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lunes, 26 de noviembre de 2012

Renqueante y cochineando


Después de escribir 1.000 veces "No empezaré una carrera sin calentar", y de un descanso forzado de casi 5 días y medio, el viernes volví a calzarme las zapatillas en la oficina para volver a casa corriendo.


Todavía no me había desaparecido del todo la molestia en el muslo, pero, si hay niños leyendo, por favor no hagáis esto en casa, seguí mi táctica de empezar a correr suavemente cuando noto que la molestia ya está en sus últimas, y el viernes decidí no esperar más. La misma ruta que la otra vez, pero sin hachazos en los semáforos ni piques en el río, más bien, cochineando como hacía tiempo que no cochineaba...

Fueron 10,37 kilómetros en 59 minutos exactos, a una media de 5:41 y pulsaciones de 142bpm. No quise correr más para no forzar y evitar que la lesión se reprodujera. Algo de molestias al correr, pero nada importante, así que seguí con el hielo y el Voltarén.

El sábado descanso total, y el domingo, como aún notaba algo de molestia y no quería ir rápido, qué mejor que volver a la montaña a media mañana. Repetí una vez más una de mis rutas favoritas, la de la Pujada a les Dues Pedres, me gusta aún más porque al día siguiente desde la oficina veo perfectamente todo el recorrido, y desde lejos la verdad es que impresiona más que de cerca... :)

Corrí sin forzar, en las subidas no notaba nada de molestias, y en las bajadas fui mucho más conservador porque temía que en un mal apoyo pudiera sentir un crack. Pese a ir en plan conservador total, me salió un entrenamiento decente, menos de un minuto más lento que la última vez. 13,36 kilómetros de montaña al lado de casa, a un ritmo medio de 5:47, sin pulsímetro y con muchas ganas de correr pero con el freno de mano puesto...

Y hoy, cochinero matutino para estirar las piernas y recuperarlas del esfuerzo del domingo. De nuevo con marchas cortas. 9,57 kilómetros, ida y vuelta hasta la playa, a ritmo medio de 5:20, los 2.500 últimos metros un poco más suelto, a 5:08, 5:09 y 5:02, casi sin molestias, y con muchas ganas de hacer pronto unas series... :)

Al final no correré La Sagrera este domingo, una de mis carreras talismán. Por dos motivos principalmente... Aún no me noto al 100% para forzar el ritmo, y sobre todo, que ya no quedan dorsales... :) Así que la siguiente parada será la Media Maratón de Vilanova, el día 16 de diciembre, hará un año exacto que no corro una media competitivamente, a ver si me acuerdo... Y el 31, Nassos, ésta sí que es mi carrera super talismán, mis dos mejores marcas en 10K fueron es sendas Nassos. Soy muy consciente de que va a ser casi imposible mejorar la marca de 2011, creo que 39:30 será mi marca
personal en 10K y que ahí se quedará. Con la edad, perdemos potencia pero ganamos resistencia. El año pasado coincidieron muchas cosas, no tuve ningún parón por molestias, corrí una maratón a finales de octubre y la acabé muy entero y pude enlazar una buena racha de entrenamientos de potencia y velocidad, y ese día salió todo redondo... Confiaba en hacer marca, pero no en bajarla casi 30 segundos. A día de hoy, en 10K, mi objetivo es volver a correr por debajo de 4:00 el minuto y bajar de 40:00, este año no voy tan bien como el anterior, pero en cambio, si que creo que en meda maratón puedo intentar bajar marca...  Esperemos que se vayan las molestias del todo, y empezar a trabajar velocidad.

martes, 20 de noviembre de 2012

Crónica de la Jean Bouin 2012

No lo dice el título de la entrada, pues no soy de celebraciones ni aniversarios, pero precisamente el domingo pasado cumplí cuatro años como corredor popular. La Jean Bouin de 2008 fue la primera carrera popular en la que participé. Aún no sabía en qué lío me había metido y que desde ese día hasta hoy iba a correr 36 carreras de 10K, 17 medias maratones y 6 maratones. Y lo que me queda... :) Siempre que el cuerpo aguante y las lesiones respeten.

Y digo eso de las lesiones con la boca pequeña, pues normalmente suelo estar parado muy poco tiempo por problemas físicos, pero llevo una racha un poco rara... :( Volví de la Behobia con unas molestias en la zona de la tibia, que como muy bien me comentó el crack Espíritu González, quedaron sólo en un dolor pasajero durante dos días fruto de una sobrecarga. Y el domingo, en la Jean Bouin, volví a acabar tocado.

Iba a la carrera sin un objetivo en mente, sino que más bien como fui a la Behobia, con la idea de ver cómo respondía el cuerpo a distancias distintas a la maratón, para así plantear objetivos realistas para diciembre y enero.

Y sin objetivos llegó el domingo por la mañana, me encontré con Manu en la Plaza de España, y entre que buscamos la zona de punto 8 y volvimos a dejar las bolsas, se nos echó el tiempo encima y apenas tuvimos tiempo de calentar... Me fui para la zona de salida cuando faltaban apenas 15 minutos, y tampoco ahí pude calentar mucho... Y creo que me equivoqué de pleno y lo pagué...

