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viernes, 25 de julio de 2014

El hombre que asfaltaba el río...

Lo he pasado muy bien en estas últimas aventuras por montaña, pero la cuenta atrás ya ha comenzado y mi nuevo no-plan de entrenamiento ya está en marcha, mucho asfalto, mucho río Besós y muchos kilómetros me esperan, algo más aburrido que el Turó del Pollo y sus secuaces, pero necesario para intentar que en mi próxima maratón las cosas salgan bien.

Estos días tocará volver a acostumbrar al cuerpo al kilometraje clásico de una semana de entrenamiento maratoniano. Últimamente no había llegado a 50 km semanales ni de lejos. Pero ese kilometraje va a ser el mínimo con diferencia en lo que me queda hasta el 12 de octubre.

La semana pasada aún fue corta en distancia recorrida. Los 9 kilometrillos, incluyendo 6 a ritmo maratón del domingo 13 de julio, más dos cochineros de 9,5 km el martes y miércoles siguientes, y un 5x1000 (miles entre 4:10 y 4:22) el viernes para acabar dignamente la semana, sumaron en total unos 37 km que realmente saben a poco...

Pero esta semana ya empieza la cosa a ponerse más seria. El domingo hice la primera tirada larga de asfalto en muuuuuucho tiempo. Será una manía mía, pero si voy a hacer más de 18 kilómetros, ya me animo y en vez de dejarlo en 20 hago al menos una media maratón... :) Fueron 21,24 km a un ritmo de 5:05, rodando mucho tiempo por debajo de 5:00, pero pasándolo un poco mal al final por el calor y la falta de previsión que me hizo confiarme y llevar menos líquido del que habría necesitado. Pese a eso, buenas sensaciones, parece que el cuerpo aún recuerda lo que le toca al maratoniano los domingos por la mañana... ;)

El lunes el cuerpo pedía marcha. Es en lo que consiste mi no-plan. Me gustó la teoría del adaptive running de Brad Hudson, y desde que lo puse en práctica he ido mejorando mis marcas y voy a seguir fiel al método. El método consiste en no tener un plan definido, día a día, ritmo a ritmo. El objetivo es combinar las three magic bullets de Don Fink, rodaje largo, rodajes tempo y series rápidas, pero en función de lo que pide el cuerpo, las sensaciones del día anterior y las del mismo momento de salir a entrenar, y lo que nos dice en instinto. Así que, aunque el día anterior hubiera hecho la tirada larga, el lunes hice 9,55 km a un ritmo de 5:01, que a las 5:30am lo clasifico como un rodaje tempo...

Parte del adaptive running y de cualquier plan es asimilar los entrenamientos con días más relajados y descanso total. El martes, el cuerpo pedía rodaje cochinero, y lo entiendo. Así que me regalé otros 9,53 km cochineros a 5:34. Y el mismo martes por la noche fútbol, de portero, menos arriesgado para mis tobillos, y el miércoles por la noche más entrenamiento cruzado, esta vez un partido de pádel con amigos y unas cervecitas para celebrarlo, y el jueves descanso runner de nuevo... :)

Dos días sin correr es mucho, así que hoy viernes gasté la tercera bala, con un fartlek, 10 minutos calentando, y luego 6 intervalos de 2 minutos a ritmo de 10K (entre 3:58 y 4:09 con viento a favor, y entre 4:12 y 4:15 cuando soplaba en contra) y otros dos minutos a ritmo E, para acabar enfriando otros 10 minutos antes del inmerecido desayuno.

Mañana quiero hacer los 14 kilómetros clásicos de los sábados, y acabar la semana con 63.

Aún faltan 11 semanas, pero aquí empieza a oler a maratón...

lunes, 14 de julio de 2014

Teiá Moritz Trail y 14 para Chicago

Vuelta a la normalidad, las vacaciones ya parecen algo que ocurrió en un remoto pasado, he corrido mi último trail hasta después de bastante tiempo, y ya empieza el entrenamiento clásico de maratón.

