Me salió bien, hice 42:45 en una carrera con un perfil endemoniado, frente a los 43:00 en una plana hacía pocos días, pese a unas subidas que desmoralizaban a cualquiera... También era por la tarde, disfruté un poco más sufriendo pero viendo que el rendimiento era bueno.
Se acercaba el verano y se acababan las carreras... Corrí los 10K de La Maquinista, y de nuevo, en un recorrido plano, me quedé muy lejos de mis mejores tiempos. Hice 42:51, de nuevo malas sensaciones durante la carrera, subiendo pulsaciones y perdiendo fuelle a medida que pasaban los kilómetros... Hice peor tiempo en una carrera llana que en la rompepiernas de Premià...
Creo que me fallaba más la fuerza mental que la física. O quizá fue simplemente que el calor hacía mella. Fuese por lo que fuese, me sentí un poco menos motivado, me planteé si lo que había estado haciendo los últimos meses me satisfacía o si estaba corriendo con la esperanza de mejorar mi marca en 10K sólo por el hecho de correr una carrera tras otra...
Ya conocía por esas fechas a muchos bloggers, buenos amigos, sinceros y siempre dispuestos a ayudar, y veía en ellos esa especie de sensación de clama y plenitud que otorga ser maratoniano. Sus entrenamientos eran distintos, tiradas más largas, un plan a medio plazo, unas carreras muy especiales, en las que se conoce gente de toda España, un reto que me parecía casi imposible... Correr los 42,195 kilómetros empezó a convertirse en algo que me llamaba, y después de acabar un poco cansado de tantas carreras de 10K, decidí que después de verano correría una maratón.
Empecé a buscar planes, a preguntar, a hacer cálculos, a leer al respecto. Todo eso me fascinó. La impotencia de correr apenas 40 minutos a tope y ver que el cuerpo llega al límite y no puede progresar, y la sensación de apagarse en el kilómetro 16 de una media maratón me hacían ver con aún más respeto la gran prueba del corredor de fondo. Pero conociéndome y sabiendo lo cabezón que puedo llegar a ser, pensé que era una buena idea entregarse a un plan a medio plazo y prepararse para una maratón.
Por aquella época ya corría cinco veces por semana, una media de unos 10 kilómetros, rozando los 200 mensuales. Pero cambié el chip y me puse en modo maratón. En julio llegué casi a los 300, en agosto, con vacaciones incluidas, en la parte más dura del plan, hice 357 y empecé a levantarme pronto para no perderme un sólo día y tener tiempo de completar todo el kilometraje.
En septiembre fueron 277 kilómetros, incluyendo la vuelta las carreras populares, corrí los 10K del Poblenou, sin obsesionarme, como parte del plan, y me sirvió para ver que, pese al calor, sin forzar la máquina hice una marca mejor que las últimas carreras planas del verano, acabé en 41:49 corriendo relajado.
Llegó octubre, corrí la Mitja de Sant Cugat también sin presión, como prueba, un recorrido durillo, a 1:35:28, y llegó el gran día, mi primera maratón. Cuando empecé a prepararla pensaba en bajar de 3:45:00, era la primera y mi perfil, o al menos, lo que más corría, era de distancias mucho más cortas. Respeté el plan con toda rigurosidad, sólo me perdí dis días por culpa de una gastroenteritis asesina, y llegó el gran momento. Salí confiado, me sentí cómodo, pero el tío del mazo fue cruel conmigo... Le planté cara y resistí su ataque, acabando en 3:26:13, sufriendo mucho pero contentísimo.
Me tomé una semana de respiro... Luego fui empezando a correr poco a poco... Y como ya había decidido mientras corría en el Mediterrani, empecé a prepararme para la maratón de Barcelona, en marzo.
Los 4 meses de entrenamiento para la maratón fueron muy intensos, creo que demasiado cargados de kilometraje, aunque al ser la primera maratón eran necesarios. El plan que estoy haciendo ahora lleva algo menos de kilómetros pero sesiones de intensidad muy calculadas, fruto de los años de experiencia de Jack Daniels...
Aunque aún me quedaba lo mejor de la maratón. Que fue lo que vino después. Esa marca en 10K que se me atragantó en verano cayó pulverizada en noviembre, aprovechando la supercompensación maratoniana, bajé los 40:00 por dos segundos tres semanas después de acabar la maratón.
Y ya en diciembre, ataqué a la media maratón de Vilanova, la que me vio debutar un año atrás, y también bajé casi 4 minutos mi marca, para dejarla en 1:30:31. Después corrí 5K en Masnou, y bajé también los 19:00, acabando en 18:57.
Disfruté muchísimo esas tres carreras. La maratón me dejó mucho más fuerte psicológicamente, aprendí a dosificarme y a apretar cuando toca, gané confianza, aprendí a entrenar con criterio, y los resultados llegaron solos...
Mañana acaba el año con la San Silvestre / Nassos de Barcelona. Es una carrera para disfrutar, casi 10.000 personas, se corre prácticamente de noche y el recorrido es bastante llano. Una buena oportunidad para correr a tope, vengo de una semana de muchos kilómetros y de haberme exprimido en Vilanova y Masnou, pero si me veo con fuerzas lo intentaré... :)
El año que viene me gustaría hacer tres maratones. Barcelona será la primera. No sé si ir a por una en verano y otra en otoño, o una en septiembre y otra a final de año, o quizá una más en mayo y otra en otoño... En Barcelona hay pocas opciones, así que ya hay que ir estudiando los alrededores... :) Voy a correr varias medias maratones, pero en plan tirada larga a ritmo E. Prefiero correr en serio pocas al año, pero salir a darlo todo. El plan de entrenamiento de la maratón manda, y no quiero alterarlo demasiado con carreras a ritmo cafre. Creo que las 10K serán las grandes derrotadas... Entre marzo y junio hay varias, posiblemente corra algunas, pero seguramente con otros objetivos, en función de cuál sea la segunda maratón.
¿Objetivos? Ummmmm... Maratón en 3:20. Media en 1:27:30 y alguna 10K en 39:30... A ver si aguanta el cuerpo...
¡Que tengáis todos un muy feliz 2011!
Como bien se puede ver en la gráfica, el año ha tenido dos claras mitades, de enero a junio y de julio a diciembre.
Mes | km |
Enero | 91,30 |
Febrero | 182,70 |
Marzo | 160,00 |
Abril | 173,60 |
Mayo | 199,10 |
Junio | 211,80 |
Julio | 295,90 |
Agosto | 357,60 |
Septiembre | 277,50 |
Octubre | 218,80 |
Noviembre | 250,30 |
Diciembre | 299,50 |
Total | 2718,10 |
Ese mes me sirvió para darme cuenta de que si quería mejorar tocaba entrenar en serio, esos vaivenes en los resultados no me gustaban, y no disfrutaba corriendo sin cumplir unos objetivos...
A partir de febrero casi doblé el kilometraje mensual, y llegaron los primeros resultados. Sólo corrí una media, la de Gavá, y mejoré mi marca. Seguí entrenando, tiradas más largas, y en marzo también corrí sólo una media, la de Pineda, y pude rebajar unos segundos a mi marca de apenas un mes antes.
Fueron 4 medias maratones en tres meses, y la sensación de que el entrenamiento daba resultados, y además, disfrutaba de él. Me había puesto una pequeña disciplina diaria, controlaba los tiempos y ritmos con el RunKeeper, hacía mis primeras series, empecé a escribir este blog, a leer otros, y a disfrutar más del running...
Llegó el buen tiempo, ya no había tantas medias maratones y empezaban a abundar las 10K. Seguía entrenando a menudo, añadí algunas variantes, sobre todo cuestas, y en abril llegaron las primeras alegrías en los 10K. Bajé mi marca en la Nike Bombers, 42:05, y sólo una semana después le rascaba otros 32 segundos en La Llagosta.
Me estaban gustando las 10K, en mayo había tres, Sant Quirze, que ya la conocía, un recorrido duro que hice en 6 minutos menos que el año anterior. No hice marca, era una carrera con muchas subidas, pero me notaba fuerte, y una semana después, en el circuito de Montmeló, en una carrera que os recomiendo a todos los que estéis por aquí, volví a superar mi marca con 40:44. Dos semanas después una clásica, la Cursa de El Corte Inglés, un recorrido con un tramo durísimo, la subida al Estadio Olímpico, y muy masificada. Me salió una carrera muy buena, de las mejores que recuerdo, bajé en más de 7 minutos el tiempo del año anterior.
Seguía entrenando con cierta regularidad, aunque sin un plan específico, hacía más cuestas cuando venía una carrera con cuestas, hacía series de vez en cuando, había notado una mejora en tiempos y en sensaciones y mi marca iba mejorando. Parecía que arañar unos segundillos al tiempo de los 10K era una motivación importante...
En junio cambiaron las cosas... Corrí los 10K de Delta Prat, un recorrido bastante llano, y acabé muy cansado, sin fuerzas, con un tiempo malo en comparación con los que había hecho hacía poco, la acabé en 43:00 con un recorrido casi plano. La carrera era por la tarde, e hizo algo de calor. No corrí cómodo, y no disfruté nada. Unos días después corrí los 10K de Premià, un recorrido demoledor que ya hice el año anterior. Me salió bien, hice 42:45 en una carrera con un perfil endemoniado, frente a los 43:00 en una plana hacía pocos días, pese a unas subidas que desmoralizaban a cualquiera... También era por la tarde, disfruté un poco más sufriendo pero viendo que el rendimiento era bueno.
Se acercaba el verano y se acababan las carreras... Corrí los 10K de La Maquinista, y de nuevo, en un recorrido plano, me quedé muy lejos de mis mejores tiempos. Hice 42:51, de nuevo malas sensaciones durante la carrera, subiendo pulsaciones y perdiendo fuelle a medida que pasaban los kilómetros... Hice peor tiempo en una carrera llana que en la rompepiernas de Premià...
Creo que me fallaba más la fuerza mental que la física. O quizá fue simplemente que el calor hacía mella. Fuese por lo que fuese, me sentí un poco menos motivado, me planteé si lo que había estado haciendo los últimos meses me satisfacía o si estaba corriendo con la esperanza de mejorar mi marca en 10K sólo por el hecho de correr una carrera tras otra...
Ya conocía por esas fechas a muchos bloggers, buenos amigos, sinceros y siempre dispuestos a ayudar, y veía en ellos esa especie de sensación de clama y plenitud que otorga ser maratoniano. Sus entrenamientos eran distintos, tiradas más largas, un plan a medio plazo, unas carreras muy especiales, en las que se conoce gente de toda España, un reto que me parecía casi imposible... Correr los 42,195 kilómetros empezó a convertirse en algo que me llamaba, y después de acabar un poco cansado de tantas carreras de 10K, decidí que después de verano correría una maratón.
Empecé a buscar planes, a preguntar, a hacer cálculos, a leer al respecto. Todo eso me fascinó. La impotencia de correr apenas 40 minutos a tope y ver que el cuerpo llega al límite y no puede progresar, y la sensación de apagarse en el kilómetro 16 de una media maratón me hacían ver con aún más respeto la gran prueba del corredor de fondo. Pero conociéndome y sabiendo lo cabezón que puedo llegar a ser, pensé que era una buena idea entregarse a un plan a medio plazo y prepararse para una maratón.
Por aquella época ya corría cinco veces por semana, una media de unos 10 kilómetros, rozando los 200 mensuales. Pero cambié el chip y me puse en modo maratón. En julio llegué casi a los 300, en agosto, con vacaciones incluidas, en la parte más dura del plan, hice 357 y empecé a levantarme pronto para no perderme un sólo día y tener tiempo de completar todo el kilometraje.
En septiembre fueron 277 kilómetros, incluyendo la vuelta las carreras populares, corrí los 10K del Poblenou, sin obsesionarme, como parte del plan, y me sirvió para ver que, pese al calor, sin forzar la máquina hice una marca mejor que las últimas carreras planas del verano, acabé en 41:49 corriendo relajado.
Llegó octubre, corrí la Mitja de Sant Cugat también sin presión, como prueba, un recorrido durillo, a 1:35:28, y llegó el gran día, mi primera maratón. Cuando empecé a prepararla pensaba en bajar de 3:45:00, era la primera y mi perfil, o al menos, lo que más corría, era de distancias mucho más cortas. Respeté el plan con toda rigurosidad, sólo me perdí dis días por culpa de una gastroenteritis asesina, y llegó el gran momento. Salí confiado, me sentí cómodo, pero el tío del mazo fue cruel conmigo... Le planté cara y resistí su ataque, acabando en 3:26:13, sufriendo mucho pero contentísimo.
Me tomé una semana de respiro... Luego fui empezando a correr poco a poco... Y como ya había decidido mientras corría en el Mediterrani, empecé a prepararme para la maratón de Barcelona, en marzo.
Los 4 meses de entrenamiento para la maratón fueron muy intensos, creo que demasiado cargados de kilometraje, aunque al ser la primera maratón eran necesarios. El plan que estoy haciendo ahora lleva algo menos de kilómetros pero sesiones de intensidad muy calculadas, fruto de los años de experiencia de Jack Daniels...
Aunque aún me quedaba lo mejor de la maratón. Que fue lo que vino después. Esa marca en 10K que se me atragantó en verano cayó pulverizada en noviembre, aprovechando la supercompensación maratoniana, bajé los 40:00 por dos segundos tres semanas después de acabar la maratón.
Y ya en diciembre, ataqué a la media maratón de Vilanova, la que me vio debutar un año atrás, y también bajé casi 4 minutos mi marca, para dejarla en 1:30:31. Después corrí 5K en Masnou, y bajé también los 19:00, acabando en 18:57.
Disfruté muchísimo esas tres carreras. La maratón me dejó mucho más fuerte psicológicamente, aprendí a dosificarme y a apretar cuando toca, gané confianza, aprendí a entrenar con criterio, y los resultados llegaron solos...
Mañana acaba el año con la San Silvestre / Nassos de Barcelona. Es una carrera para disfrutar, casi 10.000 personas, se corre prácticamente de noche y el recorrido es bastante llano. Una buena oportunidad para correr a tope, vengo de una semana de muchos kilómetros y de haberme exprimido en Vilanova y Masnou, pero si me veo con fuerzas lo intentaré... :)
El año que viene me gustaría hacer tres maratones. Barcelona será la primera. No sé si ir a por una en verano y otra en otoño, o una en septiembre y otra a final de año, o quizá una más en mayo y otra en otoño... En Barcelona hay pocas opciones, así que ya hay que ir estudiando los alrededores... :) Voy a correr varias medias maratones, pero en plan tirada larga a ritmo E. Prefiero correr en serio pocas al año, pero salir a darlo todo. El plan de entrenamiento de la maratón manda, y no quiero alterarlo demasiado con carreras a ritmo cafre. Creo que las 10K serán las grandes derrotadas... Entre marzo y junio hay varias, posiblemente corra algunas, pero seguramente con otros objetivos, en función de cuál sea la segunda maratón.
¿Objetivos? Ummmmm... Maratón en 3:20. Media en 1:27:30 y alguna 10K en 39:30... A ver si aguanta el cuerpo...
¡Que tengáis todos un muy feliz 2011!
miércoles, 29 de diciembre de 2010
El plan no entiende de vacaciones
Estoy en el ecuador de la semana más rara de todo el plan de entrenamiento, en sí no es una semana distinta en cuanto a entrenamientos, simplemente, una más, kilometraje más bien bajo, 64 kilómetros en total, una Q1 larga y una Q2 variada, pero haber caído en una semana de vacaciones y además tener dos competiciones que no me gusta perderme lo ha complicado un poco...
La Q1 la hice el lunes en vez del domingo, pues el domingo corrí la Sansi de Masnou. Y el viernes es la otra Sansi, la Nassos de Barcelona. Así que la Q2 sólo me encajaba bien hoy, para tener al menos un día de descanso después de la Q1 y tener también un día de descanso antes de los 10K del viernes. Para complicarlo aún más, el lunes por la tarde estuve jugando a pádel, y como la pista no estaba reservada después de la hora que teníamos adjudicada, acabamos jugando más de dos horas... Y ayer, para rematar la faena, me dio por probar el EA Sports Active en su versión de Xbox 360, con Kinect, y acabé medio molido, después de una sesión de cardio intenso de una media hora.
Dudaba entre salir esta mañana o dejarlo para esta tarde. Y pensando en la carrera del viernes y en los imprevistos que puedan salir, siguiendo mi filosofía de no dejes para después lo que puedes hacer ahora, decidí que mejor poner el despertador a la hora de siempre y salir pronto, así tengo todo el día libre y puedo descansar unas horas más para la carrera del viernes.
Por un problema de abastecimiento el día comenzó sin galletas de chocolate en el bote... Tras la fea experiencia del martes, no quise arriesgarme a salir a correr sin cumplir las tareas obligatorias previas al entrenamiento, así que con el café me comí media bolsa de unos M&M'S que habían sobrevivido a un viaje transoceánico en avión y todo un verano guardados en un cajón sin ventilación, de manera que probablemente la fecha recomendaba de consumo había sido ampliamente superada...
Efecto inmediato, y a las 6:00 ya estaba corriendo bien ligero, con mi botellita con Aquarius y un gel. Tocaba calentar 3 kilómetros, hacer dos series de 20 minutos a ritmo T, con 3 de descanso, y luego otros 12 minutos a ritmo T y 3 kilómetros más enfriando. Calculadora en mano, unos 18 kilómetros, incluyendo 52 minutos a ritmo de umbral aeróbico, para empezar el día con energía.
La paliza polideportiva de las últimas horas se notó, las piernas no respondían bien aunque las pulsaciones sí que luchaban por animar el ritmo de carrera... Calentamiento lento, a 5:42, primer tramo de 20 minutos con viento a favor a 4:31, media vuelta, gel y segundo tramo de 20 minutos, esta vez con viento en contra, a 4:43. Descansillo, y el último tramo rápido en dirección al mar y con viento de cola, esta vez a 4:22. Dicho así de rápido, parece que no hubiera pasado mucho tiempo, pero ya llevaba una hora y cuarto corriendo, y me quedaban los quince minutos de enfriamiento volviendo para casa, a un ritmo de 5:20. No llegué a los 164bpm hasta el momento álgido del segundo tramo rápido.
Corrí algo agarrotado, sensaciones físicas regulares, pero acabé mentalmente muy satisfecho, esta Q2 caía en medio de unos días de mucha actividad y pude enfrentarme a ella dignamente e incluso hacer los tres tramos a un ritmo ascendente aunque algo por debajo de lo que me habría gustado. Ahora sí que dejaré las zapatillas y el ejercicio aparcados unas horas hasta acabar el año corriendo 10 kilómetros por Barcelona. Según cómo me vea de ánimos y fuerzas, intentaré ver si puedo arañar unos segundos a mi marca, el recorrido es bastante llano, hay un poco de sube-baja entre el kilómetro 4 y el 6,5, algún desnivel después, pero el penúltimo kilómetro es todo de bajada, y eso puede dar alas si la carrera ha ido más o menos bien.
En el último post me preguntaba Carles sobre el ambiente que hay en el río a las 5:30am... :) Él lo ha visto de día, un paraíso para el runner, el río, la hierba, aves, recorrido llano y sin coches, el Turó del Pollo al fondo, el mar detrás... Cuando aún es de noche todo eso queda camuflado, pero gracias a la gran cantidad de iluminación eléctrica que hay en los alrededores, sobre todo focos en carreteras y puentes, y farolas en la parte superior del paseo, se ve perfectamente, hay tramos que por ejemplo no se puede leer el Forerunner sin encender la luz, pero siempre se ve por donde se pisa y se puede reconocer a los cuatro o cinco runners con los que me cruzo cada día... :)
También me comentaba Dani que le parecía muy complicado correr a ritmos tan clavados... Bueno, algo de trampa hay, tampoco trampa, simplemente consecuencia de cómo funciona el Forerunner, me explico. Si hacemos un entrenamiento "libre", nos va marcando el ritmo de cada kilómetro, de manera que cualquier variación de ritmo afecta mucho a la velocidad que marca en ese momento. En cambio, si programamos una tirada de 20 kilómetros, nos marca la media de lo que llevamos recorrido de ese tramo, de modo que cuando ya llevamos unos 6 ó 7 kilómetros, una variación por ejemplo de 10 segundos por kilómetro afecta en menos de un segundo a la media de lo que llevamos recorrido. Posiblemente un kilómetro salga a 4:56 y otro a 5:04, pero al final la media se queda en 5:00 y apenas se mueve, por un efecto estadístico... Así que cuando la media baja un segundo, si subimos un poquito el ritmo lo normal es que se mantenga ahí y en uno o dos kilómetros a lo mejor baje ese segundo de media, pero no hay cambios tan bruscos. Reconozco que no había caído en ello, pero creo que es una buena manera de regular el ritmo y no dejarse engañar por los problemas de precisión del GPS.
