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domingo, 27 de abril de 2014

Crónica de la Vilatrail 2014

Otra carrera de montaña, y otra vez he vuelto a disfrutar muchísimo, pese al sufrimiento extremo en algunos tramos. Correr por montaña es lo que tiene, pasas de subir casi a gatas, apenas sin respiración, a de repente bajar por una trialera como un loco, para volver a subir otra vez apretando los dientes, bajar de nuevo sorteando piedras, y así una y otra vez hasta que completas 21 kilómetros con un desnivel acumulado de 2400 metros en este caso.

Pese a lo irregular del recorrido, es curioso que en una carrera de 21 kilómetros, a partir del 10 casi vayas al lado de los mismos corredores hasta la llegada, adelantándonos los unos a los otros sucesivamente, agrupándonos en las subidas, estirándonos en las bajadas, pero al final siempre las mismas caras y las mismas camisetas. Estas cosas no suelen pasa en el asfalto.

Madrugón, desayuno, punto 8 en casa, tren hasta Masnou y punto 8 en casa de Manu. De ahí, los 4 valientes nos dirigimos a Vilassar de Dalt en coche, recogimos los dorsales, estiramos un poco, regamos unos matorrales e inmortalizamos el momento.



Tengo que recordar ponerme el dilatador nasal después de la foto, que luego salgo con nariz cochinera... :)

Por delante, teníamos esto:



La salida, cuesta arriba, y unos metros detrás de la salida, la llegada, como comentaba el speaker, una llegada que era un regalo de la organización, una rampa de unos 100 metros con una pendiente de más del 10%, digna para llegar a meta, tras 21 kilómetros de trail y un desnivel acumulado de 2.400, literalmente a gatas... Recordad esta cuesta porque al final del post será protagonista...

Y esto sería la crónica de la carrera...

Subir, muy bien, adelantando, manteniendo el ritmo, cansándome, bajando un poco el ritmo, cansándome más, caminando, más cansado, apoyando las manos en los muslos...

Bajar, mucho mejor, recuperando fuerzas, teniendo cuidado en los tramos técnicos, perdiendo alguna posición, manteniendo el pulso, arriesgando un poco, pensando en recuperar posiciones en la siguiente subida, temiendo por mis tobillos, adelantando a algún runner aún más precavido que yo...

Y vuelta a empezar, porque como se ve en el perfil, entre trialera y trialera, el tramo más largo de pista fue de apenas 300 metros, el resto, o subir, o bajar, siempre por trialeras. Sí, mis rodillas están encantadas... :)

Subiendo por el pueblo no se podía correr mucho pero intenté recuperar posiciones rápido...


 



En las primeras subidas iba fuerte y recuperando posiciones, porque salí bastante atrás. En las primeras bajadas, perdía posiciones pero no tantas como las que ganaba. En las siguientes subidas, iba adelantando menos, a partir del kilómetro 10 ya la carrera se había estirado mucho y los runners que tenía delante y detrás iban a un ritmo muy parecido al mío.

Fruto de haber salido atrás y lanzarme como un loco a adelantar, creo que saqué unos metros a Toni, y entre las caravanas en las subidas y los tramos técnicos que no son la especialidad de ninguno de los dos, fue casi en el kilómetro 8 cuando le escuché llamarme y a partir de entonces fuimos corriendo juntos.


 

Kilómetro 7,5, saltando con cara de susto...
Si ya digo yo que las bajadas técnicas no son lo mío...
I believe I can fly...

Una vez que nos juntamos Toni y yo, fuimos haciendo relevos, yo intentaba tirar en las subidas, él en las bajadas, y fuimos superando posiciones con relativa facilidad del 10 al 15. Esos 5 kilómetros se me pasaron volando, y entre los sube-baja de los 10 primeros kilómetros y aquellos 5 kilómetros en los que fuimos quemando la tierra por la que pasábamos, nos plantamos en el 15, no sin mucho haber sufrido, pensando que ya quedaba apenas un tercio de carrera y que íbamos más o menos enteros...



¡Kilómetro 13,5, bajando como loco!

En el 15 teníamos el tercer avituallamiento, por cierto, un 10 para la organización, agua para todos, Aquarius y plátanos, naranjas, frutos secos y galletas en los avituallamientos. Saliendo del avituallamiento Toni se me distanció un poco y yo ya iba un poco pesado de piernas, en la subida se me iba alejando un poco pero casi me ponía a rueda cuando había que ir caminando, pero cuando empezó la penúltima bajada asesina sentí que las piernas ya no me respondían como antes y en cada curva se me había alejado unos metros más...