Se dio la salida, y empecé a correr con la idea de no pasarme de pulsaciones, ir a un ritmo de entre 4:05 y 4:10 y llegar a la fatídica subida al Paralelo con fuerzas. Y así empecé, el primer kilómetro, como siempre, llevado por la vorágine humana durante la salida, lo hice a 3:53. El segundo a 4:03, en el tercero hay una leve subida y lo hice a 4:11, otro más a 4:06, y el quinto de nuevo a 4:06. Hay algo de desfase entre el GPS y los puntos kilométricos, ya que pasé por el 5 en 20:42, lo que hacía una media real de 4:08 el kilómetro, más o menos el ritmo que quería llevar, para acabar alrededor de 41:00, y sin apenas sufrir...

Acabando el sexto estaba el avituallamiento, iba por el centro de la calle, y venían bastantes runners por ambos lados, hice un gesto un poco brusco para aprovechar un hueco, y ¡ZAS! Pinchazo en el muslo, en la zona del bíceps femoral... :(

Me bebí el agua, seguí corriendo, y vi que el dolor no remitía... Tampoco iba a más... Pero cada paso que daba dolía... Acabó el fatídico sexto kilómetro a un ritmo de 4:09, y bajé aún más el nivel de esfuerzo e hice uno más a 4:18, pensando en pararme... Ya estaba al inicio de la subida al Paralelo, había bajado mucho el ritmo y me sentía descansado, así que fui subiendo a ritmo suave, disfrutando por una vez en la vida de la subida del Paralelo sin sufrir demasiado pero con el pinchazo dando la lata... :) 4:31 y 4:24 en el Paralelo, y el último kilómetro, con más subidas por las calles Tamarit y Lleida, y un dolor un poco más agudo, antes de llegar a meta, en unos cochineros 4:42...

Salieron los 10 kilómetros en 43:06, la media se fue a 4:18... Las pulsaciones quedaron en 172bpm de media, pensaba que fueron más bajas, qué extraño, corrí a un nivel de esfuerzo mucho menor pero las pulsaciones estuvieron en la línea de las de otras 10K...

De todas maneras, la prensa local se hizo eco de mi actuación, aunque creo que exageran un poco... :D

Hoy sigo con un poco de dolor, no he salido ni lunes ni martes, el hielo y el Voltarén van cumpliendo su cometido... Me siento optimista de cara a las carreras que vienen estas próximas semanas, con mucho frío y llanas, a ver si consigo recuperar el veloisidráptor en lo que queda de año... ;)

jueves, 15 de noviembre de 2012

Las fotos y el pique

En la Behobia no pude hacer muchas fotos antes y después de la carrera, gracias a la lluvia que nos cayó... Pero me han gustado mucho las que hicieron en la recta de llegada, que además coincidió con el momento más espectacular de la carrera, con la lluvia apretando como nunca y un viento infernal. Ya conté que recorrí esos últimos 1000 metros dándolo todo... Pero no sabía que con esa cara... :D







La segunda foto es mi favorita. La cara de esfuerzo después de 20 kilómetros con frío y lluvia resume muy bien lo que fue la carrera del domingo. Creo que será la foto que enmarque cuando ya no pueda correr y la que enseñe a mis nietos... :)

¡Ah, y en la última sale mi amigo Óscar Rodríguez! Nos encontramos poco después en la entrega de bolsas, pero no nos dimos cuenta de que entramos casi juntos... :)

Y tras la Behobia, después de dos días de descanso, y con un pequeño susto por unas molestias en la pierna izquierda, ayer miércoles por la tarde hice algo que tenía ganas de hacer hace tiempo, volverme del trabajo a casa corriendo. Las molestias estuvieron ahí un par de días, son las mismas que tuve unas semanas antes de la maratón de Sevilla, que también se fueron a los 3 ó 4 días. Era en la zona de la tibia, cerca del pie, en la parte delantera. Seguro que eso tiene nombre pero no sé cuál és... :) ¿Puede ser periostitis? Creo que fue fruto de correr el domingo sin calentar y de llevar una pisada más forzada por la lluvia. Por suerte, a base de hielo y Voltarén, ya son historia.

El martes dejé todo preparado para la salida del miércoles. Me llevé una bolsa con la ropa de running ala oficina, y el miércoles llegué vestido de programador y me fui vestido de corredor. Además, mientras ma cambiaba, casualidades de la vida, me vieron dos compañeros, surgió la conversación, ¡y resulta que quieren correr la maratón de Barcelona! Para más inri, uno es italiano y el otro inglés, así que tendré que poner en práctica el vocabulario runner angolsajón que tanto he leído últimamente... :)

Otro compañero ya me había contado que hay una rambla que baja hasta el litoral y que no está muy transitada, así que poco antes de las 19:00, tras el el encuentro con los dos próximos maratonianos, salía trotando por la Rambla del Poblenou hasta el semaforo que cruza la Diagonal. Ahí estiré un poco, y a las 19:02 ya empecé a correr en serio hacia el mar. Ritmos cómodos pero mucho más rápidos que a las 6:00am... Un par de kilómetros por la rambla, esquivando peatones, terrazas y parando un par de veces,  un cambio de ritmo al final de la rambla para cruzar el semáforo en verde, que me dejó la media de ese segundo kilómetro en 4:44, y ya estaba en el litoral corriendo en dirección al Besós. Mucho viento en contra, y ritmos alrededor de 4:50 y pulsaciones de 155bpm. Por ahora todo bien, nada de molestias, muy buenas sensaciones, tenía ganas de correr y eso estaba haciendo.

