Sangre, sudor y kilómetros

Una imagen muchas veces vale más que mil palabras... Así acabó el entrenamiento de hoy...





Me puse vaselina, pero veo que no sirvió de mucho. Seguiré de una vez por todas el consejo de Óscar y me pondré tiritas o esparadrapo, la verdad es que no duele mucho, pero volver a casa y que parezca que te han pegado dos tiros es un poco chungo... :D Además, a quién se le ocurre salir con camiseta amarilla un día así, sólo a mí... :)

Pero empecemos por el principio. Hoy tocaba hacer probablemente el entrenamiento más duro desde que empecé a correr. Una tirada combinada al estilo de Jack Daniels, donde a ojímetro, iba a recorrer unos 32 kilómetros, incluyendo 44 minutos de calidad a ritmo T.

Manu también tenía su primera tirada de 32 kilómetros, está muy concienciado para la maratón de Barcelona en la que debutará. Estuvimos ayer hablando de horarios y recorridos, y le dije que a lo mejor nos cruzábamos en la Diagonal, donde nos cruzamos la semana pasada sin saber que habíamos ido a correr por el mismo sitio y en horario parecido.

Así que salí a las 8:30, pensando en el punto de cruce con Manu, no quería enfrentarme a estos 32 kilómetros asesinos en ayunas. Me levanté a las 5:00, desayuné un bocata y un zumo, más los catalizadores del punto 8, el café y las galletas. Luego me quedé medio dormitando en el sofá, hasta que mi cachorro mayor decidió que era hora de levantarse... Llegó la hora, digestión hecha, deberes cumplidos, vaselina (que sirvió de poco), y el RunKeeper programado para que reproduzca todo lo que se encuentre en el teléfono, no sólo la lista de canciones de "Running"... Y ojo que esto lo pagué caro... Luego lo cuento...

Estiramientos y 3 kilómetros para calentar, a 5:17. Empezamos el primer tramo fuerte, 12 minutos a ritmo T, los hago con viento a favor, y salen a 4:22. Más o menos como el jueves. Primer incidente, que afortunadamente no fue tal. Quería hacer ese primer tramo rápido sin tener que parar, calculaba que si empezaba a correr hacia Montcada y daba la vuelta, acabaría ese tramo casi en el puente de Santa Coloma, donde hay un semáforo. Antes de llegar al puente hay varias entradas al río, pero a esas horas están cerradas con un artefacto metálico que se puede superar por encima o por debajo fácilmente...

Estuve jugando hace poco al Mirror's Edge de iPad, ya que Apple regalaba un producto cada día estas navidades, juegos, canciones y vídeos, y me descargué absolutamente todos. Ojo que esto lo pagué caro... Luego lo cuento... Entre los juegos estaba el Mirror's Edge, y si lo conocéis, os podéis imaginar las ganas que me entraron de pulsar el botón de la voltereta y pasar por debajo del artefacto que impide el acceso al río rodando y sin apenas perder velocidad... :)

Afortunadamente resistí las ganas de imitar a la protagonista del juego, y al llegar al semáforo me faltaba menos de un minuto para acabar ese tramo, y por suerte estaba en verde... Todo perfecto, crucé el puente, acabé el tramo, bajé al río tranquilamente mientras recuperaba, e hice el segundo tramo rápido, clavado, a 4:22. Aproveché el descanso para hidratarme y aliviar líquidos, y empezó el tramo largo del entrenamiento...

Jack quería que hiciera 16 kilómetros ó 80 minutos, lo que fuera más corto. 16 kilómetros en 80 minutos significa correr a 5:00, así que ayer, programando el Forerunner, programé directamente 80 minutos, pues no entraba en mis planes ir a menos de 5:00 con lo que me tocaba antes y después de ese tramo. Comencé el sector tranquilo cuando casi estaba saliendo del río en dirección al litoral, así que calculé que debía ir por la costa y volver justo a los 40 minutos, para acabar más o menos en el mismo sitio y hacer el último tramo rápido en el río y de camino a casa.

El tramo largo empezó algo irregular, el Forerunner me iba marcando ritmos de 5:15, 5:10, 5:12, 5:10... Pero cuando iba por la Diagonal, el Forerunner marcaba una media de 4:59, y yo me sentía muy cómodo. Corría al ritmo E, sin esfuerzo, podía estar corriendo así más de dos horas, y a medida que me acercaba a las Torres Mapfre el ritmo medio aumentaba poco a poco, hasta que se estabilizó en 4:57 casi a la altura de las torres. Llegué al Hospital del Mar, muchos runners por el camino, eso siempre anima, y di la vuelta a los 40 minutos, cuando la media del Forerunner se movía entre 4:57 y 4:56.

