Suena a tópico, pero no se me ocurre mejor manera de empezar este post que diciendo que en un evento como la maratón de Nueva York, el tiempo final es lo menos importante. Mucho mejor es todo lo que la rodea, el viaje, la estancia, la ciudad, la manera de los neoyorquinos de vivir su maratón... O las anécdotas, que fueron muchas. Pero como al final el tiempo es lo que sale en las clasificaciones, y con el paso del tiempo, se nos olvidarán algunas anécdotas, se nos olvidará las penurias que tuvimos que pasar, pero la marca normalmente no se olvida, vamos a empezar con un breve resumen de la carrera...
La puedo resumir muy fácilmente. No habrá ritmos por kilómetro, ni parciales al segundo, ni nada de eso. Sólo estaban indicadas las millas, y los pasos por el kilómetro 5 y sus múltiplos. Además, en los puentes, el GPS hacía muchas tonterías. Resumiré la carrera con un paso por la media en poco más de 1:36:00. La primera media es muy favorable, incluso los primeros kilómetros de bajada por el puente de Verrazzano salieron alguno por debajo de 4:00. Llegué a la media con un parcial para bajar de 3:15 aún perdiendo tiempo en la segunda, pero la segunda mitad era más dura, quedaban todavía muchos puentes y el viento decidió fastidiarnos un poco la carrera... Hasta el kilómetro 25 iba bien, aguantando el ritmo, pero el Queensboro Bridge me dejó totalmente quebrado, una subida muy pronunciada, un viento infernal en contra, y mis piernas sufrieron mucho para intentar mantener un ritmo más cerca de 6:00 que de 5:00...
Ese infierno duró casi dos kilómetros, que me parecieron 10... Ya no volví a recuperar un ritmo de 4:40, iba sobre 4:45... 4:47... 4:50... Llegaron los 5:00... Y por encima de 5:00 al final... Las cuenta del 3:15, de mi MMP, de bajar de 3:20, fueron quedando obsoletas con el paso de los kilómetros. Al final, 3:22:28, la marca que suelo hacer con las Kinvara 3, habrá que cambiar de zapatillas si quiero mejorar mis tiempos... :) 3:21 en Barcelona, 3:22 en Madrid, y ahora 3:22 en Nueva York. Tres maratones muy distintas, corridas de manera muy distinta, acabando casi en el mismo tiempo. Para hacérselo mirar...
Pero como decía, el tiempo y los ritmos son lo de menos. Lo más emocionante es todo lo que rodea al evento. Intentaré ser breve, pero pasaron tantas cosas...
La semana anterior al viaje estuve un poco resfriado. Me dio una alegría inmensa haber pillado un pequeño trancazo antes de la carrera, así llegaría inmunizado al gran día. Y menos mal que fue así, porque en el vuelo a Nueva York, me tocó de compañero de asiento a uno de los colegas de Jesse Pinkman, que se pasó todo el vuelo moqueando y tosiendo. Si no llego a haberlo pasado antes, seguro que llego a Nueva York hecho un resfriado andante gracias a mi compañero de viaje...
El vuelo se hizo corto, la verdad, pese a que estuve un par de horas más en el aeropuerto por el retraso de dos horas que traía. Un poco de lectura, una especie de siesta, y casi sin darme cuenta ya estaba en Nueva York. Se hacía tarde, me fui a la cola de los taxis, y ahí vi la primera sorpresa del viaje. No me habría imaginado tanta impunidad y morro por parte de los taxistas "piratas", que casi te abordaban para que no cogieras un taxi oficial. Si la licencia de taxi oficial de NYC cuesta lo que dijo esta mañana el guía del autobús, no entiendo cómo se puede permitir esa competencia tan desleal...
Quería coger el dorsal el mismo viernes, y aunque ya era bastante tarde, llegué a tiempo a la parada para pillar el último shuttle a la feria del corredor. El viernes hizo un día casi veraniego, no era yo el único que iba con bermudas por la ciudad. Y segunda anécdota... Se me acerca una señora, de más de 50 pero con pinta de deportista, y me pregunta si ahí se cogía el shuttle. Le dije que sí, que último pasaba a las 7:00pm, y me dijo algo que se podría traducir como "ah, ya me lo imaginaba, con esas pintas que llevas seguro que vas a la feria del corredor"... :) Supongo que a los maratonianos se nos reconocía a la legua. Tipos flacos, con ropa cómoda y zapatillas de runner, invadiendo la ciudad... Por cierto, el shuttle de ida y de vuelta... ¡Gratis!