La despedida del trail quería que fuera buena, aunque la resaca de las vacaciones, en forma de un kilo de más y de alguna molestia por culpa del fútbol, hizo que no las tuviera todas conmigo... Además, la temperatura y sobretodo la humedad presagiaban una tarde de mucho sufrimiento. Pero a eso vamos, ¿no? :) Sábado, 5 de julio, a sudar se ha dicho...


Además, ha sido la primera y seguramente la única vez que corra una carrera con dorsal binario (perdón, pero no he podido evitar el chiste pésimo...)

Manu ya me había alertado de que la carrera es mucho más dura que la Vilatrail que corrimos unas semanas antes. Y se quedó corto...

Nada más empezar, como siempre, muchas ganas de correr, subida por asfalto, camino ancho, se podían ganar posiciones, y claro, uno sube, sube y sube, pero el ritmo baja, baja y baja, y en pocos metros la pendiente pone a cada uno en su sitio. Pude ganar posiciones y completé el primer kilómetro de asfalto, en forma de subidita con una pendiente del 7%, en 5:09, para haberse hecho daño... :)

Esa pendiente se quedó corta en comparación con lo que venía después... Una subida interminable, dura, del 15%, aún frescos de fuerzas, pero notando como el esfuerzo iba minando la moral... Al llegar a lo más alto de esa primera subida, se cumplían los 2,5 kilómetros y todavía quedaban muchos kilómetros que recorrer y mucho líquido que sudar... A esas alturas, ya iba empapado...

Una tregua para recuperar el aliento y bajar a lo loco, cada vez le voy perdiendo un poco más el miedo a las bajadas técnicas, pero poco tardamos en recordar que esta carrera es para sufrir... Así que otra vez para arriba, y aperitivo de medio kilómetro, un tramo llano, y la segunda gran subida, otro kilómetro al 13%, para recordar una vez más lo bien que se estaba en casa...

La recompensa, otra bajada loca, recuperando alguna de las posiciones que perdí subiendo y ganado otras de regalo. Disfrutando como un niño con zapatillas de trail... :) Pensando sólo en bajar rápido, y no en lo que venía luego...

Dos subidas desgastan, y la tercera, aunque más leve (si por más leve podemos considerar una pendiente media del 7%), se me atragantó casi más que las dos anteriores. Mucho desgaste acumulado, mucho más espacio entre corredores, mucho líquido perdido, y la subida que no se acababa nunca... Lo pasé mal, no recuerdo si la foto es de ese tramo...


Acabó, como todo, aunque parecía que nunca iba a empezar la bajada... :) Como todo lo que sube baja, tocó volver a dejarse llevar y olvidarse del dolor de cuádriceps bajando y recuperando posiciones. Ya sólo quedaba llegar abajo del todo y una última subida...

Otra vez una pendiente del 15%. Fresco se sube sufriendo mucho... Con 10 kilómetros en las piernas, calor, humedad y mucho desnivel ya acumulado, simplemente, es un infierno... Los pasos cada vez eran más cortos, y el dolor de cuádriceps más intenso. No se acababa nunca... Otra vez apenas un kilómetro, pero interminable... Mucho peor que las otras tres subidas juntas... Caminando pero sintiendo a cada paso como el amigo montañés del tío del mazo iba dando una detrás de otra...

Pero se acabó, y ahora sí, la recompensa final, la que hace que todo haya merecido la pena, 3 kilómetros bajando a tumba abierta, la gravedad y pisar con cuidado y algo de osadía era suficiente para bajar y ganar muchas posiciones, al final me va a gustar y todo... :) En pocos minutos todo el esfuerzo ya era un vago recuerdo, sólo quedaba disfrutar de as piedras, las curvas y los saltos, aunque por mi cara parezca más bien que me había perdido... :)


Subiendo sólo deseaba que todo acabara de una vez... Bajando, no quería que la carrera se acabara nunca, pero la perspectiva de un par de cervezas y un bocata en la llegada hizo que al final no me supiera tan mal acabar... ;)


Y a falta de medalla, buena es una cerveza fría para recuperar sólo una mínima parte del líquido perdido...




