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domingo, 23 de mayo de 2010

Coronando el Turó del Pollo

Aunque su nombre parezca broma, el Turó del Pollo es uno de los lugares más emblemáticos de Santa Coloma, un monte de más de 300 metros de altitud en su cima donde se encuentran los restos de un poblado íbero, el Puig Castellar, en el que habitaba la tribu de los layetanos, desde el siglo VI a. C. hasta el III a. C.

Se cuenta que al excavar el el poblado se encontró un cráneo enclavado...

Por algún extraño motivo, llevaba días con el nombre del Turó del Pollo en la cabeza...

Y aprovechando que hoy es domingo, me permití dormir un poco más y a las 6:00 estaba ya en pie dispuesto a subir corriendo al Turó del Pollo. Después de la ruta de los zombis de ayer, interesante por sus subidas y bajadas con cambios de ritmo, creí buena idea ir hoy a hacer una ruta de subida más constante, similar a la que me encontraré el domingo en Montjuic.

Salí a probar la nueva ruta, de ocho kilómetros y medio, con una subida constante de 264 metros en 5 kilómetros. Eso hace una media de un 5,28% de pendiente durante 5 kilómetros, y las últimas rampas son terribles... Empecé con una buena de una sesión de estiramientos. Sabía que la ruta era ascendente desde el principio, así que me lo tomé con calma.

Después de algo más de un kilómetro de subida por la ciudad desierta, se pasa primero por una carretera asfaltada que poco después se convierte en un camino de tierra bien ancho y con pocos baches. Primer kilómetro a 6:01, calentando y subiendo 22 metros. El segundo a 5:50, subiendo 57 metros más. A partir de ahí ya empezaba la pista de tierra, cada vez más estrecha, iba bien, otro kilómetro a 5:28, subiendo 49 metros. Ya había pasado por delante del monasterio de Sant Jerónimo, y por delante tenía lo peor de la subida, en cuanto a pendiente y estado de la pista. Hice los dos siguientes kilómetros a 6:30 y 6:29, el primero subiendo 74 metros. Tentaba pararse y seguir andando, pero conseguí subir corriendo esa parte, la peor, y también el siguiente kilómetro, que empecé ya bastante tocado y en el que sólo se subían 42 metros.

Tentaba pararse... Las rampas eras duras... No conocía el terreno y temía perderme... Pero había algo que me hacía subir y subir... Una extraña sensación me guiaba, me indicaba hacia donde girar en cada cruce... Esa misma sensación movía mis piernas, oxigenaba mis pulmones, hacía circular mi sangre... Cuanto más me acercaba al Turó del Pollo, más intensa se hacía esa sensación y más frecuentes los escalofríos que recorrían mi espinazo... Llevaba días sintiendo la llamada del Turó del Pollo... Y por fin llegué a la cima, tras cinco kilómetros de subida constante.

En la entrada del poblado, empecé a sentir que mi sangre parecía hervir, mi cuerpo casi flotaba, no podía controlar la necesidad de subir a lo más alto del poblado... Cada escalón, cada piedra, cada metro que subía hacía que oyera con más claridad unas voces que, en layetano auténtico, me decían que siguiera subiendo... Alcancé la cima del poblado, como da fe esta foto...





No me quedó la menor duda... La invasión zombi no es algo nuevo... Se está preparando desde hace más de dos mil años... Y el origen de los zombis está situado, sin lugar a dudas, en la cima del Turó del Pollo... Era ellos quienes me estaban llamando...

Fijaos en la excelente vista de Santa Coloma y Barcelona que tienen los zombis desde la cima del Turó...




O cómo controlan visualmente Montcada de un vistazo...




Estoy comprobando que los zombis han elegido lugares altos para preparar su invasión. Ha sido fruto del azar, pero empezar a entrenar haciendo cuestas me ha hecho ver el peligro que corremos todos...

Continuaré visitando el Turó del Pollo y el hospital del Espíritu Santo. Y buscaré nuevos lugares donde subir corriendo para controlar a los zombis...

Después de la parada y las fotos, comprobé que la atracción que siento hacia los lugares en los que los zombis están ocultos es algo físico, provocado seguramente por la manipulación que hicieron de mi sangre cuando me operaron en el Espíritu Santo. Afortunadamente mi cerebro no ha sido manipulado por ellos, y pese a que es difícil, puedo controlar esa atracción y de esa manera tengo la posibilidad de estudiarlos de cerca.

Volví a casa por otra ruta distinta, bajando como un cobarde, a 5:10 el sexto kilómetro, todavía dentro del poblado zombi, y a 5:00 el séptimo, con una pendiente de bajada de casi el 10%. Uno más a 4:59 y llegué de nuevo a la civilización haciendo el último tramo a 5:21, según el RunKeeper. La bajada era suicida, y vigilé no castigar demasiado las rodillas, aunque la sensación de bajar volando es espectacular...

Me ha gustado la ruta, mucho. Además, debo estudiar qué están haciendo los zombis ahí arriba. Desde lo alto del Turó he visto lo que parecen ser rutas por pista bastante interesantes, para hacer tiradas más largas. Las estudiaré a fondo. Y quizá descubra algo más de los zombis en alguna de ellas...

6 comentarios:

  1. Buen entreno zombi en ciernes, bonita ruta y bonito lugar. Un saludo y cuidado que con los zombis, creo que aqui en la caleta tb se estan dejando ver...jajaja.

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  2. Lo siento, pero un día de estos, un domingo por la mañana, hemos de quedar y has de enseñarme los circuitos por donde sueles correr; mi espíritu se siente muy identificado con lo que cuentas y creo que si pisara esos suelos y sintiera esas sensaciones que describes parte de mi pasado olvidado volvería al presente y tal vez descifraría muchas incógnitas de mi vida anterior; en otro orden de cosas, buen entreno y suerte el domingo; un saludo.

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  3. Ostras Isidro, vayas vistas más preciosas.
    Sólo por ver esas vistas merece la pena pegarse la paliza de entrenar subiendo esas pendientes.

    POr cierto, aunque la subida al estadi de Montjuic es durilla, no creo que sea tanto como un 5%, por tanto: muy buen entrenamiento como siempre. Te vas a salir en la cursa del Corte Inglés.

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  4. Manuel, sería un honor echar unos kilómetros contigo! Si te animas un domingo a venir a Santa Coloma, conociendo tu hambre insaciable de kilómetros, podemos hacer la ruta de los zombis, subir y bajar al Turó del Pollo y luego dar unas vueltas al Espíritu Santo. Si alguien más quiere apuntarse podríamos ir todos a visitarlos, estaría muy bien quedar una vez al mes o algo así para ir a correr por los sitios que frecuentamos, yo también tengo curiosidad por conocer la famosa Carretera de les Aigües... :)

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  5. Triatleta, vigílalos de cerca y haz correr la voz, creo que esto es más grande de lo que parecía! ;)

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  6. Óscar, después de leer tu blog me parecen menos pendientes las mías... :) He subido con las zapatillas de entrenar, ¿creéis que sería mejor unas de montaña o algo mixto? Son caminos de tierra y alguna subida con piedras, zonas irregulares y algo de vegetación en el último tramo...

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