La Q1 la hice el lunes en vez del domingo, pues el domingo corrí la Sansi de Masnou. Y el viernes es la otra Sansi, la Nassos de Barcelona. Así que la Q2 sólo me encajaba bien hoy, para tener al menos un día de descanso después de la Q1 y tener también un día de descanso antes de los 10K del viernes. Para complicarlo aún más, el lunes por la tarde estuve jugando a pádel, y como la pista no estaba reservada después de la hora que teníamos adjudicada, acabamos jugando más de dos horas... Y ayer, para rematar la faena, me dio por probar el EA Sports Active en su versión de Xbox 360, con Kinect, y acabé medio molido, después de una sesión de cardio intenso de una media hora.
Dudaba entre salir esta mañana o dejarlo para esta tarde. Y pensando en la carrera del viernes y en los imprevistos que puedan salir, siguiendo mi filosofía de no dejes para después lo que puedes hacer ahora, decidí que mejor poner el despertador a la hora de siempre y salir pronto, así tengo todo el día libre y puedo descansar unas horas más para la carrera del viernes.
Por un problema de abastecimiento el día comenzó sin galletas de chocolate en el bote... Tras la fea experiencia del martes, no quise arriesgarme a salir a correr sin cumplir las tareas obligatorias previas al entrenamiento, así que con el café me comí media bolsa de unos M&M'S que habían sobrevivido a un viaje transoceánico en avión y todo un verano guardados en un cajón sin ventilación, de manera que probablemente la fecha recomendaba de consumo había sido ampliamente superada...
Efecto inmediato, y a las 6:00 ya estaba corriendo bien ligero, con mi botellita con Aquarius y un gel. Tocaba calentar 3 kilómetros, hacer dos series de 20 minutos a ritmo T, con 3 de descanso, y luego otros 12 minutos a ritmo T y 3 kilómetros más enfriando. Calculadora en mano, unos 18 kilómetros, incluyendo 52 minutos a ritmo de umbral aeróbico, para empezar el día con energía.
La paliza polideportiva de las últimas horas se notó, las piernas no respondían bien aunque las pulsaciones sí que luchaban por animar el ritmo de carrera... Calentamiento lento, a 5:42, primer tramo de 20 minutos con viento a favor a 4:31, media vuelta, gel y segundo tramo de 20 minutos, esta vez con viento en contra, a 4:43. Descansillo, y el último tramo rápido en dirección al mar y con viento de cola, esta vez a 4:22. Dicho así de rápido, parece que no hubiera pasado mucho tiempo, pero ya llevaba una hora y cuarto corriendo, y me quedaban los quince minutos de enfriamiento volviendo para casa, a un ritmo de 5:20. No llegué a los 164bpm hasta el momento álgido del segundo tramo rápido.
Corrí algo agarrotado, sensaciones físicas regulares, pero acabé mentalmente muy satisfecho, esta Q2 caía en medio de unos días de mucha actividad y pude enfrentarme a ella dignamente e incluso hacer los tres tramos a un ritmo ascendente aunque algo por debajo de lo que me habría gustado. Ahora sí que dejaré las zapatillas y el ejercicio aparcados unas horas hasta acabar el año corriendo 10 kilómetros por Barcelona. Según cómo me vea de ánimos y fuerzas, intentaré ver si puedo arañar unos segundos a mi marca, el recorrido es bastante llano, hay un poco de sube-baja entre el kilómetro 4 y el 6,5, algún desnivel después, pero el penúltimo kilómetro es todo de bajada, y eso puede dar alas si la carrera ha ido más o menos bien.
En el último post me preguntaba Carles sobre el ambiente que hay en el río a las 5:30am... :) Él lo ha visto de día, un paraíso para el runner, el río, la hierba, aves, recorrido llano y sin coches, el Turó del Pollo al fondo, el mar detrás... Cuando aún es de noche todo eso queda camuflado, pero gracias a la gran cantidad de iluminación eléctrica que hay en los alrededores, sobre todo focos en carreteras y puentes, y farolas en la parte superior del paseo, se ve perfectamente, hay tramos que por ejemplo no se puede leer el Forerunner sin encender la luz, pero siempre se ve por donde se pisa y se puede reconocer a los cuatro o cinco runners con los que me cruzo cada día... :)
También me comentaba Dani que le parecía muy complicado correr a ritmos tan clavados... Bueno, algo de trampa hay, tampoco trampa, simplemente consecuencia de cómo funciona el Forerunner, me explico. Si hacemos un entrenamiento "libre", nos va marcando el ritmo de cada kilómetro, de manera que cualquier variación de ritmo afecta mucho a la velocidad que marca en ese momento. En cambio, si programamos una tirada de 20 kilómetros, nos marca la media de lo que llevamos recorrido de ese tramo, de modo que cuando ya llevamos unos 6 ó 7 kilómetros, una variación por ejemplo de 10 segundos por kilómetro afecta en menos de un segundo a la media de lo que llevamos recorrido. Posiblemente un kilómetro salga a 4:56 y otro a 5:04, pero al final la media se queda en 5:00 y apenas se mueve, por un efecto estadístico... Así que cuando la media baja un segundo, si subimos un poquito el ritmo lo normal es que se mantenga ahí y en uno o dos kilómetros a lo mejor baje ese segundo de media, pero no hay cambios tan bruscos. Reconozco que no había caído en ello, pero creo que es una buena manera de regular el ritmo y no dejarse engañar por los problemas de precisión del GPS.
lunes, 27 de diciembre de 2010
Primera tirada larga del plan, empieza lo divertido
Después de la resaca del día 26, no solo la resaca de alegría por la carrera, sino también algo de las copas que tomé por la tarde, hoy tocaba volver a la realidad del plan de entrenamiento, no debo olvidar que mi objetivo es la maratón de Barcelona, y que preparar una prueba de estas características para rendir al máximo exige seguir un plan concienzudamente, respetando el kilometraje y los ritmos, haga frío o haga calor, estemos de vacaciones o trabajando...
Jack Daniels no pone impedimento, es más, nos anima a que metamos competiciones dentro del plan de entrenamiento, sustituyendo estas competiciones por una de las tiradas de calidad y reajustando la intensidad del los días anteriores y posteriores a la misma. Así lo hice con la 10K que corrí en La Sagrera y con la Mitja de Vilanova, pero en el caso de la Sansi de Masnou, creo que ese ratito a tope no puede llegar a compensar una Q1 en condiciones, así que me apunté los 5 kilómetros para acumular distancia, y hoy, aprovechando que tengo una semana de vacaciones, hice la Q1 que debía haber hecho ayer.
Un último comentario sobre ayer, me dice Joel que ha leído en algún blog que la carrera fue algo más corta de lo que decía la distancia oficial. Mi Forerunner también marcó unos 200 metros menos, algo a lo que me tiene acostumbrado en muchas carreras. En la Sansi del Masnou hubieron 4 giros de 180 grados y tres o cuatro chicanes. Eso a los GPS les hace mucho daño, tienden a recortarlas más que los runners tramposos... :) Estuve repasando la ruta con el editor del RunKeeper, trazando bien las curvas y giros, y me salieron los 5 kilómetros clavados, pese a que la organización decía que eran 5,05. Y la clasificación de la Liga ChampionChip calcula la media como si hubieran sido 5... Un poco lío, ¿no? :) También se me olvidó dejar constancia de cómo fueron las pulsaciones. Un subidón tremendo hasta los 195bpm en los primeros 700 metros, mientras iba adelantando a todo lo que daba, y luego se estabilizaron en las 173 que al final me salieron de media durante el resto de la carrera...
Volvamos a hoy. Ya dije que estoy de vacaciones, al cuidado de mis cachorros en casa, y con los compromisos familiares y algunos amigos que nos vemos una o dos veces al año, la Q1 la tenía que hacer ineludiblemente hoy y estar en casa antes de las 8:15am. Tocaba hacer 26 kilómetros, 20 de ellos a un ritmo M, así que había que madrugar, con el aliciente de saber que después de correr, ducharme y desayunar no tenía que irme a la oficina...
Despertador a las 5:00am, café, aumento la dosis de galletas con chocolate a tres, pero veo que el punto 8 no es plenamente satisfactorio... Preparo los bártulos, un gel, Aquarius, se me echa el tiempo encima, no he hecho todos los deberes, y tengo que salir ya si quiero estar en casa a tiempo...
Y eso no puede acabar bien... Empiezo a correr y noto que los pequeños excesos con el vino y el picoteo han alterado la precisión suiza de mi reloj intestinal... A los cinco minutos noto que esto no puede acabar bien, pero no hay vuelta atrás, por un momento me planteo volver a casa, acabar lo que empecé antes de salir, pero lo descarto rápidamente, quizá sea algo pasajero y desaparezca esa sensación... Sigo corriendo... Dos kilómetros y medio a ritmo suave... Un lugar conocido... No era la primera vez... Vegetación... Algo de intimidad... Tres grados de temperatura, aunque la sensación térmica es aún más fría... Y el resto lo podéis imaginar...
Ya más ligero, recupero las buenas sensaciones y acabo los primeros 3 kilómetros a ritmo E a una media de 5:28, con las pulsaciones por debajo de 140bpm debido a la parada técnica. Y empieza la parte interesante del entrenamiento. 20 kilómetros a ritmo M, el ritmo objetivo de maratón. Aún es pronto para pensar en qué ritmo quiero llevar el 6 de marzo. Así que me planteo hacerlo por sensaciones. Correr a esas horas, y sin estar al cien por cien físicamente, hace que los ritmos no sean los mismos que los que podemos llevar en competición. Así que intento correr a un ritmo algo más rápido que el E, pensando en poder aguantarlo durante toda una maratón, en una mañana fría como pocas, los termómetros marcan 4 grados, pero los charcos están congelados, así que algo falla, o no me lo explicaron bien en el cole, o estábamos a algún grado menos...
Empiezo el tramo divertido aún algo renqueante, llevo el Forerunner programado para que me dé la media de esos 20 kilómetros, así que al principio, al llevar menos tiempo corriendo, esa media se mueve más. Empiezo sobre 5:15, pero voy recortando poco a poco, hasta que cuando llevo unos 4 kilómetros de esos 20, después de abandonar el río y empezar a correr hacia la costa, el número se clava en los 5:00, y así está durante un buen tramo, hasta llegar al Hotel W, que dicho sea de paso, por la noche protagoniza una estampa espectacular, el mar un poco animado, la arena de la playa a la izquierda, la ciudad que empieza a despertar a la derecha, y al fondo, haciéndose un poco más majestuoso a cada paso, la silueta del hotel iluminada en el horizonte, guiando al runner solitario cual estrella de Belén... :)
Sigo a ese ritmo hasta llegar al Hotel, aún no he hecho la mitad del tramo de 20 kilómetros, así que doy un par de vueltas por los alrededores para clavar los 10 kilómetros, aprovecho para tomarme el gel y un buen trago de Aquarius, y media vuelta, de nuevo una estampa preciosa, esta vez la ciudad algo más deslegañada a mi izquierda, el mar que empieza a cambiar el negro de la noche por un azul oscuro cor rebordes de espuma blanca rompiendo contra la costa, las Torres Mapfre levantándose majestuosas y más al fondo una secuencia suave y armónica de luces de gálibo en distintos edificios de la costa Barcelonesa...
Ensimismado con la imagen, sigo corriendo con un poco de viento en contra, entre eso y las vueltas cerca del hotel, la velocidad media marca 5:01, y así sigue durante unos kilómetros... Abandono la costa y esa imagen de ella para mí desconocida y vuelvo por el Fórum para adentrarme de nuevo el el río, avivo un poco el paso y la media vuelve a 5:00, luego a 4:59, y ya en el río, con viento de cara pero sintiéndome mucho mejor, araño un segundo más de media en esos 20 kilómetros y acabo la parte larga del entrenamiento a una media de 4:58, manteniendo las pulsaciones medias en 146bpm.
Los tres últimos kilómetros a ritmo E me sientan muy bien, los corro a unos 5:20, y vuelvo a casa para darme una ducha bien caliente y desayunar como un rey, reuniendo fuerzas para cuidar a mis cachorros toda la mañana...
Jack Daniels no pone impedimento, es más, nos anima a que metamos competiciones dentro del plan de entrenamiento, sustituyendo estas competiciones por una de las tiradas de calidad y reajustando la intensidad del los días anteriores y posteriores a la misma. Así lo hice con la 10K que corrí en La Sagrera y con la Mitja de Vilanova, pero en el caso de la Sansi de Masnou, creo que ese ratito a tope no puede llegar a compensar una Q1 en condiciones, así que me apunté los 5 kilómetros para acumular distancia, y hoy, aprovechando que tengo una semana de vacaciones, hice la Q1 que debía haber hecho ayer.
Un último comentario sobre ayer, me dice Joel que ha leído en algún blog que la carrera fue algo más corta de lo que decía la distancia oficial. Mi Forerunner también marcó unos 200 metros menos, algo a lo que me tiene acostumbrado en muchas carreras. En la Sansi del Masnou hubieron 4 giros de 180 grados y tres o cuatro chicanes. Eso a los GPS les hace mucho daño, tienden a recortarlas más que los runners tramposos... :) Estuve repasando la ruta con el editor del RunKeeper, trazando bien las curvas y giros, y me salieron los 5 kilómetros clavados, pese a que la organización decía que eran 5,05. Y la clasificación de la Liga ChampionChip calcula la media como si hubieran sido 5... Un poco lío, ¿no? :) También se me olvidó dejar constancia de cómo fueron las pulsaciones. Un subidón tremendo hasta los 195bpm en los primeros 700 metros, mientras iba adelantando a todo lo que daba, y luego se estabilizaron en las 173 que al final me salieron de media durante el resto de la carrera...
Volvamos a hoy. Ya dije que estoy de vacaciones, al cuidado de mis cachorros en casa, y con los compromisos familiares y algunos amigos que nos vemos una o dos veces al año, la Q1 la tenía que hacer ineludiblemente hoy y estar en casa antes de las 8:15am. Tocaba hacer 26 kilómetros, 20 de ellos a un ritmo M, así que había que madrugar, con el aliciente de saber que después de correr, ducharme y desayunar no tenía que irme a la oficina...
Despertador a las 5:00am, café, aumento la dosis de galletas con chocolate a tres, pero veo que el punto 8 no es plenamente satisfactorio... Preparo los bártulos, un gel, Aquarius, se me echa el tiempo encima, no he hecho todos los deberes, y tengo que salir ya si quiero estar en casa a tiempo...
Y eso no puede acabar bien... Empiezo a correr y noto que los pequeños excesos con el vino y el picoteo han alterado la precisión suiza de mi reloj intestinal... A los cinco minutos noto que esto no puede acabar bien, pero no hay vuelta atrás, por un momento me planteo volver a casa, acabar lo que empecé antes de salir, pero lo descarto rápidamente, quizá sea algo pasajero y desaparezca esa sensación... Sigo corriendo... Dos kilómetros y medio a ritmo suave... Un lugar conocido... No era la primera vez... Vegetación... Algo de intimidad... Tres grados de temperatura, aunque la sensación térmica es aún más fría... Y el resto lo podéis imaginar...
Ya más ligero, recupero las buenas sensaciones y acabo los primeros 3 kilómetros a ritmo E a una media de 5:28, con las pulsaciones por debajo de 140bpm debido a la parada técnica. Y empieza la parte interesante del entrenamiento. 20 kilómetros a ritmo M, el ritmo objetivo de maratón. Aún es pronto para pensar en qué ritmo quiero llevar el 6 de marzo. Así que me planteo hacerlo por sensaciones. Correr a esas horas, y sin estar al cien por cien físicamente, hace que los ritmos no sean los mismos que los que podemos llevar en competición. Así que intento correr a un ritmo algo más rápido que el E, pensando en poder aguantarlo durante toda una maratón, en una mañana fría como pocas, los termómetros marcan 4 grados, pero los charcos están congelados, así que algo falla, o no me lo explicaron bien en el cole, o estábamos a algún grado menos...
Empiezo el tramo divertido aún algo renqueante, llevo el Forerunner programado para que me dé la media de esos 20 kilómetros, así que al principio, al llevar menos tiempo corriendo, esa media se mueve más. Empiezo sobre 5:15, pero voy recortando poco a poco, hasta que cuando llevo unos 4 kilómetros de esos 20, después de abandonar el río y empezar a correr hacia la costa, el número se clava en los 5:00, y así está durante un buen tramo, hasta llegar al Hotel W, que dicho sea de paso, por la noche protagoniza una estampa espectacular, el mar un poco animado, la arena de la playa a la izquierda, la ciudad que empieza a despertar a la derecha, y al fondo, haciéndose un poco más majestuoso a cada paso, la silueta del hotel iluminada en el horizonte, guiando al runner solitario cual estrella de Belén... :)
Sigo a ese ritmo hasta llegar al Hotel, aún no he hecho la mitad del tramo de 20 kilómetros, así que doy un par de vueltas por los alrededores para clavar los 10 kilómetros, aprovecho para tomarme el gel y un buen trago de Aquarius, y media vuelta, de nuevo una estampa preciosa, esta vez la ciudad algo más deslegañada a mi izquierda, el mar que empieza a cambiar el negro de la noche por un azul oscuro cor rebordes de espuma blanca rompiendo contra la costa, las Torres Mapfre levantándose majestuosas y más al fondo una secuencia suave y armónica de luces de gálibo en distintos edificios de la costa Barcelonesa...
Ensimismado con la imagen, sigo corriendo con un poco de viento en contra, entre eso y las vueltas cerca del hotel, la velocidad media marca 5:01, y así sigue durante unos kilómetros... Abandono la costa y esa imagen de ella para mí desconocida y vuelvo por el Fórum para adentrarme de nuevo el el río, avivo un poco el paso y la media vuelve a 5:00, luego a 4:59, y ya en el río, con viento de cara pero sintiéndome mucho mejor, araño un segundo más de media en esos 20 kilómetros y acabo la parte larga del entrenamiento a una media de 4:58, manteniendo las pulsaciones medias en 146bpm.
Los tres últimos kilómetros a ritmo E me sientan muy bien, los corro a unos 5:20, y vuelvo a casa para darme una ducha bien caliente y desayunar como un rey, reuniendo fuerzas para cuidar a mis cachorros toda la mañana...
domingo, 26 de diciembre de 2010
Crónica de la Sant Silvestre 5K del Masnou
Ayer entrené por la mañana, poquito, completando la semana y guardando fuerzas para la Sansi de hoy, 5 kilómetros y 50 metros en Masnou, a morir, a intentar correr a tope y ver cómo ando de potencia...
Lo malo es que después del entrenamiento de ayer llegó la comida familiar, la cervecita, las copas de vino, un dedo de coñac de champán Remy Martin... Y claro, uno ya no tiene veinte años, y pese a la moderación con las copas, y la menos moderada comida, dormí como un bendito pero desperté como un gamberrete... :)
Eso no era excusa para preparar los bártulos e ir a Masnou a correr la Sant Silvestre. Íbamos a ser muchos cobardes, Toni, Manu, David y yo, repitiendo alineación de la Mitja de Vilanova hace una semana, y con la actuación especial del tridente femenino, Mònica, esposa de Manu y Natàlia, su cuñada y Vanesa, esposa de David.
Llegué en tren a Masnou tras desayunar más ligero que de costumbre. Después del ataque del alien estomacal en Vilanova he llegado a la conclusión de que cuando hay que correr a tope no se puede desayunar un plato de pasta como el que me metía antes entre cuerpo y espalda... Así que opté por un bocata, con tiempo de sobra para hacer la digestión, zumo de naranja, y el cóctel de galletas con chocolate y café para acelerar el punto 8. Llegué en tren a Masnou para recoger los dorsales con Manu, subimos a su casa a dejar los trastos, y salimos rápidamente para la carrera de los peques.
Entre tanto peque y con las meadas de última hora, el grupo se dispersó, Toni desapareció en combate y Manu y yo buscamos una buena posición para la salida. El plan era seguir la táctica keniata... Salir a toda leche, aguantar a todo lo que da uno, y acabar echando el higadillo. Fácil, ¿no?
Va a empezar la carrera y no me noto muy fino... El estómago se queja de lo de ayer... La cabeza también un poco...
Pistoletazo, ¡y a correr!
La salida muy tumultuosa. Muy poco espacio, calles estrechas, un giro de 180 grados en pendiente ascendente, algún tropezón, mucho tráfico... Pero en una carrera tan rápida, si se es un poco kamikaze, en unos 700 metros el grupo ya se ha estirado un poco y se puede empezar a correr bien. Con tanto giro no soy muy consciente del ritmo al que voy, sigo apretando, intentando ganar posiciones para no perder mucho tiempo, hemos dado la vuelta al puerto, nos dirigimos a otro giro de 180 grados para volver a pasar por la línea de meta y seguir por el paseo marítimo en dirección a Premià. Miro el crono en el primer kilómetro, y estoy corriendo a 3:39...
