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domingo, 28 de febrero de 2010

¡Qué divertido es correr por el monte!

A veces es difícil explicar que corremos para sufrir. Podemos sufrir más o menos, sólo nosotros nos ponemos el límite, y el grado de satisfacción al acabar la carrera es directamente proporcional a lo que hemos sufrido durante la misma. Por ese motivo, con más ganas sufrimos cada kilómetro, para sentir después una satisfacción aún mayor que la última vez.

En mi corta vida de corredor aficionado he experimentado varias clases de sufrimiento.

Uno de los más duros es correr sin haber cumplido bien el Punto 8. La satisfacción que se siente al poder cumplirlo al acabar la carrera no puede expresarse con palabras. Pero no es una experiencia que quiera repetir...

El peor de los sufrimientos se siente cuando has agotado tus fuerzas y todavía te quedan muchos kilómetros por correr. Es el que sufrí en Sitges. Después del kilómetro 13 pinché, como solemos decir los aficionados a correr. De repente mi cuerpo no daban para más, y llenar mis pulmones de aire no conseguía que la sangre pusiera en marcha las piernas. Los últimos kilómetros los hice entre 5:20 y 5:40 minutos por Km, reventado, cansado, muerto, dolido, resistiendo la tentación de parar... La satisfacción fue acabar los 21Km con al menos un pie siempre fuera del asfalto.

Pero el mejor de los sufrimientos es sentirse bien y salir a darlo todo, intentando sacar el máximo de cada zancada, manteniendo una lucha constante contra el dolor e intentando que cada bocanada de aire mueva tus piernas al mejor ritmo. Cuando salimos a intentar mejorar una marca, lo hacemos sabiendo que en cada kilómetro vamos a luchar por superar lo que pensábamos que era nuestro límite, vamos a arañar unos segundos a cada parcial, vamos a alargar un poco cada zancada y nos va a costar más dar la siguiente, y lo vamos a hacer sufriendo cada minuto de la carrera, desde el inicio hasta llegar al límite de nuestra resistencia en los últimos kilómetros.

Cuando todo eso sale bien, cuando el cronómetro nos dice que hemos bajado unos segundos cada tramo, cuando los kilómetros van pasando y la velocidad media se mantiene e incluso aumenta, cuando nos acercamos al final y sacamos fuerzas de donde pensábamos que no habían y aún arañamos algún segundo más, cuando todo ese sufrimiento ha servido para superarse a uno mismo, el momento de cruzar la meta se convierte en una satisfacción difícil de explicar. Empiezas a calcular cuántos segundos has arañado en cada kilómetro, cuánto te has superado desde la última vez que superaste tu marca, y poco después ya estás haciendo números para plantear cuál ha de ser tu siguiente marca.

Y todo eso se piensa sabiendo que la próxima vez tocará sufrir aún más. Porque cuánto más corres y más fondo físico empiezas a tener, más quieres correr y más sufres en la carretera pensando que mayor va a ser la satisfacción de poder volver a superarte. Fijaos en las caras de los atletas cuando cruzan la línea de meta. El mejor del mundo no llega a meta bailando y riéndose, llega destrozado, con cara de dolor y sufriendo cada metro que corre. Salvando las distancias, los aficionados también intentamos hacerlo así. Decidme si los que salimos en este vídeo tenemos cara de estar de fiesta... :)



Pero la carrera de hoy ha sido otra cosa. Hoy he corrido mi primera carrera de montaña, con apenas 500 metros de asfalto, algo de pista forestal, pero poco, muchos caminos de cabra, piedras, arena, vegetación y terraplenes. ¡Y una butifarrada esperando al final!

Hoy era complicado superarse a sí mismo. Era una carrera mal señalizada, el GPS se volvía loco y se hacía imposible saber realmente cuánto llevaba corrido, y el ancho de los caminos de cabras y burros por los que pasábamos no siempre permitían correr si tenías a alguien delante. Por no decir de las pendientes que sólo se podían subir andando y agarrándose a lo que se encontrara por el camino.

Pero esta vez se podía disfrutar corriendo en vez de sufrir. Ahora entiendo a los que esquían, que suben para luego bajar a toda leche. Todo lo que hemos subido sufriendo, andando, incluso agarrándonos a los árboles, luego había que bajarlo haciendo el loco, dejándose caer por un terraplén, saltando de piedra en piedra, adelantando al borde de un barranco... Me he sentido como un niño pequeño arrastrándome por la arena, bajando a toda velocidad con una bici sin frenos, resbalando por la tierra y llenándome los zapatos de piedrecillas... Me lo he pasado pipa, cada tramo que subía sabía que lo tendría que bajar tarde o temprano, y eso ya era bastante motivo para hacerlo a buen ritmo. Cuando acababa una subida, andando pero a más de 160 lpm, sin tener que pensarlo ya estaba corriendo la bajada a toda leche, corriendo y saltando como un niño, pensando que pronto volveríamos a subir y que había que aprovechar la bajada al máximo.

La carrera, por llamarlo de alguna manera, de ninguna manera podía hacerse completa corriendo. Sirva de ejemplo que durante los dos primeros kilómetros, quizá algo más, no me fío del GPS, ¡subimos un desnivel de más de 200 metros! Toda la carrera fue por montaña. Cinco kilómetros de subida imposible, cinco de bajada loca, otros cinco o seis de subida asesina y un final espectacular bajando sin frenos. Había tramos en los que apenas cabía el pie con el camino, en lo que parecía ser el cauce de un riachuelo. También tuvimos dos o tres saltos al vacío, uno con una cuerda anudada puesta ahí por la organización. Y unas bajadas por un camino serpenteante y lleno de vegetación que es donde mejor lo pasé. Tuvimos tres avituallamientos, el primero con agua en el kilómetro 5, y otros dos con fruta, agua y Aquarius en el 10 y el 15. Cometí el error de cargar con la botella desde el 5 al 10, y la verdad, no me hizo falta. Una pequeña parada y algo de fruta y Aquarius fueron suficientes para seguir con la aventura.