 

Kilómetro 17, bajando con dificultad...

Sobre el 17,5 ya lo había perdido de vista, ya quedaba la última subida, en la bajada no iba suelto pero en la subida me sentí bien, bueno, al principio... Al final, no era cosa mía, éramos todos los que íbamos con las manos en los muslos, resoplando y avanzando apenas 25 centímetros por paso... Unos 70 metros de desnivel ascendente en 500 metros de subida. Una pendiente del 14% cuando llevábamos 18 duros kilómetros en las piernas es un excelente regalo para el corredor... :)

Pero la montaña a veces te da unas sorpresas que no esperas... Después de esa subida, que simplemente debería dejar seco a cualquiera, me sentí mejor que nunca, no sé qué extraño subidón de adrenalina se apoderó de mí cuando comenzó la bajada definitiva... Tenía a unos 50 metros a un runner, y a unos 100 a otro. Empecé a bajar... Más suelto, más atrevido, más seguro. Quizá los dos runners que iban delante andaban algo tocados, el caso es que normalmente en las bajadas veía alejarse a los que llevaba delante, pero esta vez iba acortando distancias rápidamente.

No sé cómo corría, si era la respiración resoplando, si era la manera de pisar, el caso es que al llegar casi detrás de mi primera víctima, se apartó y me dijo "¡pasa, pasa!", me crecí un poco más, me acerqué creo que aún más rápido al siguiente, igual que antes, no sé qué oyó, el caso es que se apartó inmediatamente y me dio paso...

En ese momento ya me quedé solo, pero me sentía mejor que nunca, después de haber sufrido mucho en la bajada y subida anterior iba suelto y con ganas de correr, apreté mucho en la bajada, me animé mucho con las palabras de aliento de los voluntarios, que merecen un 10 como una casa. No sabía si tenía a alguien más a tiro, pero corría y corría, quedaba algo más de un kilómetro cuando se acabaron los caminos de tierra y volvimos a Vilassar, y de repente, ahí delante... ¡Veo a Toni!

Algo tenía que estar pasando, y así era. Lo molestaban los gemelos e iba renqueando, corriendo despacio, en unos pocos metros me puse a su lado...

Isidro dice: ¡Toni! ¿Tío qué te pasa? ¿Estás bien?

Toni dice: ¡Isidro! Voy jodido, me duelen los gemelos, no puedo correr más... Tira, tira...

Pero Isidro piensa: Joder, molestias en los gemelos, no es grave, no es una lesión como tal, sólo tiene que bajar el ritmo y ya está, ¡ésta es la mía! Queda un kilómetro y Toni anda tocado, ¡si no llego delante de él hoy no llegaré nunca!

Y Toni piensa: ¡Me cago en tó! Si en cada giro lo veía más lejos, voy tocado pero pensaba que ya le había dado el hachazo definitivo, me ha alcanzado, me ha visto fastidiado y parece que empieza a tirar, será...

Le adelanto... El asfalto no es el mejor terreno para unas zapatillas de trail, la euforia del último kilómetro empieza a pasar factura... Sigo a mi ritmo, no muy intenso, y en apenas unos segundos veo a Toni al lado...

Isidro dice: ¡Hey, ya se te ve mejor!

Toni dice: ¡Hombre, si hemos llegado hasta aquí, hay que llegar hasta el final corriendo, no me voy a rajar ahora!

Pero Isidro piensa: ¿Pero no estaba jodido de los gemelos? Va tocado, Toni sólo necesita apretar un poco para darme el hachazo, pero parece que no está para apretar mucho... Si aumento un poco el ritmo...

Y Toni piensa: ¡Me dolerán los gemelos pero este tío a mí no me da el hachazo! No hay dolor, no hay dolor, hay que seguir fuerte, qué capullo, ¡está apretando!

Teníamos algún runner delante, y codo con codo, mirándonos de reojo y con una sonrisa sincera, íbamos cada vez un poco más rápido y dejando runners atrás... Las hostilidades estaban a flor de piel... El kilómetro 20, con bastante desnivel descendente, lo hice a 4:40... A ese ritmo más o menos íbamos cuando empezamos juntos el 21... Apretando un poco más cada vez, codo con codo, no hay dolor, hicimos unos 500 metros en progresivo, y en la segunda mitad del kilómetro 21, ni progresivo ni nada, eso ya era un sprint en toda la regla... No sé de donde salieron las fuerzas, pero íbamos como locos rebasando a todo el que teníamos delante... :) Ninguno de los dos cedió, ¡y el Forerunner marcó el kilómetro 21 a 4:00!

