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domingo, 27 de septiembre de 2015

Boston 2016

Fue el lunes, 5 de julio de 2010, cuando escribí esto en mi blog:
tengo decidido correr mi primera maratón el 24 de octubre, la Marató del Mediterrani.
Todavía no sabía en qué lío me estaba metiendo... :) La de kilómetros, madrugones y gadgets que iba a necesitar por haberme convertido en maratoniano... Mediterrani, Barcelona, Bilbao, Sevilla, Barcelona, me empezó a gustar esto de correr maratones por España. Me animé a probar un poquito más lejos y me atreví con Berlín, que salió muy bien. Una Major, un ambiente que no se puede explicar con palabras... Vuelta a España, Barcelona, Madrid, y cambio de continente por primera vez y maratón de Nueva York. Y eso sí que es difícil de explicar, lo que se vive en una carrera con 50.000 corredores y una ciudad entregada es único. Segunda Major. Y uno que ya empieza a hacer planes... A Nueva York fui por agencia de viajes, y a Berlín todavía se podía uno inscribir sin sorteos ni marcas...

Tras la segunda Major y mi primer periplo transoceánico ya estaba enganchado. Y empezaban a rondarme planes por la cabeza. Correr las 6 Majors comenzaba a parecer un plan a largo plazo. Pero tocaba empezar a esforzarse con los tiempos si quería hacerlo y seguir pagando una hipoteca... :) Así que tras volver de Nueva York, en mi mente fue tomando forma un reto muy especial, esa carrera de la que todos hemos oído hablar, la maratón más antigua, la más prestigiosa, la única que no se corre en fin de semana, la que no puedes correr por agencia, solo por marca. Sí, la maratón de Boston.

Boston 2015 era mi plan. La maratón se corre en abril, así que por unos pocos días ese año me tocaba correrla en la categoría de 40 a 45 años y la marca mínima exigida era 3:15:00. Mi marca entonces era de 3:17:49 en Berlín, un circuito plano, ancho y con pocos giros. Había que esforzarse para conseguir ese 3:15 y encontrar una carrera apropiada. Así que decidí repetir Sevilla en 2014 para buscar esa marca e intentar correr Boston en 2015. La carrera salió bien, el calor estuvo a punto de fastidiarme los planes, pero conseguí un 3:14:40 que me permitía intentar inscribirme en Boston... Y de paso, también me garantizaba una plaza para Chicago, otra Major.

Lo intenté con Boston, pero quedé fuera por pocos segundos... La marca mínima no te garantiza una plaza, siempre hay un corte unos segundos por debajo de esa mínima, y en mi caso fueron más de los que yo tenía de margen. Así que Boston tendría que esperar. Y para calmar mis penas, corrí Barcelona, me apunté a Chicago y la corrí también, haciendo la carrera soñada y bajando de 3:10. Lo que ya me garantizaba sobradamente una plaza para Boston 2016, esta vez en la categoría de ancianitos de 45 a 50 años, para la que la mínima es de 3:25... :)

Tras Chicago, en 2015 tocó repetir lo que hice en 2013, Barcelona (con mi mejor marca actual), Madrid (bajando 12 minutos mi marca de hace dos años) y dentro de pocas semana Nueva York. Y ahora sí, confirmado, verificado y pagado, en 2016, correré la maratón de Boston. Tanto rollo para decir esto... :)

Sigue el camino hacia Nueva York. La lesión que me tuvo medio verano parado me ha dejado en un estado de forma más bajo que el que tenía tras correr Madrid, poco a poco voy recuperando el ritmo pero obviamente no puedo preparar una maratón en 3 meses y renqueando. Así que el plan sigue siendo sobrevivir, pasear con mi medalla por la ciudad y tomarme unas mini vacaciones. Si mis lumbares, mi piramidal y mis isquios lo permiten, a la vuelta empezaré a preparar Boston para ver si la carrera soñada lo es también por la marca conseguida.

