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viernes, 15 de abril de 2011

Al Forerunner pongo por testigo...

Al Forerunner pongo por testigo de que esta mañana me ha salido un entrenamiento de los que hace tiempo que no recordaba. Esta vez el auto lap estaba en su sitio, sí, lo de ayer fue metedura de pata mía, aunque me sirvió para poner a prueba el escepticismo del que siempre presumo aunque me traiga más de un problema habitualmente... :)

Hoy no era cuestión de dudar de lo que veía, hoy era cuestión de comprobar qué puedo ver en el Forerunner si intento hacer una sesión un poco más intensa. Empiezo a habituarme a mi nueva pisada, la rodilla va respondiendo, los últimos entrenamientos han ido bien de ritmo y mucho mejor de pulsaciones, mañana descansaré... Así que... Hoy era un día para probar a apretar un poquito más el acelerador.

Ritual habitual, punto 8 esta vez plenamente satisfactorio, ¡y a correr!

Primer kilómetro despacio, creo que es un hábito muy saludable, a 5:55. Cogiendo ritmo y calentando las articulaciones. Dos más a 5:27 clavados, en dirección a Montcada, con viento en contra.

Y yo que digo... Pues vamos a correr un poco ahora. Eso de pisar con la planta y levantar los talones tiene algo genial, que es que sólo levantando un poco más los talones notas que la velocidad aumenta pero el esfuerzo no parece ser tan grande. Así que manos a la obra, antes de llegar al punto donde doy media vuelta corrí a 5:12. El quinto kilómetro transcurre 650 metros contra el viento, y 350 ya de vuelta, a favor. El ritmo del quinto fue de 4:55.

Venga, talones arriba y un poco más de oxígeno en cada bocanada. Kilómetro 6... 4:39... Y empiezo a notarlo... No hacía días ni semanas... Hacía meses... Creo que con el plan Jack Daniels no llegué a sentirlo... Pero hoy sí, cuando llega, te das cuenta de inmediato...

The Flow...

Ahí estaba. La armonía entre el asfalto, las zapatillas y el runner. No pisaba, flotaba. No corría, volaba. Mi cabeza no pensaba, simplemente coordinaba corazón, pulmones y piernas llevándome en volandas durante 4 kilómetros, a 4:39, 4:35, 4:28 y 4:29. Lo mejor, entre 155 y 162bpm.

Ya estaba a 200 metros de casa, el Foreruner me marcó el noveno kilómetro a 4:29, así que pensé... Para 200 metros que faltan... Vamos a apretar un poco, ¿no?

Arriba esos talones, respiración un poco más acelerada, acabo a 173bpm y el Forerunner me enseña unos números preciosos... 3:53... Sólo durante 200 metros, pero me supieron a gloria.

Sí, algunos ya os habréis dado cuenta... Pero dejad que lo diga...

El Isidro lobo está a punto de volver... ;)

9 comentarios:

  1. Pues bienvenido sea, compañero; dejémosle correr; mejor, volar; enhorabuena, socio.

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  2. Fenómeno amigo...que se levanten esos talones!

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  3. Genial Isidro, me has recordado a "ritual de lo habitual" un inmenso disco de uno de mis grupos favoritos: Jane´s Addiction. Ya estás otra vez recuperando las buenas sensaciones.

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  4. Con tu nueva forma de correr experimentarás más veces el The Flow, ya lo verás. ;)

    Si dices que ya te vas habituando igual podrías probar a salir con las VFF. Pero sin pasarte ¿eh?

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  5. Estos días son geniales, es dificil que después de un entrenamiento así algo te estropee el día.

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  6. Tus palabras demuestran una vez más que el concepto propuesto por el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi en 1975 es algo más que pura teoría... Quienes hemos tenido la suerte de experimentarlo damos fe de ello... Muy bien..!!

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  7. Parece que estás sacando la carbonilla a los pistones eh?
    Pues claro que si. Y yo creo que eses ritmos por debajo de 5/km y próximos a las 4:30/km los puedes llevar durante mucho más tiempo.
    Y si lo entrenas, incluso puedes llegar a hacer entrenos de 4:15/km, créeme. Se positivo.

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