Los 40 minutos de vuelta fueron bien, el ritmo se mantuvo, incluso se estabilizó en 4:56, y pasando por delante del Hilton de la Diagonal, ¿a quién me encuentro? ¡A Manu! Clavado, en el mismo sitio que la última vez, a la hora exacta que habíamos calculado... :) Una palmada en marcha, y seguimos nuestras rutas opuestas...

Ya me estoy acercando al río, y el Forerunner me marca una media de 4:55. Y entonces pienso... Hombre de poca fe... Programé el Forerunner para 80 minutos, y al final, voy a hacer más de 16 kilómetros en 80 minutos, eso me pasa por no confiar en mí... :) Debería haber programado 16 kilómetros, y si pasados 80 minutos no los había completado, simplemente pulsar el botón Lap y el Forerunner pasaría al siguiente tramo. Por cenutrio, hice 16,22 kilómetros en esos 80 minutos, a un ritmo de 4:55, en vez de 16 solamente.

Pero antes de acabar ese tramo llegó el momento más duro... Ya he dado dos pistas, pero ni podéis imaginar lo terrible que fue... Sinceramente, creo que ha sido el momento más duro que he pasado desde que soy runner, peor que el ataque despiadado del tío del mazo en la maratón...

Ya estaba en el río, quedaba apenas un minuto y medio del tramo E, y estaba empezando a pensar en los 20 minutos a ritmo T que me quedaban después de todos lo que ya llevaba encima. Y de repente... Acaba una canción... Y empieza a sonar otra... De Juanes... Que me había regalado Apple... El impacto psicológico fue brutal, y las consecuencias físicas también... Sentí que me dormía... Que mi cabeza empezaba a hincharse y corría peligro de estallar... Pensé en parar, en sacar el iPhone de su funda e intentar pasar a la canción siguiente, pero no, esto era una prueba que Jack Daniels me había hecho pasar, debía aguantar una canción de Juanes completa, es parte del entrenamiento psicológico para la maratón, si uno puede aguantarle una canción desde el principio hasta el final, está claro que puede aguantar cualquier cosa que le pase en una carrera... Superé la prueba, sufrí lo indecible, pero lo superé... Acabó la canción, volvió Queen, volvió Rocky Sharpe and the Replays, Rocky... Y mi cabeza volvió a la normalidad...

Mientras pasaba esa dura prueba llegó el cambio al penúltimo sector, 20 minutos a ritmo T. Llevaba más de dos horas corriendo, pero me veía todavía con plumas suficientes, empecé a correr más, pero esos 4:22 que hice hace una hora y media no los podía igualar, primero por el viento en contra, que a ese ritmo me da y quita entre 5 y 10 segundos por kilómetro. Vi que iba perdiendo fuelle poco a poco, en 20 minutos se corren más de 4 kilómetros, 4,32 en este caso, que salieron a un ritmo de 4:38. Calculo que con lo que da y quita el viento, los dos primeros sectores a ritmo T habrían salido a 4:27 y este último a 4:33. Habría sido muy complicado ir más rápido a esas alturas, no me quejo.

Ya había pasado lo peor, llevaba 29,38 kilómetros encima y tocaba enfriar. 3 kilómetros más, que al final fueron 3,14, a 5:00 clavados.

Todo resumido queda en 32,49 kilómetros, a una media de 4:54, a 154bpm de pulsaciones medias.



Las sensaciones, insuperables. Contentísimo. Han sido más de 32 kilómetros con sectores de calidad, y he acabado bastante entero, corriendo cómodo. 10 más y me hago una maratón. La veo mucho más cerca que cuando preparaba la del Mediterrani. Aún me quedan 8 semanas, Jack Daniels me tiene asignada aún alguna tirada como esta y dos de 35 kilómetros a ritmo E. Ahora llega lo duro, ahora es cuando creo que puedo empezar a pensar en qué ritmo quiero seguir. El entrenamiento está dando frutos, es duro pero muy gratificante. Espero aguantar el ritmo, voy a cuidarme mucho en las tiradas E y a intentar ser constante con las sesiones de calidad.