No está mal, mi objetivo es intentar acabar a una media de 3:55, si puedo un poco menos. Sé que he salido fuerte, si quiero poder correr cómodo tengo que apretar al principio y adelantar mucha gente, luego ya veremos...
Vamos a por el segundo, de nuevo pasamos por meta, volvemos a subir la rampa pero esta vez giramos a la derecha y seguimos por la costa en vez de volver al puerto. El camino es estrecho pero el grupo se ha estirado mucho, así que no hay excusa para no correr. Veo la marca del kilómetro 2, y lo he hecho a 3:45. Pensaba que iba más despacio, no me sentía al 100% después de los excesos de ayer, pero el cuerpo estaba respondiendo mejor a cada kilómetro que pasaba...
Un kilómetro más al lado de la playa para de nuevo girar 180 grados. Grupo estiradísimo, aún voy adelantando algún runner, y justo antes de girar para volver a Masnou, agarrándome a un árbol para arañar un segundo en el giro, como hacíamos todos, veo el punto del kilómetro 3 y compruebo que lo he hecho a 3:52. Empiezo a creerme que puede ser un gran día...
Ya volvemos hacia Masnou, grupo estiradísimo, ahora tenemos el viento en contra, no es mucho pero se nota... He hecho tres kilómetros a tope, me quedan dos, voy bien, y los parciales me han animado, intento aguantar, pienso que es uno más y ya sólo quedará el último a tope, el viento se va notando, aprieto los dientes, por fin aparece la marca del kilómetro 4, que hago a 3:55. He aguantado la parte más dura, el penúltimo kilómetro, las piernas empiezan a pesar, la respiración va al límite, pero los tiempos que estoy haciendo me dan alas...
Empieza el último kilómetro. Mi objetivo inicial se ha quedado corto, la verdad es que no pienso en tiempo ni marca, veo que voy cómodamente por debajo de los 4:00, calculo a ojo que podría andar por los 3:50, aprieto aún más los dientes, los puños, braceo, piso fuerte, intento llevar todo el oxígeno posible a mis pulmones, venga a tope, corre chaval, que ya llegamos, otra vez el giro asesino al final del puerto, ahí está la meta, no miro el reloj, hago el último esfuerzo, empiezo un sprint, me adelanta un chaval por la derecha pero paso a dos que tenía delante, paro el Forerunner ¡y éste marca 18:57! El último kilómetro ha salido a 3:46, y la media a 3:48, no me lo acabo de creer, de nuevo el efecto dorsal hace milagros, nunca había hecho series a 3:48, y acabo de hacer un 5000 en menos de 19 minutos...
Me siento pletórico, veo a Toni que ha llegado hace algo menos de un minuto, cansado y también muy contento, Manu aparece poco después, ha corrido a 4:09, está pletórico, tampoco se lo acaba de creer. No teníamos referencia de cómo podíamos hacer este tipo de carrera, y nos hemos sorprendido muy gratamente... Una imagen vale más que mil palabras...
Los datos de la carrera...
Después de la carrera, reunión con amigos... Más comida... Pistachos... Embutido... Pan con tomate... Turrón... Vino... Cerveza... Cubata... Cigarrito... Pero no hay excusa. Mañana a madrugar, y a hacer la Q1 que me tocaba hoy, 3 kilómetros E, 20 kilómetros M y otros 3 E para acabar. La carrera de hoy no me ha dejado muy tocado, intensa pero corta, pero lo de la tarde quizá pese más... Pero no hay excusas, ¡mañana a correr!
Lo malo es que después del entrenamiento de ayer llegó la comida familiar, la cervecita, las copas de vino, un dedo de coñac de champán Remy Martin... Y claro, uno ya no tiene veinte años, y pese a la moderación con las copas, y la menos moderada comida, dormí como un bendito pero desperté como un gamberrete... :)
Eso no era excusa para preparar los bártulos e ir a Masnou a correr la Sant Silvestre. Íbamos a ser muchos cobardes, Toni, Manu, David y yo, repitiendo alineación de la Mitja de Vilanova hace una semana, y con la actuación especial del tridente femenino, Mònica, esposa de Manu y Natàlia, su cuñada y Vanesa, esposa de David.
Llegué en tren a Masnou tras desayunar más ligero que de costumbre. Después del ataque del alien estomacal en Vilanova he llegado a la conclusión de que cuando hay que correr a tope no se puede desayunar un plato de pasta como el que me metía antes entre cuerpo y espalda... Así que opté por un bocata, con tiempo de sobra para hacer la digestión, zumo de naranja, y el cóctel de galletas con chocolate y café para acelerar el punto 8. Llegué en tren a Masnou para recoger los dorsales con Manu, subimos a su casa a dejar los trastos, y salimos rápidamente para la carrera de los peques.
Entre tanto peque y con las meadas de última hora, el grupo se dispersó, Toni desapareció en combate y Manu y yo buscamos una buena posición para la salida. El plan era seguir la táctica keniata... Salir a toda leche, aguantar a todo lo que da uno, y acabar echando el higadillo. Fácil, ¿no?
Va a empezar la carrera y no me noto muy fino... El estómago se queja de lo de ayer... La cabeza también un poco...
Pistoletazo, ¡y a correr!
La salida muy tumultuosa. Muy poco espacio, calles estrechas, un giro de 180 grados en pendiente ascendente, algún tropezón, mucho tráfico... Pero en una carrera tan rápida, si se es un poco kamikaze, en unos 700 metros el grupo ya se ha estirado un poco y se puede empezar a correr bien. Con tanto giro no soy muy consciente del ritmo al que voy, sigo apretando, intentando ganar posiciones para no perder mucho tiempo, hemos dado la vuelta al puerto, nos dirigimos a otro giro de 180 grados para volver a pasar por la línea de meta y seguir por el paseo marítimo en dirección a Premià. Miro el crono en el primer kilómetro, y estoy corriendo a 3:39...
No está mal, mi objetivo es intentar acabar a una media de 3:55, si puedo un poco menos. Sé que he salido fuerte, si quiero poder correr cómodo tengo que apretar al principio y adelantar mucha gente, luego ya veremos...
Vamos a por el segundo, de nuevo pasamos por meta, volvemos a subir la rampa pero esta vez giramos a la derecha y seguimos por la costa en vez de volver al puerto. El camino es estrecho pero el grupo se ha estirado mucho, así que no hay excusa para no correr. Veo la marca del kilómetro 2, y lo he hecho a 3:45. Pensaba que iba más despacio, no me sentía al 100% después de los excesos de ayer, pero el cuerpo estaba respondiendo mejor a cada kilómetro que pasaba...
Un kilómetro más al lado de la playa para de nuevo girar 180 grados. Grupo estiradísimo, aún voy adelantando algún runner, y justo antes de girar para volver a Masnou, agarrándome a un árbol para arañar un segundo en el giro, como hacíamos todos, veo el punto del kilómetro 3 y compruebo que lo he hecho a 3:52. Empiezo a creerme que puede ser un gran día...
Ya volvemos hacia Masnou, grupo estiradísimo, ahora tenemos el viento en contra, no es mucho pero se nota... He hecho tres kilómetros a tope, me quedan dos, voy bien, y los parciales me han animado, intento aguantar, pienso que es uno más y ya sólo quedará el último a tope, el viento se va notando, aprieto los dientes, por fin aparece la marca del kilómetro 4, que hago a 3:55. He aguantado la parte más dura, el penúltimo kilómetro, las piernas empiezan a pesar, la respiración va al límite, pero los tiempos que estoy haciendo me dan alas...
Empieza el último kilómetro. Mi objetivo inicial se ha quedado corto, la verdad es que no pienso en tiempo ni marca, veo que voy cómodamente por debajo de los 4:00, calculo a ojo que podría andar por los 3:50, aprieto aún más los dientes, los puños, braceo, piso fuerte, intento llevar todo el oxígeno posible a mis pulmones, venga a tope, corre chaval, que ya llegamos, otra vez el giro asesino al final del puerto, ahí está la meta, no miro el reloj, hago el último esfuerzo, empiezo un sprint, me adelanta un chaval por la derecha pero paso a dos que tenía delante, paro el Forerunner ¡y éste marca 18:57! El último kilómetro ha salido a 3:46, y la media a 3:48, no me lo acabo de creer, de nuevo el efecto dorsal hace milagros, nunca había hecho series a 3:48, y acabo de hacer un 5000 en menos de 19 minutos...
Me siento pletórico, veo a Toni que ha llegado hace algo menos de un minuto, cansado y también muy contento, Manu aparece poco después, ha corrido a 4:09, está pletórico, tampoco se lo acaba de creer. No teníamos referencia de cómo podíamos hacer este tipo de carrera, y nos hemos sorprendido muy gratamente... Una imagen vale más que mil palabras...
Los datos de la carrera...
Después de la carrera, reunión con amigos... Más comida... Pistachos... Embutido... Pan con tomate... Turrón... Vino... Cerveza... Cubata... Cigarrito... Pero no hay excusa. Mañana a madrugar, y a hacer la Q1 que me tocaba hoy, 3 kilómetros E, 20 kilómetros M y otros 3 E para acabar. La carrera de hoy no me ha dejado muy tocado, intensa pero corta, pero lo de la tarde quizá pese más... Pero no hay excusas, ¡mañana a correr!
sábado, 25 de diciembre de 2010
Entrenamiento navideño
Lo primero de todo, independientemente de las creencias religiosas de cada uno o la total ausencia de las mismas, os deseo a todos que tengáis unos días muy felices, aprovechando que quien más quien menos tiene algunos días de vacaciones, las familias se reúnen, los amigos se reencuentran y los mayores disfrutan viendo la ilusión de los niños en estas fechas tan señaladas.
Os deseo también paciencia para soportar los clásicos chistes del amigo gracioso cuando aparece la botella de Jack Daniels, comprensión con el familiar que te dice eso de "claro, tú come todo lo que quieras, con todo lo que corres seguro que no engordas", no os tiréis de los pelos cuando empiecen con eso de que tanto deporte no es bueno para la salud, pero eso sí, cuando llegue el momento, disfrutad de vuestros minutos de gloria cuando salga el tema de vuestra última maratón, la mejor marca personal en media y lo rápidos que fueron esos últimos 10K... :)
Y si podéis encontrar un hueco para seguir entrenando, ¡recordad que el runner no descansa!
Siguiendo esta premisa y preparándome para los encuentros familiares y con amiguetes, hoy he salido un poco más tarde a completar el kilometraje semanal, corriendo 8,22 kilómetros para completar los 72 de esta semana. Hacía un frío de perros, después de la humedad, la niebla y la lluvia, sólo faltaba despedir esta semana con una salida glacial...
Aún con las piernas algo pesadas, he corrido bastante más suelto que estos últimos días, enlazando un tramo en el que me sentí muy cómodo a 4:40, 4:31, 4:28 y 4:37. La media sale a 4:54, las pulsaciones a 148bpm y las sensaciones muy buenas.
Mañana vamos a correr deprisa, 5 kilómetros en Masnou, bueno, 5050 metros, qué cosa más rara... Me siento fuerte y quiero correr rápido pero sin hacer el burro, no quiero tentar a las lesiones que por ahora me están respetando mucho. A ver cómo va... Tendré que andarme con ojo hoy en la comida, que mañana lo puedo pagar muy caro...
Os deseo también paciencia para soportar los clásicos chistes del amigo gracioso cuando aparece la botella de Jack Daniels, comprensión con el familiar que te dice eso de "claro, tú come todo lo que quieras, con todo lo que corres seguro que no engordas", no os tiréis de los pelos cuando empiecen con eso de que tanto deporte no es bueno para la salud, pero eso sí, cuando llegue el momento, disfrutad de vuestros minutos de gloria cuando salga el tema de vuestra última maratón, la mejor marca personal en media y lo rápidos que fueron esos últimos 10K... :)
Y si podéis encontrar un hueco para seguir entrenando, ¡recordad que el runner no descansa!
Siguiendo esta premisa y preparándome para los encuentros familiares y con amiguetes, hoy he salido un poco más tarde a completar el kilometraje semanal, corriendo 8,22 kilómetros para completar los 72 de esta semana. Hacía un frío de perros, después de la humedad, la niebla y la lluvia, sólo faltaba despedir esta semana con una salida glacial...
Aún con las piernas algo pesadas, he corrido bastante más suelto que estos últimos días, enlazando un tramo en el que me sentí muy cómodo a 4:40, 4:31, 4:28 y 4:37. La media sale a 4:54, las pulsaciones a 148bpm y las sensaciones muy buenas.
Mañana vamos a correr deprisa, 5 kilómetros en Masnou, bueno, 5050 metros, qué cosa más rara... Me siento fuerte y quiero correr rápido pero sin hacer el burro, no quiero tentar a las lesiones que por ahora me están respetando mucho. A ver cómo va... Tendré que andarme con ojo hoy en la comida, que mañana lo puedo pagar muy caro...
jueves, 23 de diciembre de 2010
Isidros pasados por agua...
De tanto nombrar a la lluvia, he conseguido que me acompañe por fin en un entrenamiento matutino... Aunque creo que lo ha hecho con un poco de mala leche, es muy agradable correr con una ligera llovizna y el suelo un poco mojado pero sin charcos, pero hoy me ha pillado completamente desprevenido y ha llovido con bastante mala leche...
Me tocaba la Q2 de la semana, una Q2 de las durillas. No quería forzar más de la cuenta pero sí respetar el kilometraje. Bajar un poco la intensidad después de haberla subido bastante el domingo me deja la conciencia tranquila y encaja con el planteamiento del míster, así que bajé a las 5:30am a la calle con esa idea en mente, equipado con gorra y corta vientos, el RunKeeper sin música, para escuchar bien los avisos del Forerunner, un gel y Aguarius en el cinturón pues a ojímetro me salía un entrenamiento de unos 18 kilómetros...
No llovía nada pero el suelo estaba mojado y en algunos tramos encharcado. Había caído agua toda la noche, y me temía que ya había sido suficiente por hoy. Empecé el calentamiento, 3 kilómetros, ritmo suave de 5:30 pero buenas sensaciones, no sentí la pesadez de los dos días anteriores. Tras calentar, llegan las series... Un primer bloque de 4 series de 1,6 kilómetros a ritmo T, con un minuto de descanso. Dos con viento a favor a 4:26 cada una, y dos con viento en contra a 4:35 también, ambas clavadas.
En la segunda y tercera me cayó el primer chaparrón, había empezado a chispear un poco pero en el tramo final, llegando a la playa, estaba cayendo la del pulpo. Alguna cara conocida que suele pasear a esas horas por el río estaba esperando que aflojara la lluvia debajo de un puente, pero uno que yo me sé tenía el tiempo justo para acabar el entrenamiento, ducharse, desayunar e irse a trabajar, así que me tocó mojarme, que tampoco es para tanto... :)
Después del primer grupo de series tocaban cinco minutos a ritmo E, aproveché para tomarme el gel y una buena dosis de Aquarius, completé ese tramo a 5:15, y a por el segundo bloque de series.
Éste era de 3 series, misma distancia en cada una, 1,6 kilómetros a ritmo T con 1 minuto de descanso. Dos con viento a favor, la primera a 4:30, algo peor que en el primer bloque, y en la segunda iba más o menos al mismo ritmo, quizá algo más despacio, hasta que volvió a llover con mucha más mala leche que hacía un rato, en el mismo sitio, un chaparrón que dejó el Forerunner medio colgado, el bisel no respondía, y no sé muy bien por qué pero me dio por correr más rápido, mientras debajo del puente había mucha gente viéndome pasar como una bala seguramente pensando que mi salud mental no estaba muy bien regulada... Esa segunda serie la acabé a 4:27 de media, di la vuelta mientras no paraba de llover, volví a pasar por el puente haciendo la última, sólo faltó que me hicieran la ola los que ahí se refugiaban, y ya con viento en contra hice esa última a 4:36.
Ya llovía menos cuando acabé las series, y vuelta para casa, algo menos de 3 kilómetros a 5:16 de media. Al final la aventura bajo la lluvia fue de 18,52 kilómetros, estuve 1 hora y 34 minutos mojándome y corriendo...
Al llegar a casa me sentía bien, empapado pero muy bien, devoré literalmente mi bocata de jamón, y ya llegando a la oficina noté que las piernas estaban más pesadas que nunca, pero sin agujetas. Esta semana he vuelto a adelantar kilómetros estos primeros días, ya he hecho 64 de los 72 previstos. Mañana descanso, me dejo 8 para el sábado, porque a partir del domingo voy a tener que hacer algún malabarismo con el plan de entrenamiento...
El domingo correré la Sant Sylvester de Masnou. Son sólo 5 kilómetros, pero si los corro no es para hacer 5 kilómetros a ritmo suave, voy a ver, sin hacer ninguna burrada ni arriesgarme a una contractura, si puedo mantener un ritmo de 3:55 durante 5 kilómetros. Además mi cachorro mayor correrá por primera vez la versión infantil, va a ser un día muy especial... :)
La tirada del domingo de la Sant Sylvester, que es la primera larga a ritmo M (supuestamente el ritmo objetivo de maratón), es de 3 kilómetros E, 20 kilómetros M y otros 3 kilómetros E. La semana que viene estoy de vacaciones, así que si puedo organizar los horarios domésticos intentaré hacerla a media tarde el lunes, para probar el ritmo M en un momento del día más propicio que las 5:30 de la mañana...
Después viene la Sant Sylvester de BCN, el 31. Y el domingo siguiente otros 20 kilómetros, esta vez a ritmo E. Me pelearé un rato con mi Google Docs a ver como encajo esto, esa semana toca hacer 64 kilómetros, así que no creo que sea complicado llegar a un buen equilibrio.
Me tocaba la Q2 de la semana, una Q2 de las durillas. No quería forzar más de la cuenta pero sí respetar el kilometraje. Bajar un poco la intensidad después de haberla subido bastante el domingo me deja la conciencia tranquila y encaja con el planteamiento del míster, así que bajé a las 5:30am a la calle con esa idea en mente, equipado con gorra y corta vientos, el RunKeeper sin música, para escuchar bien los avisos del Forerunner, un gel y Aguarius en el cinturón pues a ojímetro me salía un entrenamiento de unos 18 kilómetros...
No llovía nada pero el suelo estaba mojado y en algunos tramos encharcado. Había caído agua toda la noche, y me temía que ya había sido suficiente por hoy. Empecé el calentamiento, 3 kilómetros, ritmo suave de 5:30 pero buenas sensaciones, no sentí la pesadez de los dos días anteriores. Tras calentar, llegan las series... Un primer bloque de 4 series de 1,6 kilómetros a ritmo T, con un minuto de descanso. Dos con viento a favor a 4:26 cada una, y dos con viento en contra a 4:35 también, ambas clavadas.
En la segunda y tercera me cayó el primer chaparrón, había empezado a chispear un poco pero en el tramo final, llegando a la playa, estaba cayendo la del pulpo. Alguna cara conocida que suele pasear a esas horas por el río estaba esperando que aflojara la lluvia debajo de un puente, pero uno que yo me sé tenía el tiempo justo para acabar el entrenamiento, ducharse, desayunar e irse a trabajar, así que me tocó mojarme, que tampoco es para tanto... :)
Después del primer grupo de series tocaban cinco minutos a ritmo E, aproveché para tomarme el gel y una buena dosis de Aquarius, completé ese tramo a 5:15, y a por el segundo bloque de series.
Éste era de 3 series, misma distancia en cada una, 1,6 kilómetros a ritmo T con 1 minuto de descanso. Dos con viento a favor, la primera a 4:30, algo peor que en el primer bloque, y en la segunda iba más o menos al mismo ritmo, quizá algo más despacio, hasta que volvió a llover con mucha más mala leche que hacía un rato, en el mismo sitio, un chaparrón que dejó el Forerunner medio colgado, el bisel no respondía, y no sé muy bien por qué pero me dio por correr más rápido, mientras debajo del puente había mucha gente viéndome pasar como una bala seguramente pensando que mi salud mental no estaba muy bien regulada... Esa segunda serie la acabé a 4:27 de media, di la vuelta mientras no paraba de llover, volví a pasar por el puente haciendo la última, sólo faltó que me hicieran la ola los que ahí se refugiaban, y ya con viento en contra hice esa última a 4:36.
Ya llovía menos cuando acabé las series, y vuelta para casa, algo menos de 3 kilómetros a 5:16 de media. Al final la aventura bajo la lluvia fue de 18,52 kilómetros, estuve 1 hora y 34 minutos mojándome y corriendo...
Al llegar a casa me sentía bien, empapado pero muy bien, devoré literalmente mi bocata de jamón, y ya llegando a la oficina noté que las piernas estaban más pesadas que nunca, pero sin agujetas. Esta semana he vuelto a adelantar kilómetros estos primeros días, ya he hecho 64 de los 72 previstos. Mañana descanso, me dejo 8 para el sábado, porque a partir del domingo voy a tener que hacer algún malabarismo con el plan de entrenamiento...