Casi al final de la carrera me perdí... Menos mal que tenía a alguien detrás, si no soy capaz de aparecer en Malgrat de Mar... Un ciclista nos dijo que nos habíamos salido de la ruta, y así fue. Creo que hicimos 500 metros off-road, y otros tantos para volver a la ruta, así que al final corrí casi 21 kilómetros. La organización pidió disculpas porque la carrera estaba mal señalizada, pero aún así, creo que me perdí en un sitio distinto al que estaba mal señalizado... :)

Ahora me duelen las rodillas y los tobillos. El castigo para estas articulaciones ha sido tremendo. Pero mereció la pena. Esta semana hay que descansar unos días, pero saldré a mediados de semana antes de irme de viaje, durante el que, por supuesto también correré.

sábado, 27 de febrero de 2010

Ahora a hacer el cabra en la montaña

Esta semana, después de la Media de Gavá, he salido miércoles y jueves a correr un poco por la mañana. Hasta el martes tuve agujetas, normal, y el miércoles aún las sentía antes de empezar a correr, pero no hay nada mejor contra las agujetas que ponerse en marcha.

El miércoles me lo tomé con tranquilidad, pasando muy ligeramente de los 160 lpm, y el jueves ya apreté un poco más, superando los 165 lpm, y haciendo los dos últimos kilómetros a buen ritmo.

La fatídica semana de las dos medias maratones seguidas, las de Sitges y Terrassa, no salí a correr ningún día, y creo que fue un error. Mañana voy a volver a correr 20Km, y creo que los dos días de entreno me han hecho llegar más entero.

Van a ser 20Km, no llega a una media maratón, pero probablemente serán los más duros que haya corrido hasta ahora. Manu y Xavi me acompañarán en esta dura travesía por los montes del Maresme. La Cabrilenca. Cabrilenca porque transcurre por Cabrils, y además, porque hay que estar como una cabra para hacerla. Si no, mirad el perfil de la ruta...



Sí, subimos unos 350 metros en 4,5 Km. Si las matemáticas no me fallan, es un desnivel del 7%. Y yo presumiendo de cuestas en San Francisco...

De todas maneras, la organización ofrece la posibilidad de atajar 5 kilometros o hacer sólo 10. Como somos unos cobardes, la idea es hacer los 20 corriendo. A ver hasta dónde llegamos...

¡1.000 Km en RunKeeper!

El 11 de junio de 2009 compré el RunKeeper para iPhone. Al día siguiente lo estrené en San Francisco con una ruta de 11 Km, incluyendo unas de las cuestas más duras del planeta y un bonito paseo por The Embarcadero.

Han pasado algo más de 8 meses y el cuentakilómetros del programa ya marca... ¡Más de 1.000 Km! 101 actividades, 1.012 kilómetros y 84 horas, 34 minutos y 26 segundos corriendo.

A ver cuánto tardo en llegar a los 2.000...

domingo, 21 de febrero de 2010

Mi mejor media maratón

Llevo corriendo esporádicamente bastantes años, pero demasiado esporádicamente... En determinadas épocas, salía una vez por semana a correr unos 6 kilómetros, normalmente sábado o domingo. Después de una operación de rodilla, en la que me cosieron una fisura en el tendón rotuliano, estuve corriendo un par de veces por semana y haciendo ejercicios de pierna en un gimnasio. Algunos veranos a veces aprovechaba para salir tres tardes por semana a correr. Pero nunca llegué a mantener un ritmo constante.

Hace algo menos de dos años que estoy empezando a hacerlo con regularidad y sacrificándome para hacerlo. Levantarse a las 5:30 de la mañana duele, la verdad, pero empiezo a ver resultados y eso anima bastante.

Y lo que sí que tengo claro es que, en todos estos años, nunca había ido a correr ningún día tan motivado como hoy.

Desde que empecé a correr siempre había mantenido unos resultados parecidos o había ido mejorando poco a poco. Creo que el momento en el que más fuerte he estado ha sido a finales del año pasado. En la Cursa de la Mercè, en septiembre, casi bajé de los 45 minutos en 10Km. Conseguí bajarlos poco después en la Cursa de El Clot, y en la de La Sagrera hice mis mejores 10Km, en 42:13. Poco después hice mi primera media maratón, en Vilanova, con 1:36:44.

Pero a partir de ese día las cosas no fueron tan bien... En la Sant Silvestre de Masnou hice una carrera muy mala, con una salida accidentada y sin saber mantener un buen ritmo. La Sant Silvestre de Barcelona fue mejor, mi segunda mejor marca, pero después llegó el fiasco de las medias de Sitges y Terrasa, y los 10Km de Sant Antoni en los que acabé bastante lejos de mis mejores tiempos. En Sitges corrí muy mal, no supe dosificarme. En Terrassa fue mejor pero también me quedé sin fuelle en el Km 17, y los tres kilómetros de subida continua no los supe dosificar. Y creo que en Sant Antoni pagué por todos mis pecados de las dos medias anteriores... :)

Así que decidí que esto no podía ser, y me animé a pensar un poco más que si corro es por hacer deporte, y eso es algo muy serio que se debe hacer con cabeza. Intenté buscar opiniones más expertas que mi cabezonería, hacer un pequeño plan de entrenamiento y probar a tomármelo más en serio. No quiero decir que antes corriera en broma, pero sí que no lo hacía con la preparación suficiente y que pensaba que simplemente se trataba de correr todo lo que se pudiera y nada más.