Mis entrenamientos siguen siendo rodajes a un ritmo poco exigente, aún no me atrevo con las series o ritmos más rápidos, quiero que hayan desaparecido todas las molestias antes de ni siquiera pensarlo. He cambiado los 5 días de entrenamiento semanales por 4, y los 3 rodajes de 10 km que hacía entre semana se han convertido en 2 de 15 km, con el aliciente de que los hago desde casa a la oficina, cruzando más de media Barcelona. Es un lujazo levantarse a las 6:00am, tomar un café y unas galletas, ponerme la ropa de deporte, ahorrarme un billete de metro, ducharme en la oficina y después hacerme un desayuno espectacular, tostadas, salmón, pastrami, jamón, queso, zumo de naranja recién exprimida... Sí, todo eso (y más) a disposición del sufrido empleado de King... ;) Tengo la sensación de que mi cuerpo asimila mucho mejor 30 km en 2 días descansando 3, que en 3 días descansando 2. Lo malo es que por la ciudad se complica hacer rodajes tempo o series, pero lo intentaré...

Los fines de semana aprovecho para hacer tiradas más largas, incluso el jueves pasado, festivo en Barcelona, me atreví a hacer algo más de 24 kilómetros, algo que no ocurría desde el 17 de mayo... Es obvio que a mis piernas les faltan kilómetros, pero quiero pensar que con los 5 años que llevo entrenando y corriendo maratones, una buena puesta a punto antes de Nueva York me permitirá acabar la maratón entero, si desde el principio salgo con el chip de que voy a disfrutar y que las marcas ya llegarán en 2016, si tienen que llegar.

Mientras, cochineros, a seguir yendo a la oficina corriendo, cuidar lumbares, abdominales, dorsales y demás "-ales", y sobretodo, cuidar la alimentación, como ayer... ;)



sábado, 5 de septiembre de 2015

Missing in combat

Buf, 25 de mayo, más de tres meses sin escribir en el blog... Los tres meses clásicos del verano, junio, julio y agosto, los meses del sufrimiento entrenando con calor, de las deshidrataciones, de las tiradas largas épicas por el litoral, de madrugar los fines de semana para poder correr a unas pulsaciones razonables.

Pero estos tres últimos meses para mí han sido muy distintos a los mismos tres meses de los últimos 5 años, los que llevo preparando una maratón para septiembre u octubre. El verano de 2010 preparé la primera, Mediterrani. En el de 2011 la nocturna de Bilbao. 2012 fue el verano de Berlín. Qué recuerdos, qué sufrimiento, pero qué bien salió. El verano de 2013 fue más relajado pues corrí Nueva York en noviembre y la parte dura del entrenamiento fue en septiembre y octubre. 2014 fue el verano de Chicago, donde lo di todo y salió la carrera soñada. Y para el verano de 2015 ya tenía pensado tomarme las cosas con más calma, pues este año repetiré Nueva York, una carrera en la que no me planteo hacer marca, y así guardaré fuerzas para Boston, que es donde quiero intentar hacer algo interesante...

Pero los planes cambiaron de repente... El 25 de mayo explicaba mis dos últimas carreras de montaña. Un cambio de terreno, de ritmos, de zapatillas, después de correr las maratones de asfalto de Barcelona y Madrid. Que coincidió con unos días de molestias en la zona lumbar, en parte por la edad, el viaje a Tokyo, y seguro que también por correr mucho pero no hacer otros ejercicios complementarios... Tras las carreras de montaña, una semana de entrenamiento por el río, a buenos ritmos. Algo de dolor lumbar, pero bueno, es raro el día que no me duele algo y no por eso dejo de entrenar. Y el día 1 de junio, celebrando el primer día de mi cuadragésimo sexto año de vida, decido hacer un entrenamiento por montaña pues aún me quedaban un par de carreras por ese terreno en junio y julio.

Y ese día cometí demasiados errores. Ritmo bueno, me sentía fuerte, subí con ganas. Llegué a la mitad del entrenamiento, toda la subida, muy bien de fuerzas... Inicié la bajada, siguiendo la ruta que me marcaba el GPS. Se acercaba el punto en el que tenía que girar, miré el GPS, pensé que todavía no era ese cruce... Seguí recto, vaya, me he pasado... Bueno, no pasa nada... No me voy a dar la vuelta, mejor sigo, giro cuando pueda, y ya volveré a coger el camino correcto. Me metí por una trialera... Que se iba estrechando... Cada vez más... Se bifurcaba, yo iba cogiendo el camino que me acercaba a la ruta que me marcaba el GPS. Más estrecho, arbustos, zarzas, y yo que sigo bajando y buscando el camino que me salté. Cada vez me cuesta más avanzar. Y en unos minutos, me veo en medio de la nada, zarzas y arbustos por todos sitios, para avanzar tenía que pisar matorrales, apartar ramas, casi arrastrarme bajo arbolitos... Veía la parte alta de la montaña y gente bebiendo agua. Veía el camino principal más abajo. Pero no veía cómo llegar, no sabía volver sobre mis pasos, tenía el camino del que me salí a unos 20 metros encima de mí, y el camino correcto quizá a otros 20 a mi derecha. Pero no podía avanzar. Me enfrié, me llené de cortes con las zarzas, aplasté miles de arbustos con mi pierna derecha, haciendo unos gestos exageradamente exagerados...

