Comenzamos la cuarta semana de preparación. Durante las tres primeras, he ido aumentando el kilometraje prácticamente un 10%, que he leído en bastantes sitios que se trata de una cifra razonable. Antes de decidirme a correr mi primera maratón, mis entrenamientos eran de casi 10 kilómetros 5 días por semana, normalmente me quedaba alrededor de los 50, y estas tres primeras semanas he hecho 67,51, 72,55 y 80,11. El aumento de kilometraje lo estoy concentrando sobre todo en la tirada larga del domingo, ya que entre semana no puedo entrenar mucho más de una hora y cuarto por la mañana. Por ello, el entrenamiento del domingo es sagrado, y cualquier contratiempo que se produzca durante su transcurso es especialmente molesto. El domingo explicaba que el punto 8 me fastidió bastante la tirada. Y, abrumado ante la cantidad de mensajes de apoyo, ánimos y buenos deseos para superar esta circunstancia tan molesta, me siento moralmente obligado a explicar con algo más de detalle todo lo que rodea a las molestas manifestaciones del punto 8 durante mis entrenamientos... Recomiendo que, si tenéis la sensibilidad especialmente alta, paséis al siguiente blog...
Mi cuerpo puede definirse como una máquina biológica de producir residuos orgánicos, sólidos, líquidos, y especialmente, gaseosos. Estoy convencido de que debido a ello la resistencia zombi me eligió para completar la arriesgada misión de acabar con la colonia zombi rebelde de Toluca. Esa capacidad innata de dispersar gases biológicamente destructivos fue lo que me permitió acabar con ellos y evitar una tragedia entre la población californiana.
Las implicaciones gaseosas de mi peculiar sistema digestivo hacen que deba controlar algunos alimentos en mi dieta. Entre los múltiples consejos que he leído, mucha gente recomienda una ingesta de frutos secos durante el día para prepararse adecuadamente para una maratón. Los frutos secos, tan secos y sólidos, no sé dónde demonios tienen acumulado el gas... El efecto en mí es instantáneo. Todavía no sé a quién se le ocurrió ofrecer frutos secos en los aviones. El efecto de la presuración de la cabina, unido al de los frutos secos, ha provocado más de un desmayo en mis compañeros de asiento. Algunas aerolíneas ya me conocen se sobra, y debo usar un nombre falso para volar con ellas a fin de evitar que me denieguen el embarque.
Pero esto no es más que una simple anécdota si lo comparamos con el mecanismo de producción de residuos orgánicos sólidos de mi organismo... Puede considerarse un privilegio mantener una regularidad casi matemática en las visitas al señor Roca. Y he llegado a considerarme especialmente afortunado por haber conseguido, tras años de entrenamiento, ensaladas y yogures Activia con cereales, que el evento diario se produzca con precisa puntualidad cerca de las 10 de la mañana, bien levantado, desayunado, habiendo tomado el primer café y con el día medio organizado en la oficina.
Pero comenzar a entrenar por la mañana ha añadido una leve variación temporal a la llegada del precioso momento. Algunos días me ha pillado casi por sorpresa, y sin dar más detalles, debo confesar que una vez, sólo una, lejos de cualquier bar, hospital con servicio de urgencias o baño público, tuve que acuclillarme y cumplir el punto 8 en la soledad del río Besós, entre unas rocas, protegiendo mi intimidad parcialmente por un puente... Es un momento de mi vida que he intentado borrar de mi memoria, pero no puedo... Debo vivir con ello...
No ha vuelto a ocurrirme... Pero sí que ha habido veces que el punto 8 ha hecho insufrible algún entrenamiento. No tiene fácil solución. Cuando voy a alguna carrera, me levanto al menos cuatro horas antes, para desayunar un zumo de naranja, pasta, café y galletas con chocolate. El efecto es fulminante. En menos de media hora el punto 8 se manifiesta en casa. A veces por duplicado. Y en alguna ocasión ha habido réplicas justo antes de empezar la carrera.
Pero entrenando, no hay remedio. Cuando la temperatura lo permitía, el sábado y domingo desayunaba en casa tranquilamente, y con el punto 8 cumplido salía a correr a media mañana. Pero en verano es muy peligroso. Por eso intentaré hacer un minidesayuno, concentrándome especialmente en los elementos catalizadores del punto 8, para cumplirlo pronto y poder salir a entrenar con los deberes hechos y sin que el sol empiece a torturarnos más de la cuenta.
Entre semana, como decía, no puedo permitirme eso. Corriendo una hora y cuarto, he aprendido, a base de encontrar un correcto equilibro entre apretar las nalgas y no apretar el ritmo, controlarlo bastante bien, aunque mi velocidad se resienta por el doble esfuerzo. Pero es muy difícil anticipar cuándo voy a tener una amenaza creíble de punto 8 o cuando éste no va a hacer acto de presencia hasta media mañana. Sólo algunos días, muy pocos, en los que doblo (el punto 8), puedo salir con la tranquilidad de que la descarga vespertina puede ser una garantía de que al día siguiente el punto 8 se manifestará más tarde. Hoy ha sido uno de esos afortunados días, por lo que mañana espero estar en perfectas condiciones por la mañana y poder hacer un entrenamiento de calidad, con cambios de ritmo más intensos.
Aparte del doblete de punto 8, hoy he entrenado 14,58 kilómetros, a una media de 5:08, lento al principio en dirección a Montcada, pero manteniéndome cerca de los 4:45 durante la segunda mitad del recorrido. Buenas sensaciones, empiezo a mantener un ritmo mejor durante más kilómetros, procurando siempre dejar fuerzas para el día siguiente y para aumentar el kilometraje.
Has pensado en someterte a un estudio clínico para indagar mas a fondo en las reacciones de tu organismo. La ciencia y la medicina te lo agradecerían... (je, je...)
ResponderEliminarPor otra parte se empieza a dejar notar una progresión ascendente... Sobre todo mantén esa tendencia sin querer ir mas rápido de lo debido... Un abrazo...!!
Un saludo, Isidro, te veo bien puesto; creo que lo estás haciendo bien, un saludo.
ResponderEliminarJejeje... Buena disertación sobre el punto 8.
ResponderEliminarEstuve tentado de pasar al siguiente blog, pero aguanté.
Ves cómo los entrenamientos tienen su fruto? Ahora a seguir el plan sin caer en la tentación de ir más rápido, el cuerpo tiene memoria, recuerda.
Te dejo que tengo que visitar al sr. Roca...
Menudas kilometradas Isidro! y ya veo que te conoces a ti mismo (bastante bien).
ResponderEliminarSaludos
Lo estás haciendo fenomenal, de manual. Controla ese punto 8 que las maratones son por la mañana y son muuyyy largas.
ResponderEliminarEl título casí me hace no leer la entrada y la lectura de la misma me confirmó que fue un error :)
ResponderEliminarComo dice Gonzalo, tendrás que buscar alguna solución porque una maratón es muy larga, se bebe mucho y el estómago acaba bastante revuelto. Ya tienes un objetivo más para entrenar en tus tiradas largas.