Se acabaron las vacaciones, pero no los entrenamientos. Y se acabaron prácticamente como empezaron. Madrugón, y sesión de calidad basada en tramos largos a ritmo T. He estado fuera ocho días y me han tocado tres sesiones de calidad, miércoles, domingo y miércoles. Hoy tocaba calentar tres kilómetros, correr 20 minutos a ritmo T (umbral aeróbico), 10 minutos a ritmo E (easy), otros 20 a ritmo T y 3 kilómetros para enfriar.
Una vez más, los excesos gastronómicos de estos días hicieron que el tiempo en boxes antes de salir se alargara más de la cuenta. Pero por suerte, he vuelto de Mallorca sin dejar recuerdos por mi ruta de entrenamiento... Me levanté a las 5:00am y a las 6:17am ya estaba corriendo. Para aprovechar el carril bici y poder hacer los tramos a ritmo T sin tener que callejear, no me quedaba otro remedio que pasar por la zona donde está la fábrica de huevos podridos camino a Alcúdia... Y 4 veces lo hice, para llevarme un buen recuerdo... A ratos pensaba que ojalá pasara por ahí el camión de la basura para traer algo de aire fresco...
Como iba diciendo, empecé a correr en dirección a Alcúdia, 3 kilómetros a una media de 5:53. Muy suave... Muy cochinero... Y aprovecho para comentar lo que me dice Danae... Lo diferente que se corre desde el primer kilómetro cuando tenemos un entrenamiento suave, uno de calidad o una carrera. Recuerdo que cuando empecé a correr no era capaz de entender cómo era posible que entrenando nunca hubiera ido más rápido de 5:00 por kilómetro, y en cambio en una carrera corría a una media de poco más de 4:30 el kilómetro. Manu me decía que en una carrera siempre nos crecemos un poco, lo que se conoce como el efecto dorsal. También se me hace curioso que cuando tengo entrenamientos de calidad, los 3 kilómetros de calentamiento siempre me salen mucho más lentos que cuando tengo un rodaje Easy, en vez de solamente el primero, como suele pasarme. Pero lo más curioso de esto es que en ningún momento, de manera activa, soy yo el que regula para ir más rápido o más despacio, sino que es mi cerebro el que tiene suficiente información como para decidir cómo dosificar el ritmo cardíaco, el esfuerzo, los impulsos nerviosos que se envían a nuestras fibras musculares y la sensación de cansancio. Porque cada vez estoy más convencido de que es eso, nuestra cabeza es la que regula el ritmo modificando todos estos parámetros para conseguir que nuestro cuerpo no sufra y a la vez pueda conseguir completar la distancia e intensidad del entrenamiento. Teleoanticipation es el nombre que se le da a esta teoría. The theory of teleoanticipation proposes that muscle power output is modified by a “central governor” that takes into account projected “finishing points” and afferent feedback from the muscle. It has been suggested that this allows the selection of an optimum pacing strategy that will allow completion of the task in the most efficient way while maintaining internal homeostasis and a metabolic and physiological reserve capacity.
Más o menos, La teoría de la teleoanticipation propone que la producción de fuerza muscular se ve modificada por el "gobernador central" (el cerebro), que tiene en cuenta la previsión de "puntos finales" (la distancia a recorrer y el ritmo que pretendemos llevar) y la información que transmiten al cerebro los músculos. Se cree que esto permite la elección de una estrategia de ritmo de carrera óptimo que permitirá completar esa carrera de la manera más eficiente, manteniendo además la homeostasis interna y sin agotar nuestra reserva metabólica y fisiológica.
Resumiendo de nuevo... Nuestro cerebro tiene suficiente información para decidir el ritmo que debemos llevar para que el entrenamiento no nos deje secos y para conseguir el objetivo previsto. Siempre que ese objetivo sea realizable.