La feria del corredor no es tan impresionante como la de Berlín. Recogida de dorsal sin colas, y luego visita a la zona donde venden ropa y merchandising de la carrera... Que es la tentación convertida en feria... :) Me contuve, pero no pude resistirme a una mochila, una camiseta de manga larga y la chaqueta que llevaré cada día en invierno... Vuelta al hotel, no me apeteció salir a cenar y me pedí un poco de arroz y pollo del room service, y antes de las 9:00pm, ya estaba durmiendo como un bebé.
El sábado decidí darme unos garbeos en el bus turístico, después de desayunar en el hotel. Ya estuve en Nueva York de joven, así que no tenía predilección por visitar ningún sitio en concreto. En el bus ya pude comprobar cómo vive la ciudad su maratón. La guía preguntó si alguien la iba a correr, salté al momento, y todos mis compañeros de viaje me desearon mucha suerte y aplaudieron. Increíble, eso no creo que pase en ninguna otra ciudad del mundo... Después del garbeo en bus por el uptown, comí ligero y me di otro garbeo en barco por la tarde. El muelle de donde salía el barco estaba un poco alejado del hotel y no había metro cerca, tuve que darme un buen paseo de 20 minutos y llegué casi cuando estaba saliendo... De nuevo, misma escena. El guía preguntó si alguno íbamos a correr la maratón, éramos tres, y de nuevo gestos de admiración y los mejores deseos de nuestros compañeros de travesía. El guía estuvo enseñándonos por qué puentes íbamos a pasar, dándonos cifras de la carrera, deseándonos suerte al acabar la ruta. De nuevo, impagable. El hombre se ganó la propina... :)
Y después la suerte se me puso de cara. Ya estaba pensando en el largo paseo de 20 minutos, cuando vi que había un bus de la misma empresa en frente del barco y que nos invitaban a subir a él. Además empezaba a llover un poco, así que nos dieron unos chubasqueros de plástico. Genial, me iría muy bien para la espera en la villa del corredor. Y mi suerte seguía de cara, pues el bus, que iba en dirección downtown, pasó justo enfrente de mi hotel, hice una señal a la guía, y me dijo que bajara ahí si me iba bien. Me planté en el hotel en apenas 5 minutos y sin tener que caminar, así que iba a llegar a tiempo al Marathon Eve Dinner!
Primera sorpresa, ¡WiFi gratis en el recinto! No tuve que hacer apenas cola para entrar, llegué de los primeros, a las 5:15pm. Como el desayuno fue muy copioso, pero la comida no tanto, el plato de macarrones, lasaña y pollo y la cervecita me sentaron de fábula. Recuerdo el cutre-plato de macarrones con tomate que pusieron en la pasta party de la maratón de Sevilla y el hambre con el que me quedé... En cambio el sábado, la dosis era simplemente perfecta. Compartí mesa con unos maratonianos de Florida, nos deseamos suerte, y ahora sí, el gran día ya estaba a la vuelta de la esquina.
Pillé el sueño increíblemente bien. A las 8:00pm ya estaba frito. Contando el cambio de hora, me levanté a las 4:00am habiendo dormido 9 horas, casi del tirón. Primer desayuno rápido, galletas con muesli y café, pensando en conseguir un punto 8 que llegó sin problemas. Incluso hubo un segundo punto 8 justo antes de salir al autocar.
Salimos sobre las 5:45, siempre tiene que haber gente que se retrasa... :( Muchos coches y autobuses en dirección a Staten Island, normal, 45.000 almas iban hacia ahí. Una de las ventajas de ir con el viaje organizado es que te llevan directamente a las villas de salida, cruzando el puente, sin tener que coger el Ferry... ;) Sobre las 6:45 ya estaba en mi zona de salida, me cobijé en una zona algo cubierta, e hice el desayuno de verdad. Más galletas con muesli, un plátano, una manzana y un zumo, con algo de café frío. Salí a estirar las piernas y vi que daban bagles y café caliente, así que me animé con uno de cada... :) Todavía quedaba esperar hasta las 8:20, hora a la que abría el corral. Pasé un poco de frío, como todos, intenté reposar al lado de una valla, con la sudadera que llevaba y las piernas envueltas en el chubasquero, y por fin se abrió la puerta al corral...