Un kilómetro algo más vivo hasta llegar al río, a 4:39, ya llevo 6, y bebo en la fuente antes de bajar al río para celebrarlo. Una vez en mi querido Besós, me animo un poco, no hace tanto viento como en el litoral, y me siento cómodo con un ritmo sobre 4:40...

Hasta que todo cambia de repente... Iba más o menos a esos 4:40... Cuando de pronto escuché cómo alguien se acercaba con un paso bastante rápido. Me había cruzado con mucha gente, cómo cambia correr de noche, iba más rápido que todos, y ahora iba a resultar que en el río me iba a pasar un runner a toda leche...

Veo que ya lo tengo casi encima, y entonces, el runner se me pone al lado y sigue corriendo a mi ritmo... Vaya, qué curioso, ya me pasó exactamente lo mismo una vez en el río, pero de madrugada... Y como iba animado y con ganas de correr... Pues cambié un poco de ritmo... Se cumplió el kilómetro 7 a 4:32 de media. Ya empezaban a ser palabras mayores para un día tranquilo... Y el otro runner seguía pegado...

Como iba suelto y cómodo, pues... Mantuve el ritmo, y creo que aceleré un poco... Ahí seguía el colega... Prácticamente pegado, se le oía respirar un poco forzado, no mucho más que yo, que iba apretando más poco a poco... Tenía la sensación de ir un poco rápido, cómodo y disfrutando pero quizá algo más rápido de lo que debería ser un rodaje suave... Miro el Forerunner... Y compruebo que no, que no me estaba picando... Marcaba 4:12 y 170bpm... :D

Pero ahí seguía el tío, estaba siendo divertido, yo iba apretando un poco más y él seguía el ritmo... Cae el octavo kilómetro y la media es de 4:10 clavado, las pulsaciones ya marcan 175bpm... Y eso que no llevaba las Kinvara, sino las Triumph... ;)

¿Y ahora qué hago? ¿Después de un kilómetro de pique a 4:10, bajo el ritmo y dejo que me adelante? ¿Mantengo el ritmo sin más? Ummmm... De eso nada... Aprieto un poco más... ;) La respiración ya empieza a ser más que intensa, el Forerunner marca 4:08... Ya no hay vuelta atrás, uno de los dos debe reventar... :D Y no tenía intenciones de ser yo... ;) Contaba Alberto Salazar que cuando un rival estaba a punto de adelantarte, una táctica que él usaba era dejar que le coja, y acto seguido darle un hachazo tremendo, siendo consciente del desgaste que le produciría a él mismo, pero también del terrible golpe psicológico que supondría para el rival, que seguramente ya no levantaría cabeza...

No estaba corriendo la final olímpica de maratón, no conocía al otro runner, simplemente, creo que surgió un bonito pique y los dos queríamos ponernos a prueba... Y ya empezado el kilómetro 8, después de aguantar ese ritmo terrible de 4:08, pegué el hachazo, kilómetro 8,25, pulsaciones a 175bpm que empiezan a subir hasta 180, ritmo de 4:05 que llega a 3:53 en el 8,5, bufff, esto es demasiado para mí, pero hay que aguantar, qué pique, un poco más, venga, ahora, escucho que la cadencia de la zancada de mi compañero baja, ya no oigo su respiración, se ha parado, justo a tiempo, cuando yo ya iba a reventar... :D Sigo unos metros fuerte, luego voy bajando poco a poco, 250 metros más a 4:22, otros 250 a 4:49, ya no me sigue nadie, y la media del noveno queda en 4:16... Las pulsaciones ya han "bajado" a 170bpm, me acomodo en un ritmo de 4:31 en el décimo kilómetro, ya no me sigue nadie, miro de reojo por si el otro runner ha resurgido de sus cenizas pero no, puedo seguir recuperándome del esfuerzo tranquilamente... Salgo del río, 840 metros a 4:50, y llego a casa sudando como un pollo, todavía a 168bpm, pero sintiéndome poderoso... :)



Casi 11 kilómetros a una media de 4:39 y 159bpm, incluyendo dos kilómetros asesinos a 4:10 y 4:16... Quién me lo iba a decir cuando salía de la Torre Llacuna con mis pantalones cortos y la camiseta de la Behobia... :)

A veces los entrenamientos menos preparados y más improvisados, sobre todo cuando no estamos con la presión de un plan a rajatabla, son los que deparan las mejores sorpresas. Ayer fue así. No me imaginaba metiéndome 2 kilómetros a ritmo de 10K tras otros 7 a ritmo moderado... Ni un encuentro anónimo y un pique tan sano. Cuando no lo has planeado, cuando vas pensando en otra cosa, y se tercia la ocasión de poner a prueba nuestros límites en una situación inesperada, es muy difícil no sucumbir a la tentación... Cómo somos los runners... :)

martes, 13 de noviembre de 2012

Crónica de la Behobia / SS 2012

Cuando uno empieza a correr e interesarse por lo que cuentan otros corredores, en forma de blogs, tweets o mensajes, tarde o temprano aparece un nombre que empieza a hacerse familiar rápidamente. Behobia. Leemos esa palabra una y otra vez, y comprobamos los más veteranos hablan con total naturalidad de esa Behobia mientras los más novatos los leen con respeto. Y todos cuentan maravillas. Muchos repiten un año tras otro, otros están emocionados porque es la primera vez. Los que se estrenan vuelven emocionados. Los que repiten, no menos que los primerizos. Y los que aún no han ido ni tienen fecha... Empiezan a pensar cuándo será el día...