El domingo correré la Sant Sylvester de Masnou. Son sólo 5 kilómetros, pero si los corro no es para hacer 5 kilómetros a ritmo suave, voy a ver, sin hacer ninguna burrada ni arriesgarme a una contractura, si puedo mantener un ritmo de 3:55 durante 5 kilómetros. Además mi cachorro mayor correrá por primera vez la versión infantil, va a ser un día muy especial... :)
La tirada del domingo de la Sant Sylvester, que es la primera larga a ritmo M (supuestamente el ritmo objetivo de maratón), es de 3 kilómetros E, 20 kilómetros M y otros 3 kilómetros E. La semana que viene estoy de vacaciones, así que si puedo organizar los horarios domésticos intentaré hacerla a media tarde el lunes, para probar el ritmo M en un momento del día más propicio que las 5:30 de la mañana...
Después viene la Sant Sylvester de BCN, el 31. Y el domingo siguiente otros 20 kilómetros, esta vez a ritmo E. Me pelearé un rato con mi Google Docs a ver como encajo esto, esa semana toca hacer 64 kilómetros, así que no creo que sea complicado llegar a un buen equilibrio.
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Isidros en la niebla
Primero fue el frío, luego llegó la lluvia, nos quedamos por poco sin nieve, y hoy le ha tocado a la niebla hacerme compañía...
Esperaba algo de lluvia, no hay manera de que acierte el pronóstico meteorológico, otra vez gorra y corta vientos, el suelo mojado, eso sí, se ve que llovió durante la noche, pero esta mañana no caía una sola gota y en cambio había una niebla como no recordaba desde hace años. No se veía la otra orilla del río, y en algunos tramos, apenas se distinguía nada a unos 20 metros de distancia... Además teníamos luna llena, así que el ambiente era más propicio para un cónclave de hombres lobo que para salir a correr por la mañana, pero los planes de entrenamiento son así, no entienden de estas cosas, al menos, salir hoy a correr me ha permitido disfrutar de la niebla, pues a la hora que me iba a trabajar ya no quedaba nada...
Con permiso de Jack Daniels, hoy quería hacer algo más de 10 kilómetros, suaves, para acabar de recuperarme del esfuerzo del domingo, guardando algo de gasolina para la Q2 de mañana. Me habéis aconsejado no pasarme con esa Q2, y tenéis razón, si medimos los entrenamientos usando la fórmula de distancia por intensidad, el domingo ya cubrí una buena parte del trabajo semanal, así que ayer y hoy corrí a un ritmo muy suave, mañana haré la Q2 respetando la distancia pero moderando la intensidad, y el viernes descansaré con los deberes casi hechos.
Hoy fueron finalmente 11,54 kilómetros a 5:08 de media. Las pulsaciones a 150 de media, y esta vez me costó menos coger la velocidad de crucero.
A partir del tercer kilómetro todos los hice entre 4:58 y 5:11, corriendo cómodo, sin agujetas y sólo con una ligera sensación de pesadez en las piernas, lo normal cuando estamos acumulando muchos kilómetros en un momento de carga del plan para la maratón. Creo que el cuerpo ya ha asimilado el ritmo normal después del castigo del domingo, pero mañana seré cauto, no quiero arriesgarme a forzar demasiado, quedan todavía muchas semanas por delante.
Esperaba algo de lluvia, no hay manera de que acierte el pronóstico meteorológico, otra vez gorra y corta vientos, el suelo mojado, eso sí, se ve que llovió durante la noche, pero esta mañana no caía una sola gota y en cambio había una niebla como no recordaba desde hace años. No se veía la otra orilla del río, y en algunos tramos, apenas se distinguía nada a unos 20 metros de distancia... Además teníamos luna llena, así que el ambiente era más propicio para un cónclave de hombres lobo que para salir a correr por la mañana, pero los planes de entrenamiento son así, no entienden de estas cosas, al menos, salir hoy a correr me ha permitido disfrutar de la niebla, pues a la hora que me iba a trabajar ya no quedaba nada...
Con permiso de Jack Daniels, hoy quería hacer algo más de 10 kilómetros, suaves, para acabar de recuperarme del esfuerzo del domingo, guardando algo de gasolina para la Q2 de mañana. Me habéis aconsejado no pasarme con esa Q2, y tenéis razón, si medimos los entrenamientos usando la fórmula de distancia por intensidad, el domingo ya cubrí una buena parte del trabajo semanal, así que ayer y hoy corrí a un ritmo muy suave, mañana haré la Q2 respetando la distancia pero moderando la intensidad, y el viernes descansaré con los deberes casi hechos.
Hoy fueron finalmente 11,54 kilómetros a 5:08 de media. Las pulsaciones a 150 de media, y esta vez me costó menos coger la velocidad de crucero.
A partir del tercer kilómetro todos los hice entre 4:58 y 5:11, corriendo cómodo, sin agujetas y sólo con una ligera sensación de pesadez en las piernas, lo normal cuando estamos acumulando muchos kilómetros en un momento de carga del plan para la maratón. Creo que el cuerpo ya ha asimilado el ritmo normal después del castigo del domingo, pero mañana seré cauto, no quiero arriesgarme a forzar demasiado, quedan todavía muchas semanas por delante.
martes, 21 de diciembre de 2010
Agujetas...
Creo que me voy a acordar durante mucho tiempo de la Mitja de Vilanova, este 19 de diciembre de 2010 no se me olvidará fácilmente...
Ha sido el día en el que más he sufrido y más altibajos físicos y anímicos he tenido con las zapatillas puestas. La carrera en la que más fuerte me he sentido, sobre todo al principio y especialmente al final después del ataque del alien estomacal y el esfuerzo para recuperarme. Sirva de ejemplo la cara de sufrimiento en el kilómetro 13...
Aunque los que iban al lado no tenían precisamente cara de estar pasándolo mucho mejor... :)
Obviamente todo lo que me pasó tiene un precio. Lo he pagado con unas agujetas de caballo, ayer estuve todo el día con las piernas doloridas y un hambre insaciable, y hoy, al salir a entrenar, me notaba pesado, con unas agujetas espectaculares y las piernas pesadas...
El plan para esta semana es completar los 72 kilómetros que tiene previstos Jack Daniels, la media maratón ya se lleva 21, la Q2 promete ser también demoledora, calculo que serán unos 18 kilómetros, con distintos cambios de ritmo y series a ritmo T (umbral aeróbico), de esas que te dejan como nuevo para ir a la oficina bien despierto... :) Para respetar un poco el descanso, hoy he salido a hacer una tirada suave, mañana repetiré y haré la Q2 el jueves, para descansar el viernes, acabar la semana el sábado y el domingo ir a correr la Sant Sylvester del Masnou, 5 kilómetros en los que la idea es dejarse el higadillo por el camino y ver si puedo arañar algún segundo a los 4:00 por kilómetro...
Pero eso aún está muy lejos, hoy había que armarse de valor, el pronóstico meteorológico, que a veces acierta, decía que llovería toda la noche y me tocaría correr lloviendo.... Vaselina para evitar rozaduras de la ropa mojada, cortavientos, gorra, y a correr... El suelo seco... El cielo nublando... El famoso eclipse lunar oculto tras las nubes... Pero ni una gota...
Nada más empezar a correr las piernas se quejaron bastante... El paso no era cómodo, más bien torpe, el apoyo era cualquier cosa menos suelto, y cuando el Forerunner marcó el primer kilómetro ya llevaba 6 minutos corriendo. Hoy no era día de apurar el ritmo, sino de recuperarse poco a poco después de la carrera. El ritmo fue aumentando poco a poco, pero muy poco a poco, fueron cayendo los kilómetros uno a uno por encima de los 5:00, y completé los 12,78 de hoy a un ritmo medio de 5:19, bastante penalizado por los primeros kilómetros en los que el cuerpo no respondía, pero con buenas sensaciones ya al final. A ese ritmo las pulsaciones medias se quedaron en 144bpm.
Sensaciones confusas al principio, pero contento al final, mi cuerpo necesitaba correr sin presión... Pero no va a durar mucho... :)
Ha sido el día en el que más he sufrido y más altibajos físicos y anímicos he tenido con las zapatillas puestas. La carrera en la que más fuerte me he sentido, sobre todo al principio y especialmente al final después del ataque del alien estomacal y el esfuerzo para recuperarme. Sirva de ejemplo la cara de sufrimiento en el kilómetro 13...
Aunque los que iban al lado no tenían precisamente cara de estar pasándolo mucho mejor... :)
Obviamente todo lo que me pasó tiene un precio. Lo he pagado con unas agujetas de caballo, ayer estuve todo el día con las piernas doloridas y un hambre insaciable, y hoy, al salir a entrenar, me notaba pesado, con unas agujetas espectaculares y las piernas pesadas...
El plan para esta semana es completar los 72 kilómetros que tiene previstos Jack Daniels, la media maratón ya se lleva 21, la Q2 promete ser también demoledora, calculo que serán unos 18 kilómetros, con distintos cambios de ritmo y series a ritmo T (umbral aeróbico), de esas que te dejan como nuevo para ir a la oficina bien despierto... :) Para respetar un poco el descanso, hoy he salido a hacer una tirada suave, mañana repetiré y haré la Q2 el jueves, para descansar el viernes, acabar la semana el sábado y el domingo ir a correr la Sant Sylvester del Masnou, 5 kilómetros en los que la idea es dejarse el higadillo por el camino y ver si puedo arañar algún segundo a los 4:00 por kilómetro...
Pero eso aún está muy lejos, hoy había que armarse de valor, el pronóstico meteorológico, que a veces acierta, decía que llovería toda la noche y me tocaría correr lloviendo.... Vaselina para evitar rozaduras de la ropa mojada, cortavientos, gorra, y a correr... El suelo seco... El cielo nublando... El famoso eclipse lunar oculto tras las nubes... Pero ni una gota...
Nada más empezar a correr las piernas se quejaron bastante... El paso no era cómodo, más bien torpe, el apoyo era cualquier cosa menos suelto, y cuando el Forerunner marcó el primer kilómetro ya llevaba 6 minutos corriendo. Hoy no era día de apurar el ritmo, sino de recuperarse poco a poco después de la carrera. El ritmo fue aumentando poco a poco, pero muy poco a poco, fueron cayendo los kilómetros uno a uno por encima de los 5:00, y completé los 12,78 de hoy a un ritmo medio de 5:19, bastante penalizado por los primeros kilómetros en los que el cuerpo no respondía, pero con buenas sensaciones ya al final. A ese ritmo las pulsaciones medias se quedaron en 144bpm.
Sensaciones confusas al principio, pero contento al final, mi cuerpo necesitaba correr sin presión... Pero no va a durar mucho... :)
domingo, 19 de diciembre de 2010
Crónica de la Mitja de Vilanova
Hoy tocaba el ataque a la media maratón. Se acaba el 2010, he corrido mucho, mi primera maratón, seis medias maratones, incluída ésta última, 11 10K y me falta la Sant Sylvester de Barcelona, y dentro de una semana haré una 5K, la Sant Sylvester del Masnou.
Han sido muchos retos y muchos momentos especiales; una maratón que acabé vivo y un poco mejor que mis previsiones iniciales, el sub 40 en los 10K y una marca en media que, después de haber corrido ya varias, creo que podía mejorar bastante...
Así que ése era mi reto de hoy. Cuando estaba acabando la maratón del Mediterrani ya pensaba en la de Barcelona, he comenzado ya mi plan para la próxima cita con los 42K, y visto lo bien que me fue en los siguientes 10K, sin dejar de lado el plan de preparación de la maratón hoy quería hacer la media con el cuchillo entre los dientes. Respetando el plan y observando las recomendaciones de Jack Daniels, la semana previa a la media hice 80 kilómetros, concentrados sobre todo al principio de la semana, de manera que el viernes descansé y el sábado hice sólo 10, pero los 70 restantes obviamente pesaban un poco.
El esfuerzo para correr una media a tope es duro, muy duro. En una 10K vamos a morir, reventando nuestro umbral anaeróbico, pero llega un momento en el que no podemos correr más, y al final, en bastante menos de una hora, medio asfixiados, pero hemos acabado. La maratón la corremos de manera totalmente aeróbica, es una prueba de resistencia, el sufrimiento es mental, el cansancio hace mella, el muro puede dejarnos derrotados, pero corriendo con cabeza y un buen entrenamiento, y por supuesto sufriendo cuando toca, es un placer acabarla.
Pero correr la media maratón a morir significa ir durante alrededor de una hora y media con el cuerpo al límite, alargando la agonía que supone correr coqueteando con nuestro umbral anaeróbico y viendo como cada kilómetro que pasa no es una décima parte de la carrera, sino que es una veintiunava parte del total...
Con esa idea en mente, me levanté a las 6:00am pensando que podía ser un día duro pero gratificante. Íbamos a ser 4 cobardes, Toni, Manu, David y yo mismo. Me comí un buen plato de pasta con zumo de naranja, dos galletas con chocolate y un café, pensando en ir bien alimentado y con tiempo de hacer la digestión, y pensando también en que el punto 8 fuera correcto. Dos sesiones de punto 8, mochila y ropa preparada, y a las 8:00am llegaban Manu y David en coche para ir camino a Vilanova.
Caían cuatro gotas, la experiencia me dice que hay un día al año que siempre llueve, y ese día es el de la Media Maratón de Vilanova. No era muy intensa, durante el camino cayeron cuatro gotas mal contadas, mientras recogíamos el dorsal también, pero antes de empezar dejó de llover y el cielo quedó encapotado y la temperatura era la ideal para correr. Dorsales, un tercer punto 8, y la foto de rigor.
Pensando en la que me esperaba, quería ir a por todas, me comí una barrita energética rara que compré cuando fui a por mis Brooks. Ah, por si había alguna duda sobre mis intenciones, me puse las New Balance mixtas, más ligeras que las Brooks de entrenamiento, para buscar arañar algún segundo más... La barrita era fina, pero densa, muy densa, me parecía estar comiendo algo concentradísimo, costaba masticar, y me dejó una sensación parecida a haberme comido otro plato de pasta...
Calentamiento, buscamos una posición adecuada en la salida, ni delante del todo ni a la cola, algo de nervios, y a esperar la salida. El plan era ir con Toni lo que el cuerpo aguante. Recuerdo que Toni es un fuera de serie, en Ripoll bajó los 1:30:00 en una carrera con un perfil muy duro... Intentaríamos encontrar un ritmo rápido que nos fuera bien, pero le dije que si yo no podía seguirlo ya nos veríamos a la llegada... :) Manu y David iban más tranquilos, era la primera media maratón de David, y Manu iba a acompañarle para hacer su tirada larga de la semana.
Salimos con bastante tráfico, así que no pudimos ir muy rápido mientras esquivábamos gente. Primer kilómetro, 26 metros de subida, mucha gente... A 4:17... Parece que había ganas de correr...
Hasta el 9 nos vamos moviendo, en función de la pendiente, ya que había bastante desnivel, a ritmos de 4:02, 4:07, 3:56, 4:12, 4:04, 3:58, 4:07 y 4:07... Miro el Forerunner y no me lo creo, no me parece ir tan rápido, tengo a Toni unos 10 metros por delante hasta que lo alcanzo sobre el kilómetro 7 y vamos juntos durante un tramo.
Vamos a hacer el décimo y decido tomarme un gel, me estoy dando mucha caña y aún queda mucha carrera. Entre el gel y el lío del avituallamiento, y un desnivel de 14 metros, el décimo kilómetro sale a 4:15.
Ya llevo media carrera, estoy bastante por encima del ritmo medio necesario para mejorar mi marca, pero el caso es que voy muy bien, no me siento cansado, Toni se me ha vuelto a separar un poco pero sigo con mi carrera y me siento bien, voy fuerte y regulando el fuelle para dar todo lo que puedo dejando un poco para después.
Pero sobre el 10,5, prácticamente a mitad de carrera, empiezo a notar algo extraño. Noto un pequeño dolor en la parte baja del estómago, nada relacionado con el punto 8, obviamente, tampoco es flato. Es una sensación muy extraña, como si el estómago se me contrajese, parecía que tenía un alien dentro, y esa molestia no me dejaba correr cómodo.
El ritmo en los siguientes kilómetros bajó un poco pero seguía siendo muy bueno para mis planes. 11, 12 y 13 a 4:17, 4:19 y 4:23. Bajando poco a poco el ritmo mientras la molestia subía también poco a poco...
Pienso que debe ser algo pasajero, en esos momentos empiezo a pensar en el pedazo de desayuno, en la barrita concentrada y en el gel que me acababa de tomar. Creo todo eso que se juntó en el estómago y el esfuerzo que estaba haciendo se confabularon para intentar derrotarme... :(
En el kilómetro 14 empieza la parte más dura de la prueba. El dolor está en su apogeo, y el desnivel en ese kilómetro es de 28 metros de subida. En esos momentos me concentro en mover las piernas, pasos cortos, respiración intensa, pisada fuerte... 4:35.
Seguimos subiendo. 29 metros más de desnivel. Kilómetro 15 a 4:44. El dolor parece que empieza a bajar... Creo que lo más inteligente que he hecho hoy ha sido no tirar la toalla, empezaba el kilómetro 15 pensando que todo lo que había ganado en la primera mitad no me iba a servir para nada, me veía acabando sin mejorar mi marca, entrando casi a rastras a meta, incluso me visualicé parando en la cuneta... Pero creo que esa subida incluso me ayudó, el cambio de ritmo, correr más con piernas que con corazón, la respiración más intensa y no tan profunda posiblemente reequilibró mi organismo, el estómago dejó de quejarse, las piernas aguantaban bien y los pulmones también...
En el 16 todavía hay 16 metros de desnivel, y lo hago a 4:35. Pero ya me siento mucho mejor. He perdido mucho tiempo en esos últimos kilómetros pero también lo he ganado al principio. Entonces pienso, tío, has venido a correr, no pasa nada, ya pensaremos qué ha pasado, pero tío, si aprietas todavía puedes hacer una buena carrera, no hay dolor, al pasar el cartel del 17 te quedan sólo 4, las piernas están bien y el corazón también, la cabeza no te puede fallar ahora tío, concéntrate en correr y piensa en la meta, que está aquí al lado, ¡vamos!
Y llega el subidón... El 17 es de bajada y lo hago a 4:20. ¡Vuelvo a ser yo! Intenté no pensar en las pájaras de las medias de Terrassa y Sitges, acabé fatal, a más de 5:00 el kilómetro hasta llegar a la meta. Pero esta vez no iba a ser así, todos esos madrugones, todas esas series y fartleks, las canciones que compré en iTunes para motivarme, mis zombis, los amigos que me leen y a los que leo, ¡¡¡no podía fallar!!! Empiezo a adelantar gente...
El 18 es de toboganes, subimos 35 metros y bajamos 26. 9 metros de desnivel ascendente, 18 kilómetros en las piernas, el ataque del alien estomacal, pero no dejo de adelantar gente como una moto, pisada fuerte, respiración acompasada, y 4:26.
Chaval, te quedan dos kilómetros, estás recuperándote, pero aún puedes dar más, vas fuerte, venga, ¡que se note!
En el 19 por fin bajamos un poco. 4:09. Ya no hay dolor, sólo ganas de correr, las piernas pisan fuerte, los brazos ayudan, la cabeza ya sólo piensa en correr más y más y sigue adelantando gente.
No veo la señal del kilómetro 20, quizá no estaba, no importa, ya estamos llegando, el 20 es plano, y sale a 4:17. No dejo de adelantar gente, voy bien, muy motivado, con ganas de recuperar lo perdido, pisando aún más fuerte.
Miro el Forerunner. La MMP está en el bolsillo. El 1:30:00 no... Decido empezar a correr todo lo que puedo sin mirar el reloj, toboganes, no ayudan mucho después de 20 kilómetros, el balance vuelve a ser negativo para las piernas, desnivel de 5 metros de subida, y lo hago a 4:19.
Ya estamos llegando, una curva y entramos en el estadio, miro el reloj y veo que el sub 1:30 no será hoy, pero que a mi marca en media maratón le pego un bocado de más de tres minutos. Aprieto lo que puedo, y el último pico me lo marca el Forerunner a 4:20, teniendo en cuenta que en pocos metros se acumula un desnivel de 13 metros de ascensión.
Al final, 1:30:31, que significa correr algo más de 21 kilómetros a 4:18 el kilómetro. Que no ha sido así, han sido algunos más rápidos, otros mucho más lentos, mucho sufrimiento, un momento psicológicamente muy duro, un contratiempo inesperado, la superación de posiblemente mi peor momento físicamente hablando en una carrera popular, pero una alegría inmensa cuando he empezado a ser consciente del crono...
