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viernes, 11 de junio de 2010

Buenas sensaciones con las cuestas

Ayer tocó descanso, lástima, me perdí la lluvia matutina... Me encanta correr con lluvia, sobre todo si acaba de empezar a llover y el suelo no está encharcado.

Pero hoy no pudo ser. Tocaba correr, pero no llovía. Después de tres días de correr en llano, tras de la debacle de El Prat, hoy quería subir a ver a los zombis del Espíritu Santo. Cuando empecé a entrenar más días por semana, noté que el día que no entrenaba empezaba a echarlo de menos. Ahora me pasa algo parecido con las cuestas, después de haber empezado a entrenar con cuestas, me queda una extraña sensación de que los días que no las hago parece que no he entrenado de verdad... Pero entiendo que hay que compaginar distintos entrenamientos y regularse un poco, que al tercer día de cuestas las piernas empiezan a pesar.

Hay días que uno sale y se da cuenta inmediatamente de que no es su día... Pero hay otros en los que uno se nota fuerte y sabe desde el primer momento que va a disfrutar mucho corriendo y que le va a salir un entrenamiento de calidad. Hoy me levanté de un salto, me comí mi barrita de choco banana y salí con ganas de subir cuestas. Nada más empezar noté que iba ligero, que las piernas respondían bien y que la cabeza me pedía correr.

Hice la ruta de 10 kilómetros en medio minuto menos que la última vez, pero la gran diferencia es que hice las subidas más rápido y en cambio en las bajadas fui más despacio. Además de darme más caña subiendo, en las 6 vueltas hice los últimos 200 metros aumentando el ritmo. Las pulsaciones se recuperaron bien durante las bajadas, 40 menos al empezar a subir que al empezar a bajar, y los últimos dos kilómetros salieron por debajo de 4:40, después del panzón de cuestas.

Los zombis están últimamente muy tranquilos. Todavía no he conseguido recordar lo que me dijeron el día que me llevaron a su dimensión paralela. Recuerdo que, durante la Cursa de El Corte Inglés, desde el cementerio de Montjuic me llamaban incesantemente y me decían que debía volver al Espíritu Santo. Subí y entonces fue cuando hice mi viaje interdimensional. Me estaban avisando de algo. Y ahora que han pasado unos días, creo que me estaban alertando sobre la carrera de El Prat, probablemente intentaban decirme que tuviera cuidado con esa carrera y que me dosificara bien. Quizá los zombis quieren ayudarme y protegerme de los riesgos que corre el runner novato. Me hacen subir al Espíritu Santo para entrenar cuestas y ganar en fondo y resistencia. Hicieron que me sintiera atraído por el Turó del Pollo para entrenar bien antes de El Corte Inglés... Creo que debo confiar en ellos. Debo volver al Turó del Pollo y escuchar atentamente su mensaje...

2 comentarios:

  1. Mmmm... ¿a qué me suena a mi eso de echar de menos salir un día a entrenar? Ah si, que estoy enganchado a esto de correr ¿no te pasará lo mismo?
    Muy bueno el entreno de hoy. Un ritmo de 4:40/km en un entrenamiento diario está muy bien Isidro. Sigue así.

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  2. Bien, Isidro, sigue escuchando y haciendo caso de los consejos que te dan los zombis; en el fondo creo que son los únicos que te conocen de verdad; enhorabuena por el entreno de hoy; un saludo y a seguir con esa motivación, nos leemos.

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