Tras dos semanas de entrenamiento serio, hoy llegó el día de probar todo lo asimilado. Fui el día anterior a recoger el dorsal, para evitar sorpresas, y gracias a eso llegué con tiempo suficiente. Me levanté a las 5:40, desayuné mi plato de pasta, zumo de naranja, galletas y café, pude hacer un primer punto 8 y me fui para Gavá. Por el camino se estaba gestando un nuevo punto 8, bastante más contundente que el de casa... Había un baño que ya tenía fichado desde el día anterior, aunque mi sorpresa fue comprobar que la infraestructura carecía de tapa... No sé si es el mejor ejercicio antes de correr, pero me vi obligado a hacer sentadilla durante el tiempo que duró la maniobra. Me sentó muy bien, salí grácil y ligero. Con tiempo de sobra me puse la ropa y el iPhone, me comí unos dátiles, y calenté 40 minutos antes de la salida. Llegué con tiempo a la salida, no quería aglomeraciones, y pude empezara a correr bien desde el primer momento.

Tuve un extraño incidente con el RunKeeper, no sé por qué, pero me quedé sin música, sólo escuchaba la voz que me cantaba los kilómetros y la velocidad. Tendré que estudiar si eso me ayudó quizá... Además se me olvidó desconectar el 3G, y la gráfica de velocidad acabó un poco loca, por culpa del ingenioso sistema que usa el iPhone para ajustar los datos del GPS ayudándose de las antenas 3G...

Salí tranquilo, a 140 lpm y 4:45 minutos por kilómetro. Inconscientemente hice los dos siguientes a 4:12 y 4:13, realmente pensaba que iba más despacio. Entonces puse el piloto automático y aguanté a 160 lpm a una media de más o menos 4:30. Me pasó algo muy curioso, pude comprobar que cuando bebí agua y Powerade en los kilómetros 5 y 10, perdí el ritmo, me cansé más y fui más despacio. Tengo que estudiarlo. Obviamente beber cambia la respiración, algo ha de influir, pero no pensaba que tanto. No sé si el lío del 3G puede influir en la medición, pero el RunKeeper me da el kilómetro 10 unos 30 segundos más lento que los demás, y sinceramente lo noté, a esas alturas el grupo ya va bastante estirado, y después del Km 10 me pasó un corredor que iba a mi ritmo durante bastante tiempo. Luego le adelanté, afortunadamente recordé no hacer el burro y no subir el ritmo más de la cuenta cuando estoy pasando a alguien que va a un ritmo muy parecido al mío...

A partir del kilómetro 10 subí un poco más la velocidad y las pulsaciones, 165 lpm y un poco por debajo de 4:30 por kilómetro, e iba bastante cómodo. Me concentré en sacar el máximo rendimiento de mis piernas y adaptar la respiración a un paso más rápido, y creo que me fue bastante bien. Ahí estuvo la clave. En Vilanova salí más rápido, pero a partir del kilómetro 12 no bajé de los 4:35 por kilómetro. En cambio, esta vez, a partir del 12, todos los kilómetros los hice en menos de 4:32. Apreté un poco más los últimos 3, pero ya iba un poco justo de fuerzas y a 175 lpm. La subida del último kilómetro se me hizo dura, creo que entrenar en plano tiene ese inconveniente, que las subidas me matan. Pero apreté los dientes y al llegar a meta incluso entré esprintando.

Las naranjas y plátanos que había a la llegada me supieron a gloria. Y los 750 ml. de Isostar a agua bendita... :) Además, me llegó un SMS de la organización con el tiempo y la posición, 1:34:29, ¡qué alegría! Estiré un rato antes de volver a la estación, y al subir al tren ya notaba las agujetas que me esperan toda esta semana... Pero las pasaré muy satisfecho. Si el miércoles o jueves me veo bien iré a correr un poco y obtener otro hito personal... Pero eso ya lo contaré otro día...

sábado, 20 de febrero de 2010

¡Mañana hay Media en Gavá!

Mañana tengo la Media de Gavá, esa espinita que llevo clavada desde Sitges he de que quitármela de una vez. He estado entrenando bastante desde la última 10K, la de Sant Antoni, que no me fue todo lo bien que esperaba, no quiero que me vuelva a pasar.

Esta última semana salí a correr por la mañana martes, miércoles y viernes. La idea inicial era martes y jueves, pero el miércoles me sentía con ganas y añadí un día más. No he querido forzar más de lo necesario y sobre todo miércoles y viernes controlé que el ritmo cardíaco fuera medio, no pasé de 160-165 lpm. Tampoco estaban los días para correr mucho, pues con tanta lluvia y casi a oscuras el riego de acabar con mis zapatillas como una sopa era demasiado elevado.

Me gusta correr con lluvia, pero cuando lo haga cambiaré la ruta para ir siempre por asfalto, evitando los dos tramos que siempre acaban con charcos y con un cobarde pisándolos a fondo... Es muy desagradable correr los últimos kilómetros con el calcetín empapado o ir dando saltitos y torciendo el tobillo más de la cuenta para evitar los charcos, con el riesgo de fastidiarse algún músculo.