Casi media hora atrapado, avanzando 5 metros hacia arriba, 3 hacia la derecha, 8 hacia abajo... maldiciendo no haber dado la vuelta y volver por mi camino... Al final, se me enciende una bombilla, menos mal que llevo siempre el iPhone en el brazo. Google Maps, vista satélite, zoom máximo... Parece que veo una zona en la que hay un mini camino que me puede llevar a otro más grande que luego desemboca en el camino que me pasé de largo... Pies de plomo, últimos matorrales, últimos gestos exagerados, y después de 40 minutos deambulando entre la maleza... Vuelvo al camino inicial... Con la cabeza gacha... Me doy la vuelta... Y vuelvo por donde me dice el GPS... Sudando, ensangrentado, cansado, frío... Voy cogiendo el ritmo poco a poco y completo la mitad descendente del entrenamiento a duras penas. Llego al parque de La Bastida, y ahí sí que cometo el error más grave. Había quedado con mi familia y la de unos amigos del cole de mis hijos. Ya era tarde, el entrenamiento se me había alargado a más de dos horas y media... Así que me fui rápido para casa... Y no estiré convenientemente.



Tras recuperarme de las heridas y agujetas, dos días después salí a entrenar por la mañana. Pero algo no funcionaba. Una molestia rara en la nalga derecha. Un dolor muy agudo al estirar. Ya no solo en la nalga, también en los isquios. Muchas veces he entrenado con pequeños dolores y molestias, las ganas de correr siempre eran superiores a esos problemas sin importancia. Pero las sensaciones al acabar ese entrenamiento no eran las habituales, de "me duele pero no pasa nada". Las sensaciones eran de "me duele mucho y pasa algo".

Paré. Decidí que tocaba descansar unos días y olvidarme de las carreras de montaña que tenía en el horizonte. Y entonces comenzó el pequeño calvario de mi lesión o lo que haya tenido. Antes contaré una historia... He sido programador durante muchos años. He participado, si la memoria no me falla, en 86 videojuegos, la mayoría de ellos programando o controlando la programación del juego. En un juego o cualquier programa, a un fallo que hace que el programa no funcione correctamente lo llamamos "bug". Un "bug" de un juego podría ser una lesión de un corredor. En el caso de los programas, el bug provoca que el programa no funcione bien, vaya lento o simplemente deje de funcionar. Y la única manera de solucionarlo, es encontrar el error y repararlo. Hasta que no se encuentra el error, el programa no vuelve a funcionar bien. Puedes hacer un cambio para mitigar los efectos del bug, pero el bug seguirá estando ahí y hasta que no se resuelva el programa no funcionará correctamente. He conocido en primera persona programas con bugs que han estado ahí seis meses (por suerte no era mi proyecto). Y creo que he corregido miles, quizá decenas de miles de bugs. Cuando encuentras el bug y lo corriges, simplemente has solucionado el problema y ya no vuelve a pasar. Un bug al que llamamos "bug Jalisco" nos tuvo tres días sin descansar y comiendo pizza Jalisco hasta que descubrimos que la clase que gestionaba las colisiones se borraba antes que la clase que gestionaba el circuito, y eso provocaba una corrupción de memoria que hacía que el juego explotara en la siguiente carrera. Cambiamos una línea de código, y se arregló el problema. Otro bug era un contador que gestionaba la duración del turbo de un coche durante el pintado y no durante la lógica, por lo que en una partida multijugador, un coche podía tener el turbo más tiempo activo en una consola que en otra, según la posición de cada jugador, y eso provocaba que los soches se desincronizaran. Cambiamos una línea de una parte del programa a otro, y se arregló para siempre. Otro bug consistió en que la página de memoria activa se actualizaba primero y su valor se guardaba en una variable después, para poder restaurarla cuando ocurría una interrupción. Si la interrupción ocurría justo después de actualizar la página y antes de guardarla, al volver de la interrupción, la página no estaba actualizada y el juego accedía a una zona de memoria que no era la que correspondía a la página activa. Cambiamos dos líneas de orden, y se solucionó para siempre. No volvió a fallar.