No, no voy a permitir que esos 31 segundos empañen el día de hoy. Me hubiera gustado hacer 1:29:50, o mejor, 1:28:30, pero mi 1:30:31 lo recordaré durante mucho tiempo porque me ha costado auténtico sufrimiento. Tenía la espinita de esas medias maratones en las que pinché hasta el final, y una marca que creía que podía superar bien. Ahora he corrido una media mirándola a los ojos, saliendo a sufrir y sufriendo, luchando contra lo inesperado y levantándome cuando casi me dejan KO. cada prueba tiene su encanto. Y el de la media también es único...
Ahora, la cara de MMP y el dedo de Toni... :)
Y la foto de familia de después de la carrera.
Han sido muchos retos y muchos momentos especiales; una maratón que acabé vivo y un poco mejor que mis previsiones iniciales, el sub 40 en los 10K y una marca en media que, después de haber corrido ya varias, creo que podía mejorar bastante...
Así que ése era mi reto de hoy. Cuando estaba acabando la maratón del Mediterrani ya pensaba en la de Barcelona, he comenzado ya mi plan para la próxima cita con los 42K, y visto lo bien que me fue en los siguientes 10K, sin dejar de lado el plan de preparación de la maratón hoy quería hacer la media con el cuchillo entre los dientes. Respetando el plan y observando las recomendaciones de Jack Daniels, la semana previa a la media hice 80 kilómetros, concentrados sobre todo al principio de la semana, de manera que el viernes descansé y el sábado hice sólo 10, pero los 70 restantes obviamente pesaban un poco.
El esfuerzo para correr una media a tope es duro, muy duro. En una 10K vamos a morir, reventando nuestro umbral anaeróbico, pero llega un momento en el que no podemos correr más, y al final, en bastante menos de una hora, medio asfixiados, pero hemos acabado. La maratón la corremos de manera totalmente aeróbica, es una prueba de resistencia, el sufrimiento es mental, el cansancio hace mella, el muro puede dejarnos derrotados, pero corriendo con cabeza y un buen entrenamiento, y por supuesto sufriendo cuando toca, es un placer acabarla.
Pero correr la media maratón a morir significa ir durante alrededor de una hora y media con el cuerpo al límite, alargando la agonía que supone correr coqueteando con nuestro umbral anaeróbico y viendo como cada kilómetro que pasa no es una décima parte de la carrera, sino que es una veintiunava parte del total...
Con esa idea en mente, me levanté a las 6:00am pensando que podía ser un día duro pero gratificante. Íbamos a ser 4 cobardes, Toni, Manu, David y yo mismo. Me comí un buen plato de pasta con zumo de naranja, dos galletas con chocolate y un café, pensando en ir bien alimentado y con tiempo de hacer la digestión, y pensando también en que el punto 8 fuera correcto. Dos sesiones de punto 8, mochila y ropa preparada, y a las 8:00am llegaban Manu y David en coche para ir camino a Vilanova.
Caían cuatro gotas, la experiencia me dice que hay un día al año que siempre llueve, y ese día es el de la Media Maratón de Vilanova. No era muy intensa, durante el camino cayeron cuatro gotas mal contadas, mientras recogíamos el dorsal también, pero antes de empezar dejó de llover y el cielo quedó encapotado y la temperatura era la ideal para correr. Dorsales, un tercer punto 8, y la foto de rigor.
Pensando en la que me esperaba, quería ir a por todas, me comí una barrita energética rara que compré cuando fui a por mis Brooks. Ah, por si había alguna duda sobre mis intenciones, me puse las New Balance mixtas, más ligeras que las Brooks de entrenamiento, para buscar arañar algún segundo más... La barrita era fina, pero densa, muy densa, me parecía estar comiendo algo concentradísimo, costaba masticar, y me dejó una sensación parecida a haberme comido otro plato de pasta...
Calentamiento, buscamos una posición adecuada en la salida, ni delante del todo ni a la cola, algo de nervios, y a esperar la salida. El plan era ir con Toni lo que el cuerpo aguante. Recuerdo que Toni es un fuera de serie, en Ripoll bajó los 1:30:00 en una carrera con un perfil muy duro... Intentaríamos encontrar un ritmo rápido que nos fuera bien, pero le dije que si yo no podía seguirlo ya nos veríamos a la llegada... :) Manu y David iban más tranquilos, era la primera media maratón de David, y Manu iba a acompañarle para hacer su tirada larga de la semana.
Salimos con bastante tráfico, así que no pudimos ir muy rápido mientras esquivábamos gente. Primer kilómetro, 26 metros de subida, mucha gente... A 4:17... Parece que había ganas de correr...
Hasta el 9 nos vamos moviendo, en función de la pendiente, ya que había bastante desnivel, a ritmos de 4:02, 4:07, 3:56, 4:12, 4:04, 3:58, 4:07 y 4:07... Miro el Forerunner y no me lo creo, no me parece ir tan rápido, tengo a Toni unos 10 metros por delante hasta que lo alcanzo sobre el kilómetro 7 y vamos juntos durante un tramo.
Vamos a hacer el décimo y decido tomarme un gel, me estoy dando mucha caña y aún queda mucha carrera. Entre el gel y el lío del avituallamiento, y un desnivel de 14 metros, el décimo kilómetro sale a 4:15.
Ya llevo media carrera, estoy bastante por encima del ritmo medio necesario para mejorar mi marca, pero el caso es que voy muy bien, no me siento cansado, Toni se me ha vuelto a separar un poco pero sigo con mi carrera y me siento bien, voy fuerte y regulando el fuelle para dar todo lo que puedo dejando un poco para después.
Pero sobre el 10,5, prácticamente a mitad de carrera, empiezo a notar algo extraño. Noto un pequeño dolor en la parte baja del estómago, nada relacionado con el punto 8, obviamente, tampoco es flato. Es una sensación muy extraña, como si el estómago se me contrajese, parecía que tenía un alien dentro, y esa molestia no me dejaba correr cómodo.
El ritmo en los siguientes kilómetros bajó un poco pero seguía siendo muy bueno para mis planes. 11, 12 y 13 a 4:17, 4:19 y 4:23. Bajando poco a poco el ritmo mientras la molestia subía también poco a poco...
Pienso que debe ser algo pasajero, en esos momentos empiezo a pensar en el pedazo de desayuno, en la barrita concentrada y en el gel que me acababa de tomar. Creo todo eso que se juntó en el estómago y el esfuerzo que estaba haciendo se confabularon para intentar derrotarme... :(
En el kilómetro 14 empieza la parte más dura de la prueba. El dolor está en su apogeo, y el desnivel en ese kilómetro es de 28 metros de subida. En esos momentos me concentro en mover las piernas, pasos cortos, respiración intensa, pisada fuerte... 4:35.
Seguimos subiendo. 29 metros más de desnivel. Kilómetro 15 a 4:44. El dolor parece que empieza a bajar... Creo que lo más inteligente que he hecho hoy ha sido no tirar la toalla, empezaba el kilómetro 15 pensando que todo lo que había ganado en la primera mitad no me iba a servir para nada, me veía acabando sin mejorar mi marca, entrando casi a rastras a meta, incluso me visualicé parando en la cuneta... Pero creo que esa subida incluso me ayudó, el cambio de ritmo, correr más con piernas que con corazón, la respiración más intensa y no tan profunda posiblemente reequilibró mi organismo, el estómago dejó de quejarse, las piernas aguantaban bien y los pulmones también...
En el 16 todavía hay 16 metros de desnivel, y lo hago a 4:35. Pero ya me siento mucho mejor. He perdido mucho tiempo en esos últimos kilómetros pero también lo he ganado al principio. Entonces pienso, tío, has venido a correr, no pasa nada, ya pensaremos qué ha pasado, pero tío, si aprietas todavía puedes hacer una buena carrera, no hay dolor, al pasar el cartel del 17 te quedan sólo 4, las piernas están bien y el corazón también, la cabeza no te puede fallar ahora tío, concéntrate en correr y piensa en la meta, que está aquí al lado, ¡vamos!
Y llega el subidón... El 17 es de bajada y lo hago a 4:20. ¡Vuelvo a ser yo! Intenté no pensar en las pájaras de las medias de Terrassa y Sitges, acabé fatal, a más de 5:00 el kilómetro hasta llegar a la meta. Pero esta vez no iba a ser así, todos esos madrugones, todas esas series y fartleks, las canciones que compré en iTunes para motivarme, mis zombis, los amigos que me leen y a los que leo, ¡¡¡no podía fallar!!! Empiezo a adelantar gente...
El 18 es de toboganes, subimos 35 metros y bajamos 26. 9 metros de desnivel ascendente, 18 kilómetros en las piernas, el ataque del alien estomacal, pero no dejo de adelantar gente como una moto, pisada fuerte, respiración acompasada, y 4:26.
Chaval, te quedan dos kilómetros, estás recuperándote, pero aún puedes dar más, vas fuerte, venga, ¡que se note!
En el 19 por fin bajamos un poco. 4:09. Ya no hay dolor, sólo ganas de correr, las piernas pisan fuerte, los brazos ayudan, la cabeza ya sólo piensa en correr más y más y sigue adelantando gente.
No veo la señal del kilómetro 20, quizá no estaba, no importa, ya estamos llegando, el 20 es plano, y sale a 4:17. No dejo de adelantar gente, voy bien, muy motivado, con ganas de recuperar lo perdido, pisando aún más fuerte.
Miro el Forerunner. La MMP está en el bolsillo. El 1:30:00 no... Decido empezar a correr todo lo que puedo sin mirar el reloj, toboganes, no ayudan mucho después de 20 kilómetros, el balance vuelve a ser negativo para las piernas, desnivel de 5 metros de subida, y lo hago a 4:19.
Ya estamos llegando, una curva y entramos en el estadio, miro el reloj y veo que el sub 1:30 no será hoy, pero que a mi marca en media maratón le pego un bocado de más de tres minutos. Aprieto lo que puedo, y el último pico me lo marca el Forerunner a 4:20, teniendo en cuenta que en pocos metros se acumula un desnivel de 13 metros de ascensión.
Al final, 1:30:31, que significa correr algo más de 21 kilómetros a 4:18 el kilómetro. Que no ha sido así, han sido algunos más rápidos, otros mucho más lentos, mucho sufrimiento, un momento psicológicamente muy duro, un contratiempo inesperado, la superación de posiblemente mi peor momento físicamente hablando en una carrera popular, pero una alegría inmensa cuando he empezado a ser consciente del crono...
No, no voy a permitir que esos 31 segundos empañen el día de hoy. Me hubiera gustado hacer 1:29:50, o mejor, 1:28:30, pero mi 1:30:31 lo recordaré durante mucho tiempo porque me ha costado auténtico sufrimiento. Tenía la espinita de esas medias maratones en las que pinché hasta el final, y una marca que creía que podía superar bien. Ahora he corrido una media mirándola a los ojos, saliendo a sufrir y sufriendo, luchando contra lo inesperado y levantándome cuando casi me dejan KO. cada prueba tiene su encanto. Y el de la media también es único...
Ahora, la cara de MMP y el dedo de Toni... :)
Y la foto de familia de después de la carrera.
sábado, 18 de diciembre de 2010
Listo para Vilanova
Mañana corro la Mitja de Vilanova, precisamente la primera media maratón que corrí hace un año. Y cómo han cambiado las cosas en un año...
Por aquella época, acababa de conseguir por fin bajar de los 45:00 en 10K, que era lo único que corría. Recuerdo que hablaba bastante con Manu sobre la media maratón, la veíamos como algo durísimo, nos planteábamos si podríamos hacer una en condiciones... Él ya había corrido la media del Mediterrani, y yo tenía muchas ganas de correr una carrera popular de más de 10 kilómetros.
Para ser la primera no salió mal del todo, hice 1:36:44, y mi mejor marca la supera en menos de tres minutos. Creo que estaba en un buen momento de forma, había roto la barrera psicológica de los 45:00 en 10K y esa primera media la corrí bastante cómodo.
Luego vinieron dos más, un mes después, que salieron bastante peor. En Sitges lo pasé fatal por el frío, y en Terrassa la subida que hay al principio me dejó muy molido. En las dos hice más de 1:42:00...
Fue entonces cuando creo que cambié el chip. Dar un paso atrás de esa magnitud no me gustó, quizá en Vilanova estaba en el mejor momento de forma y un mes después, con las fiestas de navidad por medio, no estaba tan bien. Me di cuenta de que si quería mejorar tenía que empezar a entrenar con criterio. Empecé a alargar las tiradas, alternarlas con series y algunas cuestas, y la siguiente media, un mes y una semana después en Gavá, me salió a 1:34:29, y un més más tarde, corrí la de Calella a 1:33:55. Me sentí mucho mejor, casi doblé en ambas, pero ya estábamos en marzo y las medias empezaban a escasear en Barcelona.
Volví a mis 10K, atascado en los 42:00 intentando bajar mi marca, entrenando más, y en julio decidí que tenía que probar la maratón. La maratón me gustó, no sé cuántas voy a correr pero espero que sean muchas, y además me sirvió para encontrarme en mejor forma que antes de cara a los 10K, consiguiendo después de la maratón del Mediterrani bajar de los 40:00 en 10K en la Cursa de La Sagrera.
Se acaba el 2010, he conseguido una marca en 10K que me parecía un sueño hace un año, he acabado mi primera maratón y veo que tengo aún mucho que mejorar, pero queda una espinita clavada que se llama media maratón. En los 10K sufrimos de manera profunda e intensa durante cada uno de esos 2400 segundos que dedicamos a correr con nuestro motor de gasolina, en una maratón nos administramos y el sufrimiento es mucho más prolongado, más físico y menos cardiovascular, trabajando nuestro motor diésel, y en la media nos encontramos ante una prueba compleja, en la que hay que correr rápido pero dosificarse un poco, no se llega a luchar contra un muro pero sí que podemos quedarnos sin fuel en el kilómetro 17, y ahora mismo la tengo un poco olvidada...
Mi objetivo es acercarme a los 1:30:00. Creo que es posible, aunque la supercompensación de la maratón ya ha pasado y llevo una semana de mucha carga. Pero eso no debe alterar mi plan para la próxima maratón...
Así que hoy he hecho los últimos 10 kilómetros de la semana, la idea original era hacer 9,75, no por ningún cálculo en especial, simplemente, el método de Jack Daniels nos dice cuáles son las dos sesiones de calidad y cuántos kilómetros semanales hay que hacer, pero nos deja repartir estos últimos con cierta libertad. Así que como el jueves acabé con 70,25, hoy me quedaban 9,75 para hacer los 80... :)
Los hice muy tranquilo, guardando fuerzas para mañana, a un ritmo de 5:05 y con las pulsaciones a una media de 144bpm, eso me ha gustado mucho. Acabé con unos sprints para que las piernas memoricen un buen ritmo.
Y pensando en la media maratón de mañana, hoy me puse el delantal y preparé una buena dosis de proteína y carbohidrato, léase, una tortilla de patata de ésas que quita el sentido.
Por aquella época, acababa de conseguir por fin bajar de los 45:00 en 10K, que era lo único que corría. Recuerdo que hablaba bastante con Manu sobre la media maratón, la veíamos como algo durísimo, nos planteábamos si podríamos hacer una en condiciones... Él ya había corrido la media del Mediterrani, y yo tenía muchas ganas de correr una carrera popular de más de 10 kilómetros.
Para ser la primera no salió mal del todo, hice 1:36:44, y mi mejor marca la supera en menos de tres minutos. Creo que estaba en un buen momento de forma, había roto la barrera psicológica de los 45:00 en 10K y esa primera media la corrí bastante cómodo.
Luego vinieron dos más, un mes después, que salieron bastante peor. En Sitges lo pasé fatal por el frío, y en Terrassa la subida que hay al principio me dejó muy molido. En las dos hice más de 1:42:00...
Fue entonces cuando creo que cambié el chip. Dar un paso atrás de esa magnitud no me gustó, quizá en Vilanova estaba en el mejor momento de forma y un mes después, con las fiestas de navidad por medio, no estaba tan bien. Me di cuenta de que si quería mejorar tenía que empezar a entrenar con criterio. Empecé a alargar las tiradas, alternarlas con series y algunas cuestas, y la siguiente media, un mes y una semana después en Gavá, me salió a 1:34:29, y un més más tarde, corrí la de Calella a 1:33:55. Me sentí mucho mejor, casi doblé en ambas, pero ya estábamos en marzo y las medias empezaban a escasear en Barcelona.
Volví a mis 10K, atascado en los 42:00 intentando bajar mi marca, entrenando más, y en julio decidí que tenía que probar la maratón. La maratón me gustó, no sé cuántas voy a correr pero espero que sean muchas, y además me sirvió para encontrarme en mejor forma que antes de cara a los 10K, consiguiendo después de la maratón del Mediterrani bajar de los 40:00 en 10K en la Cursa de La Sagrera.
Se acaba el 2010, he conseguido una marca en 10K que me parecía un sueño hace un año, he acabado mi primera maratón y veo que tengo aún mucho que mejorar, pero queda una espinita clavada que se llama media maratón. En los 10K sufrimos de manera profunda e intensa durante cada uno de esos 2400 segundos que dedicamos a correr con nuestro motor de gasolina, en una maratón nos administramos y el sufrimiento es mucho más prolongado, más físico y menos cardiovascular, trabajando nuestro motor diésel, y en la media nos encontramos ante una prueba compleja, en la que hay que correr rápido pero dosificarse un poco, no se llega a luchar contra un muro pero sí que podemos quedarnos sin fuel en el kilómetro 17, y ahora mismo la tengo un poco olvidada...
Mi objetivo es acercarme a los 1:30:00. Creo que es posible, aunque la supercompensación de la maratón ya ha pasado y llevo una semana de mucha carga. Pero eso no debe alterar mi plan para la próxima maratón...
Así que hoy he hecho los últimos 10 kilómetros de la semana, la idea original era hacer 9,75, no por ningún cálculo en especial, simplemente, el método de Jack Daniels nos dice cuáles son las dos sesiones de calidad y cuántos kilómetros semanales hay que hacer, pero nos deja repartir estos últimos con cierta libertad. Así que como el jueves acabé con 70,25, hoy me quedaban 9,75 para hacer los 80... :)
Los hice muy tranquilo, guardando fuerzas para mañana, a un ritmo de 5:05 y con las pulsaciones a una media de 144bpm, eso me ha gustado mucho. Acabé con unos sprints para que las piernas memoricen un buen ritmo.
Y pensando en la media maratón de mañana, hoy me puse el delantal y preparé una buena dosis de proteína y carbohidrato, léase, una tortilla de patata de ésas que quita el sentido.
jueves, 16 de diciembre de 2010
Sigue el frío y seguimos acumulando
Cómo somos los runners, es de todos conocido que muchos maratonianos se emocionan y se muestran orgullosos cuando les dicen que tienen cara de enfermo, pues es una muestra evidente de que están entrenando duro. Y tampoco podemos negar que, sin llegar a presumir de ello, nos gusta que nos digan que estamos locos, y si nos comentan que somos un puto loco, además de sonreír, nos sentimos especialmente halagados... :)
El caso es que sin ese punto de locura, en el sentido más cariñoso de la palabra, sería complicado seguir los planes de entrenamiento que nos proponemos, haga frío o calor, 3 o 6 días por semana, con lluvia o viento, solos o en compañía... Estos últimos días casi todos pensamos lo locos que estamos saliendo a correr con esta temperatura. Y sea a la hora que sea, cuando nos cruzamos con nuestros vecinos en mallas largas, con gorra o buf, guantes finos y una camiseta o un corta vientos, mientras ellos van con bufanda, gorro, guantes gruesos, tres capas de ropa, bufanda y abrigo, no es fácil adivinar lo que pasa por sus cabezas: "Este tío está loco"
La locura de hoy consistió en volver a levantarme a las 4:45 y salir a las 5:30 a hacer unos 17 kilómetros. Como el que no se consuela es porque no quiere, salí muy contento porque hoy tenía que hacer prácticamente la misma distancia que ayer, pero sin tramos a ritmo T, sino todo a un suave ritmo E. Qué alivio, sólo 17 kilómetros de madrugada con una sensación térmica de -2 grados... :)
Empecé a calentar sintiendo que el frío se metía por los guantes, las mangas, los pies y las orejas... Mientras estiraba, experimenté un viaje astral con todas las de la ley, sentí que mi cuerpo astral se separaba de mi carne, abría el portal, y volvía a casa para meterse otra vez en la cama, no era para menos... Logré recuperar la unidad entre cuerpo y alma segundos después, aguanté apoyado en mi árbol de los estiramientos evitando la tentación de que esa unión se produjera en casa y poco después ya volvía a ser yo de una pieza, en la calle, y empecé a correr sin sobresaltos, el RunKeeper con sus canciones habituales y el Forerunner sólo contando kilómetros.
