Crónica de los 10K de Sant Quirze

Fin de 4 semanas de carreras de 10K los domingos y entrenamientos con menos volumen y más intensidad de lunes a viernes... No había objetivos, ni retos, ni nada en especial... Simplemente, coincidían 4 carreras que ya he corrido y me gustan mucho, en un periodo del año en el que aún se puede correr sin calor excesivo, y en un momento en el que no tenía objetivos maratonianos a corto plazo.

¿El resumen? Pues que he acabado con muy buenas sensaciones.

¿Qué eso eso de las buenas sensaciones? Seguro que casi todos los que nos leemos sabemos a qué nos referimos, pero quizá no sea fácil explicarlo. No recuerdo si era un tweet o si lo vi en un blog, el caso es que hace poco leí que alguien comentaba que los runners siempre hablamos de acabar carreras o entrenamientos con buenas sensaciones, aunque no quedaba muy claro qué significa eso.

Voy a intentarlo. Creo que las buenas sensaciones responden a un estado mental en el que el corredor siente que un evento deportivo, sea carrera o entrenamiento, se ha desarrollado sin incidentes negativos, con un resultado en la línea de lo esperado, quizá un poco más satisfactorio, y dejando una sensación de que el grado de esfuerzo necesario para conseguirlo ha sido moderado, de manera que queda la percepción de que el rendimiento ha mejorado y nos encontramos en un estado de progresión en cuanto a rendimiento.

Es como ver que todo ha ido bien, pero que seguro que va a ir aún mejor.

Así me he sentido hoy al acabar la carrera. Pero rebobinemos un poco... Que yodo empezó ayer por la noche...

Opté por cenar pizza. Masa de pizza del Carrefour, jamón york del Carrefour, queso del Carrefour y tomate frito del Carrefour. Una pizza que me daba para cenar y desayunar al día siguiente, el plan era comerme media para la cena y la otra media para el desayuno. Cayó media pizza, joder, qué rica estaba... Bueno, no me voy a ir a dormir con hambre, me he quedado como a medias, así que vamos a por un cuarto más... Qué rico, dios mío... La verdad, con un cuarto no me da para desayunar al día siguiente, así que, mejor me como el último cuarto y el domingo desayuno bocadillo... Y he aquí como lo que iba a ser media pizza, que pasó por ser tres cuartos, acabó convirtiéndose en una pizza entera para cenar... :)

A las 5:15am me levanté algo pesado por la cena, pero había que desayunar antes de correr. Así que me zampé un bocata, zumo, galletas y café. La pizza empezó a manifestarse. 3 sesiones de punto 8. Y la sensación de que el trabajo no estaba del todo hecho. Llegó Manu y nos fuimos para Sant Quirze.

Recogida de dorsal, sin problemas, y visita al baño... Cuarta sesión de punto 8... Pero seguía notándome pesado... Definitivamente, se me fue la mano con la pizza... :( Salí de la faena, y Manu me comentó que el Abuelo Runner ya estaba recogiendo el dorsal, y poco después nos juntamos los tres. Nos pusimos al día de nuestras batallitas, calentamos un poco, nos congratulamos por el día tan bueno que hacía para correr, fresco y nublado, y casi sin darnos cuenta ya estábamos corriendo.

El circuito me lo conozco, ya es la cuarta vez que corro esta carrera. Dos vueltas, empezando con subidas y bajadas para calentar las piernas, durante un kilómetro, que hago a 4:08. Siguen los toboganes y subimos una cuesta de unos 750 metros que se hace larga y durilla... 4:20 el segundo kilómetro. Kilómetro 3, en caída libre, a 3:54, preparándonos para lo que viene luego, un kilómetro raro, en V, se baja mucho y se sube lo mismo, a 4:17, y el último de la primera vuelta, mayoritariamente de subida, a 4:24.

Primeros 5 kilómetros en 21:06, más o menos. Que es peor tiempo que en las dos últimas veces que participé...

Pero con una gran diferencia. Las sensaciones eran muy buenas. La pesadez de la pizza había desaparecido, las subidas no me habían desagastado tanto y empecé la segunda vuelta sintiéndome fuerte. En 2010 hice la segunda mitad en 21:58, en 2011 necesité 22:03. Perdiendo mucho tiempo respecto a la primera vuelta en ambos casos...

Empecemos la segunda vuelta de hoy. Kilómetro 6, 4:25. Esos toboganes no se hacen igual con las piernas frescas que con 5 kilómetros en ellas. Pero no me siento tan derrotado como otras veces. En Montmeló, recuerdo que la segunda vuelta se me hizo durísima. En Sant Quirze, al año pasado, perdí mucho tiempo y me noté mucho más cansado también en la segunda vuelta. Pero hoy las cosas pintaban dististintas...

El kilómetro 7 acaba al final de la famosa cuesta de 750 metros. Lo hago en 4:26. 6 segundos más lento que el 2. En las segundas vueltas, en las subidas, suelo perder bastante más.

Empieza la bajada a todo trapo. Normalmente, ya voy muy justo y apenas recupero tiempo, me cuesta correr, las piernas no responden. Pero hago el 8 a 3:55, clavando casi el tiempo de la primera vuelta. Empiezo a sorprenderme, me siento fuerte.

También es habitual en mis segundas vueltas ir descolgándome de grupos de corredores... Cuando empezaba la subida de la V del kilómetro 9, iba en un grupo de corredores, seríamos unos 8 ó 9, y teníamos el siguiente grupo a unos 20 metros de distancia. Normalmente suelo ver alejarse al grupo de delante... Y suelo acabar en las últimas posiciones de mi grupo o descolgándome de él... Pero no, hoy no, me puse en cabeza, vi que nadie parecía seguirme, y fui acercándome poco a poco al grupo de delante. En plena subida vi que empezaban a fallar las fuerzas a algunos corredores, y di caza a la cola del grupo de delante y seguí escalando posiciones. No me reconocía... :) Kilómetro 9 a 4:20, sólo 3 segundos más lento que el 4, en mi caso, lo nunca visto.

Y ya queda la última subida, esa en la que me suelo desfondar, en la que veo al Forerunner marcar ritmos de más de 5 minutos el kilómetro. Pero no, hoy no era el día, seguí adelantando gente, manteniendo el ritmo, llegando con fuerza a la última recta, incluso con algo de energía para un pequeño sprint, hago el kilómetro 10 a 4:18, mucho mejor que el 5, y paro el cronometro en 42:25. Lo que quiere decir que hice la segunda mitad en 21:19, muchísimo mejor que los dos años anteriores, y apenas 13 segundos más lento que la primera.

Acabé con la sensación de que podría haber ido más rápido, pero tampoco era el momento. Quizá en los dos últimos kilómetros pude haberme dejado el higadillo y arañar unos segundos, pero no era mi objetivo, el objetivo era recuperar la buenas sensaciones en una 10K durilla, y lo conseguí al 100%.

Y aunque no fuera un objetivo en sí mismo, lo mejor de la carrera fue la excelente compañía. Fue una mañana genial, es la cuarta vez que corremos Manu y yo esa carrera, y la aparición de El Abuelo Runner, que siempre va repartiendo alegría por donde se encuentre, la hizo aún mejor. Además salieron muchas fotos algunas de ellas bastante curiosas... ;)

Esto es sólo un adelanto...  Como manda la costumbre, el resumen fotográfico, mañana.

De 2012-05-06 Sant Quirze