Volviendo a la calma, y una de cuádriceps

Semana de contrastes, el plan me ha pedido tiradas largas y exigentes, pero también salidas cortas y tranquilas, para sumar 72 kilómetros en total. Después de los 8 de hoy, me quedan unos 7 más para completar la semana, tras una Q1 y una Q2 que me han gustado mucho.

Hoy poca historia, casi 8 kilómetros, aunque bastante mejor de ritmo que el martes. Esta vez me costó menos coger la velocidad de crucero, el segundo kilómetro ya lo estaba haciendo a 5:15, y la media ha quedado precisamente en esos 5:15, y las pulsaciones a 149bpm.



Sí que hay algo que ha cambiado estos últimos días, creo que me he dado cuenta a tiempo... La historia es que mis padres vivían en un quinto piso sin ascensor, así que pasé toda mi infancia y buena parte de mi juventud subiendo y bajando 225 peldaños cada vez que quería salir a la calle. Por si fuera poco, cuando iba al instituto, éste estaba en la parte más alta de Santa Coloma, muy cerca del Hospital del Espíritu Santo (antes de que se convirtiera en santuario zombi), así que, teniendo en cuanta que iba por la mañana y por la tarde, la cantidad de peldaños y cuestas que hacía al día era bestial...

Creo que eso tuvo que ayudar a que desde siempre haya tenido fuerza en las piernas. Pocos ejercicios son tan buenos para los cuádriceps como subir escaleras, y las cuestas también son beneficiosas para la potencia en las piernas. Por eso creo que desde pequeñajo corría bastante, y saltaba mucho, no siendo nada alto, cuando jugaba a baloncesto me llevaba muchísimos rebotes y mis lanzamientos en suspensión eran conocidos internacionalmente... :)

¿Y a qué viene esto? Pues a que creo que últimamente tenía mis cuádriceps un poco olvidados... Ya de mayor me cambié de casa, ahora sólo tengo que subir un piso, pero eso sí, siempre por las escaleras. La oficina está en un segundo piso, pero últimamente me había acostumbrado a subir en ascensor por la mañana, pues venía de entrenar y pensé que ya era demasiado ejercicio en poco tiempo...

Pero he optado por volver a subir las escaleras de la oficina, y no sé si es psicológico o no, pero noto los cuádriceps mejor, incluso más marcados. Algunos días sentía una pequeña molestia en la rodilla entrenando, en la de la tendinitis crónica del rotuliano, y qué mejor complemento para el tendón rotuliano que unos cuádriceps fuertes. Y ya no la noto apenas. Así que se acabó eso del ascensor, incluso después de entrenar. Lamentablemente, todavía no tengo planes de mudarme a un ático... :)

Mañana descanso, el sábado los pocos kilómetros que me faltan para completar la semana, y el domingo la tirada larga la haré con dorsal en Terrassa, aunque no a ritmo de competición.