Mañana quiero llegar a Gavá tranquilo, con el dorsal ya puesto, por eso he ido esta tarde a recogerlo. Hay un buen paseo desde la estación a la salida y tengo echado el ojo a un baño en el mismo polideportivo donde se deja la ropa que tiene todos los números, sobre todo el 8, para ser visitado a primera hora... :) En Sitges precisamente tuvimos una mala experiencia con la recogida del dorsal, que fue un pequeño caos y nos fastidió un poco el calentamiento, así que no quiero excusas esta vez. Me llevaré la vaselina y unos dátiles, y antes de dejar la bolsa a buen recaudo me untaré los dátiles y comeré un poco de vaselina... :D

La idea es hacer unos 5 Km tranquilo, 8 a buen ritmo e intentar llegar entero al 13 e ir subiendo los 8 últimos. Tengo que mantenerlo y no querer apretar más de la cuenta. Aunque el tipo que te acaba de adelantar tenga cara de bobo, seguramente ha entrenado más que tú o tiene veinte años menos, así que no te empeñes en adelantarlo subiendo el ritmo innecesariamente, ¿me has entendido? :)

Seguiré fiel a mi desayuno pre-carrera. He leído que no hay que desayunar más de lo habitual, incluso hay quien dice que lo mejor es desayunar lo de siempre, algo más ligero. Cuando me levanto pronto, sea por deporte o por trabajo, a la hora de mi desayuno habitual me entra un hambre atroz, aunque haya desayunado antes. Por eso prefiero un desayuno potente y asegurarme de que no me va a entrar hambre a media carrera. Ya tengo el platito de pasta con atún, maíz y aceitunas listo para levantarme, zampármelo, comer unas galletas de chocolate y un café, y luego, cumplir lo que hay que cumplir para ir ligero. Me lo hincaré a las 6 de la mañana, y la carrera empieza a las 9:30, espero sentirme ligero a esa hora.

También estrenaré pantalones nuevos para correr. Iré con unos cortos sin mallas, en Tarrasa fui con las mallas cortas, y al final de la carrera me dolían mucho los muslos y tuve que subírmelas, el efecto fue bueno, se me pasó el dolor, pero mi aspecto era bastante lamentable con las mallas apretadas bastante por encima de la mitad del muslo... Correré en manga corta, eso sí, llevaré mi bufanda fina y los guantes, iPhone con Runkeeper, pulsómetro y reloj deportivo, me dejaré el pesado Seiko en casa, y muchas ganas de conseguir una buena marca y hacer una carrera bien planificada.

martes, 16 de febrero de 2010

10 más, se acerca Gavá

Después de mojarme entero la semana pasada ya le he perdido el miedo a correr con lluvia. Esta vez los meteoros han tenido algo de piedad, y a mitad del recorrido ha parado de llover, aunque tampoco ha llovido tanto la primera mitad.

Tenía además la curiosidad de ver cómo andaba mi ritmo cardíaco en ayunas, y ya he visto que disminuye considerablemente. Imagino que tendrá explicación, cuando la averigüe la contaré aquí... :)

Salí notando todavía las agujetas del domingo. Espero no haberme pasado, creo que no, hoy he corrido bien y ahora ya no tengo agujetas, y creo que al final mañana saldré a correr también. Quiero que la Media de Gavá salga muy bien, sobretodo porque ya es seguro que tendré que esperar a otra maratón, porque la de Barcelona me la pierdo, estaré de viaje...

En ayunas he llegado a los 140 lpm bastante rápido, antes del segundo kilómetro. A partir del quinto ya estaba en más de 150, y he acabado sobre los 160-165. La velocidad media ha sido de 4:49 minutos por kilómetro. A ver si con el Excel encuentro alguna formula, voy a recabar más datos antes. Aunque son muchos parámetros, no sé si podré encontrar la relación entre los dátiles que me como, la hora a la que me levanto, los latidos por minuto, la temperatura, la lluvia y la velocidad... :)

Buenas sensaciones, las agujetas se me olvidaron al empezar a correr y el punto 8 estuvo controlado. Al mediodía tenía hambre, con la suerte de que hoy tocaba comida de negocios, ¡con chuletón en el menú!

Mañana voy a salir otra vez, convertiré el chuletón en 12 Km y el viernes haré otros 10 Km a ritmo tranquilo, ¡que el domingo hay que darlo todo!

domingo, 14 de febrero de 2010

Dos tercios de media maratón a buen ritmo

Hoy estoy muy satisfecho, es uno de esos días en los que te pruebas y ves que parece que el esfuerzo está sirviendo de algo.

Dentro de una semana tengo la Media Maratón de Gavá, y después de haber corrido la de Vilanova en diciembre, bien para ser la primera, y de haber pinchado en las de Sitges y Terrassa, quiero enfrentarme a ésta con un poco de preparación. Se acabó eso de hacer al animal, salir cagando leches y pinchar en el kilómetro 13 o el 17. Llevo un par de semanas con una rutina un poco seria, y hoy quería probarme. También he podido ver en qué márgenes de frecuencia cardíaca me muevo, gracias a mi nuevo juguete.

He desayunado bien, he cumplido ampliamente con el Punto 8, y he salido a media mañana, con una temperatura que se podía soportar. Como quería acercarme a los 15 Km, he salido en dirección a Montcada, siguiendo la ruta de los jubilados. Me parece excelente que la gente mayor se dé unos paseos el fin de semana, el lugar además es ideal, nunca había ido más allá de la fábrica de la Damm, y esta vez he seguido un par de kilómetros río arriba y he visto que el camino está muy bien, asfaltado y regular, con carril bici bien separado y las habituales vistas al río y su descuidada vegetación... Hay una ligera pendiente de subida, que al dar la vuelta se convierte en baja por motivos obvios, lo cuál va bastante bien para empezar con fuerza después de 3 Km tranquilos.

Esos primeros kilómetros iba más o menos a 140 latidos por minuto. Al dar la vuelta seguí un rato más a ritmo tranquilo, sobre los 4:50 minutos por kilómetro, y a partir del cuarto subí el ritmo para intentar mantener los 4:30. A esas alturas ya estaba en más de 160 lpm, pero me sentía cómodo. Llegué a la playa, ya rozando los 170 lpm, e intenté subir un poco más el ritmo al volver. Con el viento en contra la velocidad era más o menos la misma, pero los latidos no engañan, poco a poco llegué a los 175 en los últimos 3 Km, y a 172 los anteriores.