Y pese a que correr de tarde / noche hace que me cueste conciliar el sueño... Pocos días recuerdo haber dormido también como ese sábado... :)

Obviamente el domingo tocó descansar, y el lunes, puedo considerar que empezó el plan que me llevará el 12 de octubre a mi duodécima maratón, la de Chicago.

El lunes a cochinear un poco. Tampoco salió tan mal, 9,43 km a 5:09.

El martes, a probar cómo estoy de potencia con unas series en cuesta. Mis queridas series de 500 metros subiendo al Espíritu Santo. 2,2 km calentando, y 5 intervalos entre 2:36 y 2:16, bastante mejor de lo que pensaba. Y vuelta a casa a ritmos de alrededor de 5:15

El miércoles, descanso, ya que el martes, además de las series, tocó fútbol por la noche...

Y el jueves, 9,6 km a 5:09, notándome muy fresco y con ganas.

El fin de semana no tenía tiempo de hacer una tirada larga, compromisos inmobiliarios y familiares hicieron que el sábado corriera 9,51 km a 5:00, y el domingo 3 km Easy y luego a ritmo próximo al de maratón, entre 4:34 y 4:44.

Después de la salida del domingo... Comí, literalmente, como un cerdo muerto de hambre... :) Así que energía no me faltará en la semana 13 para Chicago, que continuará mañana martes.

El plan lo iré manteniendo aquí:

Plan Chicago 2014

domingo, 6 de julio de 2014

Holidays running

Este verano mi tiempo de reposo anual, si por reposo se entiende correr como un loco, jugar a fútbol y voleibol, comer mucho y degustar Gin Tonics, se ha adelantado a finales de junio. En 2014 toca modo JASP (julio, agosto y septiembre puteao) así que en cuanto mis cachorros acabaron el cole nos metimos en un avión y nos fuimos unos días a Lanzarote, tierra de volcanes, hotelitos familiares y donde además habita Antonio Navas, compañero de correrías cuando aparezco por la isla... :)

Todo empezó el 19 de junio, aún andaba un poco renqueante de mis molestias lumbares, llegada al hotel, aclimatación, comida y a dormir. Y a la siguiente mañana, tocaba despertarse pronto para la primera salida... :) No llegó a 9 kilómetros, ida por la Avenida del Mar, vuelta por la de las Palmeras, ritmo cochino de 5:27, en función del viento, y buenas sensaciones... Un aperitivo para lo que me esperaba al día siguiente, Antonio está preparando la Tinajo X-Race y quería recorrer el tramo final con Gerardo, así que la invitación a unirme a ellos era muy complicada de rechazar... ;)

El plan inicial para el sábado era hacer unos 28 kilómetros y subir a tres volcanes en unas 4 horas. No está mal para empezar las vacaciones... :) Antonio vino a recogerme, aprovechando que mi hotel estaba apenas a 200 metros de su casa. Dejamos el coche en el punto de destino de la ruta y nos subimos al de Gerardo, que ya nos estaba esperando, hasta el punto de partida. Hubo que realizar un trámite previo... Y a correr!!!



Una vez más, a los 5 minutos de estar juntos, ya parecía que nos conociéramos de toda la vida... :) Comenzó la ascensión al primer volcán, el que tiene el cráter más grande de toda la isla...



Una subida muy dura, pero mereció la pena... Las vistas desde lo alto del volcán eran simplemente espectaculares...