Mi día fue ayer. Mi primera Behobia. Y digo primera porque dudo que no repita próximamente. Y cómo no, la experiencia fue única, y después de haber leído tantas maravillas de esta carrera, hoy me toca contarlas a mí.

Y contaré maravillas de la carrera, del ambiente, de la organización, de los otros corredores, de la gente que animaba durante toda la carrera y de todos con los que me crucé en esos dos días. Es la segunda vez que voy al País Vasco, ambas para correr, y si algo he aprendido sobre la gente que ahí vive es que rebosan amabilidad en cada gesto. En Bilbao estuvimos con unos amigos de Manu, que me trataron como si fueran mi familia. Y en San Sebastián, entre desconocidos, el trato humano fue insuperable, en el hotel en el que descansamos se portaron como nunca se habían portado conmigo en un hotel.

La operación Behobia comenzó el Sábado a las 5:00am, con el despertador sonando a mi hora habitual. Ya tenía media bolsa hecha, así que metí los últimos cacharros y me fui a Sants. Ahí me encontré con Manu, al final fuimos los dos solos, y comenzó un cómodo viaje de más de 5 horas hasta San Sebastián. Todo invitaba a una buena siesta, pero al final, entre charlas sobre la carrera, una visita a la cafetería del tren para comerse un enorme bocadillo de tortilla de patatas, y el Apalabrados, el viaje casi se nos hizo corto.

Fuimos directamente a la feria del corredor, había bastante gente, muchas tentaciones en forma de portageles, pantorrilleras y demás, pero sólo husmeamos un rato y recogimos el dorsal. Ya había empezado a llover un poco, pero nada grave. Lo mismo el domingo había suerte y no llovía...



Comida suculenta, y al hotel. San Sebastián estaba lleno hacía varias semanas, y cuando nos decidimos a buscar hotel ya no quedaba nada... Al final encontramos uno en Zumárraga, a una hora en tren de San Sebastián, en la misma línea que va a Behobia, así que no estaba tan mal comunicado. Trayecto en tren sin problemas, digiriendo el risotto y el entrecot, más Apalabrados, y llegamos a Zumárraga ya habiendo oscurecido totalmente. El hotel estaba en las afueras, le dirección no era muy precisa, y guiados por San Google fuimos hacia el lugar aproximado donde debería estar...

Por un momento se complicó el asunto... Carretera con poco arcén, noche casi cerrada, y el SmartPhone parecía indicar que aún había que subir basante por esa carretea... Por suerte, en un desvío, nos funcionó el instinto, y menos mal que nos llevamos por él y no por el GPS, y llegamos al hotel por suerte mucho antes y más cerca del pueblo de lo que decía el teléfono. Mucha amabilidad en la entrada, un habitación enorme y barata, restaurante típico en el mismo hotel, qué más se puede pedir... Pues sí se podía pedir algo más, un trato exquisito como el que tuvimos...

Bajamos a cenar. Siempre se recomienda una cena ligera antes de la carrera, pero... También se dice que a la Behobia se viene a disfrutar... Así que la cena fue digna... :) Pastel de espinacas... Codillos... Cuando ya casi habíamos reventado, nos preguntó la camarera si queríamos postre... Buffff, no sé, estoy lleno... ¿Qué hay? Pues tenemos pastel vasco... ¿Y cómo es el pastel vasco? Ah, muy ligerito, un trocito de pastel de hojaldre relleno con una pizca de crema... Ah, vale, venga, pues pastel vasco...

Así que ligerito... Y relleno con una pizca de crema... Vaya pedazo de pastel... Más grande que el primer plato, rebosando crema por todos lados... Y con un poco de helado de regalo... Vamos, para dejárselo en el plato... :)

Casi reventados, salimos del comedor y nos comentaron en recepción que el desayuno se servía a las 6:30. Comentamos que al día siguiente nos teníamos que ir pronto, así que preferíamos pagar esa misma noche y salir pronto sin molestar a nadie. Pero entonces el señor que nos atendía se convirtió en la persona más amable del mundo e insistió una y otra vez en esperarnos a las 6:00 para que desayunemos, y cuando le dijimos que íbamos en tren a Behobia volvió a insistir hasta que al final aceptamos que nos llevara en coche hasta la estación...

Pagamos, y nos fuimos a dormir con todo preparado para el día siguiente.



Diana a las 5:00am... Un par de trozos de pan de molde con mermelada, zumo y café de sobre con agua fría que compramos el día anterior, punto 8 y bajamos a recepción. Ahí estaba el señor, con la mesa del desayuno ya preparada, insistiendo una y otra vez en que comiésemos algo y nos tomásemos un café. El café estaba delicioso, me comí unos cereales, y cuando le dijimos que la carrera no empezaba hasta las 10:30, volvió a insistirnos en que nos llevásemos algo para el camino, y fue corriendo a por una bolsa, la llenó de plátanos, manzanas, mandarinas, y luego se acercó a una cesta enorme llena de nueces y empezó a echar nueces a dos manos... :D

Nos llevó en coche a la estación, estuvimos charlando con él muy amigablemente durante el camino, y a las 6:36 estábamos en el tren camino a Behobia, con la mochila hecha y una bolsa con fruta y nueces... :) Teníamos una hora y veinte minutos hasta Irún, y con el madrugón que nos habíamos pegado, la siesta era una tentación irresistible... Nos sentamos cerca del WC, por lo que pudiera pasar... Iba entrando el sueño...