Estudiaré estos 14,27Km y los extrapolaré a los 21 de la Media Maratón. Creo que dividiré la distancia en tres partes, no necesariamente iguales, y con la referencia del pulsómetro voy a intentar seguir un ritmo parecido al de hoy. Imagino que podré hacer mejores tiempos, en la competición es normal crecerse un poco, pero tendré que tener cuidado de no crecerme demasiado, que luego eso se paga.

Eso sí, acabé con un hambre y unas agujetas que no había sentido antes entrenando. Pese al frío y los dátiles, he tenido mucha sed, me he bebido litro y medio de Aquarius. Y tengo algo de agujetas, y eso que he estirado al acabar. También me he apuntado al hábito de merendar gelatina, va muy bien para las articulaciones, y ya tengo edad de empezar a cuidarlas.

Mañana toca descanso, creo que correré martes y jueves y el domingo probaré a ver si me supero en la Media Maratón. Estoy contento con el resultado de estas últimas semanas, a ver si esta vez no pincho.

sábado, 13 de febrero de 2010

Series y frío

Ayer decía en broma que a este paso me tocaría salir a correr con nieve, y hoy podría haber sido el día. Esta mañana cayó una llovizna de agua-nieve, pero afortunadamente cuando salí a hacer series ya sólo quedaba el frío y un ambiente bastante húmedo. El frío con nubes e incluso humedad se aguanta mucho mejor que el frío seco. Obviamente si vas bien abrigado...

Hoy volví a las series, me he notado mejor que la semana pasada. Con el Runkeeper no puedo ver bien a qué velocidad exacta voy, a ver si invento algo para conseguirlo. Según el mapa y la velocidad, creo que iba a unos 3:50 Km/m las dos primeras, más o menos a 4:00 las tres siguientes y ya no pude bajar de 4:30 las dos últimas. Ahora me queda por saber la frecuencia cardíaca a la que voy, que es el mejor reflejo del esfuerzo, así que no he podido resistir la tentación de comprarme hoy un Polar TS4. Es el modelo más sencillo que tienen, por ahora no tengo curiosidad en que el trasto se invente las calorías consumidas o que me haga planes de esfuerzo. Con el Runkeeper puedo controlar las series y el kilometraje, y también se inventa cuántas calorías consumo, así que usaré el Polar sólo como referencia del ritmo cardíaco. Mañana lo estrenaré, para ver cómo funciona, y buscaré un buen momento para hacer una prueba de esfuerzo y ver cuál es mi frecuencia cardíaca máxima para luego ir regulando en los entrenamientos.

Mañana tengo la intención de rodar algo más de 10Km. El domingo es la Mitja de Gavá, así que la semana que viene creo que saldré sólo martes y jueves. ¡A ver si estos días de entrenamiento han servido para algo!

viernes, 12 de febrero de 2010

¡Pero qué frío!

Hoy no se habla de otra cosa... La pasada noche, y especialmente hoy a primera hora de la mañana, ha hecho un frío de perros. Sigo encabezonado en entrenar dos días y descansar uno, así que esta mañana tocaba salir a correr. El pronóstico meteorológico no podía ser más claro: chaval, si sales a correr, te vas a congelar.

Como ya había pasado la prueba de la lluvia, pensé que no sería mala idea pasar la prueba del frío. Supongo que un día de éstos se me aparecerá un tornado que se me llevará volando o me caerá un rayo encima, puestos a desafiar los meteoros, ya me faltan menos por probar.

Así que me dirigí a la prueba del frío... Al principio no parecía que hiciera tanto. Estiré un poco antes de empezara a correr, y la verdad, se estaba más o menos bien en la calle. Bajé al río, y al llegar al desvío donde se abandona el asfalto y hay una zona de tierra, empecé a sospechar que algo pasaba cuando vi los charcos helados. En Santa Coloma no es normal que hiele, si pasa, pasa un día o dos al año. Y hoy era uno de esos días... Seguía sin entender por qué se habían helado si parecía que no hacía tanto frío. Seguí a un ritmo decente, hasta que di la vuelta al llegar a la playa. Y entonces empecé a correr con el viento de cara. Y lo entendí todo... ¡Qué frío!

Corriendo a favor del viento no notaba nada, era un frío seco, no el clásico frío húmedo de Barcelona que se te mete hasta los huesos. Como iba bien cubierto y corría con viento de cola, no noté un frío especial, pero al dar la vuelta, como se dice vulgarmente, me acojoné...

A partir del kilómetro 6 más o menos empecé a notar las manos heladas. A partir del 7 me empezaron a doler las manos. A partir del 8 no me sentía la cara... Iba con el cuello tapado y la cinta para las orejas, pero claro, nariz y boca iban destapadas, básicamente para poder respirar, acción muy recomendable mientras se corre... Y la boca y la nariz perdieron su sensibilidad casi del todo. Las manos me dolían de tanto frío. Pude mantener el ritmo bastante bien, aunque reconozco que el frío afecta mucho más negativamente que la lluvia. Eso me encaja con las dos medias maratones de Vilanova y Sitges, la de Vilanova fue con lluvia y nubes, y me fue muy bien. La de Sitges, con frío extremo y cielo despejado, y acabé molido. De todas maneras, en 10Km no da tiempo a cansarse mucho, así que llegué entero pero sin correr al mejor ritmo.

Pero cuando realmente me di cuenta del frío que pasé y cómo me afectó fue al llegar a casa. La puerta de entrada al edificio estaba abierta, empujé y entré, y al llegar a la puerta de casa saqué la llave, la metí en la cerradura... ¡Y no fui capaz de abrirla! Tenía la mano tan congelada que no era capaz de hacer la fuerza suficiente para girar la llave...

Y en la ducha acabé de corroborar que había sometido a mi cuerpo a un duro castigo. Normalmente tengo el termostato a 30º en invierno. Me metí bajo el chorro de agua caliente, y casi me achicharré. Tuve que bajar a 15º, y sentía que el agua casi hervía y se me clavaba como agujas. Estaba tan congelado que el agua fría me parecía que ardía...