Yo tenía un bug en la nalga y los isquios de la pierna derecha. Pero los bugs de los corredores no siempre son fáciles de identificar.

Fui a un fisio al lado de mi anterior trabajo. Muy amable, muy atento, 50 Euros, y me dijo que tenía una inflamación en las inserciones musculares de la zona lumbar y eso me producía las molestias. Que hiciera estiramientos y listo.

Fui al traumatólogo y me mandó una ecografía. La ecografía hablaba de un síndrome del glúteo profundo, aunque no era determinante. Nada de las lumbares.

Me mandaron una resonancia y de glúteo nada, ahí se veía una tendinosis de grado mítico en el tracto de la pierna derecha, y el médico decidió que hiciera rehabilitación. Me daban hora para empezar el 1 de julio, y me iba a ir de vacaciones el 20 de junio (sí, habían pasado ya dos semanas sin correr).

Fui a otro fisio justo antes de irme de vacaciones y sin ver la resonancia ni nada, me dijo que tenía una inflamación muy profunda entre la nalga y la zona isquiotibial. Masaje, inyección de antiinflamatorio en la zona afectada, y me dijo que descansara un par de días y saliera a correr...

Vamos, 4 diagnósticos distintos y aún me tenían que valorar los fisios de la mutua.

Así que me fui de vacaciones con una pequeña esperanza de que el pinchazo que me hicieron me hubiera solucionado el bug y poder correr con el gran Antonio Navas por Lanzarote... :) Probé a correr un día, muy despacio. No me molestó. Al día siguiente me levanté sin dolor. Volví a probar... Me empezó a molestar durante la carrera. Y al acabar el dolor era como el primer día. Parece que el pinchazo hizo efecto momentáneamente. Pero cuando se pasó el efecto, el bug seguía ahí.

Paré de nuevo. Vaya panorama, vacaciones sin correr, y todos esos volcanes a mi alrededor. Nada de fútbol, nada de voleibol, nada de baloncesto, nada de hacer el burro. Gin Tonics, piscina y tumbona. Las vacaciones idílicas para muchos...

Volví a salir una tarde. Sólo 8 km. Para darme cuenta de que el bug seguía ahí y que si corría empeoraba.

Así que volví de vacaciones con las zapatillas relucientes, dispuesto a empezar mis 10 sesiones de rehabilitación... Antes, la vuelta al trabajo. No me extenderé mucho. Llegué el día 1 de julio, y me despidieron. La intrahistoria la conocen los más íntimos, son me extenderé en temas que siempre son delicados, simplemente me lo tomé muy bien, di muchos ánimos a mis excompañeros y empecé a preparar mi nueva etapa profesional. Y empecé la rehabilitación de mi lesión, que aún no sabía en qué consistía.

Llegué a la primera sesión, de evaluación, y la persona que se encarga de hacer la evaluación ni me tocó la pierna. "La resonancia dice que tienes una tendinosis, bueno, pues haremos un tratamiento para la tendinosis". Por suerte en el horario que elegí, me tocó un fisio un poco más atento que sí se dignó en interesarse por lo que me duele... Pero parece que mi bug es complicado y difícil de identificar. Unos días con corrientes, luego masajes, estiramientos para intentar liberar el nervio ciático, otros estiramientos, que me duelen, más corrientes... Pasan las 10 sesiones, nadie sabe qué tengo, me sigue doliendo, veredicto: 10 sesiones más.

Sigo con la misma rutina, las corrientes, y el fisio me pega varios meneos, me manda otros ejercicios, veo que el dolor parece que va bajando un poco pero no puedo encontrar esa línea de código que arregla el problema... Simplemente, el tiempo o alguna de las múltiples cosas que me hacen probar parece que calma un poco el dolor. Pero me sigue doliendo mucho y el cuerpo me dice que no quiere correr.