Otro detallazo de la organización, había baños de sobra para todos. Eso no tiene precio. Incluso en el mismo corral, cinco minutos antes de ir a la zona de salida, pude hacer el último pis. Me desprendí de la sudadera, y me encaminé concentrado hacia la salida...
Ahí al fondo se veía la salida... Las liebres de 3:15, 3:10, 3:00... Noto que alguien me dice "anda, un español". ¿Y cómo lo sabía? Pues poque corriendo la maratón de Madrid decidí que cuando saliera a correr fuera de España, llevaría una camiseta de España. Me dieron mucha envidia los noruegos, franceses, italianos y demás que eran animados por sus compatriotas en Madrid. Así que corrí con mi camiseta roja y amarilla, con la palabra ESPAÑA escrita en la parte de atrás. Lo que también me ayudó a tener compañero de carrera durante 10 kilómetros... :) Charlamos un rato, me contó que era la tercera maratón de Nueva York que corría, estuvimos hablando de carreras y marcas, mientras se cumplía al clásico ritual de los minutos previos al inicio de una maratón...
La típica charla del speaker antes de comenzar. Se sombró al alcalde de la ciudad... Y la gente aplaudió... Qué envidia... En Madrid o Barcelona, cuando se nombra al alcalde la gente siempre silba. El himno nacional, respetado por todos, un poco más de envidia... Y para acabar... El "New York, New York", pelos de punta, llevaba dos días tarareando la canción y ahora sonaba a todo volumen y retumbaba en el pecho de cada corredor que iba a participar en el evento deportivo probablemente más grande del mundo...
La carrera ya la conté antes... Fui con mi compi hasta el kilómetro 10, ahí él siguió, le dije que tirara que yo prefería ir un poco más despacio. Curiosamente, me lo volví a encontrar mucho más adelante, ahora cuando bajemos del avión (¿comorl?) le preguntaré... Me volvió a pasar y ya no supe de él hasta.......
El ambiente durante la carrera no se puede describir con palabras... Recuerdo que en Berlín la gente animaba con palmas, sirenas de bomberos, campanas de iglesia... Y me impresionó... Pero lo de Nueva York es otra historia... Nada más cruzar el puente de Verrazzano, había miles de personas a ambos lados de la carrera, gritando como nunca había escuchado gritar a nadie. Se te pone la piel de gallina cuando los oyes la primera vez. No dejé de escuchar gritos de ánimo excepto en los puentes, y en el barrio judío. En esa zona no había casi gente en la calle, apenas grupos de 2 ó 3 personas cada 500 metros que gritaban todo lo que podían, mientras les miraban raro los trenzados habitantes habituales de la zona... Al salir de ese barrio, todo volvió a la normalidad, en los puentes, daba la sensación de entrar en una zona de silencio absoluto, se oía respirar a los que estaban al lado, los golpes de las zapatillas en el asfalto, el viento haciendo vibrar los dorsales. Pero al aproximarse a la salida de cada puente, se empezaba a escuchar el griterío animando a todo pulmón, y al pasar por delante de los primeros espectadores de nuevo nos llegaba un subidón de ánimos y adrenalina. Gritos y toda clase de ánimos, "Come on!", "Go, go, go!", "You're champions", de todo... El público te miraba a la cara y esperaba tu sonrisa o gesto de agradecimiento.
Los avituallamientos, excepcionales. Agua y bebido isotónica cada milla a partir de la tercera. Los voluntarios, excelentes. Fijabas la mirada en uno de ellos, y te decía "I've got you!", y te daba el vaso prácticamente en la mano, con cuidado de que no se cayera. Todos los avituallamientos eran a ambos lados de la carrera, y no hubo el más mínimo problema en ninguna.
Y sí, lo de la camiseta fue una buena decisión. No puedo recordar cuántos, pero conté por decenas los grupos de gente que me dieron ánimos al grito de "Vamos España", "Venga España", "Ahí ahí España"... Giraba la cabeza buscándolos, y veía rasgos conocidos que podían ser de cualquiera de mis vecinos, sonriendo y animando con total sinceridad. A todos les respondí con una sonrisa y el pulgar en alto, mientras un pequeño chute de adrenalina me daba más fuerzas... Ya al final, eran los propios corredores, cuando yo ya iba más tocado, los que me daban una palmadita al adelantarme y me transmitían ánimos, igual, "venga, España", "ya lo tenemos, España"...