Imagino que el cuerpo consume más calorías corriendo con ese frío, ya que, pese a los tentempiés en la oficina, al llegar a casa estaba muerto de hambre, menos mal que me esperaba medio kilo de entrecotte al roquefort.

No sé si volveré a hacerlo. Tampoco sé si volverá a hacer tanto frío otra vez. Mañana esta previsto que haga frío otra vez, me tocan series, así que esperaré a que salga el sol y caliente un poco.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Dátiles por la mañana

Nuevo hito para hoy. Rodaje largo, por ahora 13 kilómetros para mí todavía son un rodaje largo, y luego a trabajar. El domingo ya hice una distancia parecida, luego desayuné como un cosaco y pude descansar y dedicarme a tareas domésticas, pero hoy tenía que empalmar el entrenamiento con las obligaciones laborales. Así que no podía permitirme morirme de hambre a media mañana o estar debilucho el resto del día. Ayer fui a comprar unos dátiles, y hoy me estaban esperando junto a la ropa, después de levantarme a las 5:30.

Tengo que aprender a dosificarme, no sólo corriendo, sino comiendo... No era consciente de que los dátiles están tan ricos, y como casi no me gusta comer, hasta que no me había tragado ya seis no fui consciente de que me podía estar pasando. La verdad es que me sentaron muy bien, aunque su sabor no combina demasiado bien con el del Isostar. Tampoco era plan de abrir una botella de vino, así que me conformé con la curiosa mezcla de dátiles y bebida isotónica, y salí bien abrigado a sumar kilómetros matutinos.

No fue mal, empecé tranquilo, y mantuve el ritmo durante casi toda la ruta, apurando un poco más al final. Ya no me queda ninguna duda de que esa será la táctica a seguir en la Media de Gavá. Este fin de semana intentaré hacer un rodaje largo a ver que ritmo puedo llevar sin estar en ayunas, e intentaré respetarlo en la Media. Así que el sábado toca kilómetros y el domingo series. Quiero ver qué tal me va sin salir en ayunas y empezando más suave...

Pero el protagonista de hoy ha sido otro... El Punto 8... Todo el que conozca a un cobarde seguramente le habrá oído hablar del Punto 8. Hay gente que ha preguntado qué es el Punto 8 y se ha arrepentido de hacerlo. Y hay gente que trata el tema con mucha naturalidad e incluso dando detalles a veces no del todo necesarios. Un Punto 8 antes de empezar la carrera es el mejor aliado del corredor, en cambio, saltarse el Punto 8 puede ser el peor de los enemigos del sufrido atleta. Iré al grano y copiaré a continuación un extracto de los consejos a los corredores de la Cursa de El Corte Inglés:

8. Procura haber vaciado tus intestinos.

Un poco eufemístico, pero se entiende...

Aún debo averiguar si es cosa de los dátiles, pero hoy a los dos kilómetros el Punto 8 empezó a amenazarme... Por unos momentos temí que empezara a hacer la tortuga en plena carrera... Es muy molesto correr en esas condiciones, la primera carrera que hice, pasé por el mismo mal trago, y acabé fatal. Desde entonces, cuando tengo una carrera, me levanto con tiempo de sobra para desayunar un plato de pasta y un zumo de naranja, tomarme un café y unas galletas con chocolate, y es cuestión de tiempo que el Punto 8 sea superado sin dificultades. Los nervios también ayudan a veces, y no es extraño que ya en el lugar de la competición vuelva a producirse un Punto 8 de regalo.

Esta vez logré resistir y acabé entero, aunque no dejé de pensar en ello durante toda la ruta... Eso sí, al llegar a casa, me quedé más a gusto...

Voy a seguir unos días con esta distancia y si todo va bien, buscaré una ruta un poco más larga, creo que puedo subir un kilómetro más una vez pasada la fábrica de la Damm, que serían dos contando ida y vuelta. Echaremos un ojo con Google Maps...

martes, 9 de febrero de 2010

Running in the rain...

Hoy he pasado una auténtica prueba... Estoy muy decidido a entrenar con más constancia, empiezo a encontrarle el gustillo a esto, y hoy he tenido una buena oportunidad de demostrarme a mí mismo que voy en serio.

Ayer estuvieron amenazando todo el día con que hoy llovería. No es la primera vez que se queda en una simple amenaza... Pero algo me hacía pensar que esta vez llovería de verdad, y que mis planes de salir esta mañana a echar unos kilómetros se verían en peligro. Dejé la ropa preparada, me fui a dormir, y hoy a las 6 de la mañana me desperté escuchando cómo el sonido la lluvia invitaba a quedarse un rato más en la cama.

Superé la tentación de dejarlo para otro día y me encaminé a una buena prueba de voluntad, correr bajo la lluvia. Hoy no tenía pensado hacer más de 10 kilómetros, así que mis planes eran no pasar mucho más de 45 minutos en remojo. Y así fue, una llovizna constante estuvo haciéndome compañía durante toda la ruta. El juego de luces de las farolas, charcos y reflejos varios dibujó un paisaje fluvial inédito para mí. Fue bonito visitar el río en esas condiciones... Aunque algo más de luz me habría ayudado a no meter todo el pie en un par de charcos durante el recorrido...

La verdad es que se corre bien con lluvia y algo de frío. Mis mejores 10Km los hice con llovizna, en la Cursa de la Sagrera, con 42:13. La Media Maratón de Vilanova también fue con lluvia, y ahí conseguí acabar en 1:36:44, casi 6 minutos menos que en las de Sitges y Terrassa.