Hasta que en una estación entraron un grupo de jóvenes que no venía precisamente de entrenar, sino que de juerga... Entre el escándalo y el tufillo a tabaco, alcohol, whisky y perfume barato, pegar ojo se convirtió en una misión imposible... Mira que era grande el tren, y nos tocó a nosotros... Se sentaron justo al lado del WC... Estuve tentado de intentar anestesiarles con un punto 8 contundente, pero no acababa de llegarme... A pesar del escándalo inherente a su edad, se portaron correctamente, excepto por los gritos, y por suerte bajaron un par de estaciones después. Pero ya se pasó el sueño. Llegó el segundo punto 8, y casi sin darnos cuenta, ya estábamos en Irún. Había mucha menos gente de lo que pensaba, o más bien, fuimos muy prudentes con el horario y llegamos demasiado pronto. Un paseo largo hasta Behobia... Y empezó a gotear...

Pensamos que había que ir con ojo y sobre todo intentar no mojarse las zapatillas, para correr con los pies secos, pues seguramente dejaría de llover pronto..........

Sí, sí... Dejó de llover, y empezó a diluviar. En un segundo las cuatro gotas se convirtieron en un chaparrón contínuo y todos los corredores corrimos a refugiarnos donde pudimos. Dejamos las bolsas, había que hacerlo más de una horas antes de que comenzara la carrera, y buscamos refugio hasta la hora de la salida. Algunos valientes salieron a calentar un poco, pero nosotros nos quedamos bajo techo hasta 10 minutos antes de la salida. Última meadilla, paseo a la zona de salida, y a falta de pocos minutos para empezar a correr, las zapatillas, los pantalones, los calcetines y la camiseta estaban simplemente empapados... :(

No habíamos calentado nada, aunque la música ochentera que pusieron antes de sar la salida nos animó un poco... :) Salió el primer grupo de galgos... Y dos minutos después, nosotros...

¿La carrera? ¡Ah, sí, que además de todo esto, había una carrera!

Mi planteamiento era disfrutar de una carrera como ésta, y de paso, probar mi estado de forma de cara a las medias maratones que vienen ahora. Así que salí más bien conservador. No quería sufrir, quería acabar fuerte y no hundirme en las dos subidas que hay. Los primeros 5 kilómetros los hice en 21:57, con un perfil bastante llano. A una media de 4:23. Muy reservón... Me encontré con el Abuelo Runner sobre el kilómetro 2, iba con el Currito, el personaje más conocido del blog del Matraca Roteño... :) Me dijo que no andaba  muy fino y seguí con el miedo en el cuerpo de que el abuelo en cualquier subida me adelantara diciendo "qué pasa, que tengo 52 años y casi no se me nota!"... :)

Después de estos primero kilómetros llegaba la parte divertida, una subida en dos partes, una más suave hasta el kilómetro 7, y una más durilla hasta el 8. Hago esos dos kilómetros a 4:46 y 5:04, no me preocupa perder posiciones, voy controlando las pulsaciones, alrededor de 170bpm, y llego muy entero a lo alto de la subida. Por suerte la lluvia ha bajado en intensidad. Se baja un poco y se llanea hasta el 10, y ese sector de 5 kilómetros lo hago en 22:45, los primeros 10K caen en 44:42. Tenía en mente hacer menos de 1:30 así que iba bien, si doblaba los 10 kilómetros que faltaban lo conseguiría, pero como había salido muy conservador pensaba que podría intentar apretar al final y rascar algunos segundos.

El 10 y el 11 son muy divertidos, empiezan llanos y acaban bajando bastante, y lo bueno es que, estando la llagada a nivel del mar, todo lo que sea cuesta abajo es porque previamente se ha subido, así que mi animé pensando esto y los marqué a 4:24 y 4:01. 3 más entre 4:21 y 4:26, llanos, y me planté en el 15 con un parcial de 21:58, calcando casi los primeros 5 kilómetros, manteniendo las 170bpm.

Últimos 5 kilómetros, una última subida, y el resto, a morir. Vuelve a llover fuerte... El segundo puerto que se sube lo paso haciendo los dos kilómetros en 4:43 y 4:50, pero yendo mucho mejor que el primero, adelantando corredores, algo muy raro en mí en subidas... :) Esas pulsaciones que he ido reservando se notan, y me siento muy fuerte. Se acaba la subida, y empieza una bajada a tumba abierta. Voy a tope, disfrutando de la sensación de velocidad, del frío y de la lluvia, hago el 18 a 3:58, me salen unas cuentas de poder estar cerca de 1:28:00, me siento bien, la lluvia aprieta, la gente anima, no ha dejado de hacerlo en toda la carrera, paso por el cartel del 19, el ritmo es de 4:15, y entonces, llega el momento más espectacular de la carrera...