El último tramo, cuando ya vamos todos destrozados, pues el domingo el viento y los puentes hicieron estragos en muchos corredores, fue apoteósico. Era imposible no dar hasta el último aliento y dejarse la piel en la carrera con tantos ánimos del púlico. El griterío ensrodecedor de toda la carrera, en Central Park subió aún más de intensidad... Las piernas dolían, la respiración era costosa, pero las fuerzas salían para agradecer con el esfuerzo a los miles de almas que, pasando frío, estaban ahí llevándonos en volandas... No hubo fuerzas para esprintar, pero sí para llegar con la cabeza alta y feliz...
Al acabar la carrera, con las piernas destruidas, doloridas, como rocas, se me hizo interminable el paseo hasta la salida de Central Park... Nos dieron primero una manta de papel, y luego un poncho espectacular. Los Walking Dead seguíamos avanzando por Central Park West, recibiendo cientos de "congratulations" y sonrisas de los voluntarios, que te levantaban un poco más la moral y animaban a dar el siguiente paso. Los voluntarios se desvivían por los corredores, sonrisas, felicitaciones, te ponían bien el poncho si lo llevabas mal cerrado, te preguntaban cómo estabas...
Por fin llegué al final de Central Park, el hotel estaba a 100 metros... Pero... Oh, oh... No se podía cruzar, la maratón pasaba justo por ahí... Había que dar un rodeo de apenas 500 metros, que me llevó una hora hacerlo. Pero fue una de las horas más emocionantes que he vivido... Los corredores íbamos en contra del sentido de las agujas del reloj, y el resto de transeúntes en sentido contrario al nuestro. Y uno detrás de otro, negros, blancos, hispanos, hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, trajeados, policías, casuals... Me veían con el poncho y la medalla... Sonreían y decían "Congratulations!"... Las piernas casi no podían moverse, pero yo me sentía flotar... :) Eran felicitaciones sinceras, agradecidas... La gente de Nueva York ama su maratón, y sabe que los que vienen a correrla vienen a dejarse hasta la última gota de sudor, y por eso nos felicitan y se desviven durante la carrera para dar ánimos...
Conseguí llegar al hotel, y siguiendo mi ritual, me di un baño de agua caliente mientras me tomaba un Gatorade y unos trozos de pretzel. El cuerpo no pedía comida aún, descansé un poco, hablé con la familia por Skype, y entonces empezó a abrirse el apetito... Me fui a una página de reservas de restaurantes online, busqué un Steak House cerca del hotel, y reservé para ponerme como un cochino con una cena temprana...
El sistema de reservas, genial. Te decían la dirección del restaurante, el precio aproximado y el menú. Di un paseo, llegué antes de tiempo, pero me dijeron que no había problema, que pasara. Había cuatro personas del restaurante en la entrada, me preguntaron si había corrido la maratón (la chaqueta que llevaba era una buena pista para pensarlo) y entonces uno de ellos se ganó mis simpatías preguntándome qué tiempo había hecho... :) Creo que es lo mejor que se le puede preguntar a alguien que acaba de correr una maratón, seguro que el tío también las corría, además dijo que era muy buena marca... ;) Recuperé fuerzas con una sopita de langosta y un filet mignon, y volví al hotel mientras aún había gente corriendo la maratón.