Hoy el rodaje fue bastante bien, volví a correr in crescendo y acabé los dos últimos kilómetros a 4:30 y 4:38, con viento en contra y en ayunas. Ya no me queda la más mínima duda de que he estado haciendo el cenutrio mucho tiempo, sin dosificar bien y malgastando energías al principio para hundirme al final. El día 21 me espera la Media Maratón de Gavá, si acabo entero y fuerte, creo que intentaré la maratón de Barcelona. He dicho... :)

Mañana toca volver a rodar. La segunda prueba de fe será poner el despertador a las 5:30 para intentar hacer 14 ó 15 kilómetros. Probaré a comerme unos dátiles antes de salir, a ver qué tal me sientan, mi alergia a los plátanos no parece que vaya a desaparecer de repente, y no quiero hacer el animal y correr totalmente en ayunas tres o cuatro días por semana.

domingo, 7 de febrero de 2010

Vamos a rodar un poco más...

¡Hoy empezamos a rodar un poco más! Hasta ahora no me atrevía a entrenar más de 10Km, pero si de verdad quiero acabar una maratón, o al menos no pinchar en una media maratón, tendré que empezar a dedicar más tiempo a entrenar. Por supuesto, el tiempo se lo robaré a mis horas de sueño, así que hoy domingo he tenido diana a las 6 de la mañana.

Entrenar en ayunas en mi caso es una necesidad del guión. Recuerdo de de joven, en la mili, nos hacían correr por la mañana después del desayuno. Sólo desayuné dos veces antes de ir a correr, la primera casi me muero, la segunda vomité... Me di cuenta de que no puedo salir a correr después de comer, como máximo me puedo tomar un zumo o una dosis de Isostar. Si voy a empezar a hacer trece o más kilómetros en ayunas, tendré que meterme algo entre pecho y espalda antes de salir. Un plátano es de lo más recomendable, pero en mi caso supone un pequeño problema, que es mi alergia a esa fruta. Me da un poco de miedo que me dé un yuyu alérgico en medio de un entrenamiento...

Así que la segunda opción, o la primera, según se mire, son los dátiles o los kiwis. Tienen mucho más potasio que el plátano, pero el plátano es mucho más popular debido a su facilidad de manejo y transporte. Hasta un mono o un niño de 6 años se desenvuelve perfectamente con la fruta en cuestión. A ver donde encuentro dátiles en buen estado...

Hincarse algo con potasio ayuda a que el organismo regule mucho mejor la deshidratación que se produce corriendo. El potasio se almacena dentro de las células, mientras el sodio está fuera. Durante el esfuerzo de la carrera, ambos elementos tienden a cambiar de papel, el potasio abandona el interior de las células y el sodio pretende entrar. La deshidratación cambia el equilibrio ósmotico en nuestra células, y el sodio y el potasio se apuntan a la fiesta intercambiando posiciones. Recordemos que son elementos químicos, carentes de inteligencia y que su única motivación es intentar mantener una concentración similar de sí mismos en el fluido en el que se encuentran... La huida del potasio de nuestras células provoca cansancio, calambres e hinchazón. Por eso es el alimento favorito durante la práctica del deporte, después de un gran esfuerzo, y también como ayuda antes de empezar.

Volviendo al día de hoy, sin plátano, sólo con un trago de Isostar, me dirigí a mi circuito oficial de entrenamiento en el río Besós con la idea de hacer un par o tres más de kilómetros. Subí río arriba hasta la fábrica de la Damm, vuelta hacia el mar, media vuelta en la playa, otra vez hasta la Damm y para casa. Casi trece kilómetros, no está mal, teóricamente se recomienda no subir más del 10% el kilometraje habitual cuando se quiere cambiar el entrenamiento, pero no me fue mal la aventura... El primer kilómetro de calentamiento, a 5:30, otro más a 5:15, y luego intenté mantener un ritmo de 5:08. Iba bastante suelto hasta la playa, y ahí entraron en acción los elementos, el viento en contra al dar media vuelta hacía más difícil correr. Aumenté el ritmo a partir del kilómetro 7, pero los tiempos fueron más o menos los mismos, gracias a mi amigo Eolo. Tengo comprobado que al mismo ritmo, bajo unos diez segundos por kilómetro con el viento en contra en el río.

No me costó mucho subir el ritmo, es más, el cuerpo pedía correr más rápido. Es lo bueno de ser capaz de empezar despacio. Como soy un poco cabezón, no entendía que es mejor empezar suave y acabar a tope. Empezaba a tope y acababa destrozado. Y he comprobado que el resto del mundo tenía razón... Mejor empezar suave y acabar a tope. Al final haces mejor marca y acabas menos cansado. Me lo habían recomendado siempre. Así que mi consejo es: haced caso a lo que os recomiendan, no como yo... :)

El circuito de 12,85Km me ha costado una hora y cinco minutos, mientras mi habitual circuito de 9,35Km me llevaba unos 45 minutos, ambos en ayunas. Así que tendré que robar 20 minutos más de sueño si quiero seguir este ritmo...

Las sensaciones han sido muy buenas, lástima del viento en contra que no me ha dejado ver realmente a qué ritmo sostenido podía ir los últimos 5 kilómetros. Seguiré así unos días antes de plantear subir algo el ritmo. Ayer hice series, no sé si pueden influir demasiado en el rendimiento rodando. Ya me iré dando cuenta...

sábado, 6 de febrero de 2010

Mis primeras series

Hasta hoy mi entrenamiento consistía simplemente en salir a correr. Empecé hace unos 6 años, quizá más, una vez por semana o dos como máximo, y no pasaba de los 6Km en cada sesión. A ese ritmo el cuerpo va cogiendo algo de fondo, pero no se progresa mucho...