Después del cartel del 19, tenemos por delante una recta de un kilómetro. Miles de personas están animando detrás de las vallas... De repente se levanta un viento tremendo y llueve a mares... Llevo 19 kilómetros corriendo empapadao, pero qué más da, ese último kilómetro es espectacular, gritos, ánimos, gorras que salen volando, caras desencajadas, ¡¡¡running en estado puro!!!

Voy apretando un poco, pero con la que está cayendo no se puede ir muy rápido... El Forerunner me descuenta unos cuántos metros y me sale un ritmo de 4:11 hasta la llegada, adelanto algunas posiciones, acabo a 181bpm y paro el Forerunner en 1:27:59, aunque el tiempo oficial es de 1:28:00.



Después de acabar la carrera, la lluvia se convirtió en la madre de todos los diluvios. Ya me daba lo mismo mojarme más, estaba calado hasta las huesos... Llegué al punto de encuentro con Manu, tras cruzarme con Óscar Rodríguez y comentar la carrera, y fuimos caminando hacia el polideportivo donde estaban las duchas. Me daba lo mismo que lloviera, no saqué ni el paraguas ni el impermeable, sólo pensaba en llegar al polideportivo, sacar la ropa, soñando que estuviera seca, darme una ducha caliente y dejar de sentir ese frío intenso y esos temblores que se habían adueñado de mí tras acabar la carrera...

Por suerte, no había mucha gente en el polideportivo, una vez más, amabilidad total, la mochila funcionó a la perfección y la ropa estaba seca, y cuando me metí bajo la ducha caliente se me olvidaron todos mis males... Creo que ha sido la mejor ducha de mi vida... :) Salimos del polideportivo como nuevos, dejó de llover, y nos fumamos el cigarrito de rigor...

Ya repuestos, una visita rápida a la playa de la Concha, para hacer un check-in de FourSquare, y a comer, que nos lo habíamos ganado. En varios lugares que probamos nos dijeron que no tenían ya sitio, estaba todo reservado, pero encontramos un restaurante muy cuco y recomendable donde recuperamos fuerzas de esta guisa...


Vuelta a la estación, otras 6 horas de tren, las nueces que nos dieron en el hotel nos salvaron la vida, y de nuevo en casa satisfechos con nuestra medalla... Y con la sensación de que a Behobia hay que ir si te gusta correr... Y es muy difícil no volver... Si no habéis ido... No os lo penséis mucho... :)

jueves, 8 de noviembre de 2012

Miniplan Behobia finished!

El primer miniobjetivo después de Berlín ya está a la vuelta de la esquina. No busco una marca ni un ritmo objetivo, me han hablado mucho de la carrera pero no soy capaz de imaginar cómo va a salir la Behobia 2012. La referencia más cercana que tengo en realidad es bastante lejana... Las últimas medias maratones las corrí a finales de 2011 y principio de 2012. La de Granollers, en febrero, no la cuento porque hice una tirada previa y corrí a ritmo maratón, preparando Sevilla. Así que las últimas medias que corrí ya casi tienen un año y es una distancia que tengo un poco olvidada.

Así que, más que tener una referencia para la Behobia basada en mis últimas medias maratones, más bien la Behobia será una buena referencia para ver cómo encaro las próximas medias maratones...

Después de las dos últimas salidas por montaña, esta semana he salido lunes, miércoles y hoy jueves. Dos rodajes suaves y llanos por el río, con las Kinvara, que serás las elegidas para ir a San Sebastián, y uno de mis entrenamientos favoritos, unas series en cuesta de esas que te dejan con voz de hombre al acabar... :)

Cochinero el lunes, recuperando las piernas del esfuerzo del domingo. Los clásicos 9 kilómetros y medio, esta vez a 5:23 y 140bpm.

Descanso el martes, y el miércoles, a disfrutar de unas series en cuesta. Me encanta ese entrenamiento. Subo corriendo al Hospital del Espíritu Santo, poco más de 2 kilómetros para ir entrando en calor. Luego, le doy al botón derecho para marcar el inicio de Lap, subo 500 metros asesinos, con una pendiente de casi el 7% de media, y vuelvo a darle al botón derecho para ver el tiempo que he tardado... Y entonces es cuando me doy cuenta que el día que Súper Coco explicó la diferencia entre izquierda y derecha yo andaba un poco despistado, y por eso pulsé Start en vez de Lap, y me quedé sin saber en cuánto tiempo hice la primera cuesta... :)

500 metros más de bajada, y vuelta a empezar. 4 cuestas más, en 2:42, otra vez 2:42, 2:33 y la última en  2:24, sin vaciarme a fondo, lejos del 2:15 de mi Mejor Cuesta Personal...

Vuelta a casa suave, un buen desayuno, y a trabajar. Me quedé dudando si salir hoy y descansar viernes y sábado, o descansar hoy, salir el viernes y descansar el sábado. Al final triunfó la opción 1. Hoy salí a hacer otro rodaje suave, esta vez con las Triumph 9. Bien abrigado pues ya empieza a refrescar por la mañana. Ruta hacia Montcada, primeros kilómetros extremely cochinero, 6:08, 5:53, 5:43 y 5:27 con viento en contra, media vuelta y otro kilómetro a 5:19, ahora el viento sopla a favor y hago otro a 5:14, y los tres últimos ya más suelto a 5:03, 5:03 y 4:50. 300 metros para llegar a casa, a 4:46, y al final salió un progresivo apañado. Ritmo medio de 5:24, y las pulsaciones otra vez en 140bpm, me gusta este dato.