Lo de ayer me dejó un poco tocado, me costó coger buen ritmo camino a Montcada, tres kilómetros por encima de 5:20 y el cuarto a 5:13, y hasta que no di la vuelta y tuve el viento a favor no empecé a sentirme cómodo. Velocidad de crucero alrededor de 4:50 en el tramo con viento a favor, 8 kilómetros seguidos, y los últimos entre 5:00 y 5:10, con viento en contra.
Me costó entrar en calor y no tenía intención de apurar el ritmo más de la cuenta, de manera que me salieron los 17,31 kilómetros a una media de 5:02, con pulsaciones medias de 146bpm. El entrenamiento se me hizo cómodo, después del esfuerzo de ayer. Eso sí, llegué a casa hambriento, como iba a ir a un ritmo tranquilo no me llevé gel para tomarme durante la tirada de hoy, y ya en casa, mientras me duchaba, mi estómago empezó a comunicarse y a pedir que alguien se ocupara de él.
Ya se me ha pasado por la cabeza, en honor al entrenador, salir de casa con un chupito de Jack Daniels en el cuerpo durante estos días tan fríos, pero después de meditarlo creo sería contraproducente para mi carrera como runner aficionado arriesgarme a que un control sorpresa en el río Besós acabara con ella prematuramente... Seguiré confiando en el Jack Daniels entrenador, el otro lo dejaré para otros momentos... :)
Mañana un inmerecido descanso, estoy pensando en levantarme a las 4:45 para luego pegarme el gustazo de meterme otra vez en la cama, pero creo que también lo dejaré para otra ocasión. Como ya llevo los deberes hechos de estos días, el sábado haré 9,75 kilómetros muy tranquilos para completar los 80 de esta semana, y el domingo espero que me salga una buena media maratón en Vilanova, quiero llegar enchufado y descansado.
El caso es que sin ese punto de locura, en el sentido más cariñoso de la palabra, sería complicado seguir los planes de entrenamiento que nos proponemos, haga frío o calor, 3 o 6 días por semana, con lluvia o viento, solos o en compañía... Estos últimos días casi todos pensamos lo locos que estamos saliendo a correr con esta temperatura. Y sea a la hora que sea, cuando nos cruzamos con nuestros vecinos en mallas largas, con gorra o buf, guantes finos y una camiseta o un corta vientos, mientras ellos van con bufanda, gorro, guantes gruesos, tres capas de ropa, bufanda y abrigo, no es fácil adivinar lo que pasa por sus cabezas: "Este tío está loco"
La locura de hoy consistió en volver a levantarme a las 4:45 y salir a las 5:30 a hacer unos 17 kilómetros. Como el que no se consuela es porque no quiere, salí muy contento porque hoy tenía que hacer prácticamente la misma distancia que ayer, pero sin tramos a ritmo T, sino todo a un suave ritmo E. Qué alivio, sólo 17 kilómetros de madrugada con una sensación térmica de -2 grados... :)
Empecé a calentar sintiendo que el frío se metía por los guantes, las mangas, los pies y las orejas... Mientras estiraba, experimenté un viaje astral con todas las de la ley, sentí que mi cuerpo astral se separaba de mi carne, abría el portal, y volvía a casa para meterse otra vez en la cama, no era para menos... Logré recuperar la unidad entre cuerpo y alma segundos después, aguanté apoyado en mi árbol de los estiramientos evitando la tentación de que esa unión se produjera en casa y poco después ya volvía a ser yo de una pieza, en la calle, y empecé a correr sin sobresaltos, el RunKeeper con sus canciones habituales y el Forerunner sólo contando kilómetros.
Lo de ayer me dejó un poco tocado, me costó coger buen ritmo camino a Montcada, tres kilómetros por encima de 5:20 y el cuarto a 5:13, y hasta que no di la vuelta y tuve el viento a favor no empecé a sentirme cómodo. Velocidad de crucero alrededor de 4:50 en el tramo con viento a favor, 8 kilómetros seguidos, y los últimos entre 5:00 y 5:10, con viento en contra.
Me costó entrar en calor y no tenía intención de apurar el ritmo más de la cuenta, de manera que me salieron los 17,31 kilómetros a una media de 5:02, con pulsaciones medias de 146bpm. El entrenamiento se me hizo cómodo, después del esfuerzo de ayer. Eso sí, llegué a casa hambriento, como iba a ir a un ritmo tranquilo no me llevé gel para tomarme durante la tirada de hoy, y ya en casa, mientras me duchaba, mi estómago empezó a comunicarse y a pedir que alguien se ocupara de él.
Ya se me ha pasado por la cabeza, en honor al entrenador, salir de casa con un chupito de Jack Daniels en el cuerpo durante estos días tan fríos, pero después de meditarlo creo sería contraproducente para mi carrera como runner aficionado arriesgarme a que un control sorpresa en el río Besós acabara con ella prematuramente... Seguiré confiando en el Jack Daniels entrenador, el otro lo dejaré para otros momentos... :)
Mañana un inmerecido descanso, estoy pensando en levantarme a las 4:45 para luego pegarme el gustazo de meterme otra vez en la cama, pero creo que también lo dejaré para otra ocasión. Como ya llevo los deberes hechos de estos días, el sábado haré 9,75 kilómetros muy tranquilos para completar los 80 de esta semana, y el domingo espero que me salga una buena media maratón en Vilanova, quiero llegar enchufado y descansado.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
¿Alguien ha dicho que hace frío?
Creo que frío ha sido hoy la palabra más pronunciada en este país... Y con razón. La bajada de temperatura (no sé por qué se empeñan en decir temperaturas) ha sido importante, a media mañana la gente venía de la calle diciendo que hacía un frío de mil demonios, y yo pensaba que sí, que si lo que hacía a las 11 de la mañana era frío, lo de las 5:30 debería ser directamente una glaciación...
La previsión para hoy ya nos lo había anunciado, jejeje, leo en el blog de Álex que hay gente que se acuerda de esos sufridos madrugadores que salimos a ver si es verdad que hace tanto frío como dicen, e intentando cumplir sus expectativas, he salido un poco más pronto de lo normal a helarme un rato y completar el entrenamiento que tocaba hoy, uno de esos combos de Jack Daniels que te dejan molido a mitad de semana... Mi estimación era que la sesión se me iba a llevar unos 18 kilómetros, así que si quería ir a trabajar duchado y desayunado, tocaba despertarse a las 4:45 y estar corriendo como muy tarde a las 5:30.
El momento de levantarse es el más chungo, pero cuando uno ya está en pie y se pone las mallas, todo empieza a ser más fácil, y al salir por la puerta, estoy ya bastante animado y con ganas de enfrentarme al entrenamiento que Jack Daniels tiene previsto para el día. Aunque al pisar la calle la bofetada climática de hoy ha sido dura...
Antes de empezar a correr he tenido un pequeño incidente... Puse en marcha el RunKeeper, empezó la música, y cuando puse en marcha el Forerunner me di cuenta de que no había seleccionado las series. Así que paré el RunKeeper y el Forerunner, seleccioné las series, volví a poner en marcha el RunKeeper, pasaron dos segundos y no sonaba ninguna música, así que pensé que el iPhone se había hecho un lío con tanto activar y desactivar, dejé de pensar en el RunKeeper, puse en marcha el Forerunner, y de repente escuché un grito aterrador, a lo lejos, una especie de aullido profundo y prolongado... Se me heló la sangre, me paré de repente, miré atrás, y cuando aún estaba en estado de shock, la canción del Altered Best comenzó a sonar en el iPhone y me di cuenta de que lo que había oído era el aullido con el que empieza la canción, tras una pausa de dos segundos producto de pasar un mp3 a iTunes con poco arte... :D
Recuperado de la impresión pero con las piernas aún temblorosas, de verdad, me llevé un susto de muerte, comenzó la sesión de hoy con 3 kilómetros de calentamiento a 4:58, sintiendo el frío metiéndose por todo el cuerpo e intentando aumentar las pulsaciones y calentar el cuerpo poco a poco...
Luego empezó lo divertido. 4 series de 12 minutos a ritmo T (umbral aeróbico) y 2 minutos de descanso. La parte inferior del río no me daba para hacer dos series en la misma dirección, así que opté por hacer una en cada sentido, empezando con viento a favor.
La primera a 4:21, aún frío. Le sumo 10 segundos por el viento a favor, ¿OK? :) 4:31. Hay que mejorar el ritmo, pero el frío no ayuda.
Volvemos sobre nuestros pasos, viento en contra, 12 minutos más, que se hacen laaaaaargoooooos, y el tramo sale a 4:35. Esta vez le quito 10 segundos por el viento, 4:25, mejorando un poco, a un ritmo que ya empieza a ser bueno para hacer casi 3000 metros.
Un gel y un poco de Aquarius, que ya llevo casi 9 kilómetros encima y me quedan otros tantos.
¡Media vuelta! Viento a favor, 4:12 que obviamente no son reales, equivalen a 4:22. Mejoramos un poco la anterior. Bien, en la penúltima muchas veces me da el bajón, pero hemos aguantado. Así que vamos a por la última. 12 minutos más, llevo 36 minutos a ritmo de umbral aeróbico, ese ritmo comfortably hard que dice Jack Daniels.
Venga, vamos a por la última. Viento en contra, el frío ha ido haciendo estragos, las piernas empiezan a doler un poco, son ya muchos kilómetros acumulados entre el domingo y el martes, hoy estamos forzando un poco la máquina, hay que correr a buen ritmo 12 minutos más y nos espera una ducha bien caliente y un bocata.
4:28 con viento en contra y ya bastante desplumado, que equivale a 4:18, bien, he podido hacer las cuatro sin perder ritmo, 4:31, 4:25, 4:22 y 4:18, llega el delicioso momento de descansar después de la última serie, sabiendo que hemos hecho los deberes...
Un poco más de 3 kilómetros para volver a casa a 5:02, y 17,91 kilómetros para la cuenta semanal, me quedan 27 de aquí al sábado para completar el kilometraje, y sigo con la idea de hacer mañana unos 17 para descansar bien el viernes, hacer 10 más el sábado a ritmo muy suave e intentar llegar bien a la Mitja de Vilanova del domingo.
Mañana la previsión es que hará más frío.......... Pero toca entrenar, no tendré la suerte de que caiga una nevada, ya que pasamos frío, al menos que sea bonito... :)
La previsión para hoy ya nos lo había anunciado, jejeje, leo en el blog de Álex que hay gente que se acuerda de esos sufridos madrugadores que salimos a ver si es verdad que hace tanto frío como dicen, e intentando cumplir sus expectativas, he salido un poco más pronto de lo normal a helarme un rato y completar el entrenamiento que tocaba hoy, uno de esos combos de Jack Daniels que te dejan molido a mitad de semana... Mi estimación era que la sesión se me iba a llevar unos 18 kilómetros, así que si quería ir a trabajar duchado y desayunado, tocaba despertarse a las 4:45 y estar corriendo como muy tarde a las 5:30.
El momento de levantarse es el más chungo, pero cuando uno ya está en pie y se pone las mallas, todo empieza a ser más fácil, y al salir por la puerta, estoy ya bastante animado y con ganas de enfrentarme al entrenamiento que Jack Daniels tiene previsto para el día. Aunque al pisar la calle la bofetada climática de hoy ha sido dura...
Antes de empezar a correr he tenido un pequeño incidente... Puse en marcha el RunKeeper, empezó la música, y cuando puse en marcha el Forerunner me di cuenta de que no había seleccionado las series. Así que paré el RunKeeper y el Forerunner, seleccioné las series, volví a poner en marcha el RunKeeper, pasaron dos segundos y no sonaba ninguna música, así que pensé que el iPhone se había hecho un lío con tanto activar y desactivar, dejé de pensar en el RunKeeper, puse en marcha el Forerunner, y de repente escuché un grito aterrador, a lo lejos, una especie de aullido profundo y prolongado... Se me heló la sangre, me paré de repente, miré atrás, y cuando aún estaba en estado de shock, la canción del Altered Best comenzó a sonar en el iPhone y me di cuenta de que lo que había oído era el aullido con el que empieza la canción, tras una pausa de dos segundos producto de pasar un mp3 a iTunes con poco arte... :D
Recuperado de la impresión pero con las piernas aún temblorosas, de verdad, me llevé un susto de muerte, comenzó la sesión de hoy con 3 kilómetros de calentamiento a 4:58, sintiendo el frío metiéndose por todo el cuerpo e intentando aumentar las pulsaciones y calentar el cuerpo poco a poco...
Luego empezó lo divertido. 4 series de 12 minutos a ritmo T (umbral aeróbico) y 2 minutos de descanso. La parte inferior del río no me daba para hacer dos series en la misma dirección, así que opté por hacer una en cada sentido, empezando con viento a favor.
La primera a 4:21, aún frío. Le sumo 10 segundos por el viento a favor, ¿OK? :) 4:31. Hay que mejorar el ritmo, pero el frío no ayuda.
Volvemos sobre nuestros pasos, viento en contra, 12 minutos más, que se hacen laaaaaargoooooos, y el tramo sale a 4:35. Esta vez le quito 10 segundos por el viento, 4:25, mejorando un poco, a un ritmo que ya empieza a ser bueno para hacer casi 3000 metros.
Un gel y un poco de Aquarius, que ya llevo casi 9 kilómetros encima y me quedan otros tantos.
¡Media vuelta! Viento a favor, 4:12 que obviamente no son reales, equivalen a 4:22. Mejoramos un poco la anterior. Bien, en la penúltima muchas veces me da el bajón, pero hemos aguantado. Así que vamos a por la última. 12 minutos más, llevo 36 minutos a ritmo de umbral aeróbico, ese ritmo comfortably hard que dice Jack Daniels.
Venga, vamos a por la última. Viento en contra, el frío ha ido haciendo estragos, las piernas empiezan a doler un poco, son ya muchos kilómetros acumulados entre el domingo y el martes, hoy estamos forzando un poco la máquina, hay que correr a buen ritmo 12 minutos más y nos espera una ducha bien caliente y un bocata.
4:28 con viento en contra y ya bastante desplumado, que equivale a 4:18, bien, he podido hacer las cuatro sin perder ritmo, 4:31, 4:25, 4:22 y 4:18, llega el delicioso momento de descansar después de la última serie, sabiendo que hemos hecho los deberes...
Un poco más de 3 kilómetros para volver a casa a 5:02, y 17,91 kilómetros para la cuenta semanal, me quedan 27 de aquí al sábado para completar el kilometraje, y sigo con la idea de hacer mañana unos 17 para descansar bien el viernes, hacer 10 más el sábado a ritmo muy suave e intentar llegar bien a la Mitja de Vilanova del domingo.
Mañana la previsión es que hará más frío.......... Pero toca entrenar, no tendré la suerte de que caiga una nevada, ya que pasamos frío, al menos que sea bonito... :)
martes, 14 de diciembre de 2010
¡A la carga!
Semana importante de carga la que está en marcha. El domingo comenzó con los casi 20 kilómetros que hice con Carles y Óscar, recordemos que Jack Daniels cuenta las semanas de domingo a sábado, y después de descansar el lunes hoy volví a la carga con algo más de 15 kilómetros a ritmo E.
Tengo que completar 80 esta semana, me quedan 45 de aquí al sábado...
Mañana toca una sesión interesante. 3 kilómetros para calentar, y luego 4 series de 12 minutos a ritmo T, que deberían andar entre 4:15 y 4:30, con 2 minutos de descanso. Si sobrevivo, tres kilómetros más enfriando, y vuelta para casa.
A ojímetro me salen unos 18 kilómetros, que no están mal para ser un miércoles... El jueves la idea es hacer unos 17 mucho más relajado, para acabar la semana con 10 más el sábado tras descansar el viernes, guardando algo de fuerzas para la media maratón de Vilanova del domingo, en la que espero hacer marca, aunque quizá llegue algo cansado.
Visto el plan, a cenar y a descansar un poco... :)
Tengo que completar 80 esta semana, me quedan 45 de aquí al sábado...
Mañana toca una sesión interesante. 3 kilómetros para calentar, y luego 4 series de 12 minutos a ritmo T, que deberían andar entre 4:15 y 4:30, con 2 minutos de descanso. Si sobrevivo, tres kilómetros más enfriando, y vuelta para casa.
A ojímetro me salen unos 18 kilómetros, que no están mal para ser un miércoles... El jueves la idea es hacer unos 17 mucho más relajado, para acabar la semana con 10 más el sábado tras descansar el viernes, guardando algo de fuerzas para la media maratón de Vilanova del domingo, en la que espero hacer marca, aunque quizá llegue algo cansado.
Visto el plan, a cenar y a descansar un poco... :)
domingo, 12 de diciembre de 2010
BRT training session
El plan de Jack Daniels, no confundir con Johnnie Walker, :), se caracteriza por dos sesiones de calidad semanales, de las que la Q1, la del domingo, suele ser la tirada larga de la semana, aunque a veces esa Q1 es un combo exprime limón de los que tanto le gustan al entrenador.
Hoy era una tirada normal, 20 kilómetros a ritmo E, y coincidiendo con la buena idea de Carles Aguilar de organizar una tirada hoy mismo en Barcelona abierta a miembros del BRT y amigos, la he hecho con él y con Óscar Rodríguez, a quien también sigo desde hace tiempo y con el que aún no había podido coincidir en persona, excepto una vez en la que fugazmente le vi adelantarme en una media... :)
El punto de encuentro era el Gran Casino de Barcelona, al lado de las Torres Mapfre, a las 8:30. Como ya he cogido el hábito de madrugar, me levanté a las 5 para ir ya desayunado y bien despierto, 20 kilómetros en ayunas no es una locura, pero ya que íbamos a correr entre amigos prefería ir con el estómago lleno y más relajado para disfrutar de la conversación sin estar pensando demasiado en regular el esfuerzo.
Salí bien desayunado y con los deberes hechos, y me subí en el metro con mallas largas, camiseta fina y mi nuevo cinturón con un bindoncete de Aquarius y un gel. Llaves, tarjeta de metro y 20 Euros por lo que pueda pasar, un frío que pelaba, y rumbo al Casino. Por supuesto, me miraban raro en el metro, pero yo a lo mío, actualizando el Foursquare y repasando tweets... :) El tramo desde el metro de Marina hasta el Casino se hizo durillo, hacía mucho frío, Óscar muy amablemente se ofreció a que usemos su coche de campamento base, ¡gracias Óscar!, pero me fui con lo puesto porque tenía que estar pronto en casa y lo pagué durante ese tramo... Apareció Carles, apareció Óscar, unos efusivos saludos de runner, unos estiramientos, ¡y a correr!
La idea era movernos alrededor de los 5:00, sabiendo que Carles esta recuperando una lesión. El ritmo era bueno para mi tirada E, y al pobre Óscar le cortamos las alas para que fuera un poco más despacio... :) Fuimos alcanzando el ritmo de crucero poco a poco, regulando muy bien, los años de experiencia de mis compañeros de entrenamiento se notan, como máquinas, fuimos adaptando el ritmo los primeros kilómetros, a 5:30, 5:25, 5:17, 5:05 y 5:00 mientras avanzábamos por el litoral hasta llegar a la estación de San Adrián. Bajamos al río, y mi compañero de entrenamiento, el viento, nos frenó de manera que, mientras no dejábamos de darle al pico, hicimos 5 kilómetros más entre 5:02 y 5:15, según lo fuerte y lo de frente que pegaba el viento. Calculamos dar la vuelta a los 10 kilómetros, pero dado que todos llevábamos ya bastante rato fuera de casa y observamos un lugar ideal para aligerar la vejiga, paramos unos segundos para continuar después mucho más ligeros... :)
Media vuelta, más o menos en el kilómetro 9,6, y esta vez con viento a favor hicimos el tramo más rápido, tres kilómetros entre 4:44 y 4:49 y otros dos poco por encima de los 5:00. Salimos de mi querido río Besós, para enfilar de nuevo el litoral en dirección al campamento base, llevábamos ya 15 kilómetros y se nos estaba haciendo corto. Corríamos contando nuestras batallitas, comentando la Operación Galgo, los planes para las próximas maratones, así, entre la conversación y la compañía, se pasaron tres cuartos de entrenamiento casi sin darnos cuenta.
Los últimos cinco kilómetros salieron muy bien, esta vez el viento aparecía fugazmente, no era una constante como en el río. Sobre el 17 Óscar desplegó las alas y se adelantó un poco, luego le comenté cómo se le ve desde fuera, es esa clase de runner que parece que va despacio, sé que está sacrificándose mucho cuando corre pero por fuera no lo parece, y con un paso perfecto y un ritmo milimétrico va avanzando metros y parece que tú vas igual que él pero cada veinte metros te saca uno... :)
Nos quedamos Carles y yo un poco más atrás, mejorando el ritmo que llevábamos durante todo el entrenamiento, encadenando los últimos kilómetros a 4:54, 4:52, 4:49, 4:53 y 4:48, dejándonos llevar en el último a 5:06. Ahí estaba Óscar, esperándonos para hacer unos estiramientos y unas fotos con la cámara de Carles, que es un artista con ella!!!