Un buen día pensé que 6Km era poco, e intenté llegar a los 8. No fue tan duro. Me ayudó empezar a utilizar la tecnología al servicio del corredor, aunque fuera tecnología bastante cutre. Empecé poniéndome un Nokia 5500 Sport en el pantalón, un teléfono pequeñajo pero bien pensado, con una cubierta de goma para evitar que el sudor lo corroa, un podómetro y un software que te iba diciendo la distancia y tiempo corrido, obviamente de manera muy poco precisa. Después me pasé al Nike+, estuve unos mese con él y empecé a acostumbrarme a escuchar música corriendo. Como ya pudo quedar patente en mi anterior post, la música no es precisamente una de mis pasiones, sólo escucho música corriendo, nunca he podido estudiar con música ni mucho menos trabajar. Pero corriendo se puede aguantar... :)

Fue en ese periodo de tiempo cuando empecé a participar en carreras populares. La primera fue la Jean Bouin de 2008... Desastrosa... :)

Y finalmente, un amigo me enseñó el RunKeeper, gracias Álex, un programa para iPhone que hace lo mismo que el Nike+ pero usando el GPS, por lo que las mediciones son mucho más exactas, y te permite enviar tu recorrido a una página web en la que puedes consultar el mapa, velocidad en cada tramo, etc.

La verdad es con el RunKeeper me lo empecé a tomar mucho más en serio. La tecnología me fascina, vivo de ella y disfruto con ella, y si la mezclamos con el deporte, el resultado es explosivo.

Así que esta semana decidí empezar a hacer algo más que simplemente correr para entrenar. Hoy he hecho mis primeras series, aprovechando también que el RunKeeper tiene una opción para planificar series. Las series consisten en correr a tope una distancia más o menos razonable, 750 metros en mi caso, descansar un poco, he empezado con 1 minuto y medio de descanso entre cada serie, y volver a hacer lo mismo varias veces. Cinco minutos de calentamiento, 7 series de 750m más 1 minuto y medio de descanso, y otros cinco minutos para enfriar. Dicen los expertos que esto ayuda a que el corazón aumente su rendimiento e incluso su tamaño. También dicen que cansa la hostia... En esto último estoy totalmente de acuerdo. Lo primero espero que sea verdad.

Ahí va la crónica de hoy. Empecé creo que demasiado fuerte... La primera serie salí a toda leche, y a los dos minutos ya me di cuenta de que la velocidad sostenida a la que debía hacerlas era bastante inferior. Las tres siguientes mejor. Las tres últimas, fui a menos, imagino que es normal. Entre las tres primeras el minuto y medio de descanso lo hice al trote, en las últimas, andando, no podía más. Es cierto que se acaba muy cansado, pero con la sensación de que hemos hecho algo bueno por nuestro organismo, a partir de hoy las series serán parte de mi entrenamiento, seguramente el fin de semana, pues hacerlas sin desayunar a primera hora de la mañana, que es cuando puedo entrenar entre semana, me parece un suicidio.

Resumidamente... Muy cansado pero muy satisfecho. Hay que dosificar un poco más, sobre todo no salir como un loco. Creo que 7 series de 750 no son mal comienzo, seguiré un par de semanas más a ver qué tal

Bienvenidos al blog

¡Hola cobardes!

A muchos de los que nos gusta correr nos hace especialmente gracia llamarnos "cobardes" entre nosotros, por aquello de que dicen que correr es de cobardes. Un amigo, eh Alberto, me decía que un tal Sting cantaba que "A gentleman will walk but never run". Yo no entendía qué quiere decir, y mi amigo no entendía que yo no supiera quién es ese Sting. Bueno, exagero, me suena que canta o algo así... Pero no comulgo con esa refinada frase cuyo significado no llego a entender y cuyo análisis dejo a los que siguen sus letras. Vaya, ya me está saliendo la vena borde, ¿tendrá algo que ver mi otro blog?

Siempre me ha gustado practicar deporte, especialmente de competición. De joven jugaba a fútbol sala, podía permitirme jugar los lunes por la noche y durante el fin de semana. Pero cuando uno se hace mayor, se casa, se reproduce y todas esas cosas, armonizar la vida familiar y encontrar un hueco para el deporte comienza a ser complicado. Por eso colgué las botas de fútbol y empecé e comprarme zapatillas para correr, bambas, como decimos en Barcelona.

Correr solo te da cierta libertad a la hora de planificar los horarios y las competiciones en las que participas. En cambio, el fútbol te crea una dependencia y una corresponsabilidad con tus compañeros que se hace cada vez más difícil compatibilizar con el resto de tu existencia. La última temporada que jugué a fútbol sala tuvimos que saltar al campo en más de una ocasión con un jugador menos. En un partido de 11 contra 11 un jugador menos supone menos de un 1% de diferencia. En cambio, en un partido de 5 contra 5, uno menos es un 20% menos de jugadores en el campo. Lo mejor de esto es que alguno de esos partidos lo ganamos. Pero no era fácil repetir así un año más. Es una decisión personal, entiendo y aplaudo a los que pueden seguir jugando a fútbol a mi edad, igual que sé que ellos valoran mi opción de cambiar el calzado y dejar de correr detrás de una pelota.

Quiero mantener este blog por dos razones: primero, he encontrado muchos consejos y me ha dado muchos ánimos leer blogs de otras personas que cuentan sus experiencias como corredores. Ojalá algún día pueda yo dar un consejo o animar a alguien que quiera ser un valiente cobarde. En segundo lugar, uno de los consejos que más he leído es que es muy importante recordar las sensaciones de cada carrera, de cada entrenamiento, para conocerse mejor a uno mismo y saber dónde están tus límites y cómo puedes mejorar. Así que intentaré hacer las dos cosas...

No voy a contar ahora mismo mi historia como corredor, pues no creo que sea interesante. Pero seguro que iré recordando batallitas y algo se me escapará. Sí que dejaré escritas mis sensaciones, y si creo que algo puede ser útil a algún despistado que encuentre este blog, lo escribiré también, citando fuentes, como es debido.