Y ahora ya toca descansar, cargar las pilas y empezar a pensar en cómo la gente animando me llevará en volandas de Behobia a San Sebastián. Todo el mundo cuenta maravillas de esa carrera, y el lunes seré yo el que lo haga, seguro. He trabajado cuestas y montaña, ya sé que la carrera no es excesivamente dura, pero me gustaría salir airoso de las dos subidas que hay y con fuerzas para apretar en las bajadas y llegar muy entero al final. Recuerdo que en la Endimoniada había mucha gente animando al final, pero las piernas ya no daban más de sí y no pude acabar volando... Esta vez no quiero que sea así. ¡Esta vez toca llegar volando!

domingo, 4 de noviembre de 2012

Más pollo y más piedras

Sigo con la mini preparación para la Behobia, así que he repetido pollo y piedras este domingo. Descansé el viernes, y me vi forzado a descansar el sábado... Después de una tirada larga, creo que puedo recuperarme bien en 24 horas... Pero después de una cena de empresa seguida de barra libre, necesito más de un día para recuperarme... No me digáis que no quedó chulo el sushi de la cena, si os fijáis bien, se lee Social Point escrito en sushi... :) Gentileza de la opción de fotos panorámicas del iPhone 4S... ;)



Total, el sábado me quedé en casa, pero hoy domingo, aunque hayamos tenido amenaza de lluvia que se convirtió en lluvia de verdad, tocaba volver a la montaña a trabajar un poco los cuádriceps y el cardio.

Repetí el el circuito del jueves, la ruta de la Cursa de les Dues Pedres, pero saliendo desde y llegando hasta mi casa. 13 kilómetros y medio de montaña variada, me gusta el trayecto. Bien desayunado y con el estómago y la cabeza mucho mejor que el día anterior, a las 11:39am, con una ligera lluvia, acabé de estirar y salí en dirección a la Serralada de Marina. Tal y como empecé a correr, las cuatro gotas que estaban cayendo se convirtieron en 8, 16, 32, 64, 128, 256, 512, 1024, 2048, 4096, 8192, 16384, 32768 y llegó un momento que superaron las 65536 y dejé de contar... :) La gente huía despavorida a protegerse bajo los balcones o los toldos. Agua, simplemente agua, pero qué pánico que produce a veces, ni que fuera ácido sulfúrico...

Antes de llegar a los caminos de tierra de la Serralada de Marina, con la lluvia recién empezada a caer, tuve un par de amagos de aquaplaning, parece que las Asics van bien en tierra, seca o mojada, pero en el asfalto no se adaptan muy bien a la lluvia. Pero nada importante, llegó la pista de tierra, y seguí subiendo hasta el desvío que va hacia la carretera que lleva a Can Ruti. Toboganes, y de nuevo la subida asesina de la Carrerada... Pude subirla bien, bien jodido, pero sin pararme. Subí algo más despacio que el jueves, pero también más bajo de pulsaciones. Y eso lo noté en la bajada, bajé bastante más rápido que tres días antes...

¿Conclusión? Creo que es mejor correr como corrí hoy que como corrí el jueves, y quizá aún hay un punto medio entre ambos entrenamientos. En las carreras de montaña que he corrido, me he vaciado en las subidas y luego en las bajadas no he podido mantener el ritmo que me habría gustado. Creo que subiendo algo más despacio pero guardando plumas para después, se pierde menos tiempo que el que se puede ganar en la bajada. Y como en la Behobia hay mucho de ambas, subidas y bajadas, creo que será mejor salir prudente. A ver si me acuerdo el día 11... :)

Acabé el recorrido en 1:16:30, 9 segundos más lento que el jueves, pero el jueves me equivoqué de camino un par de veces y acabé haciendo unos 270 metros de más... :) Así que hoy corrí más lento, pero más bajo de pulsaciones, 150bpm de media hoy, 155 el jueves, máximas de 173 hoy, 177 el jueves.

Por suerte dejó de llover más o menos a mitad de recorrido. Pero claro, la mezcla de humedad, lluvia y camiseta del Decathlon... Y olvidarse de la vaselina... Acabó en esto...


Por suerte sólo me sangró un pezón... Que no dolía hasta que me metí en la ducha... :(

Mañana un cochinero suave, el miércoles series en cuesta y el jueves quizá series en llano. Luego un par de días de descanso, y a disfrutar de mi primera Behobia. Pronto seré yo quien pueda contar todo lo bueno que tiene esa carrera y que todo el que ha corrido no deja de contar...

jueves, 1 de noviembre de 2012

Piedras y pollo

Con el gran objetivo a casi 5 meses, y habiendo ya descansado y recuperado bien de mi última maratón, es tiempo de pequeños objetivos, mini metas, algo que al menos a mí me motiva mucho y que si son elegidas con criterio pueden además ayudar al gran objetivo de un maratoniano.

Cuando se acerque la maratón de Barcelona, deberé intentar acostumbrar al cuerpo a rodar a menos de 4:40 durante 42 kilómetros, consumiendo grasa y glucógeno en la proporción exacta para no encontrarme al tío del mazo hasta que suba las escaleras del Montjuic con mi séptima medalla maratoniana... :) Y para llegar a eso, es importante tener una buena base aeróbica y unas piernas que puedan desarrollar esa velocidad con un gasto energético razonable.