¿Qué pasa cuando competimos? Pues en ese caso, nos hemos inscrito, hemos ido a por el dorsal, los hemos comentado en nuestros blogs, lo hemos hablado con amigos... Sabemos que es un día especial, que esa marca quedará grabada en la web de la organización... Y nuestro cerebro se da cuenta de todas estas cosas, sabe que por un día no es tan importante mantener nuestra homeostasis interna y que hay que apretar un poco más y ver dónde está realmente nuestro límite.
Cuando entrenamos, nuestro cerebro sabe que al día siguiente volvemos a entrenar, que estamos siguiendo un plan y que lo importante es cumplir los objetivos del entrenamiento dentro del plan. Y la teleoanticipation nos ayuda a no ir más rápido de la cuenta, a empezar suave, a ir más fuerte cuando toca y a guardar un poco para el día siguiente. Cuando competimos, la teleoanticipation sabe que un día es un día, y que después de la prueba descansaremos un poco. Así que maneja nuestros recursos de una manera más agresiva.
Así que como hoy tocaba una especie de exprime limón, sin proponérmelo, las órdenes que llegaron a los músculos de mis piernas fueron de empezar tranquilo. Haciendo esos 3 primeros kilómetros noté que el olor a huevo podrido comenzó un poco antes, así que deduzco que el viento soplaba en dirección a Port de Pollença. Por tanto, cuando empecé el primer tramo rápido, lo hice con viento a favor, pero, por mucha teleoanticipation que valga, aún andaba medio dormido y costaba correr. 20 minutos, que se hacen largos, a un ritmo de 4:45. No iba cómodo, no iba suelto...
10 minutos ahora a ritmo E. Esta vez, no había descanso entre cada uno de los tramos a ritmo T, tocaba seguir corriendo aunque más despacio. Y me salieron a 5:52. El cerebro me estaba protegiendo para el siguiente tramo... Las señales que llegaban de mis músculos seguramente le decían que hoy iba a costar completar el entrenamiento. Un poco de Isostar, un gel, y a por el segundo tramo rápido.
20 minutos a 4:48. Algo más de 4 kilómetros. Que se hacen muy largos. Un poco peor que el tramo anterior, imagino que por el viento.
Alguna vez, llegado a este punto, con el entrenamiento casi completo a falta sólo de enfriar, he decidido sobre la marcha que estaba lo suficientemente cansado como para saltarme los 3 kilómetros de enfriamiento, pero hoy no, los respeté, creo que son importantes, además hoy no tenía prisa por ir corriendo a trabajar, así que hice esos 3 kilómetros, pasando dos veces más por delante de la fábrica de huevos podridos, y a un ritmo de 5:30, bastante más suelto que los 3 primeros y que el tramo central a ritmo Easy.
Y a hacer la maleta, porque se acabaron las vacaciones... :( Las despedí como las empecé, con 16 kilómetros de calidad con buena parte de los mismos a ritmo de umbral aeróbico.
Muy buena la entrada y cuanta razon tienes compañero.Saludos.
ResponderEliminarClaro...!! Si es que es nuestro cerebro está la clave....!! lo que pasa es que no lo entrenamos suficientemente... Hay que correr menos y pensar un poco más para correr mejor...!!!
ResponderEliminarJoder al final acabarás sentado entrenando la teleanticipation esa sin series ni exprimelimones, Isidro. Como se entere JD te la lía...
ResponderEliminarInteresante el tema de la teleoanticipation y jodidos los exprimelimones. Cada vez valoro más la importancia del coco para mejorar la carrera.
ResponderEliminarVeo que sigues a tope preparando la maratón incluso en vacaciones, a seguir así.
ResponderEliminarBuena entrada y muy interesante. Esta teoría puede explicar porque con el tiempo nos volvemos más conservadores. Nuestro cerebro al principio carece de información y de referencias. Yo era más lanzada en mi primer año de corredora.
ResponderEliminarUn saludo y ánimo con la "vuelta al cole"
PD: "ojalá pasara por ahí el camión de la basura para traer algo de aire fresco..." (me parto!)