Un cochino para despedir el plan

Creo que hoy he hecho el último entrenamiento del plan. Barajaba la posibilidad de salir el jueves a hacer unas series sin forzar más de la cuenta, pero conociendo mis rodillas, y por una leve molestia con la que he acabado esta mañana, si no cambia todo radicalmente voy a dejar las zapatillas guardadas hasta el domingo.

Ha sido los clásicos 9,5 kilómetros de madrugada por el río, recibiendo corriendo a la primavera. El domingo no voy a salir a morir, así que esta última semana me la tomo con mucha más calma que en Sevilla. Hoy, cochino clásico, a 148bpm de media. He corrido otras veces a menos pulsaciones, pero desde que volví de Sevilla creo que las tengo más altas, quizá no he descansado lo necesario, y la nueva pisada con la que sigo peleando también hace que el corazón lata más rápido.

La primera mitad, en progresivo, 5:43, 5:25, 4:58 y 4:43. El quinto kilómetro dando ya la vuelta, a 4:50, y entonces tenía dos opciones. Con las pulsaciones cerca de 160, podía intentar mantener el ritmo con el viento en contra y que éstas subieran, o dejar que vuelvan a la calma, no luchar contra el viento y llegar a casa descansado. Opté por la segunda. 5:04, 5:27, 5:14 y 5:31, relajado, bajando pulsaciones. Y los últimos metros del plan a 4:47, acabando con un cambio de ritmo en la última recta que me lleva a casa.


Estirando ya empecé a notar algo raro. No era un dolor, ni siquiera le puedo llamar molestia. Simplemente, notaba algo en la pierna derecha, no puedo definir exactamente dónde, sobre la zona de los cuádriceps. Un poco de Voltarem parece que lo ha reducido bastante. Así que seguiré con ello y descansaré plácidamente estos días.

Ahora sí, me retiro a mis aposentos y me despido de todos hasta el sábado, si nos vemos en la feria del corredor, hasta el domingo, si coincidimos en la maratón, y hasta el mismo domingo o lunes si pasáis por aquí a leer la crónica de mi quinta maratón.