Ya estábamos esprintando desde hacía 500 metros y seguíamos uno al lado del otro, adelantando corredores, un giro más... Y la cuesta asesina... Apenas 100 metros pero una pendiente para subir a gatas...

Jejeje, a gatas... Ahora sí, las hostilidades son manifiestas y nada disimuladas... :)

Empieza la subida, dejamos atrás a un par de runners, empiezo yo unos metros por delante, veo a Toni al lado con la cara desencajada, me pasa cuando llevábamos un tercio de la subida, pongo una marcha más, se me desencaja la cara, las mandíbula y los ojos, le paso apenas medio metro, aguanto unos metros así, Toni, con los ojos fuera de sus órbitas, se me pone de nuevo delante, estamos a unos 15 metros de la llegada, un runner a un metro de nosotros por delante de los dos, Toni a su derecha, yo a su izquierda, aprieto los dientes, me digo, "tío, ahora o nunca, lo tienes a tiro, aprieta un poco más", ya no sé qué estoy apretando, creo que me impulso con el hígado y el bazo, pasamos al runner uno por cada lado, sacándole las pegatinas, ¡y apenas por medio metro cruzo la línea de meta delante de Toni!


 


Llegamos extenuados, qué final, apoteósico, un kilómetro a 4:00 después de 20 de duro trail, y luego veo en el Forerunner que los últimos 110 metros de subida asesina, en un sprint memorable, los hicimos a.........

¡3:18!

Cruzamos la meta, nos abrazamos, el speaker gritando como un loco, "¡espectacular, vaya final de Isidro y Antoni, qué fuerza!", nos dicen que nos sentemos para quitarnos el chip, nos sentamos con la lengua fuera, casi sin aire, y pocos minutos después nos vamos a por nuestro más que merecido bocata de jamón y cervecita... :)



Y por supuesto, la foto para inmortalizar a los 4 finishers, tan sonrientes como al principio, sólo los dos tiros que me pegaron en el pecho delatan que la foto es de la llegada, no de la salida... :) Bueno, y el bocata en la mano también...



Y el post carrera, memorable... Manu, Toni, Isidro, con sus señoras y cachorros, disfrutando de una suculenta comida post carrera, en un restaurante perdido en lo alto de una monte, y como mis rodillas sufrieron en la montaña y dicen que el cartílago es muy bueno para recuperarlas... Me metí entre pecho y espalda este plato de pies de cerdo con mongetes y caracoles, regado con buen vino y finalizado con el clásico carajillo de Ron Pujol... :)




Me está gustando esto de la montaña... Ay qué miedo, en qué lío me estoy metiendo... :)

10 comentarios:

  1. Estas son los trail que me gustan, con desnivel y técnicos, pero que se pueda correr, felicidades.

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  2. Me encanta la crónica, es un disfrute. Me alegro que te haya gustado.

    Todo dios se queja de los gemelos...

    Con tu permiso te lo comparto.

    Gracias por venir y nos vemos el año que viene.

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  3. Asi fue, y soy testigo de ello. Pensado en la carrera el dia despues, creo que es una de las mejores que he hecho con final epico

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Una crónica emocionante y excelente. Vi a pocos metros tu esprint de meta, fue espectacular! Enhorabuena. Te esperamos en el Vilatrail 2.015!!!

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  6. ja, ja muy emocionante, y algo habrá que hacer con el francotirador ese, no?

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  7. Isidro me alegro que hayas disfrutado con este trail, tiene buena pinta, como ese plato de comida. Ese sprint final debió ser apoteósico. Un saludo

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  8. Jajaja, pero qué final de carrera, estáis como cabras! a la vista de las fotos, se te ve mucho mejor de lo que crees bajando, qué fiera, ya sea en asfalto o en montaña, eres un galgo! a seguir disfrutando así!

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  9. Vaya final, menudo sofocón, con amigo así...

    Es curioso, en carreras de montaña no recuerdo ver gente con los pezones ensangrentados.

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  10. Jejejej que gran final, he visto por hay alguna foto de ese momento y madre mía que carita de Kiler!

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