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sábado, 22 de mayo de 2010

Creo que soy un zombi...

Aprovechando que hoy es sábado, he pensado que la oportunidad era ideal para dormir un poco más. Así que en vez de a las 5:40, el despertador ha sonado a las 6:00, esos veinte minutos extra en la cama me han sentado de maravilla.

Después del descanso de ayer, y con la Cursa de El Corte Inglés la semana que viene, la ocasión era buena para volver a la ruta de los zombis. Desde que empecé a correr alrededor del hospital del Espíritu Santo, ya sabéis que he notado que algo ocurre entre las ruinas del viejo hospital. Además, he de confesar que a veces siento la necesidad de ir a correr ahí, algo en mi interior me dice que suba al hospital en lugar de correr hacia el mar. Y creo que estoy empezando a entender...

Hace unos años, tuve problemas en una rodilla, la izquierda. Cuando acababa de jugar a fútbol, me dolía aún más, durante un par de días. La Seguridad Social que tanto admira juestro jefe de estado estuvo mareándome tres años, ahora recuparación, ahora una radiografía, ahora un TAC, ahora cortisona, más recuperación... Hasta que tres años después me llevan al hospital, donde todos los médicos de traumatología me ven, uno me toca la rodilla, me pregunta si me duele, le digo que sí, vuelve a tocar en otro lado, le digo que no, toca de nuevo, esta vez sí, y entonces, solemnemente, dice... Hay que operar.

Seis meses después me operaron en lo que antes era el hospital del Espíritu Santo, me cosieron una fisura en el tendón rotuliano. Al menos, eso me dijeron. Ahora entiendo lo que pasó realmente... Los zombis ya estaban urdiendo su plan por aquella época. Ellos, camuflados entre doctores, anestesistas y enfermeras, se dedicaban a infectar la sangre de los pacientes para, tras manipular su cerebro, convertirlos en futuros zombis. Estoy convencido de que inyectaron en mi sangre los componentes necesarios para realizar la transformación, pero cuando intentaron hacer lo mismo en mi cerebro, se dieron cuenta de lo dura que tengo la cabeza y no pudieron atravesar mi cráneo. Por eso yo puedo detectarlos, mi sangre es medio zombi, pero no estoy bajo su influjo, pues mi cerebro está intacto.

Es posible que, por este hecho del azar, en un futuro mi misión en este mundo tenga algo que ver con la resistencia anti zombi. Estoy preparado para ello, seguiré entrenando duro y vigilando a los zombis...

Parte de ese entrenamiento ha sido volver hoy a la ruta zombi. Los 10 kilómetros han salido bastante bien, los he hecho en 53:46, mejor marca zombi. He subido las cuestas a muy buen ritmo, acelerando en el último tramo, empezando un poco antes en cada vuelta, y la última la he hecho saliendo fuerte desde el pricipio, estando a punto de completar la subida a tope, aunque me faltaron unos cincuenta metros. Al coronar la cuesta bajé recuperando el aliento, y los dos últimos kilómetros los hice bastante suelto.

Muy buenas sensaciones las de hoy. He mantenido un buen ritmo en las subidas, y los mini sprints han sido más largos. Me he recuperado bien del castigo de las cuestas, y los dos últimos kilómetros han salido rápidos.

2 comentarios:

  1. Buen entreno socio buen entreno si señor, no hay nada mejor que para preparar una prueba, entrenar in situ sobre el terreno del dia "d". Fenomenal amigo. Un saludo zombi uuuuuuu...jajajaj.

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  2. Yo también corro por un camino que bordea la zona donde se levantaba un antiguo sanatorio de tuberculosos en el que decían que había apariciones y fantasmas. Ahora ya sólo quedan los cimientos, cuando paso miro pero de momento no he visto nada raro, el día que lo vea bajaré haciendo mmp entrenando, seguro. Buen entreno.

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