Ahora un poco de postureo... ;)

 

Y después lo mejor, de la salida, y seguramente uno de los mejores recuerdos que tengo de un entrenamiento... El cráter del volcán tiene una circunferencia de unos 2 kilómetros. Desde el punto más alto, y hasta que empezamos a bajar por la ladera, recorrimos aproximadamente 1 kilómetro alrededor del volcán... El camino era bastante estrecho, apenas un par de metros en algunos tramos... A un lado, barranco, al otro, la caldera del volcán, en ambos casos, bastantes metros de caída y una sensación de vértigo que hacía que corriera mirando hacia delante y al suelo, cualquier giro de cabeza podría provocar un mareo... Fue espectacular, además, el tramo era de perfil llano o incluso descendente, corrimos con todo lo que daban las piernas, mirando de reojo los barrancos que teníamos a ambos lados, durante un kilómetro, bastante separados los tres, cada uno sólo ante las sensaciones difícilmente explicables que produce correr en un lugar así... No quería que se acabara nunca, pero finalmente, llegó el desvío de la ruta hacia el segundo volcán...

Ahora tocaba correr por piedras volcánicas, llegar, subir y bajar del volcán supuso 10 kilómetros, y tras hacerlo nos tocó un tramo de unos 7 kilómetros sin tanto desnivel, aunque había que correr con cuidado para poder conservar los tobillos durante el resto de nuestras vidas... :) Piedras, oscuras, claras, con agujeritos, puntiagudas, rugosas, resbaladizas... Todo tipo de piedras para romper zapatillas y tobillos... :) Y entre piedra y piedra, trago de agua y conversación de amigos runners, nos plantamos en la segunda subida. Esta vez el terreno era muy distinto, con unas plantitas rojas raras que le daban mucho color a la ascensión... :)

 


Y las vistas, de nuevo, impresionantes...



Otra parada para admirar el paisaje, más conversación, y el tiempo se nos echaba encima, íbamos muy tranquilos, disfrutando la compañía, y en lo alto del segundo volcán nos dieron ya casi las 3 horas de salida... Hicimos la bajada corriendo como locos, de nuevo, disfrutando como sólo en una isla así se puede, esas bajadas no las tengo yo en el Turó del Pollo... :) Vuelta al llano después de la bajada, más de tres horas corriendo, el calor y el cansancio empezaban a dar señales inequívocas...

Y entonces, llegó, ahora sí, el momento sublime del día... Gerardo iba delante, y de repente se para en seco y dice... ¡Un moral!

Ahí estaba, a un lado del camino, en un lugar difícil de ver si no vas muy atento...



A ver cómo lo explico yo para que se entienda... :) 3 horas y 40 minutos corriendo... Un volcán por subir... Calor, hambre, cansancio... Y de repente, aparece esto delante de nosotros... Como locos, empezamos a comer moras, dulces y blanditas las más oscuras, algo ácidas y más consistentes las rojas... Perdí la cuenta, nunca había comido moras directamente del moral, el sabor es increíble, pese a la temperatura, conservaban un gran frescor, el estómago empezó a sentirse agradecido, las manos y boca parecían las de un vampiro, comimos, comimos y seguimos comiendo...





Cuando ya no podíamos comer más, por unanimidad, decidimos que al tercer volcán iba a subir su tía, y emprendimos la marcha, con dificultad tras la parada, en dirección al coche de Antonio... :) Por suerte los 3 kilómetros que faltaban eran cuesta abajo, y tras más de 4 horas y 15 minutos de salida, llegamos al coche y nos limpiamos las manos de jugo de mora y nos tomamos unas cervezas para celebrarlo... :)

¡El Runkeeper me avisó de que ésa fue la vez que más tiempo he estado corriendo! Es es cierto, el tiempo bruto fue de 4:16:29, y restando las paradas (que fueron muchas), estuve corriendo 3 horas 54 minutos y 34 segundos, unos 10 minutos más que el día de mi PMP en maratón... :) Así que nos tomamos otra cerveza para celebrarlo... :)






Al día siguiente, obviamente, la actividad deportiva se redujo al consumo de Gin Tonics y a la piscina del hotel... :) Y el lunes 23 volví a madrugar y calzarme las Excel Gel 33 para recorrer el paseo marítimo, ida y vuelta, 9,22 km a 5:16, acabando los últimos, con viento favorable, a ritmos decentes...