Hemos vuelto a retomar la idea de intentar organizar entrenamientos así, uno o dos al mes, si somos muchos, seguramente cada día faltará alguno, pero también será muy fácil juntarnos unos cuantos.
Esta mañana comprobé con sorpresa que mi Tweet con en título del post anterior y un link a él fue elegido anoche entre los tuits del día de Eurosport España... ¡Qué sorpresa me llevé! Qué grande es la era digital... :)
Hoy era una tirada normal, 20 kilómetros a ritmo E, y coincidiendo con la buena idea de Carles Aguilar de organizar una tirada hoy mismo en Barcelona abierta a miembros del BRT y amigos, la he hecho con él y con Óscar Rodríguez, a quien también sigo desde hace tiempo y con el que aún no había podido coincidir en persona, excepto una vez en la que fugazmente le vi adelantarme en una media... :)
El punto de encuentro era el Gran Casino de Barcelona, al lado de las Torres Mapfre, a las 8:30. Como ya he cogido el hábito de madrugar, me levanté a las 5 para ir ya desayunado y bien despierto, 20 kilómetros en ayunas no es una locura, pero ya que íbamos a correr entre amigos prefería ir con el estómago lleno y más relajado para disfrutar de la conversación sin estar pensando demasiado en regular el esfuerzo.
Salí bien desayunado y con los deberes hechos, y me subí en el metro con mallas largas, camiseta fina y mi nuevo cinturón con un bindoncete de Aquarius y un gel. Llaves, tarjeta de metro y 20 Euros por lo que pueda pasar, un frío que pelaba, y rumbo al Casino. Por supuesto, me miraban raro en el metro, pero yo a lo mío, actualizando el Foursquare y repasando tweets... :) El tramo desde el metro de Marina hasta el Casino se hizo durillo, hacía mucho frío, Óscar muy amablemente se ofreció a que usemos su coche de campamento base, ¡gracias Óscar!, pero me fui con lo puesto porque tenía que estar pronto en casa y lo pagué durante ese tramo... Apareció Carles, apareció Óscar, unos efusivos saludos de runner, unos estiramientos, ¡y a correr!
La idea era movernos alrededor de los 5:00, sabiendo que Carles esta recuperando una lesión. El ritmo era bueno para mi tirada E, y al pobre Óscar le cortamos las alas para que fuera un poco más despacio... :) Fuimos alcanzando el ritmo de crucero poco a poco, regulando muy bien, los años de experiencia de mis compañeros de entrenamiento se notan, como máquinas, fuimos adaptando el ritmo los primeros kilómetros, a 5:30, 5:25, 5:17, 5:05 y 5:00 mientras avanzábamos por el litoral hasta llegar a la estación de San Adrián. Bajamos al río, y mi compañero de entrenamiento, el viento, nos frenó de manera que, mientras no dejábamos de darle al pico, hicimos 5 kilómetros más entre 5:02 y 5:15, según lo fuerte y lo de frente que pegaba el viento. Calculamos dar la vuelta a los 10 kilómetros, pero dado que todos llevábamos ya bastante rato fuera de casa y observamos un lugar ideal para aligerar la vejiga, paramos unos segundos para continuar después mucho más ligeros... :)
Media vuelta, más o menos en el kilómetro 9,6, y esta vez con viento a favor hicimos el tramo más rápido, tres kilómetros entre 4:44 y 4:49 y otros dos poco por encima de los 5:00. Salimos de mi querido río Besós, para enfilar de nuevo el litoral en dirección al campamento base, llevábamos ya 15 kilómetros y se nos estaba haciendo corto. Corríamos contando nuestras batallitas, comentando la Operación Galgo, los planes para las próximas maratones, así, entre la conversación y la compañía, se pasaron tres cuartos de entrenamiento casi sin darnos cuenta.
Los últimos cinco kilómetros salieron muy bien, esta vez el viento aparecía fugazmente, no era una constante como en el río. Sobre el 17 Óscar desplegó las alas y se adelantó un poco, luego le comenté cómo se le ve desde fuera, es esa clase de runner que parece que va despacio, sé que está sacrificándose mucho cuando corre pero por fuera no lo parece, y con un paso perfecto y un ritmo milimétrico va avanzando metros y parece que tú vas igual que él pero cada veinte metros te saca uno... :)
Nos quedamos Carles y yo un poco más atrás, mejorando el ritmo que llevábamos durante todo el entrenamiento, encadenando los últimos kilómetros a 4:54, 4:52, 4:49, 4:53 y 4:48, dejándonos llevar en el último a 5:06. Ahí estaba Óscar, esperándonos para hacer unos estiramientos y unas fotos con la cámara de Carles, que es un artista con ella!!!
Hemos vuelto a retomar la idea de intentar organizar entrenamientos así, uno o dos al mes, si somos muchos, seguramente cada día faltará alguno, pero también será muy fácil juntarnos unos cuantos.
Esta mañana comprobé con sorpresa que mi Tweet con en título del post anterior y un link a él fue elegido anoche entre los tuits del día de Eurosport España... ¡Qué sorpresa me llevé! Qué grande es la era digital... :)
sábado, 11 de diciembre de 2010
No somos Marta Domínguez. Ni para lo bueno, ni para lo malo.
Empecé a escribir este blog hace ya 10 meses por varios motivos. Por casualidad descubrí otros blogs de runners mientras buscaba información en Google sobre cómo correr con frío. Me gustó la idea y ahora soy yo el que va contando lo divertido que es correr sobre la nieve... :)
Otro motivo fue dejar por escrito mis sensaciones en los entrenamientos y competiciones, como referencia para poder consultarlos posteriormente y evaluar mi progreso como runner.
Tengo otro blog, bastante más olvidado que éste, que empecé a escribir un poco antes. En mi otro blog me mojo un poco más en opiniones personales, políticas, deportivas o de la sociedad en la que vivimos en general, intentando no herir sensibilidades y siempre en un tono desenfadado. Es algo que me gusta, casi tanto como correr, expresar lo que pienso, aunque a veces sobrepase ampliamente los límites de lo políticamente correcto.
En cambio en éste casi siempre hablo de entrenamientos, de carreras, de sensaciones, bueno, también de zombis y hombres lobo, aunque eso es otro tema... :)
Pero hoy sí que me voy a mojar. Veo que muchos lo estamos haciendo en mayor o menor medida. Y es obvio el motivo. A todos nos ha impactado, de una manera u otra, la sanción a Marta Domínguez.
Y voy a ser el bicho raro que diga que no me siento triste, ni defraudado, ni he perdido la fe, ni me siento incrédulo ante lo que ha pasado. Me explico...
Vivimos en un mundo de ídolos con pies de barro. En general, las personas que más pasiones generan y más seguimiento tienen son los cantantes que que mejor cantan, los actores que mejor actúan, los futbolistas que más goles marcan, las famosas que con más toreros se acuestan... La biografía de Belén Esteban es harto conocida por muchos de los que nos rodean, todo el mundo sabe que Cristiano Ronaldo tiene algún que otro hijo desperdigado por el mundo y un niño sin oficio ni beneficio que canta es el que más visitas ha generado en Youtube. Las adolescentes gritan cuando ven un tipo que interpreta el papel de vampiro vegetariano y mucha gente ya entrada en años habla con orgullo de un concierto de sexagenarios al que acudieron hace unos meses y que fue uno de los momentos más emocionantes de su vida.
No intentemos preguntar cómo se llama el premio Nobel de medicina, incluso por qué se lo han dado, pero con los Príncipe de Asturias de Fernando Alonso y Rafa Nadal todos hemos tenido tema de conversación.
¿Qué quiero decir con esto? Que nuestra sociedad cree en mitos, en logros y en anécdotas, no en personas. En personajes de película, en número de títulos, en marcas, en goles, en tetas operadas, en estribillos, pero no en el ser humano que hay detrás.
He visto muchas veces como alguien habla de un actor refiriéndose a él con el nombre de su personaje, porque el nombre del actor simplemente no lo conocen... Michael Douglas no es un agente de bolsa cruel y despiadado, es un actor que parece que se enfada mucho con su mujer. House es el resultado de un guión, el señor Hugh Laurie es bastante menos ocurrente y sus conocimientos de medicina extrema son extremadamente escasos... A mi hijo mayor ya le he explicado varias veces que el doctor Vilches es un actor y no va en la ambulancia que está pasando delante de nosotros, y que si un día se pone enfermo, no va a ser él quien le cure.
En el mundo del deporte es muy tentador creer que detrás de un gran deportista debe haber una gran persona. Especialmente en los deportes en los que el sufrimiento durante la competición y el entrenamiento son manifiestos, por ejemplo, el atletismo, y el medio fondo y el fondo en particular. Todos tenemos en mente la imagen de Marta apretando los dientes, braceando, sufriendo, intentando adelantar a una rusa o lituana o checa en la recta de meta... :)
Y es indiscutible que la capacidad de sufrimiento de los fondistas profesionales es inmensa. Admiramos al deportista por eso, por lo duro que entrena, doblando, haciendo tiradas largas al ritmo al que nosotros hacemos series, corriendo en dos días lo que a veces corremos nosotros en una semana.
Pero se acaban las competiciones, las entrevistas, los entrenamientos, y Marta Domínguez, la atleta, se convierte en Marta Domínguez, la persona. Con sus problemas, sus defectos, sus virtudes, la gente que la rodea, sus ideales, sus temores, sus ambiciones... No los conozco. Tampoco me he interesado en conocerlos, no voy a negarlo. Respeto mucho la vida privada de los demás. Intento entender su difícil situación. El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, ya lo dijo Lord Acton. El poder de un atleta de élite es relativo, lejos del que tiene un político, un banquero o un empresario. Pero determinados deportistas empiezan a tener cierto poder, cierta notoriedad, y son blanco de los que no tienen ese poder y lo necesitan para lucrarse haciendo daño a los demás.
No creo que ella haya tramado nada, imagino que ha sido víctima de alguien que pretendía lucrarse, y la tentación ha podido con ella. No la defiendo, pero, quien esté totalmente libre de culpa, que tire la primera piedra. Afortunadamente ninguno de los que aquí estamos tendremos que decidir entre sobrepasar los límites de la legalidad para lucrarnos a costa de otros cuya ambición les pierde. Pero cuando vemos que alguien sí que toma esa decisión, y lo hace por el lado equivocado, tendemos a ser muy crueles con ellos. Insisto, no la justifico. Pero sí que me parece injusto que el blanco de todas las críticas vaya a ser ella. Creo que es tan culpable o más el que acepta esas sustancias, para engañar a los demás y en el fondo a sí mismo. Si no hubiera consumidores no habría traficantes. Y viceversa. Yo, en este caso, me mojo otra vez, y creo que es tan culpable o más el consumidor que el traficante. Pero nuestra sociedad considera al consumidor una víctima y al traficante un malhechor. Los dos son malhechores. La diferencia es que el traficante se lucra económicamente y eso es políticamente muy poco correcto.
Quiero añadir también que admiro a la deportista Marta Domínguez. Cada vez que vuelvo a verla caer en el foso, en la última vuelta, se me escapa un suspiro... Cuando la veo esprintar para ganar una medalla de oro en mi cabeza se oye "¡Venga, vamos, corre, que ya la tienes!"...
En la Cursa Nike Bombers de este año corrió. Sí, corrí con ella, pero no me causó una especial emoción. Me hizo mucha más ilusión correr con Manu y Mònica. Ahora está en un momento bajo y ha hecho algo terrible. Pero me duele más saber que Oscarjet está fastidiado con molestias en un pie.
No sé si me he explicado. He expresado lo que pienso después de la noticia, sin guión, sin organizar mis ideas, un poco como me han ido viniendo. No quiero releer ni tocar una sola coma. Si se me ha colado alguna falta de horticultura, lo siento... :) Quiero ser sincero y os invito a serlo. Eso a veces significa ser políticamente algo incorrecto, pero a veces la corrección política, decir lo que se puede decir y no lo que pensamos, es la peor traición a nosotros mismos.
No siento tanto lo que le ha pasado a Marta Domínguez. Es una persona con sus virtudes y sus defectos, y a falta de saber toda la verdad, parece que ha cometido un error importante. Pero eso le pasa a mucha gente. Y hay mucha gente que me importa más que ella y sí me dolería especialmente verlos errar el tiro. Seguiré emocionándome cuando vuelvan a pasar el vídeo de su caída en el foso. Y seguiré corriendo porque me gusta, tomando mis geles de glucosa con algo de cafeína porque (creo) que no son ilegales, y no lo haré con menos ganas si ahora surge una trama de distribución y consumo de productos ilegales en el mundo del atletismo profesional.
Por otro lado, hoy he hecho 8,7 kilómetros a un ritmo medio de 4:41, con las pulsaciones a una media de 151bpm, máximas de 160. Era una tirada E, la he hecho al mediodía, con un clima de lujo, temperatura ideal, bien desayunado, después de haber dormido profundamente. No he podido ir más despacio... :)
¡Y mañana quedada BRT! La convocatoria, sigue abierta, cambio de hora, 8:30 en el Casino de Barcelona.
Otro motivo fue dejar por escrito mis sensaciones en los entrenamientos y competiciones, como referencia para poder consultarlos posteriormente y evaluar mi progreso como runner.
Tengo otro blog, bastante más olvidado que éste, que empecé a escribir un poco antes. En mi otro blog me mojo un poco más en opiniones personales, políticas, deportivas o de la sociedad en la que vivimos en general, intentando no herir sensibilidades y siempre en un tono desenfadado. Es algo que me gusta, casi tanto como correr, expresar lo que pienso, aunque a veces sobrepase ampliamente los límites de lo políticamente correcto.
En cambio en éste casi siempre hablo de entrenamientos, de carreras, de sensaciones, bueno, también de zombis y hombres lobo, aunque eso es otro tema... :)
Pero hoy sí que me voy a mojar. Veo que muchos lo estamos haciendo en mayor o menor medida. Y es obvio el motivo. A todos nos ha impactado, de una manera u otra, la sanción a Marta Domínguez.
Y voy a ser el bicho raro que diga que no me siento triste, ni defraudado, ni he perdido la fe, ni me siento incrédulo ante lo que ha pasado. Me explico...
Vivimos en un mundo de ídolos con pies de barro. En general, las personas que más pasiones generan y más seguimiento tienen son los cantantes que que mejor cantan, los actores que mejor actúan, los futbolistas que más goles marcan, las famosas que con más toreros se acuestan... La biografía de Belén Esteban es harto conocida por muchos de los que nos rodean, todo el mundo sabe que Cristiano Ronaldo tiene algún que otro hijo desperdigado por el mundo y un niño sin oficio ni beneficio que canta es el que más visitas ha generado en Youtube. Las adolescentes gritan cuando ven un tipo que interpreta el papel de vampiro vegetariano y mucha gente ya entrada en años habla con orgullo de un concierto de sexagenarios al que acudieron hace unos meses y que fue uno de los momentos más emocionantes de su vida.
No intentemos preguntar cómo se llama el premio Nobel de medicina, incluso por qué se lo han dado, pero con los Príncipe de Asturias de Fernando Alonso y Rafa Nadal todos hemos tenido tema de conversación.
¿Qué quiero decir con esto? Que nuestra sociedad cree en mitos, en logros y en anécdotas, no en personas. En personajes de película, en número de títulos, en marcas, en goles, en tetas operadas, en estribillos, pero no en el ser humano que hay detrás.
He visto muchas veces como alguien habla de un actor refiriéndose a él con el nombre de su personaje, porque el nombre del actor simplemente no lo conocen... Michael Douglas no es un agente de bolsa cruel y despiadado, es un actor que parece que se enfada mucho con su mujer. House es el resultado de un guión, el señor Hugh Laurie es bastante menos ocurrente y sus conocimientos de medicina extrema son extremadamente escasos... A mi hijo mayor ya le he explicado varias veces que el doctor Vilches es un actor y no va en la ambulancia que está pasando delante de nosotros, y que si un día se pone enfermo, no va a ser él quien le cure.
En el mundo del deporte es muy tentador creer que detrás de un gran deportista debe haber una gran persona. Especialmente en los deportes en los que el sufrimiento durante la competición y el entrenamiento son manifiestos, por ejemplo, el atletismo, y el medio fondo y el fondo en particular. Todos tenemos en mente la imagen de Marta apretando los dientes, braceando, sufriendo, intentando adelantar a una rusa o lituana o checa en la recta de meta... :)
Y es indiscutible que la capacidad de sufrimiento de los fondistas profesionales es inmensa. Admiramos al deportista por eso, por lo duro que entrena, doblando, haciendo tiradas largas al ritmo al que nosotros hacemos series, corriendo en dos días lo que a veces corremos nosotros en una semana.
Pero se acaban las competiciones, las entrevistas, los entrenamientos, y Marta Domínguez, la atleta, se convierte en Marta Domínguez, la persona. Con sus problemas, sus defectos, sus virtudes, la gente que la rodea, sus ideales, sus temores, sus ambiciones... No los conozco. Tampoco me he interesado en conocerlos, no voy a negarlo. Respeto mucho la vida privada de los demás. Intento entender su difícil situación. El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, ya lo dijo Lord Acton. El poder de un atleta de élite es relativo, lejos del que tiene un político, un banquero o un empresario. Pero determinados deportistas empiezan a tener cierto poder, cierta notoriedad, y son blanco de los que no tienen ese poder y lo necesitan para lucrarse haciendo daño a los demás.
No creo que ella haya tramado nada, imagino que ha sido víctima de alguien que pretendía lucrarse, y la tentación ha podido con ella. No la defiendo, pero, quien esté totalmente libre de culpa, que tire la primera piedra. Afortunadamente ninguno de los que aquí estamos tendremos que decidir entre sobrepasar los límites de la legalidad para lucrarnos a costa de otros cuya ambición les pierde. Pero cuando vemos que alguien sí que toma esa decisión, y lo hace por el lado equivocado, tendemos a ser muy crueles con ellos. Insisto, no la justifico. Pero sí que me parece injusto que el blanco de todas las críticas vaya a ser ella. Creo que es tan culpable o más el que acepta esas sustancias, para engañar a los demás y en el fondo a sí mismo. Si no hubiera consumidores no habría traficantes. Y viceversa. Yo, en este caso, me mojo otra vez, y creo que es tan culpable o más el consumidor que el traficante. Pero nuestra sociedad considera al consumidor una víctima y al traficante un malhechor. Los dos son malhechores. La diferencia es que el traficante se lucra económicamente y eso es políticamente muy poco correcto.
Quiero añadir también que admiro a la deportista Marta Domínguez. Cada vez que vuelvo a verla caer en el foso, en la última vuelta, se me escapa un suspiro... Cuando la veo esprintar para ganar una medalla de oro en mi cabeza se oye "¡Venga, vamos, corre, que ya la tienes!"...
En la Cursa Nike Bombers de este año corrió. Sí, corrí con ella, pero no me causó una especial emoción. Me hizo mucha más ilusión correr con Manu y Mònica. Ahora está en un momento bajo y ha hecho algo terrible. Pero me duele más saber que Oscarjet está fastidiado con molestias en un pie.
No sé si me he explicado. He expresado lo que pienso después de la noticia, sin guión, sin organizar mis ideas, un poco como me han ido viniendo. No quiero releer ni tocar una sola coma. Si se me ha colado alguna falta de horticultura, lo siento... :) Quiero ser sincero y os invito a serlo. Eso a veces significa ser políticamente algo incorrecto, pero a veces la corrección política, decir lo que se puede decir y no lo que pensamos, es la peor traición a nosotros mismos.
No siento tanto lo que le ha pasado a Marta Domínguez. Es una persona con sus virtudes y sus defectos, y a falta de saber toda la verdad, parece que ha cometido un error importante. Pero eso le pasa a mucha gente. Y hay mucha gente que me importa más que ella y sí me dolería especialmente verlos errar el tiro. Seguiré emocionándome cuando vuelvan a pasar el vídeo de su caída en el foso. Y seguiré corriendo porque me gusta, tomando mis geles de glucosa con algo de cafeína porque (creo) que no son ilegales, y no lo haré con menos ganas si ahora surge una trama de distribución y consumo de productos ilegales en el mundo del atletismo profesional.
Por otro lado, hoy he hecho 8,7 kilómetros a un ritmo medio de 4:41, con las pulsaciones a una media de 151bpm, máximas de 160. Era una tirada E, la he hecho al mediodía, con un clima de lujo, temperatura ideal, bien desayunado, después de haber dormido profundamente. No he podido ir más despacio... :)
¡Y mañana quedada BRT! La convocatoria, sigue abierta, cambio de hora, 8:30 en el Casino de Barcelona.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Haciendo caso a Jack Daniels
Estoy intentando ser un alumno aplicado y esforzarme más en seguir el método de Jack Daniels... Eso supone esforzarme aún más en las dos tiradas de calidad semanales, llamadas Q1 y Q2, aclaración necesaria porque por aquí leo a muchos amantes de la Fórmula 1, ;), y creo que para conseguir ese primer objetivo hay que plantearse un segundo objetivo, que es hacer las tiradas E (de Easy, ritmo fácil) un poco menos intensas que como las estaba haciendo.
