Pero fueron pasando los días, disminuyendo las molestias, y al séptimo día las ganas de correr ya eran evidentes. El tobillo no molestaba y el empeine no me impide correr a gusto, así que pensé en salir justo una semana después de la carrera, a hacer unos 15 kilómetros y ver cómo respondía el cuerpo. Y respondió muy bien, corriendo a ritmos por debajo de 5:00, durante 12 kilómetros, hasta que las rodillas volvieron otra vez a molestar mucho y acabé incluso teniendo que parar tres o cuatro veces porque el dolor era insoportable... :( Entiendo que muscularmente no estaba recuperado, y que mis tendones todavía necesitaban unos días más para volver a funcionar...
Pero como a cabezón no me gana nadie, y como el mono de correr seguía alto, el lunes también me calcé las Cumulus 15 y salí a hacer apenas 7 kilómetros, sobre todo para levantarme pronto y llegar a la hora de dormir con sueño, ya que el mismo lunes por la noche, tenía viaje de trabajo a París. Las rodillas volvieron a molestar al final, pero menos que el día anterior...
Y esa misma noche, ya en París, comenzó mi otra maratón, la de comida... :) La primera noche, un poco de embutidos y queso para entrar en calor, y un tartar con patatas fritas para irse a dormir bien cenado... Si se trataba de recuperar proteínas para mi maltrecha musculatura, la opción no me pareció mala... ;)
El martes, un día intenso de trabajo tras una digestión pesada y un abundante desayuno... Comida normal... Y cenita carnívora de nuevo...
Un kilo de carne para compartir...
Poco a poco y con verduritas para ayudar a que pase...
Mi postre favorito, la Île Flottante.
Y señoras y señores, ESTO es un café... :)
Pude con todo... Y ya me veía venir que la digestión nocturna iba a ser dura... Así que con más razón, decidí que el miércoles saldría a correr por París pasara lo que pasara...
Y pasó lo que no esperaba que pasara... 1:45am, digestión en marcha, sueño de lo más profundo, y atravesando mis tapones de espuma, un sonido agudo e intenso me iba sacando de un profundo sueño... No, no puede ser verdad... ¡¡¡La alarma de incendios!!!
Pensaba que era un mal sueño o una broma pesada, pero no, eso no hacía más que sonar... Primer instinto, abrir la puerta para ver si había fuego de verdad, si era un simulacro o una falsa alarma... Y primer susto, justo en el momento en que yo abría la puerta en pijama, se abría la puerta de enfrente y aparecía un japonés en calzoncillos, que tan asustado como yo, cerró de golpe... :)
No parecía que hubiera ningún incendio, pero en estos casos, hay que seguir el protocolo, así que, en pijama, salí de la habitación y empecé a bajar las escaleras... Y cuando me di cuenta, tenía detrás una fila de 5 ó 6 japoneses que me seguían ciegamente... :D
Mi sentido de la orientación hizo que siguiera bajando y me pasara de largo la puerta que daba a la recepción, y sin querer me planté en el sótano, y de repente, quedé capturado entre una puerta cerrada por delante y un grupo de japoneses bloqueados al ver parado a su líder por detrás... :) Luego se lo expliqué a mis compañeros y dicen que no pudo ser así, que en recepción consiguieron desactivarla, pero la casualidad hizo que justo cuando abrí la puerta que había en el sótano la alarma dejara de sonar... Y afortunadamente, los japoneses volvieron a ser dueños de su destino y ya se olvidaron del tipo europeo en pijama al que seguían ciegamente, y decidieron volver a subir por las escaleras hacia sus habitaciones... Pocos minutos después, ya estaba de nuevo intentando conciliar el sueño, pensando en cambiar la hora del despertador, pero de eso nada, después del susto de la alarma de incendios, a las 4:45am el despertador sonó y me levanté dispuesto a añadir una ciudad más a las lista de en las que he corrido.
Ya llevaba una ruta en el Forerunner, recorriendo parte del Bois de Vincennes. Según pude ver en el mapa, un parque muy cerca del hotel, grande y muy verde... Qué exagerados son estos franceses, mira que llamar Bois (bosque) a un parque...
Así que exagerados... Seré idiota... No era un parque al que le habían llamado bosque metafóricamente... No, ese idílico parque que imaginé, con sus bancos, sus farolas y sus columpios, en realidad, era un inmenso bosque sin una sola bombilla... :( Menos mal que salí con el frontal y con la ruta grabada... La aventura estuvo divertida, pero a ratos me asusté, con el frontal no veía más allá de unos 5 metros, y había tramos en los que la oscuridad era total... Se oía un riachuelo, algún animalejo por ahí y sobre todo se oía el silencio de un bosque de película de miedo, apenas a unos metros de la ciudad... También cometí el error de no llevarme guantes, así que cuando acabó mi aventura de 11 kilómetros y medio por el Bois de Vincennes, tuve que meter las manos en la ducha caliente 10 minutos hasta que recuperaron su funcionalidad...
Fueron 11,49 km, a un ritmo cochinero de 5:38, corriendo con mucho cuidado de no perderme o caerme al río... :)
Por supuesto, el desayuno fue de escándalo, y la comida no se quedó atrás... Y esa misma tarde, vuelta a casa con un souvenir para la familia en forma de comida...
Y el jueves, otra sorpresa...
Una actividad del trabajo al aire libre, un viajecito en autocar, un paseo de 3 horas por la Costa Brava, y una comida espectacular a la orilla del mar, disfrutando de los 20 grados con los que nos obsequió el inicio de noviembre...
Vistas insuperables...
Y un arroz negro que quitaba el sentido, con un vino que le hacía los honores...
Una vez más, la mala conciencia y la cara con la que me miró la báscula esa misma mañana, me hizo decidir volver a entrenar hoy, 10,29 kilómetros a 5:29 min/km. Disfrutando de los rodajes cochineros y la comida abundante, que pronto vuelvo a la carga...
Está claro que la alimentación es la base de tu rendimiento, vaya menús completitos que te metes "pal" cuerpo...no te hacen falta los hidratos, jeje.De todas formas sabes suplir con entrenos esas bacanales. Lo del incendio de traca, vaya aventura liderando a los japoneses.Merecido tienes esos momentos, cuidate que ya nos sorprenderas con alguna aventura.Un abrazo
ResponderEliminarEstá claro que tan importante es entrenar como recuperarse, y tu en ambas disciplinas tienes un master. ¡Disfruta!
ResponderEliminarVaya animal estás hecho (comiendo). Con eso puedes meterte maratones cada 15 días si quieres
ResponderEliminar¿De qué se trata, pues? de incitar al pecado de la gula a todos tus lectores????
ResponderEliminarEse arroz negro se ve como para lamer el monitor!
Saludos desde México
http://www.cronicasmaratonytriatlon.blogspot.mx/
Madre mía! Comes más que Obélix ejeje. Un saludo!
ResponderEliminarEres el mas grande. Sin lugar a dudas. Si un día montas una secta de maratones y comer pues me llamas que voy.
ResponderEliminarBuenas. llevo un par de días echando un vistazo a tu blog y no veas lo que motiva. Yo soy uno de esos casos de casi cincuentón que hace seis meses ni olía el deporte y con 97 kilos estaba rozando Las Tierras del Infarto... y de repente, me lié la manta a la cabeza, me calcé el RunKeeper, y ahora, además de pesar 79 y haber corrido dos 10K oficiales (MADRID CORRE POR MADRID y MUÉVETE POR LA DIABETES), ando entrenando para la Media Maratón de Madrid de marzo... ;)
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