Por el camino vi a algunos que la habían acabado y que llevaban la medalla puesto... Y vi cómo les seguía felicitando por la calle... Así que subí al hotel... Y como aún era pronto... Me puse le medalla y bajé a dar una vuelta y de paso comprar unos recuerdos para la familia... :)
Fue el éxtasis... El "Congratulations Night Parade"... :) De nuevo sonrisas y felicitaciones, que se veían tan sinceras, la gente se alegraba de ver a los maratonianos paseando por su ciudad después del gran esfuerzo hecho. Los momentazos sublimes se producían cuando nos cruzábamos dos maratonianos con la medalla... "Congratulations!" "Congratulations to you too!"... Hasta un policía me dijo "Congrats man"... Habría dado dos vueltas a la manzanda, pero ya tenía las compras hechas y el cuerpo pedía descanso, otra vez estaba durmiendo antes de las 9:00pm... ;)
El día después de la carrera quería levantarme pronto, pero el cuerpo dijo que no, que tocaba dormir un poco. Miré el Twitter y Manuel y Juan Antonio estaban comentando la posibilidad de vernos a la entrada del Marathon Monday, así que me animé y quedamos los 3... Un mini desayuno de zumo y restos de lo que fui recolectando en la feria del corredor y tras la carrera, y a las 9:15 nos dimos cita en la entrada de Columbus de Central Park. Abrazos y saludos, anécdotas, felicitaciones, y un paseo rememorando las últimas 400 yardas de la carrera con más fotos.
Llegamos a la zona del Finisher Shop, pero la cola era exageradamente larga. Así que nos despedimos, y yo me fui a acabar de amortizar el pase del bus turístico e hice la ruta downtown. Vuelta al hotel, y, pese a haber corrido el día anterior una maratón que me dejó seco... No podía irme de Nueva York sin correr por Central Park... Y si corro por Central Park, corro por Central Park... :) Así que le di la cuelta entera, algo más de 10 kilómetros, a un ritmo de más o menos 5:20... Y ahora sí, se acabó la aventura neoyorkina...
Vuelta al hotel, maletas, chekout, y taxi al aeropuerto. Calculaba que iba con tiempo de sobra para llegar el aeropuerto y comer algo antes de subir al avión, desde el desayuno no había comido apenas una barrita de proteínas y más pretzels... Pero... El tráfico, insufrible... Atascos en Manhattan, carreteras colapsadas hacia el aeropuerto. Como el taxi al eropuerto tiene un coste fijo, al taxista le interesa llegar cuanto antes, así que empezó a buscar atajos, dar rodeos y meterse sin miramientos entre el tráfico casi parado. Total, que tardé más de una hora y cuarto en llegar al aeropuerto. Ahí, una cola enorme en la zona de seguridad... Aún tenía que facturar la maleta... Poca gente atendiendo y muy lentos... Pasajeros problemáticos... Empleados preguntando a qué hora volaba la gente y llevándoselos aparte para que no perdieran el vuelo... El tiempo que seguía pasando y yo ya me estaba poniendo nervioso... Más de media hora para facturar... Luego una cola inmensa en el control de seguridad... Pasé el control cuando hacía 5 minutos que había empezado el embarque para mi vuelo. Que por supuesto, estaba en la otra punta del terminal... Recordando mi odisea en Berlín... Esta vez no hizo falta correr tanto... Pero llegué el último al vuelo...
Y entonces... No sé cuál es la probabilidad de encontrarte con un compatriota en la maratón de Nueva York justo en el momento de la salida... Debe ser reducida pero apreciable... ¿Pero cuál debe la probabilidad de encontrarte a un compatriota en la salida de la maratón de Nueva York, y después encontrártelo en un vuelo de 6 horas que sale al día siguiente, en dirección opuesta a España? Pues ya os podéis imaginar las caras... ¿Pero qué haces aquí? ¡El mundo es un pañuelo! ¡No jodas que vas a San Diego! Además, por poco no nos toca sentarnos juntos... :) Estoy acabando de escribir el post en al avión, luego le preguntaré cómo acabó la carrera, como decía unos párrafos más arriba... ;)
Después de esta experiencia... Sólo puedo decir... Hacedlo. Es un esfuerzo importante, seguro que en mayor o menos medida, todo el mundo debe renunciar a algo para correr la maratón de Nueva York. Pero merece la pena. Para un corredor, es una experiencia casi mística. Todos los madrugones, tiradas largas interminables, el sufrimiento, las agujetas, todo lo mucho que luchamos y nos sacrificamos para ponernos a punto para una maratón... En Nueva York la ciudad y su gente te lo recompensa con un cariño y una manera de animar y agradecerte que hayas ido a correr a su ciudad que no se puede comparar con nada... Cuando fui a Nueva York de joven, hace ya muchos años, noté que en esa ciudad la gente se respeta sea cual sea su origen o posición. El yuppi pide un bagel y un café al vendedor ambulante con respeto. Y éste se lo sirve y prepara con el mismo respeto. En los restaurantes, tiendas y hoteles los empleados realmente se interesan por ti. Y en la maratón, ves que los neoyorkinos te animan y dan fuerzas porque respetan mucho el sacrificio que estás haciendo y se alegran de que hayas venido a su casa a hacerlo. Nunca me he sentido tan animado y apoyado en una carrera. Volveré, seguro. Dentro de algunos años, quizá muchos. Porque la carrera y todo lo que la rodea lo merece.
