La venganza de Jack y las ampollas

Ya están aquí, era cuestión de tiempo. La primera me ha salido en la parte interior de la planta del pie derecho. Y la segunda está amenazando el dedo gordo del mismo pie... Me dio ánimos que Pere me dijera que a él no le salieron ampollas usando la misma clase de plantillas, pero parece que mis gráciles pies de balletista, pese a mi aspecto de presidiario en las fotos de la carrera del domingo, no han podido resistir la presión...

Ayer noté un escozor en el dedo gordo pero nada en la planta. Pero al acabar el entrenamiento de hoy la ampolla de la planta había aparecido de repente. Será que las del dedo gordo son a causa de la intensidad, y las de la planta aparecen con la distancia. Pues el domingo hice 10 kilómetros intensos, no a muerte, no se trataba de eso, pero sí que los hice rápidos y sufriendo. Los hice por un motivo principal, que me apetecía mucho, tenía ganas de volver a sentir al ambiente de una 10K, que ya no volverán hasta finales de marzo, y además era una ocasión perfecta para juntarme con la tropilla de runners con la que tan buenos ratos estoy pasando en blogs y carreras. El precio fue un conato de ampolla en el dedo gordo... Y la recompensa mereció la pena.

Pero mi objetivo es la maratón de Barcelona, el domingo no hice una Q1 de 32 kilómetros, y hoy tocaba redimirse. Dudé entre hacer una tirada larga el sábado y los 10K el domingo, pero Rafa me aconsejó hacer mejor los 10K primero y la larga después, es más fácil lesionarse en una carrera intensa si se llega cansado, en cambio, después de una carrera intensa, una más suave aunque larga es menos arriesgada para el cuerpo.

Así que hoy tenía decidido hacerme unos 20 kilómetros para compensar mis novillos del domingo. Los lunes normalmente descanso, pues el sábado y domingo suelo hacer tiradas largas, pero hoy tocaba cambiar de planes y empezar la semana con energía, despertador a las 4:30am, temperatura y sensación térmica gélida polar ártica, mucho sueño, y ganas de hacer una tirada larga y tranquila por la costa de Barcelona antes de irme a trabajar.

Galletas y café, un par de tragos de Aquarius, deberes pre-entrenamiento, y a correr. A las 5:15am ya estaba corriendo, muerto de frío, en dirección al mar, para girar a la derecha hasta las Torres Mapfre, recorriendo ese tramo tan bonito de Barcelona, con el mar rascando la arena de la playa a un lado, como intentando despertar a una ciudad hoy especialmente perezosa al otro, pocas luces encendidas, apenas tráfico, sólo algunos runners con cara de frío que se atrevieron a dejar las sábanas antes de tiempo para ser los modestos amos de la ciudad por unos momentos, antes de que sus habitantes la invadan definitivamente con sus coches, a bordo del tranvía o paseando por sus avenidas...

Media vuelta antes de llegar al casino, frío, más frío, la temperatura iba bajando, el viento soplaba en contra, estuve rodando sobre los 5:15 y 5:20 a la ida, y el ritmo bajó algunos segundos a la vuelta, deshaciendo el camino corrido con el viento en contra...

Acabé mis 20,18 kilómetros matutinos en 1:48:14, a un ritmo medio de 5:22, y con las pulsaciones medias en 148bpm. A esas horas, sencillamente, no puedo ir más rápido, creo que es imposible y probablemente ilegal... :)



Jack no perdona, podemos cambiar una Q1 o una Q2 por una competición, pero hay que respetar el kilometraje del plan y esta semana es de las de muchos kilómetros, así que no podía relajarme. Como el sábado corrí muy poco y el domingo tampoco fue mucha distancia, correr algo más hoy me pareció la mejor opción, mañana sí que descansaré, miércoles y jueves calidad y otra tirada larga, y dejaré pocos kilómetros para el sábado, ya que el domingo quiero hacer la media maratón de Barcelona, y esta vez sí que me gustaría asaltar esos 1:30:00 que se me resistieron en Vilanova. Y ya no habrá más dorsales hasta la maratón. Bueno sí, iré también a la media maratón de Gavá, pero a hacer una tirada larga a ritmo M, que es lo que me toca en el plan.