El martes ya corrí más despacio, ayudado también por la nieve. Ayer, me vacié en las series asesinas. Y hoy, pese a que tenía ganas de correr más, he respetado el ritmo E y he hecho 8,38 kilómetros a un ritmo muy suave, una media de 5:14, con las pulsaciones bastante bajas, 141 bpm de media, sin pasar de las 151. El ritmo real fue algo más rápido, ya que el primer kilómetro me lo marcó el Forerunner a 5:46, entre que calentaba un poco y el cacharro se liaba con los giros de 90 y 180 grados... :)
Mañana descanso, el sábado otra tirada corta para completar el kilometraje semanal, corto al tratarse de un micro ciclo de descarga. Y el domingo volvemos a cargar kilómetros en el cuerpo, y qué mejor manera que un entrenamiento con amigos del BRT por el litoral de Barcelona y el Besós.
Lugar de encuentro
¿Alguien se apunta?
El martes ya corrí más despacio, ayudado también por la nieve. Ayer, me vacié en las series asesinas. Y hoy, pese a que tenía ganas de correr más, he respetado el ritmo E y he hecho 8,38 kilómetros a un ritmo muy suave, una media de 5:14, con las pulsaciones bastante bajas, 141 bpm de media, sin pasar de las 151. El ritmo real fue algo más rápido, ya que el primer kilómetro me lo marcó el Forerunner a 5:46, entre que calentaba un poco y el cacharro se liaba con los giros de 90 y 180 grados... :)
Mañana descanso, el sábado otra tirada corta para completar el kilometraje semanal, corto al tratarse de un micro ciclo de descarga. Y el domingo volvemos a cargar kilómetros en el cuerpo, y qué mejor manera que un entrenamiento con amigos del BRT por el litoral de Barcelona y el Besós.
Lugar de encuentro
¿Alguien se apunta?
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Del Meno al Besós, de menos uno a veinte, de E a I
En algunas prácticas deportivas se usa la técnica del entrenamiento de contrastes, conocido también como el método búlgaro. No parece una técnica habitual entre los runners, pero sí entre los halterófilos o los culturistas.
Estos dos últimos días, sin quererlo me ha salido lo más parecido a un entrenamiento de contrastes. Ayer salía a 1 grado bajo cero y con nieve, corriendo a 5:12 y parando a hacer fotos. Hoy, he salido con 20 grados y con un bonito sol, haciendo las series más rápidas que recuerdo y sudando la gota gorda.
Soy consciente que mi horario habitual de entrenamiento hace difícil extrapolar los tiempos y pulsaciones a los que puedo correr los días de competición. Recién levantado y con un café y dos galletas en el cuerpo, cuesta subir las pulsaciones, los umbrales están mucho más altos y el rendimiento que podemos sacar de nuestro cuerpo es bastante más bajo. Eso se nota algo en las tiradas fáciles, más en las de umbral, pero en las series la diferencia creo que es abismal.
Hoy, aprovechando que es fiesta, he salido más tarde a hacer la Q2 de la semana, unas series intensas y con trampa, pues la recuperación consistía en 4 minutos a ritmo de jogging, pensando que esta vez sí que podía tener una buena referencia de mi ritmo más intenso entrenando.
Pude aprovechar para dormir un poco más, me sentó de maravilla levantarme a las 6:30am. Un buen desayuno, un rato con mis cachorros, otro rato de relax, y sobre las 10 fui en busca de las zapatillas. Sí, las nuevas... Las viejas se quedaron en Frankfurt... Snif... Fue duro, pero creo que es lo mejor para ellas... Quizá ahí encontrarán una nueva vida lejos de los entrenamientos, el clima mediterráneo y las cursas y mitjas... :) Las recordaré toda la vida, pero no quería que se quedaran guardadas en un armario después de los cuatro intensos meses que pasamos juntos... :)
Brooks listas, mallas cortas, ni guantes ni buf, camiseta fina de manga larga aunque podría haber sido corta, y a probar esas series. 16 minutos calentando a 4:56 por la parte superior del río, bajo a la orilla, ¡y empezamos a correr!
Primera serie con viento a favor. Salgo enchufadísimo. Miro el Forerunner y me marca 3:18, no puede ser, o se ha liado o he salido muy loco. Creo que se equivocó, algún satélite estaba de broma al empezar a correr. Las pulsaciones no pasan de 169 y la acabo a 3:44, con viento a favor. 4 minutos al trote, en los que las pulsaciones se estabilizan sin bajar de 140bpm.
Otra más con viento a favor, esta vez a 3:49. Las pulsaciones llegan a subir a 173, de nuevo, los 4 minutos de jogging no las bajan a menos de 140bpm. Por ahora vamos bien de ritmos.
Tercera, viento a favor aunque sensaciones extrañas, creo que el viento era más lateral o incluso cambiante. La acabo a 3:54, y las pulsaciones un pelín más altas, 174bpm al final.
Media vuelta, viento en contra. La quinta a 4:03. También llego a los 174bpm. El viento fastidia bastante. No me obsesiono con los psicológicos 4:00, he venido a hacer series, no a luchar con los elementos... :) Recuperando ya no bajo de los 143bpm.
La última, con viento atroz, consigo acabarla a 3:58, buen final. El corazón late a 177bpm, el esfuerzo es máximo, el ritmo bueno, pero no consigo que me salgan regulares ni mucho menos ascendentes...
No es fácil, pues estas recuperaciones de 4 minutos a ritmo de jogging hacen que el descanso no sea tan efectivo como cuando paramos o vamos andando y las pulsaciones bajan casi a las que tenemos en reposo. Entre serie y serie recuperé siempre por encima de las 140bpm, y eso hace que cada nueva serie empiece con el cuerpo más desgastado. Intento encajar el viento en las series, más o menos las ajusto así, + es viento a favor, ++ mucho viento a favor, - viento en contra, -- mucho viento en contra.
3:44 + => +5 => 3:49
3:49 ++ => +10 => 3:59
3:54 + => +5 => 3:59
(media vuelta)
4:03 - => -5 => 3:58
3:58 -- => -10 => 3:48
Cos estos ajustes interesados basados en la sensación que tuve en cada tramo, quedan unas series mucho más interesantes, todas por debajo de los 4:00, la primera quizá demasiado rápida, posiblemente por un error del GPS, y la última, dejándome los higadillos, la mejor de todas.
Esta semana es de descarga, con mi autolímite de 80 kilómetros semanales de máximo, me tocan hacer 52. La Q1 y la Q2 ya se han llevado 27, más de la mitad, y ayer hice 12,5 casi sin darme cuenta, así que me quedan dos sesiones, jueves y sábado, para hacer los 16,5 que me faltan. La semana que viene va a ser de las divertidas, 80 kilómetros, una Q1 de 20 y una Q2 que promete... Así que guardaremos fuerzas.
Estos dos últimos días, sin quererlo me ha salido lo más parecido a un entrenamiento de contrastes. Ayer salía a 1 grado bajo cero y con nieve, corriendo a 5:12 y parando a hacer fotos. Hoy, he salido con 20 grados y con un bonito sol, haciendo las series más rápidas que recuerdo y sudando la gota gorda.
Soy consciente que mi horario habitual de entrenamiento hace difícil extrapolar los tiempos y pulsaciones a los que puedo correr los días de competición. Recién levantado y con un café y dos galletas en el cuerpo, cuesta subir las pulsaciones, los umbrales están mucho más altos y el rendimiento que podemos sacar de nuestro cuerpo es bastante más bajo. Eso se nota algo en las tiradas fáciles, más en las de umbral, pero en las series la diferencia creo que es abismal.
Hoy, aprovechando que es fiesta, he salido más tarde a hacer la Q2 de la semana, unas series intensas y con trampa, pues la recuperación consistía en 4 minutos a ritmo de jogging, pensando que esta vez sí que podía tener una buena referencia de mi ritmo más intenso entrenando.
Pude aprovechar para dormir un poco más, me sentó de maravilla levantarme a las 6:30am. Un buen desayuno, un rato con mis cachorros, otro rato de relax, y sobre las 10 fui en busca de las zapatillas. Sí, las nuevas... Las viejas se quedaron en Frankfurt... Snif... Fue duro, pero creo que es lo mejor para ellas... Quizá ahí encontrarán una nueva vida lejos de los entrenamientos, el clima mediterráneo y las cursas y mitjas... :) Las recordaré toda la vida, pero no quería que se quedaran guardadas en un armario después de los cuatro intensos meses que pasamos juntos... :)
Brooks listas, mallas cortas, ni guantes ni buf, camiseta fina de manga larga aunque podría haber sido corta, y a probar esas series. 16 minutos calentando a 4:56 por la parte superior del río, bajo a la orilla, ¡y empezamos a correr!
Primera serie con viento a favor. Salgo enchufadísimo. Miro el Forerunner y me marca 3:18, no puede ser, o se ha liado o he salido muy loco. Creo que se equivocó, algún satélite estaba de broma al empezar a correr. Las pulsaciones no pasan de 169 y la acabo a 3:44, con viento a favor. 4 minutos al trote, en los que las pulsaciones se estabilizan sin bajar de 140bpm.
Otra más con viento a favor, esta vez a 3:49. Las pulsaciones llegan a subir a 173, de nuevo, los 4 minutos de jogging no las bajan a menos de 140bpm. Por ahora vamos bien de ritmos.
Tercera, viento a favor aunque sensaciones extrañas, creo que el viento era más lateral o incluso cambiante. La acabo a 3:54, y las pulsaciones un pelín más altas, 174bpm al final.
Media vuelta, viento en contra. La quinta a 4:03. También llego a los 174bpm. El viento fastidia bastante. No me obsesiono con los psicológicos 4:00, he venido a hacer series, no a luchar con los elementos... :) Recuperando ya no bajo de los 143bpm.
La última, con viento atroz, consigo acabarla a 3:58, buen final. El corazón late a 177bpm, el esfuerzo es máximo, el ritmo bueno, pero no consigo que me salgan regulares ni mucho menos ascendentes...
No es fácil, pues estas recuperaciones de 4 minutos a ritmo de jogging hacen que el descanso no sea tan efectivo como cuando paramos o vamos andando y las pulsaciones bajan casi a las que tenemos en reposo. Entre serie y serie recuperé siempre por encima de las 140bpm, y eso hace que cada nueva serie empiece con el cuerpo más desgastado. Intento encajar el viento en las series, más o menos las ajusto así, + es viento a favor, ++ mucho viento a favor, - viento en contra, -- mucho viento en contra.
3:44 + => +5 => 3:49
3:49 ++ => +10 => 3:59
3:54 + => +5 => 3:59
(media vuelta)
4:03 - => -5 => 3:58
3:58 -- => -10 => 3:48
Cos estos ajustes interesados basados en la sensación que tuve en cada tramo, quedan unas series mucho más interesantes, todas por debajo de los 4:00, la primera quizá demasiado rápida, posiblemente por un error del GPS, y la última, dejándome los higadillos, la mejor de todas.
Esta semana es de descarga, con mi autolímite de 80 kilómetros semanales de máximo, me tocan hacer 52. La Q1 y la Q2 ya se han llevado 27, más de la mitad, y ayer hice 12,5 casi sin darme cuenta, así que me quedan dos sesiones, jueves y sábado, para hacer los 16,5 que me faltan. La semana que viene va a ser de las divertidas, 80 kilómetros, una Q1 de 20 y una Q2 que promete... Así que guardaremos fuerzas.
martes, 7 de diciembre de 2010
Corriendo sobre la nieve
Es de todos conocidos que los primeros asentamientos humanos estables se crearon cerca de ríos, que garantizan un suministro estable de agua, indispensable para el desarrollo de muchas actividades habituales de nosotros los humanos... Alrededor del Nilo y del Yangtze, o más importante aún, del Besós, han florecido diversas civilizaciones y el ser humano ha prosperado y ha llegado a ser lo que es ahora...
Teniendo que viajar por trabajo a uno de los países más prósperos de Europa, Alemania, era fácil que en mi ciudad de destino me encontrara un precioso río. Si además la ciudad de llama Frankfurt am Main, más o menos traducido Fráncfort del Meno, la posibilidad de que al lado de la ciudad hubiera un río y éste se llamara Main o Meno era especialmente elevada... :)
Mi viaje era de ida y vuelta, llegar por la noche, descansar, una reunión por la mañana y vuelta para casa. Pero eso no era excusa para saltarme el plan de entrenamiento. Además, teniendo un río cerca, era fácil planear una ruta segura, sin tráfico y sin posibilidad de perderse. Si además durante la noche no deja de nevar y a las 6:00am todo el camino alrededor del río está cubierto de una fina capa de nieve, habría sido imperdonable no salir a correr esa mañana.
La llegada ya prometía, éste era el panorama camino al centro:
Y el pronóstico del tiempo era nieve y frío, aunque no tanto, íbamos a estar todo el día entre menos 1 y 0 grados. Así que cené con mis compañeros, me acosté pronto, y a las 5:00am, me levanté sigilosamente y preparé todo el protocolo para correr, y salí con la esperanza de encontrarme un bonito manto blanco...
¡Bingo! Una fina capa de nieve, apenas un centímetro, cubría toda la ruta por la orilla del río. Hacía tres días estuvieron a menos 10 grados, y hoy por suerte estábamos a 0 o menos 1. Pasé menos frío que el sábado pasado en Barcelona. Nunca había corrido con nieve, anduve con mucho ojo, pues en algunos trozos había más nieve acumulada y daba un poco de miedo romperse la crisma, y por debajo de los puentes no había nieve pero el suelo estaba muy resbaladizo. No me preocupé del tiempo, incluso saqué fotos corriendo y paré para hacer una un poco mejor encuadrada... :)
Empecé a correr hacia el lado izquierdo del río, por un parque, hasta que llegué a una especie de terminal de trenes de mercancías con unas grúas y unas máquinas muy raras... Muy poca iluminación... Maquinaria oxidada... Unas extrañas sombras que parecían moverse... Sí... Seguro que alguno ya lo ha adivinado... Había zombis... Noté su presencia de inmediato... Es de todos conocido que las estaciones de trenes de mercancías son uno de sus lugares favoritos, sólo por detrás de los hospitales abandonados... Sentí la necesidad de adentrarme en la estación para ver si podía averiguar algo más de ellos... Pero llegó un momento en el que me encontré con un cartel, escrito en alemán, del que no entendí ni papa, pero cuya última línea decía 500€. Como no creo que fuera un premio que iban a dar al que se metiera por ahí, di media vuelta, mientras sentía un escalofrío en mi espalda, noté que decenas de zombis me miraban mientras desaparecía de su área de influencia... No tuve más tiempo de indagar... Quizá deba volver a Frankfurt, no lo sé... Pero creo que debo volver al Turó del Pollo, y comunicarme de nuevo con los zombis layetanos, posiblemente tengan una nueva misión para mí y esto ha sido una señal...
Volví sobre mis pasos, me crucé con muchos más runners que en el Besós, tenía idea de hacer unos 10 kilómetros pero acabé haciendo 12,5, habría seguido más, pero estaba en Frankfurt para trabajar y no para correr una media maratón... Sin prestar atención al crono, con fotos y los peligros de la nieve, completé los 12,5 kilómetros a una media de 5:12, a 146 pulsaciones de media, que fueron bastante regulares durante toda la carrera, sin pasar de las 158, en el tramo en el que me animé más e hice un par de kilómetros un poco más rápido, por debajo de los 5:00.
Como premio, un desayuno japonés en el hotel, qué bien sienta una sopa miso y pescado después de correr... Y para completar, un surtido de embutidos alemanes, que correr con frío da mucha hambre... :)
Cuando ya me iba, dejé mis Saucony en el Hotel con un letrero que decía "For Charity", no sin antes sacar los cordones para guardarlos de recuerdo. Ha sido una bonita despedida, me las he llevado a conocer la nieve, no era la primera vez que iban en avión pues ya se vinieron conmigo de vacaciones en verano, pero lo de la nieve fue muy especial para ellas. Ahí se quedaron, me despedí de las zapatillas con las que corrí mi primera maratón con un nudo en la garganta, y salí de la habitación sin ser capaz de mirar hacia atrás, al lugar en el que las vi por última vez...
Teniendo que viajar por trabajo a uno de los países más prósperos de Europa, Alemania, era fácil que en mi ciudad de destino me encontrara un precioso río. Si además la ciudad de llama Frankfurt am Main, más o menos traducido Fráncfort del Meno, la posibilidad de que al lado de la ciudad hubiera un río y éste se llamara Main o Meno era especialmente elevada... :)
Mi viaje era de ida y vuelta, llegar por la noche, descansar, una reunión por la mañana y vuelta para casa. Pero eso no era excusa para saltarme el plan de entrenamiento. Además, teniendo un río cerca, era fácil planear una ruta segura, sin tráfico y sin posibilidad de perderse. Si además durante la noche no deja de nevar y a las 6:00am todo el camino alrededor del río está cubierto de una fina capa de nieve, habría sido imperdonable no salir a correr esa mañana.
La llegada ya prometía, éste era el panorama camino al centro:
Y el pronóstico del tiempo era nieve y frío, aunque no tanto, íbamos a estar todo el día entre menos 1 y 0 grados. Así que cené con mis compañeros, me acosté pronto, y a las 5:00am, me levanté sigilosamente y preparé todo el protocolo para correr, y salí con la esperanza de encontrarme un bonito manto blanco...
¡Bingo! Una fina capa de nieve, apenas un centímetro, cubría toda la ruta por la orilla del río. Hacía tres días estuvieron a menos 10 grados, y hoy por suerte estábamos a 0 o menos 1. Pasé menos frío que el sábado pasado en Barcelona. Nunca había corrido con nieve, anduve con mucho ojo, pues en algunos trozos había más nieve acumulada y daba un poco de miedo romperse la crisma, y por debajo de los puentes no había nieve pero el suelo estaba muy resbaladizo. No me preocupé del tiempo, incluso saqué fotos corriendo y paré para hacer una un poco mejor encuadrada... :)
Empecé a correr hacia el lado izquierdo del río, por un parque, hasta que llegué a una especie de terminal de trenes de mercancías con unas grúas y unas máquinas muy raras... Muy poca iluminación... Maquinaria oxidada... Unas extrañas sombras que parecían moverse... Sí... Seguro que alguno ya lo ha adivinado... Había zombis... Noté su presencia de inmediato... Es de todos conocido que las estaciones de trenes de mercancías son uno de sus lugares favoritos, sólo por detrás de los hospitales abandonados... Sentí la necesidad de adentrarme en la estación para ver si podía averiguar algo más de ellos... Pero llegó un momento en el que me encontré con un cartel, escrito en alemán, del que no entendí ni papa, pero cuya última línea decía 500€. Como no creo que fuera un premio que iban a dar al que se metiera por ahí, di media vuelta, mientras sentía un escalofrío en mi espalda, noté que decenas de zombis me miraban mientras desaparecía de su área de influencia... No tuve más tiempo de indagar... Quizá deba volver a Frankfurt, no lo sé... Pero creo que debo volver al Turó del Pollo, y comunicarme de nuevo con los zombis layetanos, posiblemente tengan una nueva misión para mí y esto ha sido una señal...
Volví sobre mis pasos, me crucé con muchos más runners que en el Besós, tenía idea de hacer unos 10 kilómetros pero acabé haciendo 12,5, habría seguido más, pero estaba en Frankfurt para trabajar y no para correr una media maratón... Sin prestar atención al crono, con fotos y los peligros de la nieve, completé los 12,5 kilómetros a una media de 5:12, a 146 pulsaciones de media, que fueron bastante regulares durante toda la carrera, sin pasar de las 158, en el tramo en el que me animé más e hice un par de kilómetros un poco más rápido, por debajo de los 5:00.
Como premio, un desayuno japonés en el hotel, qué bien sienta una sopa miso y pescado después de correr... Y para completar, un surtido de embutidos alemanes, que correr con frío da mucha hambre... :)
Cuando ya me iba, dejé mis Saucony en el Hotel con un letrero que decía "For Charity", no sin antes sacar los cordones para guardarlos de recuerdo. Ha sido una bonita despedida, me las he llevado a conocer la nieve, no era la primera vez que iban en avión pues ya se vinieron conmigo de vacaciones en verano, pero lo de la nieve fue muy especial para ellas. Ahí se quedaron, me despedí de las zapatillas con las que corrí mi primera maratón con un nudo en la garganta, y salí de la habitación sin ser capaz de mirar hacia atrás, al lugar en el que las vi por última vez...
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