Me da mucha envidia, siempre lo he deseado pero después de leer un crónica así, mucho más.Muchas felicidades Isidro, te merecías una carrera así, me encanta vuestra foto
ResponderEliminarWauu Isidro!! tu crónica me ha emocionado, y me has puesto a soñar despierta en algun día correr la maratón de NY! Enhorabuena por tu tiempazo!!! me alegro mucho que todo saliera de "suerte", ese ambientazo debe ser abrumador!
ResponderEliminarNuevamente felicidades!! y sí el mundo es un pañuelo!! :-)
bss
Tania
Enhorabuena CAMPEÓN!
ResponderEliminarMenuda experiencia, viví con alegría y emoción tus 3h22'28'', te estuve vigilando todo el rato :) al igual que a Manuel
Correr en NY tiene que ser místico y así lo has vivido, lástima que el viento estropeara lo que podría haber sido un día mucho mejor.
Ojalá algún día pueda correr esa carrera, si ya de por sí en la retransmisión en directo se le ponían a uno los pelos de punta viendo a la gente ...... estar allí, oirles, sentirles, tocarles tiene que ser .......... lo máximo.
Esta carrera la recordarás SIEMPRE y aunque vuelvas a repetirla ;) no creo que sea igual.
Lo ideal hubiera sido un encuentro al acabar, pero al menos el hecho de juntarse los tres y regalarnos esa fotaca le pone la ginda a un pastel magnífico, ¡qué envidia os tengo! y no de la sana, porque no hay envidia sana :)
Me ha llamado la atención y mucho la diferencia de menús entre tú y Manuel :)
Por cierto, me quedé con las ganas de saber más de ese corredor-pasajero misterioso ......... ya puestos a rizar el rizo, si llega a conocerte del blog era para casi descubrir que todo no era más que un sueño ;)
Lo del trote por Central Park ......... grandioso
Enjoy your holidays España!
Felicidades de nuevo, además por la crónica, eso es vivir de verdad una Maratón, habrá que ir sí o sí.
ResponderEliminarLa gente desea correr en Nueva York por entradas como ésta, ahora a ver quién es el guapo que no se tira el resto de su vida queriendo ir allí. Me gusta mucho esa querencia al 3.22, es como el made in, un sello de identidad. No es mala marca, es la mía y se lo que cuesta conseguirla. Pero lo que más me ha gustado de todo es que tanto tu como Manuel habéis ido a NY a por todas a sabiendas de lo chungo del perfil, de hecho te lo comenté hace tiempo, si hay un sitio donde hay que darlo todo es en NY. Pero esto no acaba, vuelta a la normalidad y a ver cual es la siguiente Major donde os batáis el cobre para deleite del personal.
ResponderEliminarLos pelos de punta leyendo esta posible mejor crónica de un Maratón leída por un servidor. Me muero de la envidia pero no moriré sin emularte, me alegró mucho ver tu foto de la camiseta con la que correrías, desde pequeño a pesar de las criticas he admirado el patriotismo y respeto que tiene la gente del otro lado del charco y sentir esa fuerza tiene que ser tremendo. Disfruta mucho del recuerdo en los próximos días y compártelo que es alucinante.
ResponderEliminarMuchas Felicidades Isidro.
¡Enhorabuena!. Por tu tiempo y en general por esa experiencia maravillosa que es correr NYCM.
ResponderEliminarSoy de los infortunados que que no pudimos correr el año pasado el malogrado maratón de Nueva York de 2012 por las causas ya conocidas y casi juré que no regresaría a NY a correr, pero esa palabra que escribiste arriba... ¡Hacedlo!... Este relato tan vívido y emocionante me devuelve las ganas de volver a correr un día no muy lejano esa maravillosa carrera que es NYCM.