Se acerca el final de la segunda serie de 10 sesiones, el fisio se va ir de vacaciones, me cambia los ejercicios y dice que pruebe a hacer fortalecimiento de isquios con excéntricos y estiramientos. No me duele e incluso siento que me calma las molestias. Me dice que siga, y que si no se va el dolor, le pida al médico más pruebas. Y se va de vacaciones.

Voy al médico. Veredicto: 10 sesiones más.

Ah, en esto, durante la segunda serie de 10 sesiones, empiezo a trabajar en King. No me puedo sentir más que agradecido a mi antigua empresa por haber ayudado a que esto haya ocurrido. Haciendo un inciso, si eres un profesional de los videojuegos, a nivel de cliente o backend (para backend, buscamos cracks en Java), contactad conmigo porque estamos reclutando gente. Esto es sólo para que veáis cómo trabajamos en King... ;)




Bueno, se acaba julio, vuelvo a trabajar mucho mejor que antes, la lesión mejora pero nadie sabe qué es y no se acaba de curar... Sigo con los excéntricos y las corrientes, el dolor está estancado... El fisio que me ha llevado no está, y la chica que le releva me dice que si no me duele tanto y si veo que no mejora... Que pruebe a correr despacio a ver qué pasa. Si me duele, que pare. Si no me duele, que siga, poco a poco.

Así que el domingo 9 de agosto desempolvo las zapatillas y pruebo... 6 kilómetros hipercochineros a 6:33. No noto molestias. Estirando me duele un poco, pero no más que los días que no corro. Se lo digo a la fisio. Y me dice que siga poco a poco...

6 kilómetros más el martes. 8 más el viernes. Por encima de 6:00 el kilómetro. 10 el martes, a 5:31. Otros 10, otros 10, otros 10... El domingo 30 de agosto me suelto un poco y los hago 5:03...

Casi no me duele. Sigo con los excéntricos una vez por semana y estiramientos frecuentemente. Noto una ligera molestia, podía ser un "acortamiento", estiro mucho, corro suave, pero esto va mejorando. Los bugs en los corredores no se arreglan con una línea de código. Quizá nunca sepa lo que me ha pasado. Pero parece que se está yendo. Ya llevo un mes corriendo de 3 a 4 días por semana.

Y aprovechando una de las múltiples ventajas de trabajar en King, que es tener duchas en la oficina, he probado a variar mis entrenamientos entre semana. No creo que vuelva a entrenar 5 días por semana. 4 suena bien, quizá 3. Si corro sábado y domingo, me quedan dos días entre semana. Y esta semana pasada he hecho una prueba. Dejar ropa limpia y comida en la oficina, levantarme, comer mis galletas y tomar mi café, pasar por el baño, e irme a trabajar corriendo, así, como suena. Son 15 kilómetros, 4 por el río, 2 siguiendo al tranvía, 7 por la Gran Vía, y dos más haciendo traffic-light-fartlek. Una ducha, y luego, un desayuno de rey, zumo de naranja recién exprimida, pan tostado, jamón york, queso, aguacate, huevos duros, salmón ahumado (todo eso en la oficina), desde luego en King no se pasa hambre... ;)

Lo he hecho martes y jueves y creo que lo tomaré como hábito. Tengo la intuición de que mi cuerpo asimilará mucho mejor dos sesiones de 15 km que tres de 10 km. Además puedo dormir más y me ahorro un billete de metro.

Así que vuelvo a correr. He estado "Missing in combat" (ya sé que es missing in action, pero me gusta más así) pero parece que vuelvo a correr. Hoy han sido los 14 y pico clásicos de los sábados cruzando el puente del Forum y han salido a menos de 5:00, con un calor importante. Las pulsaciones siguen altas pero irán bajando. Con la montaña y las series aún no me atrevo... Poco a poco. Por ahora, el objetivo es Nueva York, no haré marca, mi objetivo será "I will survive", espero no morir en el intento. Quiero acabarla entero, sin molestias, pues el objetivo verdadero sigue siendo Boston 2016. El 14 de septiembre se abren las inscripciones. Yo mientras, a mi ritmo, poco a poco, volviendo a recuperar pulsaciones y sensaciones.

I'm back.