Poe eso y por más cosas, la montaña es un gran aliado en las semanas previas a la preparación de una maratón. Además, corriendo este año la Behobia dentro de 10 días, tengo aún más motivos para no desperdiciar la más mínima oportunidad de correr por montaña.

Previos a la salida montañera de hoy, dos rodajes matuninos por el río esta semana, el martes, muerto de frío, en dirección a Montcada. Pasando una dura prueba de fuego... Ya sabéis que me levanto a las 5:00am cada día, además me levanto casi de un salto, so pena de llevarme un garrotazo de mi señora si no lo hago... :) El momento del despertador ya no es un problema para mí. Pero el martes, sí que lo pasé un poco mal antes de empezar a correr. Me levanté bien, café, galletas, punto 8 que se quedó a medias... Pero se hizo la hora y tocó salir a correr. Bajé a la calle, y hacía un frío de mil demonios. Estiré, y cuando iba a empezar a correr, noté que el punto 8 volvía a manifestarse y que no aguantaría hasta el puente del Molinet. Así que volví a casa, acabé la faena, y entonces sí que estuve tentado de quedarme en casita... :) El frío del carajo que hacía fuera, y lo bien que se estaba en casa... Pero el deber el el deber... Vuelta a la calle, y a las 6:15am empecé a correr. Creo que el frío me hizo correr más rápido, o será que ya va volviendo la forma... Fueron los 9,5 kilómetros de rigor, a un ritmo de 5:11, pulsaciones de 146bpm y un frío del demonio.

Otra más ayer miércoles, esta vez, bajo la lluvia. Después del verano atroz, de repente, he recordado lo que es correr con un frío tremendo y lo que es correr bajo la lluvia en sólo dos días. Tampoco me pienso mucho lo de salir a correr cuando llueve... Correr, mojarse, ducha caliente, y como nuevo. De nuevo los 9,5 kilómetros marca de la casa, esta vez hacia la playa, ya que en la ruta de Montcada se forman más charcos. Empecé suave, también en parte por la lluvia, 5:36, 5:34, 5:30 y 5:24, sin llegar a los 140bpm. Al llegar al punto donde doy la vuelta, me digo a mí mismo que ya está bien de cochineros y rodajes suaves, así que decido cambiar de ritmo y hacer 4 kilómetros, con viento en contra, algo más vivos, que salen a 4:39, 4:51, 4:45 y 4:42, alrededor de 160bpm, por donde creo que tengo bastante localizado mi umbral aeróbico... :) Bajo el ritmo en los últimos 700 metros, y acabo a un ritmo medio de 5:09 y pulsaciones de 145bpm.

Y hoy jueves, día festivo, diana a las 6:00am, un buen desayuno, una buena digestión en el sofá viendo la tele con mis cachorros, y a las 11:45, con unos 20 grados, sol y en manga corta, salí a correr. Me han gustado tanto las rutas que estoy descubriendo a la derecha del Turó del Pollo, que elegí repetir la de la Pujada a les Dues Pedres, carrera que ya he corrido dos años seguidos, alargándola desde y hasta casa. Recuerdo que las dos veces que corrí tuve que echar el pie a tierra en la subida asesina del Carrer de la Carrerada, que según el diccionario, es un "camino seguido de manera exclusiva por el ganado trashumante en su desplazamiento pendular y periódico para aprovechar los pastos naturales." Pues sí, el ganado subiría contento para ir a pastar, pero recuerdo que me costó horrores y que tuve que parar...

Pero hoy salí con otro chip. Lo mal que lo pasé hace dos semanas en la media maratón de montaña, y lo mucho que disfruté 7 días después haciendo un recorrido similar, me ha hecho ver a la montaña de otra manera. No, no soy un corredor de montaña, al menos todavía... Sigo siendo un animal de asfalto que todavía quiere mejorar sus marcas en maratón. Y la montaña puede ser un gran aliado si salgo a patearla vigilando las pulsaciones y corriendo con cabeza. Siguiendo los consejos del Abuelo Runner, corrí más tranquilo, acortando la pisada pero aumentando su cadencia en las subidas, recuperando en las bajadas, y completé la ruta sin parar una sola vez.

Fueron 13,77 kilómetros, 2 de subida hacia la zona del Turó del Pollo, otros 2 de toboganes, la subida asesina de la Carrerada, paso por la urbanización Vallensana y sus caballos, rodear el Turó del Pollo, y luego bajar hacia casa. Apretando los dientes en la subida criminal, y sintiendo que el corazón trabajaba a toda máquina y las piernas aguantaban el ritmo y el esfuerzo. Ritmo medio de 5:33 y pulsaciones de 155bpm, máximas de 177.

Después de 3 días seguidos, mañana descanso, y el fin de semana seguramente volveré a sacar de paseo a las Asics. Quizá con algún kilómetro más, por ejemplo alargando el recorrido hasta la cruz de Montigalá. La semana que viene, alguna serie en cuesta, rodajes suaves con algún hachazo, y el domingo, correré la tan famosa Behobia. Ahí sí que quiero correr, pero con cabeza. Los que ya la habéis corrido, que sois muchos... :) ¿Qué me recomendáis? ¿Cómo recordáis el perfil y el recorrido? ¡Gracias!