Felicidades!!!
http://www.cronicasmaratonytriatlon.blogspot.mx/
Felicidades Isidro, gran crónica y carrera; que razón tienes , aunque nos riamos mucho de los yankis, tenemos que aprender muchas cosas( buenas) todavía . Muy grande lo de correr con la roja, a tí te hace ilusión pero al expatriado que está por allí ni te cuento.... Disfrútalo mucho, te lo has ganado
ResponderEliminarGran crónica, un gusto leerla y vivir esos momentos pasados antes y después de la maratón.Ha sido una gran maratón y una estupenda marca,¡tanta gente!, tiene que ser complicado avanzar y mantener los ritmo,por lo tanto, un éxito.Disfruta lo vivido, ha valido la pena tanto esfuerzo en prepararla.Felicidades,un abrazo
ResponderEliminarJoder, me has puesto los pelos de punta. Me inicie en esto del running precisamente porque algun dia queria disputar la maraton de new york. No tengo dudas, quiero disputarla y lo hare pero al leer cronicas como esta lo unico que deseo es que sea ya. Muchas gracias por trasladarme a Nueva York por un rato
ResponderEliminarMucha mucha mucha envidia nos has dado a todo quien te lea. Menudo "carrerón" llevas nunca mejor dicho.
ResponderEliminarEnhorabuena Isidro, lo bueno de este deporte es que vives cada momento casí tan intensamente como la propia carrera: las maletas, el aeropuersto... hotel...
ResponderEliminarTienes razón y los tiempos son lo de menos, a veces solo cabe DISFRUTAR y DISFRUTAR sin nada más.
Un abrazazo
Enhorabuena por la carrera y la crónica. NY está en mi lista de carreras que hay que correr, y después de leerte se confirma.
ResponderEliminarMe voy a comprar una camiseta de España para las carreras que haga fuera.
Con un par lo de correr por Central Park al día siguiente, si señor.
Que gran crónica, que gran entrada. Que envidia, que todo, madre mía.
ResponderEliminarEMOCIONADO ESTOY!!!
Que gran entrada, y por cosas como las que cuentas es por lo que algún día espero estar en la salida de la Maratón de NY. Lo que me parece impresionante es tu paseo por Central Park al día siguiente. Hay que tener ganas de correr 55 minutos después de una maratón.
ResponderEliminarFelicidades Isidro¡¡¡, la verdad que con todo lo que cuentas y con esa tirada añadida de 10 kms por Central Park que yo no hice hace un mes cuando estuve alli de turismo se me ponen los dientes largos hasta a mi, que torpe fui...pero es que encima te has metido la gran maraton, se ve que estas muy fuerte y seguro que en otra maraton con mejores condiciones bajas marca, vales 10 minutos menos y como tu bien dices en Nueva York la anecdota es el tiempo que se haga, aunque fuera marca personal. Que genio estas hecho y que bien te cuidas con la comida,jajaja.Felicidades de nuevo.
ResponderEliminarLos americanos saben hacer un espectáculo de estas cosas, tienen mucha tradición y la gente se vuelca. Pero esa ciudad es para estar más días, hay tantas cosas que hacer que merece pasarse allí una semana. Todo el que lea esta entrada tendrá seguro muchas ganas de ir.
ResponderEliminarY sobre la estrategia de la carrera, depende mucho de cada uno, pero lo de meter "miles in the bank" no suele funcionar, se pierde todo al final y la carrera te mete una "minutada" en los últimos 10K. Pero hay que arriesgar, probar y buscar fórmulas para intentar bajar marca haciendo cosas distintas.
Muy bien Isidro, cuando vaya a NY rebuscaré esta entrada.
Genial tu crónica Isidro!!!... Felicidades por tu carrera y por esos días aprobechados al 100%...Creo que escribir en el avión te ha inspirado porque te ha salido un relato emocionante y bonito como pocos he leído (en cualquier blog)
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Genial tú relato Isidro, afirmo punto por punto tus impresiones. Una vez en la vida, por lo menos. Un abrazo.
ResponderEliminarMi más sincera enhorabuena, Isidro. Vaya manera de narrar esta aventura. El tiempo es lo de menos en una carrera como ésta, aunque efectivamente siempre estará ahí. Ahora entiendo más aún a toda esa gente que decide dar el paso y cruzar el charco. Debe de ser algo inolvidable. Así por lo menos lo hemos vivido los que te hemos leído. Ni te cuento lo que se debe de sentir al correrlo. Mil gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Somos muchos los que seguimos tu carrera en directo (en la web y el móvil a la vez) y te vimos sufrir al final pero también muchos sabíamos que estarías disfrutando con ese sufrimiento.