Durante la ruta de los volcanes Antonio y yo quedamos en subir otro día al volcán que hay al lado del hotel, y de paso, ir a cenar con las families... Me lié yo solo y entendí que el miércoles haríamos las dos cosas, así que el martes salí a hacer unos kilómetros cochineros, ida por el paseo marítimo, vuelta por el interior. 10,4 kilómetros a ritmo de 5:22, con la idea de descansar el miércoles por la mañana y salir a correr por la tarde... Pero no, el plan de Antonio era correr el martes por la tarde y quedar con las families el miércoles por la tarde... Así que...





Sí, ese día tocaba doblar... :) Además... Se me antojó comprar una mini cámara deportiva, a lo que fui con mis cachorros justo después de desayunar. Mi idea era ir directo a por una GoPro, pero cuando llegué a la tienda el hombre me convenció para llevarme una HP AC-200W. Le fue fácil convencerme cuando por fin confesó que la GoPro no la tenía en la tienda, y como el antojo era muy grande, me llevé la otra... :) Más o menos hacen lo mismo... Sirven para grabar salidas runner... Y para grabar a los niños en la piscina... :D




 Por la tarde, segunda salida a subir volcanes de las vacaciones. Esta vez iba a ser más corta, y para la crónica, usaremos ese clásico de que valen más 20 vídeos que mil palabras... ;)




Y después del descanso runner y la cena del miércoles, volvimos a las andadas el jueves y nos dimos un rodeo por la zona costera, piedras, acantilados, pescadores furtivos, volcanes al fondo, un paisaje espectacular...

Un par de fotos y la vídeo-crónica... ;)

 


Tengo que mejorar con los selfies y la cámara... ;)






Ah... Y así queda el tobillo si uno se dedica a patear piedras durante algo más de 10 kilómetros... :D



Otra salida más el viernes, al día siguiente, por el paseo marítimo en modo ultracochinero... 9,04 km a 5:48. Quizá no era el día ideal para entrenar, pero sí para correr, demasiada comida en el buffet y los Gin Tonics seguían cayendo... ;) Y como el domingo ya volvía a casa, pues el sábado... Otro rodaje más, por el paseo marítimo, not-so-cochinero de 9,07 km a 5:30. Y por la tarde, fútbol...

Aún así, me volví a casa con un kilo de más, que no es mal balance para todo lo que comí... :D

El final de las vacaciones fue distinto... Aunque no inesperado... Cuando ya estaba en la cola para facturar la maleta, recibí una llamada de mi hermano... Mi padre nos dejó ese mismo día... Ya llevaba tiempo enfermo y el desenlace podía ser en cualquier momento, y fue el domingo. Llegué a casa el mismo domingo a última hora, y lunes y martes estuve de tanatorio y despedida... Como la vida sigue, y como una de las cosas que aprendí de mi padre es que hay que trabajar muy duro para conseguir lo que se desea, el lunes volví a los entrenamientos en el río e hice los 9,52 km de rigor a 4:54, aunque en realidad fueron 7 cochineros (entre 5:34 y 4:51) y dos un poco más alegres, a 4:27 y 4:38, y los últimos 520 metros a 4:41, recuperando sensaciones en llano después de tanta piedra y volcán...

El martes repetí, pero en ayunas, 9,64 km a 5:19 según el Forerunner. El miércoles, un cochinero muy cochinero, pues esa tarde debutaba el equipo de Fútbol 7 de Ubisoft en el Mundialet. No quiero líos y lesiones con el fútbol, así que opté por ser al que le meten los goles... :D



Descanso el jueves, y el viernes, como tenía carrera el sábado por la tarde, otro cochinero de 6,16 km a 5:41... Y la carrera del sábado, la dejo para otro post, porque tuvo mucha miga... :)