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miércoles, 28 de julio de 2010

Isidrúsculo: Luna Llena

Después de doblar ayer el punto 8, el entrenamiento de hoy prometía... Salir sin esa pesada carga es todo un alivio, y hoy estaba decidido a hacer un entrenamiento de calidad.

Al levantarme miré por la ventana, y en el pequeño patio que tengo al lado de la habitación, se veía una claridad inusual y unas sombras poco habituales a esas horas... Teníamos luna llena... Yo no creo en esas cosas, pero...

Cuenta la leyenda que hay un tipo de runner, el isidro lobo, que los días de luna llena sale a entrenar cuando ésta todavía campea en lo más alto del cielo. El isidro lobo, además de ayudar a los zombis layetanos a mantener a raya a otros zombis díscolos por todo el planeta, aprovecha las noches de luna llena para hacer sus entrenamientos de calidad, aprovechando esa fuerza sobrenatural que le proporciona el influyo de nuestro selenita compañero de órbita.

Los isidros lobo llevan una existencia aparentemente normal. Pese a lo que nos tienen acostumbrados algunas películas malas de serie B, los isidros lobo son buenas personas que cuidan de sus vecinos y protegen a sus seres queridos. Para eso entrenan duro cada día y mantienen en secreto su doble existencia.

Sólo en contadas ocasiones, normalmente al amparo de la oscuridad y con la compañía de nuestro fiel satélite de roca y agua en su máximo esplendor, la faceta lobuna se manifiesta en el isidro lobo y éste sufre una transformación temporal que le dota de características especialmente propicias a la carrera de velocidad.

Hoy fue uno de esos días... Bajé a la calle... Sabiendo lo que iba a ocurrir... Estiré y empecé a notar los primeros síntomas... No era un simple dolor de muelas... Eran mis incisivos los que aumentaban de longitud... Cerrando la boca con todas mis fuerzas, mientras estiraba los isquiotibiales sentí que mi pierna comenzaba a ocultarse bajo un manto de vello gris...

Empecé el calentamiento esquivando a los pocos transeúntes que había en la calle a esas horas... Bajé al río con mis brazos ya cubiertos de pelaje y manteniendo a duras penas la posición correcta de carrera... Mis manos, ya casi convertidas en zarpas, buscaban el suelo con ahínco mientras mi torso se doblaba inexorablemente...

Ya en el río, empecé mis series de hoy, que iban a ser 6 tramos rápidos de 7 minutos con otros tantos de 1:15 minutos a un ritmo más bajo. Quería hacerlas a ritmo creciente, la idea era empezar a 5:10 y hacer las últimas entre 4:30 y 4:40. Pero esa transformación en mi organismo me llevó en volandas, y entre aullidos y sintiendo una fuerza sobrenatural incontenible, corrí las primera a 5:06. La segunda, cayó a 4:59, conteniendo el ritmo, con ganas de correr más. En la tercera, la última con viento a favor, mi instinto lupino me llevó a completarla a 4:52. Media vuelta y entonces... La luna de cara... Todo el influyo del gran satélite se apoderó de mí, mis colmillos reflejaban la luz que éste emitía y completé la cuarta a 4:46 y la quinta a 4:38.

Y entonces, sin controlar mi otro yo humano, como una bestia herida por una bala de plata me dispuse a completar los últimos siete minutos del recorrido rápido a 4:19 minutos por kilómetro, para lentamente recuperar mi aspecto humano antes de salir del paseo fluvial y volver de nuevo a la civilización...

Ya con mi aspecto habitual recuperado, pensé en el gran defecto de diseño que tiene el Forerunner. Programé las series rápidas a un ritmo de entre 4:30 y 5:10, así que el Forerunner estuvo durante los 7 úlimos minutos quejándose, pitando y diciéndome que debía ir más despacio. El que programó el Forerunner debería haber sido un poco más espabilado, y en caso de detectar que estamos en la última serie de la sesión, y que vamos más rápido de lo que habíamos programado, en lugar de pitar y quejarse debería mostrar mensajes del tipo "Muy bien machote, estás dándolo todo", "Chaval, estás que te sales, me vas a quemar los circuitos", o "Venga maquinón, tú sí que sabes, date caña que hoy estás de lujo". Pero no, simplemente me estuvo riñendo y quejándose por ir demasiado rápido...

Excelentes sensaciones. Tenía ganas de correr y lo hice. Sé que no puedo seguir ese ritmo en tiradas más largas, y estoy dosificándome estos días y seguiré haciéndolo. Pero ser un isidro lobo tiene estas cosas... Hasta la próxima luna llena tengo muchos kilómetros que recorrer a un ritmo adecuado a las distancias y la preparación de una maratón.

7 comentarios:

  1. Oye, muy buenas sensaciones entonces no? Bien hecho Isidro lobo!
    Pero cuidado: que el cuerpo te pida más caña, entrenando una maratón con un objetivo determinado creo que lo conveniente es seguir el plan marcado, y si ese plan indica hacer las series a 4:30 debería ser así.
    Piensa que en una maratón lo importante es acabarla: al principio notarás que puedes ir más rápido pero hay que aprender a ser disciplinado porque sino no llegas.
    Es un consejo de amigo eh, que tú ya sabes que yo soy el primero en que si el cuerpo tira, lo doy todo... excepto cuando preparo una maratón ;)

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  2. Auuuuuuuuuuu¡¡ Vamoosssssss Hombre lobo vamosssss go go go...Auuuuuuuu¡¡

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  3. A esas horas cualquiera que te viera a esas velocidades no dudaría que habia visto un licántropo. Prácticamente son series de 1.500, que has hecho perfectas, y en la última siempre hay que darlo todo, muy bien.

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  4. Las buenas sensaciones siempre son alentadoras y positivas.. Pero pueden ser un arma de doble filo si no eres capaz de controlar tus instintos.... Los excesos se pagan, así que busca el antídoto adecuado para el momento en que se te erize el vello y la Luna te trasponga... La experiencia así me lo indica...

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  5. Jajaja! Me ha encantado la entrada Isidro lobo! Yo tengo un Polar y es igual, suena el pitido y a mí, en vez de molestarme, me motiva como si fuese un Go!Go!Go! de Tri. Caletero

    Un saludo!

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  6. Isidro, es el instinto asesino, se llama instinto asesino. Domínalo y sácalo en carrera cuando te haga falta.
    Yo hubiera puesto algo más de recuperación al trote (quizás 3 minutos) y hubiera hecho todas las series al mismo ritmo más o menos. Fíjate que lo que haces con ese entrenamiento es trabajar el corazón en zona de umbral aeróbico, y entre 4:10 y 5:10 hay mucha diferencia. Para trabajarlo bien yo hubiera hecho todas las series sobre el mismo tiempo de umbral que en tu caso supongo que estará alrededor de 4:30, y luego hubiera metido algo más de recuperación en carrera normal, al menos 2 minutos.
    Muy buen entreno.

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  7. Yo, como Gonzalo, prefiero hacer series más parecidas en ritmo e ir siempre obligado. De todos modos has ido muy muy bien.

    Para series largas (>=1200 metros) me dejó dos minutos de trote.

    Yo usaba la garantía del Forerunner, a mí cuando voy a mejor ritmo me sale un mensaje que dice "que machote estás hecho" :)

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