ResponderEliminarMe alegra saber que disfrutaste no solo la carrera sino cada minuto pasado en NY.
Mi enhorabuena por lo conseguido. Un abrazo desde Valencia.
Que envidia me das. Se nota que en nueva york es un acontecimiento importantísimo, a mi algunos gringos que trabajan conmigo en la base me preguntan para cuando jjj....cuando reuna dolares jjj.
ResponderEliminary tú marca me parece muy buena, teniendo en cuenta todo lo que conlleva la misma.....vuelo más distancia, cambio horario, recorrido y 42 kms.
salu2 y enhorabuena.
pd : y encima fotos after, con manuel robaina.
Sensacional! Enhorabuena! Por tu carrera y por contarlo de esta manera. Me has emocionado, me has dado mucha envidia y muchas ganas de correr este maratón.
ResponderEliminarImpresionante! Me ha encantado tu crónica y me ha pasado algo que solo puede pasar en este deporte, me he emocionado leyendola y eso que solo te conozco de leerte de vez en cuando, aunque últimamente menos debido a que he dejado de lado el asfalto para centrarme en las carreras de montaña. Solo he corrido maratones y ultras de montaña, en asfalto lo máximo que llegué a hacer fue medias maratones, pero despues de leer esta crónica me ha vuelto el gusanillo por hacer algún día una maratón de asfalto y tengo claro que como bien dices, esa es una carrera que todo corredor debería hacer algún día. Tu forma de narrar la manera en que los neoyorkinos viven la maratón y cómo tratan a los corredores anima a cualquiera a plantearse el esfuerzo, tanto físico como económico, que conlleva hacer esta prueba. Mis felicitaciones.
ResponderEliminarJo que envidia da leerte...enhorabuena por la experiencia
ResponderEliminarBuff otra crónica de las de guardarse en el HDD...mi más sincera Enhorabuena, pero que sepas que te acabao de meter en mi famosa lista de gente a la que le tengo una envidia de muerte...
ResponderEliminarNo quería leer ninguna crónica hasta no publicar la mía para no "contaminarme" de las emociones de otro, pero veo que pensamos exactamente lo mismo.
ResponderEliminarGrandísima carrera la que hiciste en una plaza muy complicada (lo sé) . Dentro de unos años tenemos que repetir el duelo, pero esa vez ya tendremos todos gafas inteligentes y sabré por dónde andas :)
Las fotos que nos sacamos al día siguiente las guardaré con mucho cariño toda la vida.
Llgeo muy tarde pero después de leer tu crónica no puedo más que felicitarte y darte las gracias por compartir una experiencia tan emotiva con nosotros. Enhorabuena!
ResponderEliminarQué bonito! Me ha encantado tu crónica... preciosa! Muchas felicidades, Isidro!
ResponderEliminarMe ha encantado la crónica, imposible no desear ir a NY a correr en el futuro. Por fin he podido sentarme con calma y disfrutar cada línea ¡Felicidades de corazón!
ResponderEliminarHola Isidro hace tiempo que te sigo en el blog me ha encantado tu crónica de la Maratón de Nueva York que sana envidia ojalá algún día la pueda correr, te escribo ya que casualmente te he reconocido en un video que hay colgado en youtbe, sales en el minuto 4 y 9 segundos. Felicidades Campeón. http://youtu.be/PvCTekaHGZM
ResponderEliminarHola Jordi! Muchas gracias por el enlace del vídeo, no lo habría encontrado en mi vida... :) Ánimo y a ver si pronto eres tú el que aparece en vídeo de la Maratón de Nueva York! ;)
EliminarToma, toma, toma, salgo en el 2:42 que puntazo ¡Muchas gracias Jordi!
EliminarPD: Te llevaba una buena ventaja Isidro jajajaja
Lo curioso és que a raiz de leer tu crónica he visto un par de vídeos de la Maratón de Nueva York, reparé en este ya que se puede percibir el ambientazo de la carrera, y mira por donde apareces en él, casualidades de la vida. me alegro que te hayas visto en el vídeo también Manuel.
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